Epoca de desencanto, sin grandes narraciones ideológicas como techos sobre la intemperie del vivir, hay quienes eligen retornar al mundo de lo sagrado y lo espiritual. El camino hacia la luz es bajo el paraguas protector de una religiosidad que, en este caso, desconoce las estructuras de las religiones tradicionales. Que lo sagrado y lo simbólico de la espiritualidad no pertenecen necesariamente al terreno de lo religioso, ha sido el eje que atravesó la Jornada sobre "El retorno de lo sagrado" que se realizó en el C. C. Borges, organizadas por Editorial Biblos y la Fundación desde América.
Antropólogos, epistemológos, filósofos y estudiosos de religiones, tradiciones, debatieron entre sí y con el público durante todo el día. Participaron: Fernando Schwarz, Ana María Llamazares, Carlos Martínez Sarasola, Leandro Pinkler, Pablo Wright y Bernardo Nante. "Cada sociedad define las fronteras de lo que es sagrado y profano", señaló la antropóloga, y una de las organizadoras del encuentro, Verónica Riera: "No hay jerarquía entre las religiones porque son diferentes vías de acceso a lo sagrado."
En este sentido una de las ponencias más esclarecedoras fue la del antropólogo Fernando Schwarz que, bajo el título "El nuevo espíritu antropológico. Diferentes aproximaciones a lo sagrado" explicó que lo sagrado es un elemento de la estructura de la conciencia y no una etapa de la historia de esta conciencia. "Religión podría ser un término útil siempre y cuando recordemos que no implica necesariamente una creencia en dios, en los dioses o en los espíritus, sino que se refiere a la experiencia de lo sagrado. Está en relación con las ideas de ser, de significado y de verdad", explicó Schwarz.
Pablo Wright, profesor de Antropología Simbólica en la UBA señaló a través de tres casos la reelaboración del sentido de lo sagrado. El primero, a través de la experiencia de las iglesias tobas. Allí hay una reelaboración de la simbología cristiana desde el chamanismo: "Por ejemplo, los tobas identifican a Dios con la constelación de las pleyades". El segundo ejemplo tomado es el de los íconos de la religiosidad popular como Gilda y el Gauchito Gil que no son reconocidos por la Iglesia Católica. Y por último hizo referencia a la antroposofía que se materializa en las llamadas escuelas Waldorf: un fenómeno de las clases medias y altas argentinas. Allí, la educación se vincula con un romanticismo y una enseñanza basada en la dimensión integral de la vida, a un modelo cosmológico.
A su vez, el antropólogo Carlos Martínez Sarasola expuso su trabajo "Cosmovisión indígena originaria y experiencia de lo sagrado", donde se refirió a la revitali zación de la cosmovisión indígena americana que trasciende sus fronteras, presentándose como una posibilidad cierta de contribución al proceso colectivo de retorno a lo sagrado y la espiritualidad: "Creo que los aspectos que podríamos definir como religiosos son una parte de la cosmovisión, porque por definición el significado es más limitado. Muchas sociedades indígenas han tenido y tienen un lugar consagrado para la religión, con sus rituales, clases sacerdotales, templos y demás parafernalias asociadas. Sin embargo aún en este caso, y atendiendo a esta peculiar visión integradora del mundo, la vida y el universo que identifica a la concepción indígena y la constituye en uno de los pilares de su identidad, me parece más preciso hablar de cosmovisión."
Pero aunque el título del encuentro se refería al "retorno de lo sagrado", una de las conclusiones a las que se arribó fue, como subrayó la antropóloga Riera, que "lo sagrado no se perdió. La cuestión de la pérdida es una construcción de nuestra sociedad porque en realidad lo sagrado es ahistórico. La pérdida es relativa, depende de quien lo enuncia, para los antropólogos las cosas sagradas son dinámicas y cambiantes a lo largo del tiempo, en todo caso la diferencia es que ahora hay conciencia de lo sagrado".
clarin.com
Antropólogos, epistemológos, filósofos y estudiosos de religiones, tradiciones, debatieron entre sí y con el público durante todo el día. Participaron: Fernando Schwarz, Ana María Llamazares, Carlos Martínez Sarasola, Leandro Pinkler, Pablo Wright y Bernardo Nante. "Cada sociedad define las fronteras de lo que es sagrado y profano", señaló la antropóloga, y una de las organizadoras del encuentro, Verónica Riera: "No hay jerarquía entre las religiones porque son diferentes vías de acceso a lo sagrado."
En este sentido una de las ponencias más esclarecedoras fue la del antropólogo Fernando Schwarz que, bajo el título "El nuevo espíritu antropológico. Diferentes aproximaciones a lo sagrado" explicó que lo sagrado es un elemento de la estructura de la conciencia y no una etapa de la historia de esta conciencia. "Religión podría ser un término útil siempre y cuando recordemos que no implica necesariamente una creencia en dios, en los dioses o en los espíritus, sino que se refiere a la experiencia de lo sagrado. Está en relación con las ideas de ser, de significado y de verdad", explicó Schwarz.
Pablo Wright, profesor de Antropología Simbólica en la UBA señaló a través de tres casos la reelaboración del sentido de lo sagrado. El primero, a través de la experiencia de las iglesias tobas. Allí hay una reelaboración de la simbología cristiana desde el chamanismo: "Por ejemplo, los tobas identifican a Dios con la constelación de las pleyades". El segundo ejemplo tomado es el de los íconos de la religiosidad popular como Gilda y el Gauchito Gil que no son reconocidos por la Iglesia Católica. Y por último hizo referencia a la antroposofía que se materializa en las llamadas escuelas Waldorf: un fenómeno de las clases medias y altas argentinas. Allí, la educación se vincula con un romanticismo y una enseñanza basada en la dimensión integral de la vida, a un modelo cosmológico.
A su vez, el antropólogo Carlos Martínez Sarasola expuso su trabajo "Cosmovisión indígena originaria y experiencia de lo sagrado", donde se refirió a la revitali zación de la cosmovisión indígena americana que trasciende sus fronteras, presentándose como una posibilidad cierta de contribución al proceso colectivo de retorno a lo sagrado y la espiritualidad: "Creo que los aspectos que podríamos definir como religiosos son una parte de la cosmovisión, porque por definición el significado es más limitado. Muchas sociedades indígenas han tenido y tienen un lugar consagrado para la religión, con sus rituales, clases sacerdotales, templos y demás parafernalias asociadas. Sin embargo aún en este caso, y atendiendo a esta peculiar visión integradora del mundo, la vida y el universo que identifica a la concepción indígena y la constituye en uno de los pilares de su identidad, me parece más preciso hablar de cosmovisión."
Pero aunque el título del encuentro se refería al "retorno de lo sagrado", una de las conclusiones a las que se arribó fue, como subrayó la antropóloga Riera, que "lo sagrado no se perdió. La cuestión de la pérdida es una construcción de nuestra sociedad porque en realidad lo sagrado es ahistórico. La pérdida es relativa, depende de quien lo enuncia, para los antropólogos las cosas sagradas son dinámicas y cambiantes a lo largo del tiempo, en todo caso la diferencia es que ahora hay conciencia de lo sagrado".
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