La controversia del llamado efecto placebo en la salud escribe una nueva página. A la clásica pregunta de si estos medicamentos, que carecen de acción terapéutica, tienen un efecto real en las dolencias de los pacientes que creen estar tomando un fármaco activo; se le suma ahora una nueva cuestión: ¿Qué efectos puede tener en las enfermedades crónicas?
Según un estudio publicado en 'The New England Journal of Medicine', la diferencia se centra en lo que el paciente siente más que en una mejora real. Para llegar a este resultado, neumólogos y psicólogos de diferentes hospitales estadounidenses e ingleses prepararon una prueba que consistía en tres periodos de revisión, cada uno separado por entre tres a siete días, para un total de 39 pacientes que se sometieron a diferentes tratamientos contra el asma.
Así, mientras que un grupo era tratado con albuterol -un broncodilatador que ayuda a abrir las vías aéreas a los pulmones y le permite respirar más fácilmente-, otros fueron tratados con inhaladores placebos, un tercer grupo con acupuntura simulada y al cuarto y último grupo simplemente no se les trataba.
Importante psicológicamente... pero poco más
Los resultados no dejaban lugar a dudas. Aunque todos los pacientes tratados, ya fuera con el medicamento activo o a través de tratamientos placebos, sentían una mejora subjetiva prácticamente idéntica, los efectos objetivos no eran tan favorables para los placebos.
Así, en cuanto a los resultados reales, el 'ganador' sin discusión se encuentraba en el primer grupo. "Ya que estos pacientes mejoraron hasta un 20% en el FEV1 [Volumen máximo que una persona puede expulsar en el primer segundo en una espiración forzada] en comparación con el 7% de mejoría de los pacientes de los otros tres grupos", se indica en la investigación.
Otra cosa eran las mejoras subjetivas. "Los pacientes tratados con albuterol se sintieron hasta un 50% mejor tras utilizar este medicamento. Unas cifras muy parecidas a los que utilizaron inhibidores placebo (45%) o acupuntura simulada (46%). Por ello, creemos que el efecto placebo puede ser clínicamente significativo y rivaliza con los efectos de la medicación activa en pacientes con asma", aseguran los autores del estudio.
Precisamente, a estas cifras se acogen los autores del estudio, que animan a los doctores a que se mejoren las relaciones médico-paciente para que, además de recetar tratamientos efectivos, se sientan mejor subjetivamente.
"Efectivamente no existen estudios donde las sustancias placebo hayan realizado algún mal, pero sus cualidades son completamente subjetivas y sus efectos son, por tanto, psicológicos. Además, no es sólamente que se utilice un tratamiento placebo, sino que para que funcione en el paciente es importante rodearlo de la parafernalia clínica, con un médico que te lo recomiende y demás", comenta a ELMUNDO.es el Psicólogo Clínico, Pedro Rodríguez.
"Sin embargo, hay que tener en cuenta que este efecto tiene la capacidad de funcionar en investigaciones con un corto periodo de tiempo de estudio. Son éstos los momentos en que se ve la mejoría, pero una vez que ha pasado un tiempo razonable se observa que no hay tal curación. En el caso de enfermedades crónicas como en asma, su mejora, si es que la hay, suele durar poco en el tiempo", añade este especialista.
Pedro Cabrera, jefe del servicio de Neumología del Hospital Universitario Doctor Negrín de Gran Canaria, recalca que "no se puede buscar el origen del asma en la ansiedad u otros problemas nerviosos que sólo actúan como agravantes, por lo que no es psicológica su solución, que es el campo donde trabaja el placebo", explica.
"Se han hecho muchos estudios sobre este tipo de sustancias y se pueden seguir haciendo si se demuestra que son beneficiosas, aunque por ejemplo no hay ningún dato que demuestre que la acupuntura ayuda en algo", señala el doctor Cabrera. "Pero también hay que tener cuidado porque muchas veces ese sentimiento del 'me encuentro bien' es muy engañoso y hasta peligroso. El asma es una enfermedad muy personal y hay pacientes que aunque crean que se encuentran bien, pueden estar en una fase muy delicada", afirma.
"En muchas consultas se recetan medicamentos placebo, porque son muy buenos para personas, por ejemplo, que son hipocondriacas. Otra cosa son pacientes con enfermedades serias, ya que sentirse bien es importante para el ánimo, pero tampoco es la panacea para muchas enfermedades", comenta el doctor Rodríguez.
elmundo.es
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