miércoles, 21 de octubre de 2009

Como una diva por poca plata


Las mujeres que quieren vestir ropa de marca y su economía no se los permite tienen una alternativa: un local ofrece en alquiler numerosos atuendos de diseñadores reconocidos. Para sentirse divas por una noche.
“Mucha Ropa y Pocas Perchas es un vestidor que permite acceder, por medio de un alquiler, a las más variadas prendas de los mejores modistos por una fracción del precio real, para que todas las mujeres puedan vestirse con lo que quieran cuantas veces quieran, sin preocuparse tampoco por la tintorería”, explica la dueña del negocio, Paula Mitchelstein, de 39 años.
La idea ya se aplica en Londres y Nueva York, mientras que en la Argentina la modalidad se usa pero para el alquiler de carteras, accesorios o trajes de hombre. El local abrió sus puertas en San Isidro el 7 de agosto último, pero la idea surgió en febrero. “Trabajé como gerenta de marketing en distintas empresas y quería probar de hacer algo independiente y aplicar el conocimiento adquirido –describió Mitchelstein a Crítica de la Argentina–.
Primero había que detectar una necesidad para que surgiera una oportunidad de negocio y noté que la mayoría de las mujeres tienen algunos dilemas a la hora de vestirse, especialmente para una fiesta, un casamiento o un evento social”. Así se le ocurrió que había que ofrecer a las mujeres la posibilidad de que pudieran vestirse con la ropa que les gustara pero sin pagar fortunas, como ocurre con esas prendas que se usan sólo una o dos veces.
“Así fue como testeé el concepto, la modalidad, diseñadores y precios y en base al resultado obtenido nació Mucha Ropa y Pocas Perchas, donde pueden alquilarse los mejores diseños nacionales e internacionales”, definió la creadora, que trabaja acompañada de tres colaboradores.
Durante el proceso, su amiga Verónica, que vive en los Estados Unidos, se entusiasmó con la idea y se asoció al proyecto. Entre las dos tuvieron en cuenta distintos estilos, diseños, edades y talles, y compraron cada uno de los productos. El primer mes se ocuparon de difundir la iniciativa y en septiembre se activaron los alquileres y las ventas. “Tenemos muchísimas reservas para octubre, noviembre y diciembre”, advirtió Mitchelstein.
En el vestidor del local se ofrecen vestidos, polleras, remeras y camisas, y los precios van de 50 a 250 pesos, según el producto y el diseñador. Hay modelos de Benito Fernández, Jessica Trosman, Jazmín Chebar y Ralph Lauren, entre otros, y varios de ellos dieron su visto bueno a la propuesta. El negocio también ofrece accesorios, que además se pueden comprar.
“La mayoría de las personas que llegan al local ya visitaron nuestra página web y vieron los diseños. Nos piden que las ayudemos a elegir según el tipo de evento al que van a ir. Nosotras las ayudamos según la onda y los talles que tienen”, precisó la dueña del local.
SÓLO ACCESORIOS.
Como en Europa y Estados Unidos, hace dos años que la Argentina cuenta con otro servicio de alquiler: Flashy Diva’s es un sitio online que ofrece carteras y accesorios de firmas internacionales. Algunos son modelos exclusivos, ediciones agotadas, o series limitadas, seleccionados y adquiridos en tiendas oficiales de las firmas. Como en la serie Sex & the City, las carteras y los accesorios que ofrecen en la web son originales. “Estamos en contra de la piratería y de hecho ofrecemos la alternativa perfecta: ¿Por qué llevar un bolso o accesorio falso si por menos dinero puedo llevar el verdadero?”, plantea Ana Alfonso, a cargo del proyecto.
Se elige, se paga y se devuelve
La propuesta de Mucha Ropa y Pocas Perchas invita a visitar el local, seleccionar las prendas necesarias y pagar el alquiler por los días de uso. Para eso, el cliente debe firmar una carta de garantía y dejar el número de su tarjeta de crédito como garantía. Los productos se devuelven en el local el lunes siguiente al día de alquiler o se puede pagar un plus para que los empleados del local busquen las prendas en la dirección que se indique.
En la carta de garantía, el local compromete al cliente a devolver las prendas “en las mismas condiciones” en que fueron entregadas, “como si fueran nuevas”, aunque aclara que no es necesario “mandarlas a la tintorería ni lavarlas”. Cuando los productos no se encuentran en el mismo estado en el que estaban cuando fueron retirados del negocio, se cobra un recargo por daño parcial o total, según el caso. Como en cualquier otro contrato de alquiler, aquello que sea devuelto una vez pasado el período contratado, sufrirá un recargo por mora.
criticadigital.com

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