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domingo, 28 de febrero de 2010

Para tratar la lumbalgia, vaya al psicólogo


CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- Acupuntura, higiene postural, ejercicio estructurado... Las personas que sufren dolor lumbar crónico pueden abrazar diferentes estrategias terapéuticas pero lo cierto es que a largo plazo ninguna ha demostrado una eficacia alta. Puede que la solución, según un trabajo publicado en '
The Lancet', esté en la consulta del psicoterapeuta.
La lumbalgia crónica es uno de los principales problemas de los sistemas sanitarios de los países desarrollados y una fuente de constantes pérdidas monetarias y en productividad. Es el tercer problema de salud que más discapacidad provoca y el sexto que más recursos financieros consume. A pesar de los esfuerzos por dar con un tratamiento eficaz para esta afección, los resultados hasta ahora son tibios.
El principal consejo que reciben las personas con dolor lumbar es que se mantengan físicamente activas. Además de esto y de las terapias farmacológicas, pueden recurrir a otros tratamientos, como la
acupuntura o la higiene postural, que son medianamente eficaces en la reducción del dolor durante los primeros meses pero, a largo plazo, dejan de serlo.
Un grupo de expertos de la Universidad de Warwick (Coventry, Reino Unido) ha puesto a prueba una estrategia alternativa basada en la terapia cognitiva grupal. Más de 400 pacientes que sufrían de forma crónica este trastorno o durante al menos seis semanas antes del inicio del estudio recibieron los consejos típicos ante esta situación (medicación, ejercicio, etc.) y, además, acudieron a sesiones de terapia. Otros 200 sujetos disfrutaron sólo de las recomendaciones habituales.
Los autores evaluaron al inicio y al cabo de un año la situación de los participantes mediante dos cuestionarios que miden el grado de incapacidad y el dolor. Mientras que la puntuación de los pacientes acogidos al plan terapéutico habitual varió 1,1 puntos y un 5,4% en cada uno de los tests, los sujetos que acudieron a los grupos de terapia cognitiva mejoraron 2,4 puntos y un 13,8%.
Una buena alternativa pero con reparos
Esta nueva estrategia, apunta el artículo, mostró una eficacia similar durante los primeros cuatro meses a la de los tratamientos más comunes (acupuntura, ejercicios estructurados, etc.) pero sus resultados fueron mejores a largo plazo. Al ser preguntados, un 59% de los pacientes en terapia declaró sentirse curado frente al 31% de los controles.
Uno de los puntos fuertes de este tratamiento es su reducido coste –la mitad que los clásicos-, que "refuerza la idea de que se trata de una intervención clínicamente valiosa", indica el estudio. "La terapia es factible desde el punto de vista económico y de la práctica, pero no es la panacea", advierte un editorial que lo acompaña.
Su autor, Laxmaiah Manchikanti, director del Centro del Manejo del Dolor de Paducah (Kentucky, Estados Unidos), subraya varios puntos oscuros en la investigación británica, como la ausencia de información acerca de cuántos pacientes tenían dolor desde hacía menos de un año o de cuáles de ellos eran candidatos a la cirugía, datos importantes para valorar la gravedad de la afección.
Aunque reconoce que los datos del trabajo sugieren que podría ser útil como tratamiento para la lumbalgia en la asistencia primaria, recalca también que su implantación sería posible en aquellos países que cuentan con sistemas nacionales de salud pero no en otros como Estados Unidos o el Reino Unido, donde la asistencia es privada.
elmundo.es

