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sábado, 4 de febrero de 2012

Cinco centímetros de tacón que marcan la diferencia

Los tacones deberían medir entre dos y tres centímetros. | Benito Pajares
Los hay de aguja, más gruesos, más altos y más bajos... Usted puede elegir los tacones que más le gusten, pero si va a ser para uso habitual, tenga en cuenta algunas recomendaciones. Según un estudio que acaba de publicar la revista 'American Physiological Society', si los suyos son de unos cinco centímetros y los utiliza un mínimo de 40 horas a la semana, en el transcurso de dos años empezarán a aparecer lesiones en sus pies.
Como explican los autores de la investigación, de la Universidad Jyväskylä (Finlandia), se sabía que el uso frecuente y prolongado de tacones altos acorta los músculos de los gemelos y aumenta la rigidez del tendón de Aquiles. Sin embargo, "apenas se han estudiado las consecuencias de estos cambios". Ahora, este estudio demuestra que sólo hacen falta dos años para que los pies presenten signos de sufrimiento. "Aumenta la tensión gemelar y la fatiga de los músculos de esta zona, lo que repercute en la eficacia a la hora de caminar, es más incómodo e incluso genera dolores".
Así lo observaron los investigadores después de analizar el comportamiento de los músculos durante el paseo (lo que se conoce como la neuromecánica, es decir, parámetros cinemáticos, cinéticos y neurales) del paseo en 19 mujeres. Nueve llevaba tacones de un mínimo de cinco centímetros durante unas 40 horas a la semana y 10 apenas los usaban 10 horas. La participantes caminaron sobre una plataforma instalada en el laboratorio y se evaluaron aspectos como la fuerza de reacción del tobillo, la dislocación de la rodilla, la resistencia de los tríceps, la longitud de los músculos del gemelo, etc.
Lo primero que vieron fue que la tensión muscular era mucho mayor con el uso habitual de los tacones y, además, "la capacidad de rotación del tobillo era significativamente menor". Como explican los expertos, "se pierde flexibilidad, aumenta la tensión de los músculos de la zona y también el riesgo de lesiones".

Cambios en la forma de caminar

Este hábito empieza por cambiar la biomecánica de la marcha, es decir, se camina de forma distinta (la posición de la espalda tira un poco hacia adelante) y, después, con el tiempo, se producen modificaciones estructurales, sobre todo a nivel del tobillo, aunque también repercute en las rodillas, la cadera y la columna vertebral.
Como argumenta Christian Cora, podólogo del Instituto de Biomecánica de Valencia, "este tipo de calzado eleva el talón y transmite todo el peso sobre la parte delantera del pie (los huesos metatarsianos)". Esta es precisamente la "principal causa por la que la mayoría de las mujeres que usan tacones altos presentan callosidades en dicha zona". Además, se observan "modificaciones en los tejidos blandos, los huesos soportan más peso y, por tanto, se forma engrosamiento e inflamaciones; también promueven o aceleran la progresión de los popularmente conocidos como juanetes".
Según el último estudio realizado en el Instituto de Biomecánica de Valencia, "el 100% de las usuarias presentaba callosidades, más del 50% sentía también dolor, entre el 25% y el 30% notaba inestabilidad del tobillo y el 5% había tenido algún esguince", señala Christian Cora. En dicho trabajo, "vimos que el estrés al que se somete la parte delantera del pie hace que los dedos empiecen a deformarse".
Según Juan Carlos González, director de Indumentaria del Instituto de Biomecánica de Valencia, especializado en el estudio del diseño del calzado para el confort y la mejora de problemas a largo plazo, "lo ideal para un zapato de uso diario es que el tacón no supere los 2-3 centímetros, que tenga una plantilla blandita y una horma adecuada que no apriete y sea cómoda".
elmundo.es

