Los retoques del propio cuerpo llegaron muy lejos. ¿O quizás sería mejor decir que son “más profundos”? Lo cierto es que crece la oferta de opciones para someterse a cirugías que remodelan, achican, engrosan o agrandan las zonas más íntimas de las mujeres y los varones . Algunas son parte de los frecuentes mensajes de publicidad en las casillas de correo electrónico. Otras van ganando difusión por personajes populares que admiten o publicitan su paso por el quirófano.
En el mundo de las cirugías estéticas, entonces, ahora sube la atención sobre los cambios en la vagina y los implantes para el pene, que son prácticas médicas que no están exentas de generar polémica o riesgos. “Es cierto que hay casos de mujeres que sufren desgarros durante el parto o por otras situaciones, o de hombres que padecen algún accidente y necesitan acudir a una operación reparadora de su pene. Pero creo que el resto de la gente no necesita una cirugía de este tipo.
Los cirujanos hacen una explotación de las inseguridades de la gente ”, afirmó Irene Meler, psicóloga y coordinadora del Foro de Psicoanálisis y Género de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA).
Para las mujeres se ofrecen las cirugías de reducción de los labios menores de la vagina o las de aumento de los labios mayores. También existe la opción de una liposucción. “ Las operaciones para la vagina son cada vez más comunes y seguras . Gracias al uso del láser, el post-operatorio es más rápido. No las ofrecemos sólo para mejorar las relaciones sexuales, sino por cuestiones estéticas y de comodidad. Al hacérselas, ellas se ven mejor”, sostuvo Jorge Pedro, especialista universitario en cirugía plástica que se especializa en el área del rejuvenecimiento vaginal. En el caso de la reducción o labioplastia reductora, se cortan los labios menores de la vagina. “Algunas mujeres sienten vergüenza por tenerlos muy grandes”, contó el doctor Pedro.
“Además hay mujeres que miran las revistas como Playboy y quieren parecerse a las modelos que aparecen en sus páginas” , comentó la cirujana ginecológica Claudia Marchitelli, del Hospital Italiano de Buenos Aires. También existe la operación que reduce las paredes de la vagina en casos de mujeres que atravesaron un parto o que sufren incontinencia de gases durante una relación sexual. La liposucción del Monte de Venus (por debajo del cavado) también permite sacar grasa en exceso. En esas prácticas se usa anestesia local o sedación profunda e implican más de un mes de abstinencia sexual. Otra oferta menos usada es la reconstrucción del himen, como la que se hizo la vedette Alejandra Pradón en 2006: “Se supone que la mujer vuelve a su estado virginal antes de las relaciones sexuales con la himenoplastia, pero nosotros no la hacemos porque es una hipocresía. Nunca será igual”, dijo Jorge Pedro.
“ Las mujeres deben tener claro que los orgasmos durante las relaciones sexuales no van a producirse porque hayan pasado por el quirófano . Para tener un orgasmo, sólo basta con la estimulación del clítoris”, opinó Marchitelli. En cambio, el cirujano Gustavo Pedro consideró que “las cirugías de rejuvenecimiento vaginal sí mejoran notablemente la satisfacción sexual al momento de tener relaciones íntimas”.
En tanto, los “tratamientos” para los hombres bombardean las casillas de correo de todos. “El problema es que las publicidades juegan con ideas erróneas de los hombres: la mayoría piensa que tiene un pene de tamaño pequeño ”, señaló Adolfo Casabé, codirector médico del Instituto Médico Especialiado (IME) y consultor de la Sociedad Argentina de Urología. Este urólogo explicó que “se considera un pene pequeño al que, en erección, mide menos de 7 centímetros y, en estado de flacidez, menos de 3 centímetros”.