domingo, 21 de febrero de 2010

Espalda: soluciones para las contracturas

Desde que los seres humanos dejamos de andar en dos patas, nuestra espalda ha soportado un gran agobio, emitiendo su queja en forma de dolor. Afortunadamente, este dolor no sólo puede prevenirse: en la mayoría de los casos es posible eliminarlo.
Para su mejor estudio la columna vertebral es divida en: columna cervical (desde el cuello hasta los hombros), dorsal (de allí hasta la cintura) y columna lumbar y sacro-coccígea (hasta el huesito dulce) . Los dolores pueden ser localizados o irradiados, y de acuerdo con la localización de la dolencia se habla de cervicalgia, dorsalgia, lumbalgia y otras.
A la hora del diagnóstico, el elemento primordial es el examen clínico y la económica radiografía, que permitirá distinguir si el dolor proviene de una patología osteo-articular de la columna, observable en la placa y de un grado mayor de severidad ( existen alteraciones que van desde la escoliosis, la cifosis o la lordosis hasta la enfermedad ciática) o bien si, como sucede en la gran mayoría de los casos, se trata de una alteración funcional en cuyo caso existe gran dolor por contractura muscular", explica el doctor Luciano Poitevin, jefe de Traumatología del Hospital de Clínicas.
Mientras que el dolor en el cuello y parte alta de la espalda (cervical) suele deberse a contracturas por tensión y malas posturas, en la zona dorsal y baja las causas habituales son esfuerzos, malos movimientos y también posturas incorrectas. En la parte superior de la espalda es frecuente que los músculos de la nuca o los que van hacia los hombros (trapecios) se tensen excesivamente. Como si fueran riendas de un caballo, tiran de las vértebras, provocando contracturas que a veces hasta presionan una arteria que irriga al cerebro, provocando mareos, zumbidos, problemas de visión y adormecimiento de manos.
Las contracturas en esta zona se originan en un alto porcentaje por tensiones nerviosas. También se deben a la realización de actividades con la nuca tensa y la vista fija en un mismo punto, como operar la PC o manejar a alta velocidad durante muchas horas. Otro origen frecuente es utilizar los brazos como palanca para levantar peso. Es el caso de las mamás que alzan a los bebes de la cuna con los brazos extendidos, o las personas que cargan bolsas del supermercado. Si hay que hacerlo, los brazos siempre deben estar flexionados, para que los trapecios no se tensen.
El dolor dorsal y lumbar crónico generalmente se debe a una mala postura o a la manipulación de objetos pesados y en forma incorrecta. El sedentarismo y la laxitud de los músculos abdominales son grandes responsables de las dolencias lumbares. Cuando la contractura comprime también los filetes nerviosos intercostales el dolor se irradia hacia delante. Es un dolor que se agrava al respirar y se siente como una puntada bajo el corazón.

La importancia del ejercicio
Un gran pilar del tratamiento y la prevención es la actividad física. Los especialistas recomiendan ejercicios de fitness : bicicleta, cinta, caminatas, tres veces por semana. Y es básico realizar ejercicios abdominales, que ayudan a mantener firme la columna.
Según el doctor Claudio Lieti, jefe de Rehabilitación del Hospital de Clínicas, "hay que fortificar los abdominales y los isquiotibiales (de la cara posterior del muslo), generalmente acortados en las dolencias dorsales, que tiran la columna hacia abajo.
Por otra parte, cada 60 minutos hay que interrumpir la tarea que se está realizando y caminar (si la dolencia es lumbar) o mover la columna cervical.
"La mayoría de los pacientes mejoran con actividad física -dice Poitevin, que recomienda evitar los antiinflamatorios-. Los problemas de dolor de espalda deben representar para el paciente el compromiso de trabajar en su proceso de curación. Y la pastillita mágica impide eso", concluye.
Por Florencia Bernadou


Para LA NACION
Los remedios caseros
Almohadilla térmica: es buena, pero puede producir quemaduras si la utiliza a alta temperatura durante mucho tiempo
Cremas desinflamantes: si el dolor es muy intenso y repentino, no deben utilizarse. Lo mejor es inmovilizar la zona y consultar al médico
Bolsa de agua caliente: absolutamente contraindicada para trastornos músculo-esqueléticos. No usar cuando hay dolor
Secador de pelo: da calor seco, muy útil para aliviar el dolor cervical
Estos remedios son complementarios, ya que la batería de kinesiología incluye masoterapia, quiropraxia, calor (onda corta, magnetoterapia), y otros métodos
Los si y los no de la actividad física
No realizar deportes que impliquen rotación de la columna con esfuerzo, como el squash, el windsurf o el kayak.
Los deportes que requieren fijar la vista, como el tenis, producen contracturas cervicales.
Hasta que la cincha abdominal esté fuerte, no hacer ejercicios de brazos con carga que tense los trapecios.
En abdominales: no hacer fuerza con el cuello.
Se aconseja realizar muchísimos abdominales, siempre con rodillas dobladas.
Natación: en el agua se anula el efecto de la gravedad y se amplían los movimientos articulares. Yoga: es una de las pocas técnicas que trabajan seriamente la columna.
Sin embargo, no todos sus ejercicios son aptos para personas con dolor de espalda.