domingo, 23 de enero de 2011

La zapatilla ideal para cada pie

Sebastián A. Ríos
LA NACION
Elegir zapatillas no es tarea fácil. La abrumadora oferta de marcas y modelos confunde desde la vidriera de la casas de deportes. Y es así como la elección suele quedar librada al más o menos certero consejo del vendedor o a nuestro no siempre bien adiestrado criterio.
"La gente elige zapatillas por lo estético. A veces tiene suerte, pero otras veces, no, y elige un calzado que no es adecuado para su pisada ni para sus requerimientos de estabilidad o amortiguación", asegura Gustavo Güerzoni, licenciado en kinesiología y fisiatría, coordinador del Nike Running Lab.
"Es fundamental, también, tener en cuenta el tipo de uso que se les va a dar -agrega Fernando Colombo, Category Manager de Runing de Adidas-, así como el peso del corredor, ya que, a mayor peso, más importante es tener una mejor amortiguación y soportes para que el pie y sus articulaciones no sufran los impactos."
Usar un calzado inadecuado para realizar actividad física no sólo atenta contra el rendimiento esperado, sino que aumenta el riesgo de sufrir lesiones o, dicho de otra forma: "Hay alteraciones de la pisada que pueden llevar a sufrir una lesión, y usar el calzado adecuado es la forma de prevenirlas".
Dime cómo pisas...
Existen tres tipos de pisada: neutra, pronadora o supinadora. La pronación es la rotación hacia adentro del eje longitudinal del pie y, si bien es una respuesta natural del pie para disipar la carga que recibe a cada paso, existen distintos grados de pronación. Y a mayor severidad, mayores son los riesgos de lesión.
"El 90% de las afecciones de miembros inferiores se relacionan con la sobrepronación, que, a su vez, suele estar asociada al pie plano -comenta Güerzoni-. Al igual que las personas de mayor peso corporal, los sobrepronadores necesitan un calzado con máxima estabilidad."
La pisada supinadora, por el contrario, es aquella en la que el pie rota hacia afuera de su eje longitudinal. "Esta pisada se debe, generalmente, a un pie con un arco muy pronunciado -señala Colombo-. Este tipo de pie es muy rígido y carece de movilidad para amortiguar, por lo que puede sufrir distintas lesiones."
La pisada neutra, según aclara, no tiene problemas por corregir. Pero ¿cómo conocer el tipo de pisada propia? Si bien hay signos que pueden delatarlas -los pronadores deforman las zapatillas en su cara interna, mientras que los supinadores gastan rápidamente su cara externa-, hoy existen estudios que permiten realizar una evaluación precisa de la pisada.
Uno de los más modernos es el sistema Footscan. "Consiste en una plataforma con más de 8000 sensores que captan las diferentes presiones realizadas tanto en forma estática como dinámica, durante las distintas fases de apoyo del pie durante la marcha", explica Güerzoni.
Esta evaluación de la pisada arroja, en cuestión de minutos, valiosa información sobre el tipo de pisada y sobre la existencia de alteraciones de la estabilidad en distintas partes del pie, al mismo tiempo que informa sobre cuáles son los puntos de presión o hiperpresión al pisar.
Todo ese cúmulo de información permite determinar cuál es el tipo de calzado más adecuado (para pisadas pronadoras, neutras o supinadoras), y sirve también para la elaboración -en caso de ser necesarias- de plantillas correctivas, funcionales o que aporten un mayor confort.
"Hoy en día, existe una gran diversidad de materiales para las plantillas, que a partir de un preciso diagnóstico de la pisada pueden utilizarse para diseñarlas y personalizarlas, brindando la solución ortopédica necesaria, según peso y edad", afirma Güerzoni.
"Muchos atletas de elite ya están utilizando las plantillas, aun teniendo una pisada considerada normal, con el objetivo de asegurarse estabilidad y confort", concluye.
1000 km
Es la vida útil de un calzado
En promedio, un calzado deportivo puede brindarnos sus servicios entre 800 y 1200 km, no más.
90%
De las lesiones
En miembros inferiores, como la tendinitis del talón de Aquiles, se asocian a pisadas sobrepronadoras.
lanacion.com

domingo, 5 de diciembre de 2010

Pie diabético, y cómo prevenirlo

De no ser controlado adecuadamente, el elevado nivel de glucosa en sangre propio de la diabetes puede provocar, el daño progresivo de los nervios y los vasos sanguíneos de los miembros inferiores que puede derivar en severas complicaciones para la salud, como el llamado pié diabético.
En el pie diabético actúan básicamente dos factores que se potencian entre sí. Por un lado, la disminución de la sensibilidad en los miembros inferiores, denominada neuropatía diabética, que favorece la aparición de lesiones. Por otro lado, la presencia de problemas circulatorios que conducen a una disminución del flujo sanguíneo, denominada enfermedad vascular periférica o pie isquémico, que dificulta la correcta cicatrización y curación de las heridas.
De este modo, una simple ampolla causada por un calzado inapropiado, un corte o una raspadura, al no ser advertidas y, por ello mismo, tratadas adecuadamente, pueden derivar en una infección que termine amenazando la integridad física del paciente. "El pie diabético es el responsable de más del 50 por ciento de las amputaciones no traumáticas. Toda lesión, sobre todo en el paciente con pie diabético, demora mucho tiempo en cicatrizar, por lo que es mayor la posibilidad de infección y por lo tanto mayor también la probabilidad de amputaciones", afirma la doctora Marta Calvagno, miembro del Servicio de nutrición del hospital Tornú.
Se estima que entre un 15 y un 25% de los pacientes diabéticos desarrollarán lesiones, denominadas úlceras de pie diabético, en algún momento de su vida, de los cuales un 10 a un 30% terminará sufriendo una amputación en sus miembros inferiores. La importancia del cuidado de los pies en los pacientes diabéticos es, por ello mismo, de vital importancia. Afortunadamente, muchas de las complicaciones pueden ser evitadas a partir de medidas sencillas de prevención.
En primer lugar, se recomienda a la población en general la realización de chequeos médicos periódicos. Según estimaciones recientes, 2 millones de personas padecen diabetes en la Argentina, de las cuales unas 600.000 lo desconocen aún cuando estén padeciendo algún tipo de trastorno relacionado con esta enfermedad.
En el caso de los pacientes diabéticos diagnosticados, los cuidados básicos que pueden realizar sin interrumpir el desarrollo de su vida cotidiana implican: revisarse los pies diariamente con el fin de identificar la posible aparición de ampollas, cortaduras, enrojecimientos o callosidades, lavarse cuidadosamente los pies con agua tibia y luego secarlos completamente, especialmente entre los dedos y, en caso de notar resequedad en la piel, colocarse crema humectante, evitando hacerlo entre los dedos.
En cuanto a las uñas de los pies, estas deben ser cortadas preferentemente una vez por semana, siguiendo el contorno del dedo y procurando no dejarlas demasiado cortas, limándolas luego con una lima de cartón. Las callosidades también deben ser limadas con una lima de cartón o con una piedra pómez, luego del baño, y siempre de un modo suave y cuidadoso.
Se aconseja, además, la utilización permanente de calzado incluso en el hogar, como por ejemplo pantuflas, así como el uso de medias para evitar la aparición de ampollas, procurando que no ejerzan demasiada presión por debajo de las rodillas. Y, ante cualquier problema observado en los pies, consultar inmediatamente al médico, quien evaluará la situación y podrá solicitar, de ser necesario, la concurrencia a un podiatra.
En cuanto al tratamiento de las lesiones, en los últimos años ha surgido una gran cantidad de herramientas dirigidas a curar de manera rápida y selectiva las heridas. Entre ellas se encuentra el denominado factor de crecimiento epidérmico, tratamiento a través del cual se ha logrado disminuir de modo significativo la gravedad de las lesiones debido al estímulo que produce tanto en la formación de tejido como en la formación de nuevos vasos sanguíneos.
Juan Manuel Ríos
lanacion.com

