martes, 27 de septiembre de 2011

El coaching laboral, una ayuda para mejorar el futuro profesional

SER FELIZ EN EL TRABAJO. ESE ES EL OBJETIVO QUE TIENEN TODOS LOS QUE BUSCAN LA AYUDA DE UN COACH LABORAL.
En determinadas circunstancias de su vida, muchas personas se dan cuenta que desean cambiar su carrera profesional porque encuentran que la actividad que venían realizando, aunque sea exitosa. Algunos sienten que con el tiempo su verdadera vocación ha sido otra y colocan toda su energía para poder satisfacer esos anhelos. Sin embargo, otros ni siquiera saben qué es lo que quieren hacer, aunque sí tienen en claro que necesitan hacer un punto y aparte y mirar hacia nuevos horizontes.
Para estos últimos existe el llamado coaching laboral, un entrenamiento que los ayuda a poder aclarar todas esas dudas. “El coaching es un proceso de aprendizaje de una nueva manera de ser que posibilita desarrollar en la persona una cultura de compromiso y responsabilidad que le permite hacerse cargo de lo que le sucede en la vida y del diseño del futuro por el cual está dispuesto a accionar, más allá de las circunstancias que puedan limitarlo”, explica Daniel Rosales, fundador y actual vicepresidente de la Asociación Argentina de Profesionales del Coaching.
Las personas que acuden a este tipo de entrenamiento son adultos de entre 38 y 55 años y el 80% está trabajando. Se acercan por dos razones fundamentales: temen ser desvinculados de la empresa para la que trabajan y quieren prepararse para enfrentar el mercado, o simplemente buscan explorar alternativas diferentes de trabajo en las que sienten que podrán ser más felices.
“Hay quienes buscan el apoyo para saber cómo lidiar con su jefe, o bien cómo armar una estrategia de crecimiento interno. Otros, porque no saben buscar trabajo y necesitan ayuda; y otros, porque no saben cómo aprovechar sus redes de contacto. En líneas generales hay que hacer un balance de aptitudes y habilidades, para focalizar en las fortalezas y minimizar las debilidades, procurando llegar al objetivo que se busca”, explica la licenciada Cristina Mejías, que desde hace más de 30 años lidera su propia compañía, cuyo uno de sus ejes es el coaching.
El abordaje de este tipo de situaciones suele darse a través de preguntas que le permitan a la persona hallar sus propias respuestas. Una vez que el consultante identificó aquellas áreas de desarrollo profesional en las cuales se podría sentir cómodo, se lo ayuda a pensar en qué lugar se encuentra parado y qué es lo que necesitaría para ser exitoso en su trabajo.
Básicamente, se trabaja bajo un esquema de sesiones individuales de una hora y media de duración. Por lo general, se acota a 12 encuentros, aunque hay quienes encuentran sus respuestas antes y otros requieren más tiempo. La función del coach es escuchar los planteos de su cliente (coachee) y asistirlo para que pueda distinguir y tomar conciencia de cuáles son los impedimentos que lo están condicionando para poder cumplir con sus objetivos laborales.
“Estas crisis pueden presentarse en cualquier tipo de personas. Desde gente que se da cuenta que aquello que ha estudiado no es lo que hubiese deseado, hasta personas que, siendo muy exitosas, resignaron los aspectos placenteros del trabajo por alcanzar dicho éxito, pasando por gente que se siente frustrada por no haber hecho lo que hubiese querido”, ejemplifica Maximiliano Fernandez, director de Enthos, consultora especializada en desarrollo de talentos. 
Este servicio también lo utilizan los que tienen un perfil emprendedor y desconocen en qué área específica podrían desarrollarse. En esos casos, el coaching también se orienta a fortalecer con conocimientos técnicos acerca de cómo llevar a cabo su propio emprendimiento.
Claves
El coaching es un proceso de aprendizaje y expansión de los recursos para el logro de resultados. Se basa en distinguir  limitaciones y generar recursos propios.

Se aplica a personas, equipos y organizaciones, y también a nivel personal. Lo más importante a tener en cuenta es qué desea la persona respecto de su futuro.

Un coaching de carrera ayudará a estas personas a clarificar sus objetivos, evaluar sus fortalezas y a conocer las estrategias del mercado.

Las personas que lleven adelante un coaching tendrán un análisis de su perfil profesional y el mercado objetivo al que apuntan.

 El coach debe permitir que el coachee (cliente) se apropie de sus respuestas a su propio ritmo, sin imponérselas.

Tendencia en alza

Si bien el coaching laboral nació en los Estados Unidos como un desprendimiento de todo el sistema de outplacement en 1975, en la Argentina comenzó a expandirse como consecuencia de la crisis de 2001/2002 y la tendencia sigue en aumento. “Entre esos años creció exponencialmente la cantidad de interesados ya que hubo cientos de despidos y un mercado de mucha competencia, y la gente buscaba tener la mayor cantidad de herramientas posibles”, sostiene la licenciada Cristina Mejías.
Como en toda crisis, mucha gente se quedó sin trabajo y aprovechó para preguntarse acerca de qué estaba haciendo, qué quería hacer y con qué herramientas contaba. “La crisis, a su vez, sirvió para que nos diéramos cuenta que aquello que pensábamos que estaba asegurado era en realidad transitorio y de un día para el otro podíamos perderlo. Pero también hay que contemplar la mayor influencia que tiene hoy en el mundo del trabajo la ‘generación Y’, para quienes el placer y el disfrute es algo que está en la primera línea de sus búsquedas”, agrega Maximiliano Fernández. En la actualidad, en el país hay 17 escuelas con programas avalados por la Asociación Argentina de Profesionales del Coaching.
clarin.com

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