Las posturas también reflejan angustias
"Tono y psiquismo representan dos aspectos de la misma función. La concepción de estas unidad fundamental psicosomática nos permite comprender que no hay emoción que carezca de alguna expresión somatotónica", afirma la licenciada Teresa Weksler, especialista en kinesiología y fisiatría, y creadora de la Escuela de la Espalda.
Según la especialista, "la expresión del cuerpo es, en cierto registro, la traducción de profundas reacciones emocionales, afectivas, y el tono variable de la postura da cuenta del nivel de tensión interna del sujeto".
Por esta razón, "el abordaje corporal debe integrar el cuerpo y la mente. El objeto de este abordaje es provocar modificaciones empleando un conjunto de técnicas, como las que llevan a la concientización corporal (mediante estímulos sensoriomotrices y espaciales), el movimiento, la verbalización durante la sesión por parte del paciente de sus vivencias corporales, el contacto corporal (como el masaje), y la realización de buena lectura clínica de su cuerpo, entre otras".
Agrega Weksler que "el 70% de los pacientes que consultan a diario padece de dolor de espalda y sufre distintas afecciones en la columna vertebral. El cansancio y las contracturas, básicamente relacionadas con la falta de adecuación ergonómica en los puestos de trabajo son los más frecuentes".
Es importante "trabajar para educar las percepciones del paciente, de su equilibrio, de cómo se sienta, de la posición de su cabeza en el espacio, asociados a datos visuales. Pero no hay una receta única para todos -afirma-. Lo básico es entender que una vez que el dolor se ha instalado hay que descubrir de qué manera se originó. Y tener en cuenta que en la mayoría de los casos existe la posibilidad de prevenir los trastornos de la espalda, más allá de esos orígenes".

lanacion.com

miércoles, 16 de diciembre de 2009

El estrés y la mala postura, principales causas de contracturas

La sala de espera donde atiende el traumatólogo Jorge Romanelli ofrece testimonios de lo más variados: dolores en la cervical, problemas de columna, contracturas en la espalda, en la cadera, entre otros. El especialista recibe a lanacion.com y comenta que, por contracturas, atiende pacientes de entre 18 y 80 años.
"Cada vez se suman más jóvenes, por el trabajo sedentario y las malas posturas", comenta. Y agrega que el estrés está entre las principales causas de dolores en espalda, cintura y cuello entre quienes ya cumplieron los 30 y están en plena actividad laboral.
El doctor en kinesiología y fisiatría Norberto Furman, se explayó en el origen de las contracturas según las edades. "En la gente joven, lo más común son los excesos en las actividades deportivas. Entre los adultos, aparecen las malas posturas, la falta de gimnasia y el estrés. Ya en la tercera edad, el desgaste en las articulaciones (artrosis) y las hernias de disco suelen ser mayoría entre las causas", explicó a lanacion.com.
Este especialista, que entre sus pacientes cuenta a estrellas del espectáculo, se detiene en el estrés y lo denomina "asesino silencioso". Agrega: "Da vueltas en nuestro cuerpo y en algún lado choca. En este sentido, la columna y los músculos son órganos de descarga".
Según dijo, los problemas en el cuello y la columna cervical son los que más inconvenientes pueden causar, ya que alteran la circulación y el flujo de sangre hacia el cerebro. Esto puede provocar mareos, dolores de cabeza, zumbido en los oídos, nublado de vista, decaimiento, opresión de pecho, taquicardia, disminución de la memoria, adormecimiento de las manos por la noche, etc. Una serie de síntomas que las personas suelen confundir con otras patologías, pero que pueden tener su raíz en la falta de relajación muscular.
Consejos para la oficina. Un ejercicio simple y efectivo para relajarse en la oficina consiste en imaginar que uno tiene la nariz muy larga y escribir en un pizarrón imaginario delante de la pantalla. En un abecedario se pueden lograr todos los movimientos necesarios para relajar los músculos del cuello. Además, este ejercicio puede ser complementado con movimientos hacia arriba y debajo con los hombros y, si es posible, movimientos circulares con la cintura al menos unos segundos, tres o cuatro veces por día. Se debe recordar, también, que ninguna columna soporta estar más de 40 minutos seguidos en una postura viciosa, como puede ser tirado hacia adelante frente a la computadora. Por ello, es importante levantarse de la silla cada tanto y caminar, aunque sea unos pocos pasos.