miércoles, 11 de agosto de 2010

Los riesgos de ir en chanclas (ojotas)

Las llevaban los faraones, las usó Cleopatra y las han puesto de moda este verano actrices y modelos, que recorren el caluroso asfalto de las ciudades a golpe de chancla. Pero aunque estos zapatos con tira entre los dedos -también llamados flip-flops (su nombre en inglés) o thongs- parecen la mejor opción para el verano, los podólogos alertan de que no son lo más recomendable para los pies. Caídas, cortes o problemas de circulación son algunos de sus efectos para la salud.
La Asociación Americana de Podología Médica ha advertido esta misma semana de que, al no llevar el pie bien sujeto, las chanclas dificultan el equilibrio y aumentan el riesgo de caídas. Además, los expertos indican que no se puede realizar ningún tipo de actividad física con ellas, ni siquiera cortar el césped. "Lo más común es que se produzcan heridas entre el primer y segundo dedo del pie, donde roza la tira", reconoce a ELMUNDO.es el podólogo Ángel Oliva. Este especialista explica que "son cómodas para la playa o para ir a la esquina a comprar, pero no para andar más de 20 metros. Para caminar, lo ideal es que el pie esté sujeto por el talón".
Asimismo, están contraindicadas para las personas con pies planos o con mucho arco y, también, para aquellas con diabetes y mala circulación. Un estudio de la Universidad de Auburn (EEUU), recogido por la CNN, demostró que la gente que lleva chanclas da pasos más cortos, fuerza más el tobillo al andar y sufre más dolores en las extremidades inferiores que quienes usan un zapato más armado que se adapta mejor al pie.
A su favor, los expertos señalan que este calzado es cómodo, fresco y más que recomendable para ducharse en sitios públicos y acudir a la piscina, ya que ayudan a prevenir las infecciones por hongos.
Pero la moda de las chanclas no es la única dañina para la salud. Los tacones, que también viven un verano en pleno auge, son aún más peligrosos. Según un reciente estudio de la Universidad de Iowa, estos zapatos que estilizan la figura y las piernas pueden producir, a largo plazo, artritis, artrosis y problemas en la columna.

elmundo.es

domingo, 8 de agosto de 2010

Descubren por qué duelen los pies al sacarse los tacos

Lo que ya se sabía es que los tacos altos modifican la postura natural del cuerpo y, cuando su uso no es esporádico, pueden ocasionar contracturas musculares, inflamación de las articulaciones, dolor en las rodillas, en la espalda y en la cintura. Además, como el peso corporal se traslada al antepié, pueden aparecer callosidades y deformidad de los dedos menores.
De lo que no se había hablado y que ahora fue investigado en Inglaterra, es por qué duelen los pies cuando nos sacamos los tacos.
Como los tacos altos empujan los talones hacia arriba, el profesor Marco Narici, de la Universidad de Manchester, se preguntó si su uso regular podía acortar los músculos de la pantorrilla. Reunió a un grupo de mujeres que había usado tacos de más de 5 centímetros durante más de dos años y que sentía dolor al caminar con los pies descalzos. Encontró que las fibras musculares de las que usaban tacos altos eran un 13% más cortas que las que usaban zapatos chatos. También, que los tendones de las fanáticas de los tacos eran mucho más gruesos y duros que los del resto. Se observó que, al engrosarse y endurecerse, el tendón de Aquiles compensa las fibras musculares acortadas del músculo de la pantorrilla : esto permite a los músculos de las adictas a los tacos funcionar de manera óptima cuando caminan pero, como el tendón no puede estirarse lo suficiente, les generan molestias y dolor al andar descalzas.
“Desde los ‘80, en plena competencia por espacios de igualdad, los zapatos altos tomaron un valor relevante como parte del “power dress”. Ese estilo sigue vigente con el uso de zapatos como accesorios de carácter. Con los tacos, las argentinas realzan sus figuras y elevan su autoestima ”, dice la socióloga Valeria Tuozzo.
¿Cómo hacer para que el precio de esa belleza no cueste demasiado caro?

Pablo Maggi, cirujano especialista en pierna, tobillo y pie, dice: “Los zapatos con un taco menor a 3 centímetros son los más saludables. Se deben evitar los mayores a 7 centímetros y limitar su uso a no más de tres horas”.
Además, lo que hay que saber es que el pie va sufriendo cambios con la edad. Según explica Pablo Sotelano, miembro de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de la Pierna y el Pie: “Este tendón de Aquiles que tiene la misma longitud pero diferente elasticidad, lleva a la aparición del llamado ‘metatarso vencido’. Sucede en el pie, principalmente de la mujer posmenopáusica, porque el cambio hormonal produce una relativa atrofia de la almohadilla plantar y empeora cuando se suma un Aquiles menos elástico por el uso continuo de tacos . Por eso, ciertas mujeres en edad posmenopáusica que antes usaban tacos sin problemas, ahora sienten dolor”.

clarin.com

miércoles, 14 de julio de 2010

A los hombres les gustan los pies pequeños

Los hombres presentan unas preferencias consistentes respecto a la anatomía femenina. Sin embargo, en el caso contrario no es así.
A los hombres les gustan las mujeres con pies pequeños, incluso cuando no pueden ver sus pies. Podemos discutir si este punto es cierto o no, pero un reciente estudio sobre rostros femeninos puede aclarar la cuestión. Si el lector es varón (presumiblemente la mayoría de los lectores de esta web son varones) puede ponerse a prueba con la foto adjunta. ¿Cuál de las dos caras le parece más atractiva, la de la izquierda o la de la derecha? Tómese un tiempo para elegir antes de seguir leyendo.
Resulta que la mayoría de los hombres heterosexuales eligen a la mujer de la izquierda. Cada una de esas imágenes es una composición computacional, o morphing, hecha a partir de un promedio realizado sobre un grupo de rostros de mujeres reales. Lo que es sorprendente es el criterio de clasificación de esos dos grupos: el tamaño de los pies. La foto de la izquierda está compuesta por un grupo de mujeres con los pies inusualmente pequeños y la de la derecha por un grupo de mujeres con pies inusualmente grandes.
Al parecer, las mujeres con pies pequeños tienen caras más bonitas, al menos según los hombres participantes en el estudio (el lector puede probar a realizar su propio estudio entre sus conocidos).
Jeremy Atkinson y sus colaboradores de la Universidad de Albany (New York) han realizado estos dos morphings, que califican como los dos más notablemente distintos que han visto hasta el momento.
El grupo de Atkinson midió la longitud de las manos, de los pies, del fémur, de la cadera y de otros parámetros anatómicos de 60 estudiantes universitarias y ajustaron cada medida para tener en cuenta diferencias individuales en el tamaño promedio. Para cada una de las 16 medidas anatómicas seleccionaron 8 mujeres con las medidas más largas y más cortas, construyendo un morphing promedio de los rostros para cada grupo. Entonces, un conjunto de 77 varones heterosexuales puntuó el atractivo de cada uno de ellos.
Los hombres fueron tres veces y media más proclives a elegir el morphing correspondiente al grupo de pies pequeños como el más atractivo frente a su contrapartida. A diez frente a uno le parecía además más femenino.
De manera similar, 11 veces más varones elegían el morphing correspondiente a las caderas más estrechas y 8 veces más varones elegían el morphing correspondiente a largos muslos frente a sus contrapartidas correspondientes.
El estudio fue presentado en el congreso sobre comportamiento humano y evolución social celebrado recientemente en Eugene (Oregón).
Atkinson cree que los hombres encuentran estas características atractivas porque sirven como indicadores de una infancia sana. Los biólogos saben que el estrés y una nutrición pobre durante el desarrollo fetal y la infancia pueden afectar a los niveles de las hormonas sexuales y provocar una pubertad anticipada. Esto puede dejar a algunas mujeres con un fémur más corto, mientras que una infancia benigna permite que siga creciendo, alcanzándose un cuerpo más esbelto y una cara y un cuerpo más estereotípicamente femeninos que los hombres encuentran más atractivo.
La idea tiene sentido, ya que los cuerpos y los rostros están modelados por las mismas hormonas, así que en teoría se puede predecir el atractivo de una parte del cuerpo basándose en otra.
Pero al contrario no se reproducen los mismos resultados. Los investigadores hicieron lo mismo con 67 hombres y solicitaron a 82 mujeres que puntuaran el atractivo y masculinidad de los morphings obtenidos a partir de ellos. Se basaron en el mismo tipo de medidas anatómicas. Las mujeres eligieron como más atractivo el morphing correspondiente a los hombres con el torso más ancho, pero también puntuaron como más atractivo el morphing correspondiente a muñecas pequeñas.
Según Atkins las mujeres carecen de una preferencia consistente, porque un hombre masculino y fuerte puede ser una mezcla afortunada, evolutivamente hablando. Si una mujer van a por el macho alfa obtendrá buenos genes para su descendencia, pero quizás no tengan ayuda a la hora de criar a los niños que obtengan de él. Un hombre que no sea macho alfa, será más benefactor para su familia y, aunque no tenga tan buenos genes, puede tener más éxito reproductor al cuidar más de sus hijos. La estrategia del macho alfa es desperdigar sus genes al máximo con la esperanza de que alguno prospere, mientras que los demás cuidarán mucho de la poca descendencia que tengan.
En este experimento el doble de mujeres juzgó que el morphing correspondiente a la muñecas gruesas era más propenso a tener sexo sin amor, pero el mismo resultado se obtenía para el morphing de muñecas pequeñas cuando se preguntaba a las mujeres sobre el mejor candidato para una relación a largo plazo.
Un curioso experimento que estos investigadores no hicieron, y que el lector puede realizar, es mostrar la foto adjunta a mujeres para que juzguen su atractivo, curiosamente también prefieren el rostro de la izquierda.
neofronteras.com

