Angeles Castro
LA NACION
La Cámara de Diputados comenzará pasado mañana a debatir dos proyectos de ley que habilitan a personas del mismo sexo a contraer matrimonio.
Las iniciativas, pertenecientes a las diputadas Silvia Augsburger (Partido Socialista) y Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social), serán discutidas en un plenario conjunto de las comisiones de Legislación General -que preside Ibarra- y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, que dirige otra mujer, Juliana Di Tullio.
Ambas contemplan la reforma de varios artículos del Código Civil, a raíz de la introducción de una primera modificación central: la autorización a contraer matrimonio a personas del mismo sexo.
Según las propuestas, en el artículo 172 del Código Civil se sustituirá la frase "hombre y mujer" por "contrayentes", al referirse al otorgamiento del consentimiento como acto constitutivo del matrimonio. Si prospera, quedará redactado de la siguiente manera: "Es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre consentimiento expresado personalmente por los contrayentes ante la autoridad competente para celebrarlo. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo".
La Cámara de Diputados comenzará pasado mañana a debatir dos proyectos de ley que habilitan a personas del mismo sexo a contraer matrimonio.
Las iniciativas, pertenecientes a las diputadas Silvia Augsburger (Partido Socialista) y Vilma Ibarra (Encuentro Popular y Social), serán discutidas en un plenario conjunto de las comisiones de Legislación General -que preside Ibarra- y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, que dirige otra mujer, Juliana Di Tullio.
Ambas contemplan la reforma de varios artículos del Código Civil, a raíz de la introducción de una primera modificación central: la autorización a contraer matrimonio a personas del mismo sexo.
Según las propuestas, en el artículo 172 del Código Civil se sustituirá la frase "hombre y mujer" por "contrayentes", al referirse al otorgamiento del consentimiento como acto constitutivo del matrimonio. Si prospera, quedará redactado de la siguiente manera: "Es indispensable para la existencia del matrimonio el pleno y libre consentimiento expresado personalmente por los contrayentes ante la autoridad competente para celebrarlo. El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo".
La intención de cambiar el Código Civil y habilitar el matrimonio homosexual es la de "igualar a todos los individuos de la sociedad", dijo a LA NACION Vilma Ibarra.
En los fundamentos de su borrador, el que ya había presentado en el Senado durante su paso por esa cámara, se lee: "El presente proyecto reconoce a las personas la libertad de elegir con quién asumir los compromisos de la convivencia en pareja, regulada en la institución jurídica y laica del matrimonio, otorgando entonces iguales derechos y obligaciones con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de distinto sexo. De esa forma, no se hace otra cosa que reconocer que, sobre ese espacio de libertad que las personas ejercen como derecho para consagrar su dignidad, nuestra sociedad se constituye e integra con parejas homosexuales. Así, consagrar la igualdad de status civil jurídico social en la institución del matrimonio a todas las personas no sólo implica un desagravio a sectores sociales que han sido y siguen siendo marginados y perseguidos, sino que es fundamentalmente una conquista real y simbólica para toda la sociedad".
En los fundamentos de su borrador, el que ya había presentado en el Senado durante su paso por esa cámara, se lee: "El presente proyecto reconoce a las personas la libertad de elegir con quién asumir los compromisos de la convivencia en pareja, regulada en la institución jurídica y laica del matrimonio, otorgando entonces iguales derechos y obligaciones con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de distinto sexo. De esa forma, no se hace otra cosa que reconocer que, sobre ese espacio de libertad que las personas ejercen como derecho para consagrar su dignidad, nuestra sociedad se constituye e integra con parejas homosexuales. Así, consagrar la igualdad de status civil jurídico social en la institución del matrimonio a todas las personas no sólo implica un desagravio a sectores sociales que han sido y siguen siendo marginados y perseguidos, sino que es fundamentalmente una conquista real y simbólica para toda la sociedad".
Cautela
Consultada sobre la probabilidad de que los proyectos prosperen y sean aprobados por la Cámara baja, Ibarra fue cautelosa, pero optimista. "Consideramos que ya es un avance lograr poner en debate un tema que todavía nunca fue abordado en el ámbito parlamentario. Promovemos un debate serio y respetuoso, en el que escucharemos a todas las voces que deban hablar. Si además obtenemos un dictamen y lo llevamos al recinto, mejor", dijo la diputada a LA NACION.