lanacion.com

lunes, 8 de junio de 2009

Muchos problemas de espalda se tratan con técnicas ineficaces


MADRID (Diario El Pais).- Hay más de 200 tipos de medicamentos, inyecciones, técnicas quirúrgicas, implantes y otros productos sanitarios para tratar el dolor de espalda. Sin embargo, como denuncia un artículo publicado en la revista Spine, la mayoría no han demostrado científicamente su seguridad y utilidad, mientras que se infrautilizan otros eficaces. Esta situación, apuntan dos de sus autores, Francisco Kovacs y Gerard Urrutia, conlleva consecuencias inaceptables para los pacientes, ´que son expuestos a riesgos innecesarios´, y para los sistemas de salud, que son sometidos a un coste superfluo´.
Cerca del 98% de las técnicas no farmacológicas que se emplean en el dolor lumbar no están contrastadas, sostiene Kovacs, director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE). Y subraya que, en este mercado salvaje, sumamente atractivo, los mecanismos de vigilancia son quiméricos.
El proceso para la aprobación de estas técnicas en EE UU es menos riguroso que el que se exige a los medicamentos. Ello permite, asegura el artículo, que cada año se comercialicen nuevas técnicas, más caras, pero que no han demostrado ser mejores que las que ya existían. Y, como corrobora Kovacs, en Europa y España la situación es similar. Las tecnologías sanitarias ´se aplican y punto´. Se asume que son mejores, pero ´¿quién evalúa las tecnologías?´.
En España, la Agencia de Tecnologías Sanitarias es la encargada de hacerlo. Pero, según Kovacs, en la mayoría de los casos esta evaluación se basa en estudios que ´de alguna manera, están auspiciados por la propia industria´. Y, además, una vez aprobados, ´no existen mecanismos de vigilancia ni de control´.
Y debido a este entusiasmo tecnológico para tratar el dolor de espalda, muchas investigaciones persiguen demostrar la eficacia de técnicas ideadas para problemas para los que ya existen soluciones, apunta Gerard Urrutia, del Centro Cochrane Iberoamericano y del hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en Barcelona, lo que crea una ´percepción de sobretratamiento´. Urrutia señala que los objetivos de la industria son ´legítimos´, pero que obedecen a ´criterios comerciales´.
En España, desafortunadamente, se realiza muy poca investigación independiente, sostiene Urrutia. Ello hace, como se subraya en Spine, que se hayan comercializado muchas tecnologías para el tratamiento del dolor lumbar que no han demostrado ser más eficaces que las ya existentes. Por ejemplo, un estudio que analizaba una nueva técnica de implantes de discos artificiales lumbares se llevó a cabo en mujeres mayores de 50 años, con posibilidad de sufrir osteoporosis, enfermedad para la que esta técnica está contraindicada.
La creciente proliferación de tecnologías para tratar el dolor lumbar, más de 200, va desde las más sencillas hasta las más complejas. Esto no quiere decir, según Urrutia, que no sean eficaces, sino que lo son para determinados casos. Lo que ocurre es que estas indicaciones se han generalizado y nos encontramos ante un sobretratamiento con tecnologías caras. Y todo ello basado en un ´entusiasmo tecnológico pero con un escaso espíritu crítico´.
Como solución, Kovacs considera ineludible mejorar los sistemas de implantación de las nuevas tecnologías para el dolor lumbar. ´Tienen que demostrar que son mejores y más seguras que las que ya existen en el mercado y que haya unas condiciones de aplicación rigurosas; es decir, con pacientes seleccionados escrupulosamente y médicos entrenados. Y, una vez que se aprueban, que existan mecanismos de vigilancia que garanticen la seguridad del paciente´.
Los objetivos de la industria son distintos de los de los investigadores clínicos o académicos. Sin embargo, los investigadores y la industria están condenados a entenderse. Así lo cree Gerard Urrutia, quien piensa que no se debe ´demonizar a la industria´. ´La cooperación es necesaria, pero siempre que se garantice la transparencia en la investigación, exista la declaración de conflictos de interés y el compromiso de la publicación de los resultados, independientemente de si son o no positivos [los estudios financiados por la industria suelen presentar resultados más positivos]´, añade. De esta manera, asegura Urrutia, la relación será mucho más fructífera.
Francisco Kovacs, por su parte, cree que es necesario hacer una investigación independiente. La alternativa, dice, es exponer a nuestros pacientes a ´riesgos innecesarios´.
© EL PAIS, SL.
lanacion.com