miércoles, 10 de marzo de 2010

Dolor en los pies: cuando el calzado barato sale caro

El podólogo Federico Saldarini dice que el calzado barato no es una buena inversión y explica por qué. Las consultas más comunes que atiende están vinculadas con los perjuicios de usar zapatos de mala calidad, tentación en la que caen, sobre todo, las mujeres. "Los cerrados, en punta y con tacos muy altos son los peores", precisa. Habla de los daños que provoca en el pie y menciona la aparición de callos, juanetes, dedos en garra, entre otros. Y enfatiza: "El mejor tratamiento es la prevención".
Pero en su consultorio, inaugurado hace 30 años, pasaron todo tipo de pacientes: él atendió desde pequeñas callosidades que se solucionan con una lima, hasta deformaciones vinculadas con la diabetes. "Uno de mis pacientes diabéticos en la última consulta me dijo que estaba celebrando el nacimiento de su pie. Hace 10 años se lo daban por perdido y con tratamiento lo salvó", cuenta, y se cuela satisfacción en ese comentario.
Jorge Pometti, 63 años, llega al consultorio rengueando, con pasitos cortos. Se acomoda en la camilla. Su cara no se relaja nunca, como si denunciara una preocupación o un dolor crónico. Es uno de sus pacientes con pie diabético. "Lo que pasa en los pies se refleja en los ojos", reflexiona el podólogo antes de explayarse en el impacto que el dolor de pies tiene en la vida cotidiana.
Claves para calzar bien
Para todos. El momento idóneo para probarse el calzado es a última hora del día, cuando los pies están cansados e hinchados.
Para niños. Según se van haciendo más activos, y se desarrollan sus pies, van necesitando zapatos con un contrafuerte firme, suela algo adhesiva para evitar caídas y lo suficientemente flexibles para doblarse donde se dobla el pie.
Para mujeres. Los tacos de más de 4 centímetros son, desde el punto de vista de la salud, poco seguros; para aliviar sus efectos, se puede limitar el tiempo de uso, alternándolos con zapatillas de buena calidad, o con zapatos planos una parte del día.
Para hacer deporte. El calzado debe ajustarse para mantener el pie en la posición más natural. Es aconsejable elegir el tipo de zapato dependiendo del tipo de deporte.
Links de interés
- Cuando el calzado se convierte en un problema de salud
- Escuela de Podología, Facultad de Medicina de la UBA
- Revista Podología.com
- Biblioteca Virtual en Salud
- Centro de Podología

