A los ya conocidos trastornos de alimentación bulimia y anorexia, los especialistas dieron a conocer nuevas cinco conductas que no suelen ser consideradas como una problemática y que en el 90% de los casos afectan a las mujeres, según la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (Saota).
Una de ellas es la del "comedor nocturno", un trastorno que se estima padecen entre el 1% y el 5% de la población y entre el 8% y el 9% de los obsesos. Marcelo Bregua, psicólogo especialista en desórdenes alimentarios de Aluba, indicó que "son personas que por preocupaciones, ansiedad y poca verbalización de sus problemas, suelen despertarse varias veces de noche para atacar la heladera".
"La diferencia con la bulimia es que no tienen conductas compensatorias, es decir, no salen corriendo a vomitar, a tomar un diurético o a hacer ejercicio: calman la ansiedad a través de la comida y vuelven a acostarse", añadió
Por su parte, Susana Gutt, jefe de Nutrición del Hospital Italiano, dijo que "se calcula que de madrugada adquieren un 50% de su ingesta de calorías diaria, por lo que la mayoría tiene sobrepeso u obesidad. No se levantan a comer lechuga, en general comen alimentos de alta densidad calórica, como dulces, harinas y grasas".
Sobre otro de los trastornos, el de las personas que recurren a dietas de revistas, Bregua explicó que se llama permarexia y que los involucrados en estas prácticas pueden reconocerse porque están atentos a las calorías de los alimentos y suben y bajan de peso constantemente.
"Son personas jóvenes que viven a dieta, pero no bajo control médico: recurren a las dietas de las famosas en las revistas", indicó Gutt, quien agregó: "Lo hacen mujeres adultas, profesionales, de alto nivel de educación, no es gente que no sabe lo que hace".
Vivir obsesionado con comer sano es otro problema. Silvio Schraier, ex presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición y docente de la UBA, señaló que este trastorno es conocido como ortorexia y consiste en la búsqueda de la perfección en el comer.
"Van desde alimentos orgánicos, productos light o macrobióticos, y hacen una suerte de composición propia de lo que creen es saludable. Se restringen todo: no toman café porque creen que puede provocar problemas cardíacos, no comen pollo porque está lleno de hormonas, no comen tomate porque si es perfecto está manipulado genéticamente. Pueden terminar desnutridos, por lo que el objetivo inicial termina en lo contrario", explicaron.
Drunkorexia es otra conducta alarmante. Bregua la detalló con un ejemplo: "Este verano tuvimos un problema terrible con esto: son jóvenes que no comen o comen un yogur en el día para poder consumir alcohol a la noche y no engordar. Saben que el alcohol fija las grasas, pero no renuncian a él: renuncian a las grasas".
Finalmente, está el síndrome del comedor selectivo. Estas personas dejan de lado algunos alimentos y a lo largo de dos años llegan a comer menos de diez diferentes. "Si en esa lista no hay lácteos van a tener carencia de calcio, si no hay fuente de hierro van a tener anemia. Las carencias nutricionales no siempre producen la muerte, pero provocan una mala calidad de vida", advirtió Gutt, según publicó el diario Clarín.
infobae.com
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