En la primera ronda de análisis de los proyectos participarán las autoras; el doctor Roberto Saba, especialista en derecho constitucional y derechos humanos y rector de la Universidad de Palermo; el doctor Andrés Gil Domínguez, especialista en derecho constitucional; la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (LGBT); la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), y diferentes personalidades que expondrán sus opiniones al respecto.
Ibarra recordó que, precisamente, fue la Federación Argentina LGBT la que se acercó a la Cámara de Diputados para solicitar que se impulsara el tratamiento de los proyectos existentes.
"Fue un paso que dio, a través de federación, la comunidad homosexual argentina, especialmente luego de la experiencia española [en España se legalizó el matrimonio homosexual en 2005, de lo que se informa por separado]. La idea es continuar el debate y escuchar todas las propuestas, no agotarlo en los proyectos existentes", explicó Ibarra.
Precisamente, se esperan arduas horas de discusión, ya que hay sectores que pondrán objeciones a las iniciativas en cuestión, como la Iglesia y grupos conservadores.
Ya se permite en varios países
Uruguay se convirtió en diciembre de 2007 en el primer país de América latina en legalizar el matrimonio entre parejas homosexuales. El acontecimiento llegó quince años después de que Dinamarca fuera la nación más innovadora sobre este asunto al permitir, en 1989, a los gays y lesbianas inscribirse como parejas.
En realidad, la mayoría de los países se inclinan por una legislación que autoriza las uniones civiles, que otorgan a los contrayentes muchos de los derechos y obligaciones que supone el matrimonio entre personas heterosexuales, aunque no los equiparen totalmente. En Alemania, Andorra, Australia, Austria, Eslovenia, Finlandia, Francia, Hungría, Islandia, Israel, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, República Checa y Suiza, los homosexuales pueden obtener la unión civil al igual que en algunos distritos de la Argentina (ver aparte).
El matrimonio homosexual con todo su rigor, en cambio, es un tema que comenzó a legislarse a partir de este siglo. Las uniones matrimoniales están permitidas en los Países Bajos (desde 2001), Bélgica (desde 2003), España (desde 2005), Canadá (desde 2005), Sudáfrica (desde 2006), Noruega (desde 2009) y Suecia (desde 2009). Además, el matrimonio es legal en seis de los estados de Estados Unidos, como Massachussets, Connecticut, Iowa, Vermont, Maine y New Hampshire a partir de 2010.
Rige la unión civil en cuatro distritos
En 2003 se anunció como figura revolucionaria la incorporación a la legislación porteña de la unión civil entre personas del mismo sexo. Con ella, Buenos Aires se convirtió en la primera ciudad de América latina en reconocer legalmente la pareja entre dos hombres.
Marcelo Suntheim y César Cigliutti, secretario y presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), respectivamente, fueron los primeros hombres en dar el sí en un registro civil: lo hicieron el viernes 18 de julio de aquel año en la sede central, en la calle Uruguay.
Actualmente, esta figura no sólo rige en la ciudad de Buenos Aires, sino también en Río Negro; en la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz y, desde el año último, también se aplica en Río Cuarto, Córdoba.
"Estamos a favor de la unión civil a nivel nacional porque creemos que debe haber unión jurídica. Hay muchas parejas que quieren que el Estado les reconozca esta relación, y no sólo personas del mismo sexo, sino también parejas heterosexuales", dijo ayer a LA NACION Cigliutti.
Según dijo el presidente de la CHA, en los cuatro distritos del país donde rige la unión civil para parejas del mismo sexo, se aprobaron leyes basadas en proyectos elaborados por esa entidad.
Si bien en un principio era mayor la cantidad de parejas homosexuales que tramitaban la unión civil respecto de las heterosexuales en la Capital, este porcentaje se ha invertido en los últimos años, según las estadísticas del Registro Civil porteño.
La mayoría de las parejas heterosexuales que tramitan esta unión lo hacen con el propósito de obtener un crédito o una cobertura médica en la misma obra social o empresa de medicina prepaga. En general, no lo toman como una ceremonia de casamiento civil, sino más bien como un trámite.
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