lanacion.com

jueves, 28 de enero de 2010

La evolución del cuerpo para correr descalzos

CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- La anatomía del pie es el resultado de años de evolución. La mayor parte de ese tiempo, el hombre ha caminado descalzo y las extremidades inferiores se han adaptado a esa circunstancia. Entonces, ¿por qué usar zapatillas? Un estudio publicado en 'Nature' desvela las ventajas biomecánicas de correr descalzo, que tendrán consecuencias médicas, para los deportistas y para la industria del calzado.
"El talón elevado y acolchado de la mayor parte de las modernas zapatillas para correr está diseñado para resultar más cómodo, estable y para atenuar las fuerzas originadas al apoyar el talón durante la carrera, que podrían estar relacionadas con algunas lesiones ortopédicas", explica William L. Jungers en un comentario acerca de este trabajo.
"Aunque no existe ninguna prueba fehaciente de que correr en zapatillas, especialmente aquellas de gama alta, provoque lesiones, en mi opinión tampoco existen evidencias de que las prevenga", añade este experto del Departamento de Ciencias Anatómicas de la Universidad Stony Brook de Nueva York (Estados Unidos).
El motivo de estas reflexiones es un trabajo publicado en la revista '
Nature' por un equipo de expertos en biomecánica entre los que se encuentran algunos de los más punteros del mundo. La cuestión de fondo es que cuando las personas corren descalzas tienden a evitar que el primer apoyo del pie sea con el talón. Esta forma de carrera sólo se puede hacer calzado porque el impacto es tan grande que causa molestias.
Al correr descalzos, "el apoyo es asombrosamente distinto", señala Daniel Lieberman, profesor de biología humana evolutiva de la Universidad de Harvard y autor principal del estudio. "Al 'aterrizar' con la parte media o frontal del pie, los corredores descalzos apenas tienen impacto, mucho menos que el que generan la mayor parte de los que corren apoyando primero el talón", añade.
Una carrera más eficiente
Como parte de sus estudios sobre biomecánica y evolución, Lieberman y sus colegas de la Universidad de Rhode Island y de Michigan (EEUU) estudiaron la forma de correr en diferentes grupos. Individuos procedentes de EEUU que siempre habían corrido calzados, otros que ahora no usaban zapatillas y keniatas que empezaron descalzos pero se pasaron al calzado.
Sus conclusiones, que aparecen detalladas en una
página web, indican que correr con apoyo frontal reduce el porcentaje de masa corporal que choca de forma abrupta con el punto de impacto del pie y convierte parte de la energía trasnacional en energía rotacional.
Esto, en resumidas cuentas, significa que "aquellos que corren usando este tipo de apoyo [típico de los velocistas que van descalzos o con zapatillas de suela muy fina] necesitan tener una musculatura más fuerte en el pie y la pantorrilla pero
evitan el incómodo y potencialmente dañino impacto, incluso al correr descalzos sobre superficies duras", indica Jungers.
En consecuencia, explica Lieberman a ELMUNDO.es, "pueden correr cómodamente sin calzado, que se inventaron recientemente, mucho tiempo después de que los humanos empezaran a recorrer largas distancias".
"Las zapatillas facilitan una forma de correr (apoyo con el talón) que parece ser diferente del modo en el que lo hacen los que van descalzos –añade el autor- y esto podría tener ciertas implicaciones a la hora de ayudar a algunas personas a evitar lesiones, una hipótesis que debe ser aún probada".
Un estudio sugiere que correr descalzo es beneficioso
VÍCTOR CÓRDOBA
MADRID.- Quizá pase algo desapercibido, pero el estudio es muy interesante. Un trabajo recientemente publicado en la revista de la Academia Americana de Medicina Física y Rehabilitación sugiere que las zapatillas que usan los deportistas para correr deberían modificar su diseño actual. De esta forma, de acuerdo con los autores del escrito, puede que disminuya el índice de molestias en las rodillas que sufren un porcentaje significativo de corredores.
Científicos de las universidades de Virginia y Colorado, en EEUU, junto con expertos de la compañía JKM Technologies, han demostrado que las fuerzas de rotación que se generan sobre las rodillas y las caderas cuando se corre sobre una cinta rodante con las típicas zapatillas de deporte son distintas –y sobre todo mayores– que las que se crean al hacerlo descalzo, o únicamente con calcetines.
De hecho, los investigadores, después de cotejar sus resultados, han lanzado la hipótesis de que el incremento de esas fuerzas de rotación en las articulaciones puede contribuir a las lesiones osteoarticulares que provocan muchas veces síntomas dolorosos en los corredores habituales.
Los datos se obtuvieron de un experimento realizado con 68 personas sanas y activas (37 mujeres y 31 varones con una edad media de 34 años) que corrían alrededor de 25 kilómetros semanales. En el experimento cada uno de ellos lo hizo sobre una cinta rodante especialmente diseñada para medir la cinética del ejercicio a un ritmo de 11 kilómetros por hora.
En un primer momento usaron un calzado estándar –similar al que generalmente usa la mayoría del público– con forma semicurvada, amortiguación hidráulica en el talón y 13 milímetros de diferencia de altura entre la parte posterior y anterior del pie.
En un segundo tiempo –de manera que cada participante se convirtió en su propio control– corrieron la misma distancia, pero a pie descubierto. A todos les colocaron 16 sensores especiales distribuidos por puntos específicos de la pelvis, los muslos, las rodillas, la parte inferior de las piernas, la cabeza del segundo metatarsiano y los talones. Luego, mediante un software especialmente diseñado para la investigación, se capturaban en tres dimensiones todos los movimientos del sujeto y se obtenían los valores de las fuerzas cinéticas que actuaban sobre las articulaciones de los miembros inferiores. De esta forma se podían evaluar las diferencias en las medidas obtenidas en las dos situaciones: corriendo con calzado y sin él.
Resultados
Las fuerzas de rotación en las tres articulaciones estudiadas fueron significativamente mayores cuando se usaban las zapatillas que cuando se corría sólo con calcetines. "Observamos que calzados había un aumento del 36% en la fuerza de rotación en flexión de la rodilla, y eso posiblemente eleva la tensión sobre el tendón de la rótula", afirman en su escrito los autores.
"Pensamos que ese detalle, unido al incremento en un 38% de la fuerza de rotación interna de la rodilla, implica mayor compresión en el compartimento tibio-femoral. Y eso sin olvidar que también existen aumentos de la rotación interna de la cadera. Ambas cosas pueden tener implicaciones clínicas", añaden los investigadores.
No obstante, en el escrito no se insinúa que para correr sea mejor el ir descalzo que utilizar las zapatillas de deporte. Lo que se preguntan los expertos es si no sería razonable replantearse el diseño de algunas zapatillas deportivas, teniendo en cuenta estas variables de la misma manera que se ha hecho con la amortiguación de la pisada.
El calzado del corredor de medias distancias está pensado para disminuir la fuerza de los impactos en el talón y para controlar la pronación del pie. Sin embargo, no hay evidencia científica que apoye el que este tipo de diseño sea el mejor para la salud articular a largo plazo de sus usuarios. De hecho, la incidencia de problemas en las rodillas de corredores no ha cambiado de manera significativa con los avances de la forma y calidad de las zapatillas, mientras que la amortiguación lograda en las cintas de los modernos gimnasios sí parece que ha obtenido beneficios.
En cualquier caso, los autores –que insisten en que los métodos utilizados en su investigación son los tecnológicamente más punteros que existen hoy en día– confiesan que les ha faltado analizar otras características de la marcha que hubieran ayudado a valorar mejor las diferencias en la fuerza de rotación de las distintas implicadas en la carrera.
Aunque se ha hablado mucho del papel de la carga repetitiva en la degeneración del cartílago de la rodilla, no se ha explicado bien el rol de las fuerzas de rotación sobre la articulación.
Por otra parte, algunos comentarios prodecentes de diferentes blogs diseminados por internet alertan del conflicto de intereses que puede haber en alguno de los científicos que han participado en la investigación. Uno de ellos posee un paquete de acciones de una compañía que a su vez tiene un gran departamento en el que se investiga en el diseño de muchos tipos de calzado.
elmundo.es

