viernes, 23 de octubre de 2009

Los ojos azules no existían hace 10.000 años, al igual que otros rasgos 'recientes'

La especie humana evoluciona ahora mucho más rápido de cómo lo hacía en el pasado. Desde que nuestros antepasados se extendieran por Asia, África y Europa, hace 40.000 años, la especie ha visto incrementado notablemente su crecimiento (la población mundial se ha multiplicado por veinte en los mil últimos años); un incremento en el que tiene mucho que ver la expansión de la agricultura, como afirmó un estudio publicada en Los Angeles Times.
Esto, a su vez, supone
mayores oportunidades para que se desarrollen mutaciones genéticas beneficiosas, como apuntan desde la web microsiervos.com. Entre ellas, los ojos azules, más actuales de lo que se piensa.
En el estudio que desmostró tales resultados, se examinaron más de tres millones de variantes de ADN en unas 300 personas, encontrándose 1.800 genes que se habrían extendido de forma relativamente reciente. Precisamente, uno de estos genes fue
el que permitiría la ingesta de leche.
Hace menos de 20.000 años, no podía hablarse de 'razas humanas', ya que entonces todavía no existían los genes que supusieron una pigmentación más clara de la piel en aquellas personas que habitaban en las latitudes más al norte. Una pigmentación que se desarrollaría con el objetivo de compensar una menor cantidad de luz solar, necesaria para la producción de Vitamina D.
Al contrario de lo que inicialmente se creía, el hecho de que la especie comenzara a asentarse en un mismo lugar durante largos periodos de tiempo, y la consecutiva generalización de la agricultura; ayudó a la aceleración del desarrollo de nuevos genes.
La etapa sedentaria suponía el riesgo de enfermedades infecciosas, así como la adopción de nuevos hábitos alimenticios; sin embargo, ambos fénomenos, lejos de afectar a la evolución, la promovieron.
El director del estudio, John Hawks, antropólogo de la
University of Wisconsin-Madison, explicó: "Si no hubiera existido esa 'falta de conexión' entre el ser humano y la naturaleza, no habría habido ninguna selección. Los cambios en la alimentación o las enfermedades crean circunstancias en las que puede darse la selección natural".
Los ojos azules, así como la piel clara, son rasgos identificativos de un grupo determinado de humanos que decició establecerse en un nuevo entorno, distinto al que hasta entonces había sido el habitual. Este cambio supuso el desarrollo de nuevos genes, frutos de esa selección natural propia del proceso evolutivo. Esta pigmentación más clara permite una mayor absorción de luz solar, necesaria para vivir.
Sin embargo, el hecho de que el mismo estudio haya revelado que nadie tenía genes de ojos azules hace 10.000 años, revela otro misterio. Si la evolución de la raza se ha multiplicado de tal forma en los últimos años, podría deberse a una mayor facilidad reproductiva en aquellas personas poseedoras de ojos claros.
De hecho, Hawks habla de un 5% de ventaja; sin embargo, ¿por qué? Ésta es todavía una pregunta sin respuesta.
20minutos.es

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