Mostrando entradas con la etiqueta cementerio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cementerio. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de julio de 2011

La muerte como culto: el Cementerio de Chacarita por dentro

Por Sol Amaya
lanacion.com
Algunos rincones oscuros y monstruosos, otras callecitas tristes y melancólicas, y uno que otro espacio anecdótico y hasta divertido. Aunque parezca contradictorio, todos estos condimentos forman parte de un mismo lugar: el mítico Cementerio de Chacarita. Emplazado en medio del barrio que le da el nombre, las 95 hectáreas de que fue en su origen el Cementerio del Oeste albergan historias, leyendas, mitos y recuerdos de miles de familias porteñas y de otros rincones de la Argentina y el mundo.
Por sus callecitas, que en algunos lugares se transforman en anchas "avenidas", el simbolismo del culto a la muerte y al honor de los difuntos va tomando diferentes formas.
Lo que tal vez genera más curiosidad es la zona de las bóvedas, donde la variedad de materiales, estilos arquitectónicos y símbolos recuerda épocas y costumbres hoy casi desaparecidas.
"Hasta los años 60, era una costumbre que los familiares vinieran a pasar el día visitando a sus difuntos. Se sentaban en el interior de las bóvedas, alrededor del cajón, tomaban mate, limpiaban el lugar, conversaban, cambiaban las flores", cuenta Hernan Santiago Vizzari, investigador histórico y autor de Cementerio de Chacarita , un sitio que recorre la historia del lugar.
Hoy el panorama es muy diferente. Muchas de las bóvedas están abandonadas y la mayoría de las personas opta por cremar a sus difuntos o enterrarlos.
Un lugar histórico
La idea de hacer un cementerio en lo que hoy es el barrio de Chacarita surgió en 1871, con la epidemia de fiebre amarilla. Los lugares que ya existían comenzaron a quedarse sin espacios. Por eso se destinaron unas cinco hectáreas de lo que hoy es el Parque los Andes para lo que se conoció como el Cementerio Viejo. Allí llegaron a realizarse más de 500 inhumaciones en un solo día.
Luego comenzaron a realizarse las inhumaciones en lo que se denominó "Chacarita Nueva" y luego "Cementerio del Oeste", hacia 1896.
Dentro de este lugar histórico descansan los restos de personajes reconocidos de la historia del país, entre ellos, muchos protagonistas del tango. "Hay orquestas enteras de tango enterradas acá", dice Vizzari.
Su construcción generó de alguna manera una renovación del barrio y la apertura de nuevos negocios. Desde florerías hasta bares, sin dejar de contar las herrerías que realizaban los trabajos en las bóvedas.
Simbolismos y tradiciones
Para quienes pertenecen a generaciones y tradiciones familiares en las que la muerte es casi un tema tabú, observar algunas esculturas y símbolos que cubren las paredes y techos de las bóvedas puede generar desconcierto e incluso temor.
Uno de estos ejemplos es el panteón de la Policía Federal, que en su entrada tiene unas oscuras estatuas de mujeres vestidas de negro, con un velo que cubre parte de su frente casi impidiendo la visión de sus ojos.
También en algunos rincones pueden observarse imágenes de medusas, ese personaje mitológico que convertía en piedra a quienes la miraban a los ojos. Según explica Vizzari, este tipo de imágenes buscaba de alguna manera poner un límite, una advertencia, un espacio de respeto para quienes quisieran acercarse a las tumbas con motivos distintos que el de ofrecer un voto de respeto al difunto.
Otros símbolos son tal vez más esperanzadores y menos amenazantes, como las antorchas. Estas representan el fuego de la vida más allá de la muerte, la esperanza de una luz encendida que traspasa la vida terrenal.
También suele encontrarse la Clepsidra, que es el reloj de agua. Tiene un valor simbólico, porque representa el fluir constante del tiempo.
Personalidades y personajes
En varios rincones del cementerio pueden encontrarse los restos de diferentes personalidades de la historia argentina. Entre ellas está la tumba de José Amalfitani, el reconocido dirgente de Vélez. También yacen aquí los restos de Aníbal Troilo, Adolfo Pedernera, Benito Quinquela Martin, Luis Sandrini, entre tantos otros.
Quizás uno de los rincones que atrae a más visitantes es la esquina de Carlos Gardel. Allí, una estatua del "zorzal criollo" lo representa de pie, vestido con su trajecito, con una mano en el bolsillo y la otra sosteniendo un llavero. A su lado, arrodillada y mirando el suelo, la mujer con la lira rota en sus manos, simbolizando el luto de la música por la pérdida del gran cantor. El lugar está repleto de placas y flores y mensajes al ídolo del tango.
Es muy común, cuenta Vizzari, que cada tanto pase un taxista, detenga su móvil frente a Gardel, ponga un tango a todo volumen y encienda un cigarrillo. Terminada la canción, el chofer suele bajarse y colocar lo que queda del pucho en la mano derecha del cantante y volver al trabajo.
Así transcurren los días en este cementerio, con algunos rincones muy visitados y otros tal vez olvidados en incluso abandonados, entre bóvedas que, escaleras abajo, aún guardan los restos de familias enteras que alguna vez habitaron el suelo argentino.