domingo, 17 de enero de 2010

Cuando el calzado se convierte en un problema de salud

Sebastian A. Ríos
LA NACION
Para muchas personas, es la primera impresión la que vale a la hora de elegir el calzado: los zapatos, las botas, las sandalias o las zapatillas exhibidas en las vidrieras despiertan una suerte de amor a primera vista difícil de contradecir en el probador. Pero, advierten los especialistas, un calzado que no se adapta a las características del pie puede dar lugar a múltiples molestias, dolores y problemas de salud.
"El calzado no debe comprarse con la vista, sino con el sentimiento del pie: uno debe calzarse el zapato y no debe dolerle ni apretarle nada", dijo a LA NACION Federico Saldarini, podólogo universitario y jefe de la Sección Podología del hospital Houssay, de Vicente López, y agregó: "Eso de que el zapato se amolda después al pie es erróneo; siempre es el pie el que termina amoldándose al zapato."
Y el resultado no es otro que deformaciones como los dedos en martillo, en garra, los juanetes o las superposiciones de dedos que, según estadísticas de la Asociación Española de Medicina y Cirugía del Pie y Tobillo, afectan en un 85% a las mujeres.
"En la mujer, lo peor es el taco demasiado alto", no duda en decir Saldarini, ex presidente de la Asociacion Argentina de Podólogos. Cuanto más alto, mayor es la sobrecarga que se deposita sobre la parte anterior del pie. Y de ahí al dolor hay un solo paso... Pero, ¿qué tan alto es demasiado alto para un taco?
"No más de 4 centímetros es lo ideal, y con una buena base, ancha, todo lo contrario al taco aguja."

Lo que es moda, incomoda
El calzado masculino también tiene sus bemoles. "El zapato de horma italiana, que termina muy en punta, o las botas tejanas son terribles, -señaló Saldarini-. Aún así, el calzado que más problema trae a los varones es el mocasín."
Dedos en martillo, en garra, callos en el dorso y en el pulpejo de los dedos son problemas frecuentes a los que da lugar un mocasín "El mocasín tiene que ser justo, porque si es un punto más grande se sale (lo que no ocurre con el calzado con cordones, que es el aconsejado)"
En los chicos y adolescentes, los trastornos asociados a un calzado inadecuado suelen ser otros. "Lo que más observamos en la consulta son las uñas encarnadas, las escoriaciones y, cuando el calzado es chico con el tiempo se ven los dedos en garra o se comienzan a formar los juanetes (hallux valgus)", dijo Saldarini.
Un calzado que suma muchos adeptos en el publico adolescente (y no tanto), pero que es desaconsejado por los podólogos, son aquellas zapatillas de tela con puntera de goma rígida. "Adentro de esas punturas, el espacio para los dedos es demasiado angosto. Además, al ser muy rígidas, es muy difícil determinar si la medida del calzado es el correcto", según el viejo y útil método de observar hasta dónde llegan los dedos.
Vale recordar que el espacio entre la punta de los dedos y la punta del zapato o zapatilla no debe ser menor a medio centímetro.
Otros consejos universales a la hora de elegir calzado son: el talón debe ser fuerte para brindar contención; la suela, flexible; evitar el calzado de plástico que no deja respirar al pie; evitar aquel con costuras internas para evitar rozaduras; y no dejarse llevar ciegamente por la moda.
Claves
Para todos

El momento idóneo para probarse el calzado es a última hora del día, cuando los pies están cansados e hinchados.
Para niños

Según se van haciendo más activos, y se desarrollan sus pies, van necesitando zapatos con un contrafuerte firme, suela algo adhesiva para evitar caídas y lo suficientemente flexibles para doblarse donde se dobla el pie.
Para mujeres

Los tacones de más de 4 centímetros son, desde el punto de vista de la salud, poco seguros. Para aliviar sus efectos, se puede limitar el tiempo de uso, alternándolos con zapatillas de buena calidad, o con zapatos planos una parte del día.
Para hacer deporte

