Ni restaurantes de comida rápida ni bares con menú del día. Parece que los dos fallan a la hora de ofrecer la información calórica que contiene el plato o la porción de comida que situada en el expositor. Los errores se dan tanto al alza como a la baja, y parece que el motivo es un mal control del tamaño de la ración y un exceso de calorías en las guarniciones.
Desde hace unos meses, Estados Unidos cuenta con una nueva normativa que obliga a restaurantes y demás sitios de venta de alimentos a mostrar en sus menús las calorías de cada plato. De esta manera, se pretende luchar contra la elevada tasa de obesidad ha aumentado de un 14% en 1976 a un 34% en 2008. Por otro lado, cada vez son más los ciudadanos de éste y otros países que optan por comer fuera de casa.
Por este motivo, especialistas en nutrición de la Universidad Tufts, en Boston (EEUU), han llevado a cabo un estudio en el que han analizado alimentos de 42 restaurantes y han comparado su contenido calórico con el que constaba en el menú del establecimiento. Los investigadores evaluaron la información alimenticia tanto de sitios de comida rápida como de restaurantes con menú del día.
De esta manera, vieron que de los 269 alimentos analizados el 40% contenía al menos 10 Kcal más por porción que las indicadas en el envase o menú y un 19% ofrecía al menos 100 Kcal de más por porción. Pero no todos los platos evaluados superaban en calorías la información ofrecida, ya que un 52% de ellos contaba con al menos 10 Kcal menos.
Aunque a priori la mayoría de las personas creería que los que más fallos podrían presentar eran los establecimientos de comida rápida, en este estudio se confirmó que existía mayor variabilidad en la discrepancia entre las calorías indicadas y la energía que realmente se demostró en el análisis en los alimentos que procedían de los otros restaurantes. Y en ellos, donde se detectaron más errores fue en el contenido calórico de las guarniciones que acompañaban a los platos principales.
"El análisis nos muestra que los alimentos ricos en carbohidratos y las ensaladas de guarnición presentaban más variabilidad en el contenido energético comparados con los sandwiches", afirman los autores del estudio publicado en la revista 'Journal of the American Medical Association' (JAMA).
Otro dato a tener en cuenta es que el mayor número de fallos se daba en los alimentos con menor contenido calórico, que en realidad contenían más calorías de lo que el menú o el envase decía, mientras que aquellos platos más fuertes tenían en realidad menos aporte energético de lo que el etiquetado decía.
Mayor conciencia
Los investigadores señalan que, aunque la variación calórica no era muy alta en la mayoría de los alimentos evaluados, hay que tener en cuenta que un 19% de los platos contenía 100Kcal extra, "esta cantidad puede causar una ganancia de peso de cinco a 15kg al año si se toma diariamente".
Por su parte, Linda Van Horn, profesora de Medicina Preventiva de la Universidad Northwestern en Chicago (EEUU), señala en un editorial, que también publica la revista 'JAMA', que los diferentes estudios realizados sobre nutrición muestran que ni las proteínas ni los hidratos de carbono ni la ingesta de grasa, "en resumidas cuentas, lo importante para conseguir perder peso es seguir una dieta con un menor aporte calórico".
Esta especialista señala que tanto el aporte energético como el aumento de las porciones parecen influir en una ingesta excesiva de energía y en un incremento del riesgo de sobrepeso. "Cuando el número total de calorías necesario para controlar el peso cada día se conoce y se comprende, una persona puede lograr un déficit calórico o un equilibrio energético negativo", afirma.
Finalmente, Van Horn sentencia que es fundamental que los padres estén concienciados de la importancia de las calorías diarias y de que puedan ser un modelo para sus hijos, ya que actualmente entre los adolescentes los snacks o los dulces representan el 40% de las calorías consumidas.
elmundo.es
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