Sebastian A. Ríos
LA NACION
A mediados de julio de 2008, la posibilidad de ser operado por un robot en la Argentina dejó de ser ciencia-ficción, cuando en tan sólo una semana un sistema quirúrgico Da Vinci realizó cinco cirugías en el Hospital Italiano de Buenos Aires. En febrero de 2009, otros dos Da Vinci fueron adquiridos por un hospital argentino; en este caso, por el hospital Abete, de Malvinas Argentinas, provincia de Buenos Aires.
Hasta la fecha, ya se han realizado más de cien cirugías robóticas en el Italiano, y más de treinta en el Abete (donde los robots tuvieron un descanso obligado durante los meses de la gripe A H1N1, cuando el hospital fue utilizado como centro de internación provincial). Y a medida que se incrementa el número de pacientes operados, también crece el número de indicaciones, es decir, las enfermedades que pueden ser abordadas con las frías manos del Da Vinci.
A mediados de julio de 2008, la posibilidad de ser operado por un robot en la Argentina dejó de ser ciencia-ficción, cuando en tan sólo una semana un sistema quirúrgico Da Vinci realizó cinco cirugías en el Hospital Italiano de Buenos Aires. En febrero de 2009, otros dos Da Vinci fueron adquiridos por un hospital argentino; en este caso, por el hospital Abete, de Malvinas Argentinas, provincia de Buenos Aires.
Hasta la fecha, ya se han realizado más de cien cirugías robóticas en el Italiano, y más de treinta en el Abete (donde los robots tuvieron un descanso obligado durante los meses de la gripe A H1N1, cuando el hospital fue utilizado como centro de internación provincial). Y a medida que se incrementa el número de pacientes operados, también crece el número de indicaciones, es decir, las enfermedades que pueden ser abordadas con las frías manos del Da Vinci.
"Aunque la mayoría de los casos han sido pacientes con cáncer de próstata, también hemos tratado a pacientes con cáncer de riñón o de útero; hemos realizado extracciones de ganglios para determinar el estadio de tumores ginecológicos, y hemos operado a chicos para revertir el estrechamiento de uréter", contó a LA NACION el doctor Oscar Damia, coordinador de cirugía robótica del Hospital Italiano.
Antes de fin de año, Damia estima que comenzarán a realizar cirugías de cáncer de vejiga. En los planes para el futuro, dada su complejidad, están las cirugías cardiovasculares robóticas, como el reemplazo de válvula mitral.
En el Abete, el jefe de ginecología, doctor Marcelo Zavala, contó: "Estamos usando el Da Vinci para tratar afecciones ginecológicas malignas, pero también benignas, como miomas, quistes o endometriosis. Así como también lo hemos utilizado en cáncer de colon".
Hoy, retomó Damia, "el mayor impedimento para que la cirugía robótica crezca aún más es su costo elevado". En la Argentina, una cirugía robótica cuesta alrededor de 14.000 dólares.
En los Estados Unidos, la misma cirugía cuesta unos 50.000 dólares, lo que no ha impedido que, en 2008, el 78% de las cirugías de cáncer de próstata se hayan realizado con robots, cuando, en 2003, sólo el 10% de esas operaciones eran asistidas por robots.
"Nadie se quiere operar por la vía tradicional en los Estados Unidos, y aquí en la Argentina los pacientes mismos piden operarse con robots", agregó Damia.
En la región, ya son nueve los Da Vinci en funcionamiento; a los dos del Abete y al del Italiano hay que sumar dos que operan en Venezuela y otros cuatro en Brasil. En la actualidad, instituciones médicas de Chile y Uruguay están evaluando la adquisición de este robot, cuyo costo asciende a 2,5 millones de dólares.
El año pasado, el Da Vinci costaba 1,5 millones de dólares. Desde que fue lanzado, en 2001, su precio no ha parado de aumentar; aun así, Intuitive (la única empresa que tiene patente para fabricarlo) vendió unos 300 Da Vinci el año pasado.
Hoy, hay más de 1300 robots operando en el mundo. Y nada parece detenerlos.
Antes de fin de año, Damia estima que comenzarán a realizar cirugías de cáncer de vejiga. En los planes para el futuro, dada su complejidad, están las cirugías cardiovasculares robóticas, como el reemplazo de válvula mitral.
En el Abete, el jefe de ginecología, doctor Marcelo Zavala, contó: "Estamos usando el Da Vinci para tratar afecciones ginecológicas malignas, pero también benignas, como miomas, quistes o endometriosis. Así como también lo hemos utilizado en cáncer de colon".
Hoy, retomó Damia, "el mayor impedimento para que la cirugía robótica crezca aún más es su costo elevado". En la Argentina, una cirugía robótica cuesta alrededor de 14.000 dólares.
En los Estados Unidos, la misma cirugía cuesta unos 50.000 dólares, lo que no ha impedido que, en 2008, el 78% de las cirugías de cáncer de próstata se hayan realizado con robots, cuando, en 2003, sólo el 10% de esas operaciones eran asistidas por robots.
"Nadie se quiere operar por la vía tradicional en los Estados Unidos, y aquí en la Argentina los pacientes mismos piden operarse con robots", agregó Damia.
En la región, ya son nueve los Da Vinci en funcionamiento; a los dos del Abete y al del Italiano hay que sumar dos que operan en Venezuela y otros cuatro en Brasil. En la actualidad, instituciones médicas de Chile y Uruguay están evaluando la adquisición de este robot, cuyo costo asciende a 2,5 millones de dólares.
El año pasado, el Da Vinci costaba 1,5 millones de dólares. Desde que fue lanzado, en 2001, su precio no ha parado de aumentar; aun así, Intuitive (la única empresa que tiene patente para fabricarlo) vendió unos 300 Da Vinci el año pasado.
Hoy, hay más de 1300 robots operando en el mundo. Y nada parece detenerlos.
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