El calzado debe ajustarse para mantener el pie en la posición más natural. Es aconsejable elegir el tipo de zapato dependiendo del tipo de deporte.
Fuente: Colegio de Podólogos de Madrid
Diabetes: los pies necesitan atención
Si en toda persona la elección de un calzado adecuado permite evitar dolores y problemas de salud, en aquéllas con diabetes esto es aún más importante. En ellas, la falta de sensibilidades en los pies resultante de la afectación de la conducción nerviosa (neuropatía diabética) las hace más propensas a que no se den cuenta de cuando el calzado lastimas sus pies.
"En cualquier persona sin diabetes, un calzado muy angosto, por ejemplo, provoca dolor, pero una persona con diabetes puede no sentirlo, lo que puede provocarle distintos tipos de lesiones", explicó el doctor José Daniel Braver, coordinador de la Clínica de Pie Diabético del Servicio de Cirugía Vascular del Hospital de Clínicas.
"Las recomendaciones básicas son usar un calzado ancho y profundo, pero también suave y sin costuras internas -aconsejó el doctor Braver-, y en las mujeres evitar el taco alto, ya que aumenta la presión sobre la planta del pie, lo que favorece la aparición de úlceras."
En verano, concluyó el especialista, "las personas con diabetes deben evitar andar descalzas en la arena, para evitar las altas temperaturas y el riesgo de traumatismos, y deben usar sandalias y no ojotas, ya que las tiras de éstas pueden causar lesiones entre los dedos".

sábado, 21 de junio de 2008

9 preguntas para predecir la salud de sus pies

Los dolores que los afectan son padecidos por el 53% de las personas, en general después de los 60 años
NUEVA YORK (The New York Times).– Una persona promedio camina el equivalente a tres veces la circunferencia de la Tierra durante su vida. Eso representa un enorme uso de los 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, ligamentos y músculos que conforman el pie.
Según una reciente encuesta de la Asociación Médica Podiátrica Americana, de los Estados Unidos, el 53% de las personas dijo sufrir un dolor en sus pies tan grave como para obstaculizar sus tareas cotidianas.
En promedio, las personas desarrollan ese dolor durante los sesenta, aunque puede comenzar tan temprano como cuando aún tienen 20 o 30 años de edad. Includo así, con excepción de las mujeres que visitan regularmente al pedicuro, la mayoría de las personas no cuida demasiado sus pies.
"Un montón de personas piensa que el dolor de pie es parte del proceso de envejecimiento, y lo acepta y funciona y camina con dolor", dijo el doctor Andrew Shapiro, un podólogo de Valley Stream, Estados Unidos.
Las siguientes preguntas le ayudarán a evaluar si debe tomar alguna medida preventiva según pasan los años:
1. ¿Tiene sobrepeso? La fuerza de sus pies de cerca del 120% de su peso. "La obesidad genera una gran cantidad de estrés sobre las estructuras de soporte del pie", dijo el doctor Bart Gastwirth, un podólogo de la Universidad de Chicago, Estados Unidos. Puede llevar a las fascitis plantar, causar dolor en el talón y puede empeorar los casos de bunion. También es un factor de riesgo para la diabetes, lo que nos lleva a la siguiente pregunta.
2. ¿Es usted diabético? Estando lejos del corazón, los pies pueden ser la primera parte del cuerpo en experimentar complicaciones asociadas a una pobre circulación sanguínea y a la pérdida de sensibilidad, las que pueden causar dificultades de cicatrización y amputaciones. Los diabéticos deben hacerse revisar los pies al menos una vez al año por su médico, y evitar el uso de zapatos, ya que pueden causar lesiones.
3. ¿Tiene usted mala circulación? Si padece enfermedad arterial periférica –un angostamiento de las venas de las piernas– sus pies son más susceptibles a sufrir problemas, dijo el doctor Ross E. Taubman, presidente de la Asociación Médica Podiátrica Americana. Fumar también contribuye con una pobre circulación.
4. ¿Sus padres se quejaban de problemas en los pies? La historia familiar probablemente sea la mejor pista para predecir potenciales problemas.
5. ¿Tiene pie plano o el arco elevado? Ambas condiciones ponen en riesgo a los pies. Un pie plano hace que los músculos y tendones se estiren y se debiliten, lo que conduce a la tendinitis y a la artritis. Un arco elevado es rígido y posee una menor capacidad de absorción de impacto, lo que produce una mayor presión sobre el talón del pie, al igual que sobre las rodillas, la cadera o la espalda. Zapatos o productos ortopéticos que brindan soporte al arco y al talón son de ayuda en los casos de pie plano. Las personas con un arco elevado debería preferir un calzado amplio y con plantillas más suaves que permitan absorber el impacto. Los ejercicios isométricos también ayudan a estirar los músculos que brindan soporte al pie.
6. ¿Tiene una flexibilidad excesiva? Si puede doblar su pulgar hacia atrás hasta tocar su antebrazo, es probable que los ligamentos de sus pies también estén estirados, dijo el doctor Gastwirth. Eso hace que los músculos que dan soporte al pie trabajen más duro y puede llevar a sufrir lesiones. El consejo en este caso es usar calzado que brinde un buen soporte.
7. ¿Usa tacos altos? "Los tacos altos concentran la fuerza en el talón y en la parte delantera del pie", dijo el doctor Gastwirth. Los tacos contribuyen con los neuromas (molestias en los nervios del pie), los buniones y la aparición de dolorosos chichones en la parte trasera del talón, al igual que con ciertos problemas con las uñas. La mayoría de las veces, use tacos que midan menos de 6 centímetros de alto.
8. ¿Sus pies ven alguna vez la luz del día? Los hongos prosperan en los ambientes húmedos. Utilice productos antifúngicos y ventile sus pies en su casa.
9. ¿Camina? Sumar millaje a sus pies es la mejor forma de ejercitar sus músculos y mantenerlos sanos.