lunes, 18 de julio de 2011

Terapias y grupos de ayuda para lograr vencer la fobia al médico

PENSAMIENTO CATASTROFICO. MUCHOS TEMEN ENFRENTAR UN DIAGNOSTICO POR CREER QUE LES PASARA “LO PEOR”.
Francisco tenía 11 años cuando se despertó tan asustado de la anestesia la primera vez que lo operaron de la oreja, que desde entonces se niega a pisar un quirófano. Como él, muchos adultos sufren fobias relacionadas con la salud: a enfermedades, a la tomografía, a la sangre, a las inyecciones, a tomarse la presión y al dentista, entre otras. La solución preferida es huir y, en materia de salud, esto puede ser riesgoso.
Daniel Bogiaizian, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad, acompaña a sus pacientes a sacarse sangre y a hacerse estudios. Cuenta que la mayoría tienen entre 25 y 35 años, y una tendencia al “pensamiento catastrófico”, a creer que les pasará lo peor. Agrega que cuanto menor es el control sobre la situación, mayor será la ansiedad: “En el dentista somos pasivos, no vemos lo que nos hace y sentimos que perdemos el control”, ejemplifica.
El director de Fundación Fobia Club, Gustavo Bustamante, explica que el origen de las fobias tiene un componente genético –“es fóbico el que puede, no el que quiere”– y ambiental, en caso de situaciones traumáticas. Los tratamientos más frecuentes para vencerlas son los cognitivos-conductuales en los que se recurre a imágenes, realidad virtual, exposición progresiva y medicación, según el caso.
La cirugía es otra situación potencialmente traumática y en los centros de salud se trabaja con psicoprofilaxis quirúrgica para atenuar los miedos. “Preparamos emocionalmente a la persona y su familia para afrontar la operación”, define Susana Mandelbaum, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría y experta en esta terapia. Ante una cirugía, los niños temen separarse de los padres, mientras que a los adultos les preocupa el dolor, la anestesia, la muerte y el diagnóstico.
La licenciada Bettina Ferraro, responsable del Área de Psicoprofilaxis del Hospital Universitario Austral, comenta que con los chicos se emplean juegos, dibujos y otros recursos didácticos, y a los adultos se los entrevista para que exterioricen dudas y temores. Estar preparado para la cirugía contribuirá a que la recuperación posoperatoria sea más rápida, la reparación de tejidos y la cicatrización sean mejores, y el dolor disminuya.
Los grupos de ayuda mutua son otra vía para combatir los miedos y a veces los motivan los mismos hospitales. El Programa de Salud Mental Barrial del Hospital Pirovano impulsa desde hace 25 años talleres en lugares públicos, coordinados por vecinos. Miguel Espeche, psicólogo y coordinador general del programa, cuenta que el taller “Ay qué miedo que tengo”, de los lunes a la tarde, es muy concurrido. Asegura que el objetivo es que la gente “comparta” sus experiencias: “Los talleres les sirven para salir de la soledad y saber que a otros les pasa lo mismo”.
Consejos
Tratar de permanecer en la situación. Identificar y cuestionar los pensamientos que dan miedo.
Controlar la respiración: tomar aire por la nariz suavemente, expandir el abdomen, retener 3 o 4 segundos y espirar por la boca, sin soplar. Relajar el cuerpo en la exhalación. Hacer unas 8 inspiraciones por minuto para recuperar la frecuencia respiratoria (acelerada por el pánico) y atenuar los síntomas de la hiperventilación: mareos, náuseas, visión borrosa, frecuencia cardíaca elevada, temblores.
Para tratar la hematofobia y evitar desmayos, contraer algunos músculos por 15 o 20 segundos, luego descansar otro tanto y volver a tensionar.
Fuente: Dr. Daniel Bogiaizian, titular de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad

Ellos se enferman más y son más hipocondríacos
 
Son más hipocondríacos… y se enferman más que las mujeres. Una investigación reciente de la Universidad de Queensland, en Australia, halló que los hombres son más débiles biológicamente que las mujeres, quienes se defienden mejor de las enfermedades gracias a la protección de sus hormonas sexuales (estrógeno y progesterona). Los científicos expusieron a un grupo de voluntarios sanos al virus que causa el resfrío y observaron que la respuesta inmune de “ellas” era mucho más fuerte.
Además de enfermarse más, los hombres son más hipocondríacos: “La mayoría de las personas que consultan por hipocondriasis –temor desmedido a enfermarse– son varones”, declara Daniel Bogiaizian, director de la Asociación Ayuda.
“Las personas hipocondríacas están pendientes de sus sensaciones corporales y las relacionan con enfermedades”, describe Gustavo Bustamante, director de la Fundación Fobia Club. Explica que el origen de este trastorno puede ligarse a factores como una sobreprotección excesiva, una educación basada en el miedo, haber sufrido una enfermedad grave en la infancia, la muerte de alguna persona cercana o la convivencia con un familiar con una enfermedad terminal, entre otros. Según datos de Fobia Club, se calcula que el 10% de quienes acuden a centros hospitalarios tienen síntomas hipocondríacos, sensaciones vagas como “venas dolorosas, corazón cansado, tos ocasional”, que los llevan a recorrer múltiples especialistas sin encontrar respuestas.
El primer paso del tratamiento será convencer a la persona de que está sana. Luego, Bustamante recomienda la terapia cognitiva-conductual.
clarin.com

No hay comentarios: