Fabiola Czubaj
LA NACION
Una quinta parte de las 500 escuelas técnicas y de formación profesional que funcionan desde Formosa hasta Tierra del Fuego se reunieron para mostrar e intercambiar información sobre los dispositivos que sus alumnos fabrican para pacientes con discapacidades motoras sin recursos.
Las dos jornadas reunieron a "delegados" de las cien escuelas del Programa Productivo, Tecnológico y Social, que supervisa el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas Discapacitadas (Conadis).
Los alumnos de la EPET N° 12 de San Martín de los Andes, por ejemplo, fabricaron andadores y muletas para grandes y chicos atendidos en el Hospital Regional Ramón Carrillo. Los chicos de 1° a 3° año de la EET N° 1 de Junín le donaron al Hospital Interzonal de Agudos Piñeyro diez andadores, diez trípodes, tres camillas transportables y dos paralelas para rehabilitación. El Hospital Municipal de Carlos Casares recibió cinco andadores y diecisiete trípodes de los chicos de la EET N° 1, mientras que a los Bomberos Voluntarios les donaron cinco andadores y más del doble de trípodes.
El programa (informes: 0800-444-4004) funciona así: el municipio y las ONG locales identifican qué productos necesita la comunidad y el INTI transfiere los manuales a las escuelas técnicas inscriptas en el programa. Luego, un hospital público local prescribe el dispositivo por producir y con la escuela lo prueban antes de entregárselo al usuario. El INET se ocupa, con la coordinación del licenciado Carlos Caputo, de la enseñanza, de las máquinas y de los materiales.
Son 16 los dispositivos aprobados por el equipo del INTI que dirige el ingeniero Rafael Kohanoff; incluyen prótesis para las piernas hasta bastones para ciegos, andadores o bipedestadores de alta calidad. Una prótesis, que en el mercado cuesta 5000 pesos, la producen por 250, y una silla postural de 3000 pesos, por 500 pesos.
En Chaco, la EET N° 2 Barranqueras fabrica sillas posturales que, según el profesor Ernesto Ayala, "les cambió la vida a los alumnos", que se quedan en el taller después de hora. Para Ezequiel Vaquel, del IPEM N° 60, de Cosquín, Córdoba, "es muy motivador fabricar los dispositivos porque sabemos que son para los que los necesitan. Antes, hacíamos cosas en el taller que quedaban por ahí".
Una quinta parte de las 500 escuelas técnicas y de formación profesional que funcionan desde Formosa hasta Tierra del Fuego se reunieron para mostrar e intercambiar información sobre los dispositivos que sus alumnos fabrican para pacientes con discapacidades motoras sin recursos.
Las dos jornadas reunieron a "delegados" de las cien escuelas del Programa Productivo, Tecnológico y Social, que supervisa el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas Discapacitadas (Conadis).
Los alumnos de la EPET N° 12 de San Martín de los Andes, por ejemplo, fabricaron andadores y muletas para grandes y chicos atendidos en el Hospital Regional Ramón Carrillo. Los chicos de 1° a 3° año de la EET N° 1 de Junín le donaron al Hospital Interzonal de Agudos Piñeyro diez andadores, diez trípodes, tres camillas transportables y dos paralelas para rehabilitación. El Hospital Municipal de Carlos Casares recibió cinco andadores y diecisiete trípodes de los chicos de la EET N° 1, mientras que a los Bomberos Voluntarios les donaron cinco andadores y más del doble de trípodes.
El programa (informes: 0800-444-4004) funciona así: el municipio y las ONG locales identifican qué productos necesita la comunidad y el INTI transfiere los manuales a las escuelas técnicas inscriptas en el programa. Luego, un hospital público local prescribe el dispositivo por producir y con la escuela lo prueban antes de entregárselo al usuario. El INET se ocupa, con la coordinación del licenciado Carlos Caputo, de la enseñanza, de las máquinas y de los materiales.
Son 16 los dispositivos aprobados por el equipo del INTI que dirige el ingeniero Rafael Kohanoff; incluyen prótesis para las piernas hasta bastones para ciegos, andadores o bipedestadores de alta calidad. Una prótesis, que en el mercado cuesta 5000 pesos, la producen por 250, y una silla postural de 3000 pesos, por 500 pesos.
En Chaco, la EET N° 2 Barranqueras fabrica sillas posturales que, según el profesor Ernesto Ayala, "les cambió la vida a los alumnos", que se quedan en el taller después de hora. Para Ezequiel Vaquel, del IPEM N° 60, de Cosquín, Córdoba, "es muy motivador fabricar los dispositivos porque sabemos que son para los que los necesitan. Antes, hacíamos cosas en el taller que quedaban por ahí".
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