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domingo, 13 de septiembre de 2009

Los pobres y los gordos son los más discriminados



Las prácticas discriminatorias están presentes en toda la Argentina: en una encuesta nacional realizada por el Inadi, 3 de cada 10 personas dijo haberse sentido discriminada alguna vez, y la mitad presenció algún acto de discriminación.
El Mapa de la discriminación, que presentará hoy ese organismo, revela que las víctimas principales de esta conducta son los pobres, y en segundo lugar las personas con sobrepeso.
Hace un año, el Inadi había dado a conocer un avance de este estudio, sobre datos de Capital, Gran Buenos Aires y ocho provincias.
Ahora, ya con todo el territorio cubierto, los resultados finales no han mejorado: el 84,9% de los consultados considera que en la Argentina se discrimina mucho o bastante.
Además, las respuestas a una serie de preguntas clave permitieron elaborar un mapa, según el cual los habitantes de las provincias del norte son los que más prácticas y pensamientos discriminatorios tienen: Jujuy (20%), Chaco (18,3%) y Misiones (15,7%). Con buenos índices de habitantes que marginan poco se ubican Santa Cruz (68,7%), La Pampa (65,5%) y Río Negro (64,2%).
En la Capital prevalece un nivel medio de discriminación (67,1%), similar al del Gran Buenos Aires (68,3%).
Los argentinos perciben que los más discriminados son las personas pobres (75,7%), las que tienen sobrepeso (67%), las/los portadores de enfermedades contagiosas (61,8%) y los discapacitados (52,3%).
El estudio del Inadi –realizado por las consultoras Analogías, CEOP, Rouvier y OPSM– revela que, si bien la mayoría de las provincias son críticas hacia la televisión, las opiniones están divididas: en promedio, el 44,6% considera que reproduce mucho o bastante las prácticas discriminatorias, mientras que el 44,3% piensa lo contrario.Más de la mitad de los entrevistados sabe que la discriminación puede ser denunciada en la justicia, y el 45% está al tanto de que existe una ley al respecto. Sin embargo, apenas el 5% reclamó o conoce a alguien que lo hizo.

jueves, 12 de marzo de 2009

Por ley, buscan prevenir la violencia contra las mujeres desde la escuela

Por amplia mayoría, la Cámara de Diputados de la Nación dio ayer la sanción definitiva a la ley contra la violencia de género. El proyecto había sido aprobado por el Senado el 26 de noviembre pasado, un día después de que varias organizaciones civiles e internacionales hicieran severas críticas al Gobierno, por su inacción ante los altísimos niveles de agresión contra las mujeres. El texto votado, al que los diputados oficialistas se negaron a introducir modificaciones, es el resultado del consenso entre diez iniciativas, ocho de ellas, de senadoras. En la Cámara Baja fue apoyado por 173 legisladores, mientras que cinco se abstuvieron.
Con el título de "Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales", la norma contempla la existencia de violencia de género física, psicológica, sexual, económica y simbólica. Establece además los ámbitos en los que se produce, y no sólo el doméstico.
Mientras la ley actual aborda sólo la atención de las víctimas, la nueva apunta a la prevención. Al respecto reconoce que la violencia contra mujeres y niñas se origina en la discriminación, por lo que despliega una serie de pautas para eliminar la discriminación "en todos los órdenes de la vida".
En ese sentido propone cambios de fondo en el sistema educativo, tanto en currículas como en textos escolares, en la capacitación de los docentes en todos los niveles, y en la inclusión de la perspectiva de género en la formación de las fuerzas armadas y de seguridad.
El organismo competente será el Consejo Nacional de la Mujer, aunque deberá articular acciones "con las distintas áreas involucradas a nivel nacional, provincial y municipal, y con los ámbitos universitarios, sindicales, empresariales, religiosos, las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres y otras de la sociedad civil con competencia en la materia".
Las víctimas de la violencia de género podrán denunciarlo, ellas o terceras personas, en cualquier juzgado de cualquier fuero, y hasta pedir reparación por daños y perjuicios. Además, el juez podrá ordenar el alejamiento del agresor, del hogar y de otros ámbitos. Las mujeres y sus hijos podrán recibir atención médica y psicológica gratuita, apoyo económico y jurídico, alojamiento e inserción laboral.
En el recinto, el proyecto fue defendido por la titular de la Comisión de Familia, Mujer y Niñez, Juliana Di Tulio, del kirchnerismo, quien además reclamó mayor compromiso a los legisladores para aprobar otros temas que adeuda el Parlamento, como la conflictiva despenalización del aborto.
La diputada Marcela Rodríguez (Coalición Cívica) planteó objeciones al proyecto, pues consideró que "tenía un potencial que se frustró en el camino y contiene errores". Cuestionó además que la iniciativa podría ser "más ambiciosa porque no puede incluir otra modalidad de violencia y no es integral". Aún así, la sanción fue celebrada por la titular del INADI, María José Lubertino, y por el presidente de Amnistía Internacional de Argentina, Rafael Barca.