Para quienes deciden engrosarlo o alargarlo, las propuestas –según la Sociedad Argentina de Urología– son experimentales aún. Algunos las aceptan, como el mediático Jacobo Winograd, quien a principios de julio contó su paso por el quirófano para conseguir 3 centímetros adicionales con el implante de grasa que le extrajeron del abdomen. “Desde los años ochenta se hacen implantes peneanos en la Argentina. Se usa la grasa o el plasma del propio paciente o se les pone ácido hialurónico para engrosar. O también se practica un corte del ligamento suspensorio del pene.
Estas dos opciones tienen pocos resultados permanentes ”, explicó Mario Lódolo, de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Este especialista considera que el futuro será mejor para los hombres afectados por la cuestión del tamaño. “ Ya existe un implante de silicona que fue aprobado por la autoridad sanitaria de los Estados Unidos.
Se coloca debajo de la piel del pene, y permite alargarlo 5 centímetros de manera inmediata y permanente. Fue patentado por el doctor James Elist, no cambia la sensibilidad y es reversible”.
Cuando la clave es la autoestima
En erección, casi todos los penes miden igual”, dice Juan Carlos Kusnetzoff, director del programa de sexología clínica del Hospital de Clínicas y titular de la cátedra libre de sexología clínica y salud reproductiva de la Facultad de Medicina de la UBA. Por eso, este reconocido especialista resalta que el interés por el tamaño del pene es sólo una obsesión de los hombres , afectados por mandatos sociales y por una historia personal. Desaconseja los tratamientos para alargar el pene. En tanto, la sexóloga Diana Resnicoff también señala que las falsas ideas sobre la sexualidad pueden hacer llevar a las mujeres a realizarse cirugías en la vagina.
“No somos vaginas ni penes” , resalta.
Para Kusnetzoff, aún persiste el mito de que el hombre con un pene grande es más potente sexualmente. Las experiencias de la niñez y la adolescencia los condicionan: creen que para ser feliz sexualmente o para hacer feliz a una mujer, tienen que poseer un pene grande. Lo cierto es que el tamaño no tiene nada que ver con eso.
Tampoco la satisfacción orgásmica es afectada por el tamaño”. Aconsejó que los hombres que sufren por el tamaño del pene consulten por un tratamiento sexológico para tratar su autoestima.
Resnicoff, que forma parte de la Federación Latinoamericana de Sexología y Educación Sexual, consideró que las cirugías en la vagina “son una moda riesgosa, y que tergiversan la idea de sexualidad. Porque el placer sexual se logra con el erotismo y el encuentro, y no importan las características de los órganos genitales.
Si una mujer está preocupada por el tamaño o forma de su vagina, le recomendaría un tratamiento psicológico que la lleve a trabajar sobre su autoestima. También es necesario que se pregunte cuál es el objetivo real de someterse a una cirugía. En lugar de la operación, puede hacer ejercicios para fortalecer la subzona pélvica”.
La fuente de la eterna juventud
Vivir deteriora el cuerpo. Es una realidad que no cambió con el tiempo. La piel empieza a arrugarse y se vuelve cada vez más fláccida. El abdomen crece más allá de lo que deseamos. El espejo empieza a devolvernos un pelo ceniciento y ralo. Los dientes entran en estado de emergencia. ¿Qué hacer ante semejante horror? Como se lee en estas páginas, una rama de la medicina ofrece un combo de posibilidades para abrevar en la improbable fuente de la eterna juventud. Pero hay que tener en cuenta al menos dos cosas. Una, que entrar a un quirófano siempre es una aventura peligrosa. La otra, que es menos doloroso llevar con dignidad lo que nos toca.
Para tener en cuenta
Cada hombre debe averiguar si necesita una cirugía o si sufre algo psicológico. Si decide someterse, saber quién es el profesional y si el quirófano está habilitado. Debe preguntar qué material se le inyectará y cuánto será el tiempo sin vida sexual.
En los engrosamientos con grasa o alargamientos por cortes, el efecto puede durar poco , según el cirujano Mario Lódolo.
CLARIN.COM
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