Los puntos salientes
Define los tipos de violencia: física, psicológica, económica y patrimonial, sexual y simbólica (a través de estereotipos que reproduzcan dominación, desigualdad y discriminación).
Establece los ámbitos donde se ejerce violencia de género: doméstico, laboral, institucional, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática.
Aborda la prevención, a través de medidas para eliminar la discriminación en todos los ámbitos, y de cambios en la currícula escolar y en la formación de las fuerzas armadas y de seguridad.
Plantea un enfoque transversal e interdisciplinario -tanto para la prevención como para la atención a las víctimas-, que incorpora a la mayoría de los organismos del Estado nacional, provincial y municipal.
Obliga a elaborar estadísticas y monitorear el problema, y elaborar políticas públicas mediante un Observatorio de la Violencia contra las Mujeres.
Da participación a ONGs de defensa de los derechos de las mujeres y a asociaciones civiles.
Cifras del 2008
190 femicidios. Las víctimas, durante 2008, tenían entre 25 días de vida y 82 años; 35 eran menores de 18 años.
También los hijos. Hubo homicidas que mataron a sus propios hijos o hijastros (15) o a otros familiares (7).
50 suicidios. Tras el ataque a su mujer, ex mujer, novia o ex novia, 50 hombres se mataron.
264 en total. En el contexto de la violencia de género hubo al menos 264 muertes.
clarin.com

domingo, 7 de diciembre de 2008

Ignorar al otro, un signo de estos tiempos

Tesy de Biase Para LA NACION
La clásica ley universal que niega al otro para actuar sin culpa ("ojos que no ven?") se ha corporizado con particular intensidad en la argentinidad actual. El otro (el prójimo, el semejante) aparece desdibujado, como si sus fronteras fueran invisibles.
"Cuando vas por la calle la gente te atropella? como si fueras transparente, te quiere pasar por encima, no existís", se queja la diseñadora gráfica Lorena Szenkier.
"Esta impersonalización que transforma al otro en una cosa es hoy una característica de nuestra sociedad, que nos empuja a vivir hacia afuera, con cierta huida de nosotros mismos", dice el psicoanalista Alfredo Painceira, que dictó la conferencia "El mal como la negación del otro ", en el VII Congreso Argentino de Psicoanálisis, realizado en Córdoba.
"Los vínculos entre las personas tienden a hacerse cada vez más instrumentales -dice Painceira-. El otro pierde su carácter de semejante para convertirse en cliente, rival o sencillamente en un instrumento para obtener algo."
El automatismo y la anomia de las ciudades superpobladas ceden en pueblos del interior, en donde la trama social se teje con nombres propios, los vínculos son más personalizados y cada uno ocupa un rol irreductible. Sin embargo, la tendencia general es de pérdida progresiva de la capacidad de empatía, de reconocer al otro y armonizarse con sus parecidos y diferencias.
"La raíz de muchos males contemporáneos tiene estrecha relación con esta imposibilidad de reconocer al otro", dice Painceira, y rescata una advertencia de Juan Pablo II, quien poco antes de morir dijo que el peor de los males de este tiempo es el de inadvertencia.
Pero la conversión del otro en un "objeto/nada", tal como lo definió la licenciada Estela Bichi, que también participó del citado congreso, no lleva patente argentina.
Mediante este procedimiento, la civilización ha realizado, a lo largo de su historia, innumerables actos de incivilización y barbarie, aunque no siempre con la premisa del sadismo, sino de lo que la filósofa y pensadora alemana Hannah Arendt llamó "banalidad del mal".
"Una de las cosas que más extrañaron a Arendt cuando conoció al genocida Adolf Eichmann, corresponsable de "la solución final" planificada por los nazis contra judíos y opositores, fue que se trataba de un burócrata: despersonalizando a las víctimas, transformándolas en simples números, convertía el Holocausto en un problema matemático. "Tenemos que matar a cinco millones de personas con el menor costo. ¿Cuál es el método más barato?"
Sin alcanzar el dramatismo extremo que se ha repetido a lo largo de la historia en infinitas escenas de crueldad acompañada de anestesia, la vida actual multiplica cotidianamente escenas protagonizadas por quienes hacen del otro una nada, hecho que los avala a proceder con la mayor de las libertades sin asumir compromiso alguno sobre su propia conducta.
El saber popular lo resume con la frase "La libertad de uno termina donde empieza la del otro".
La ecuación es sencilla: si el otro no existe, la libertad de uno se expande.
Pero el otro existe.
Prohibido hacerse el autista
Uno de los resortes psicológicos que subyacen a este pase de magia que esfuma al otro tiene seguramente una raíz primitiva: "Quien no ha sido percibido, tratado ni sentido como persona en sus primeros años no puede desarrollar él mismo la capacidad de hacerlo", explica Painceira. Las personas con estas características "no sienten, viven desconectadas de sus afectos, en un cuerpo que sienten como un objeto más en un mundo de objetos".
Sin embargo, la multiplicación del fenómeno permite pensar en mecanismos sociales que activan los engranajes del individualismo extremo. "En nuestra cultura cada vez es menos frecuente la relación yo-tú, y cada vez es más frecuente el contacto puramente instrumental del otro, que pasa a existir exclusivamente cuando es un obstáculo o cuando lo necesitamos."
Para muestra, un estudio reciente realizado por el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) detectó que el 70% de los argentinos asume conductas discriminadoras, especialmente hacia las personas pobres. Es decir que la mayoría de nosotros segregamos a quienes no vemos como semejantes, salvo cuando resuelven nuestras necesidades.
La manifestación de esta devaluación del otro se manifiesta en hechos cotidianos que, en opinión de Renata Pavani, demuestran "una brutal pérdida de valores y prioridades, además de una despersonalización de nosotros mismos".
Desde la experiencia que adquirió invirtiendo tres horas diarias en viajar desde y hacia su trabajo como product manager de una editorial médica, comenta: "Hemos llegado a tal nivel de patetismo, que el otro día en el subte descubrí un cartel, paralelo al oficial, que decía «Prohibido hacerse el dormido», y se veía a una mujer embarazada colgada del pasamanos y a un chico joven sentado, que «parecía" dormido...".
"El mecanismo es similar con las normas de tránsito y tantas otras normas -concluye-. Todos sabemos lo que tenemos que hacer, pero cuando nos toca hacerlo, nos hacemos los autistas."