lunes, 11 de abril de 2011

China se queda sin sitio para sus difuntos

Una persona reza delante de una lápida

En China existe la expresión “ser esclavo de tu tumba”. Se refiere a la nueva generación de chinos que deben dedicar gran parte de sus ahorros a pagar su propio entierro, el de sus padres y los costes regulares que suponen su mantenimiento. El precio del metro cuadrado de una parcela funeraria se ha disparado, y en algunos cementarios es comparable al de un piso en el centro de una ciudad.
Pero el dinero no es el único problema que deben afrontar: ya no hay sitio para los nueve millones de difuntos anuales y las autoridades chinas han pedido a sus ciudadanos que renuncien a tener su propia parcela funeraria, según cuenta USA Today. Dicen que es el sacrificio que supone vivir en una ciudad y, por lo tanto, si quieren una tumba deberán tener en cuenta que dentro de 20 ó 30 años será desplazada a un panteón colectivo.
El objetivo es evitar que el paisaje de ciudades como Pekín esté dominado por lápidas. Las soluciones que recomiendan pasan por esparcir las cenizas de sus difuntos en el mar o enterrarlas bajo árboles. Escoger este “entierro verde”, como lo denomina el gobierno chino, servirá para proteger el medio ambiente y supondrá un ahorro importante para los bolsillos de los chinos.
lainformacion.com

jueves, 10 de marzo de 2011

Retrato sobre una lápida

Imagen de la lápida de Petra. | Austriantimes.com


"Ho ho ho, ¡Y una botella de ron!", dijo el famoso pirata. Pero en este caso se trata de una botella de vino, y quien se agarra a ella con tanta pasión es ¡un difunto!
Antes de morir, a los 75 años, Petra Dumitru, rumano, decidió adornar su lápida con una fotografía en la que aparece, junto a su mujer, bebiendo a morro una botella de vino, su bebida preferida.
Aunque sus vecinos bajo tierra no han mostrado quejas, que se sepa, sí lo han hecho las autoridades eclesiáticas que controlan el cementerio, planteándose incluso retirar esa imagen porque es "indigna".
Su cuñado Stefan Toma explica al diario Austrian Times que en su lecho de muerte Petra así lo pidió: "Nos dijo que quería que la gente le recordara por sus dos grandes amores: el buen vino y su mujer", explica.
"Nosotros pensamos que una fotografía lo plasmaría, aunque admito que en esta a su mujer parece gustarle que beba", añade este familiar.
Por cierto que este original diseño de lápida salta a la luz al tiempo que otra llamativa propuesta alemana hecha pública hoy: Quien escriba el mejor epitafio ganará un entierro de postín, con lápida, coronas de flores y ¿vino, tal vez?.
el mundo.es

viernes, 6 de agosto de 2010

Un cementerio para judíos de segunda

Por Raúl Kollmann
La AMIA, a través de su presidente, Guillermo Borger, hizo un anuncio polémico el lunes pasado: el inicio de la construcción de una nueva sección en el tradicional cementerio de La Tablada. En esa franja serán enterradas las personas que resolvieron convertirse al judaísmo, pero no lo hicieron por los ritos y la conducción de rabinos ortodoxos, sino bajo la guía de un rabino progresista. De esa manera, la AMIA considera que se le da solución al entierro de personas convertidas, a las que les está prohibida la sepultura en La Tablada, junto con todos los demás judíos. Para muchos, la iniciativa actual de la AMIA no mejora en nada la situación, sino que crea una especie de gueto al que serán derivados los convertidos, pero no certificados por la ortodoxia. “Esto continúa con la discriminación. Un esposo quiere ser enterrado en el mismo sitio que su mujer convertida al judaísmo. Y yo quiero ser enterrado con ellos”, le dijo a Página/12 el rabino de la comunidad Bet El, Daniel Goldman.
La construcción de la nueva franja de La Tablada, separada del cementerio tradicional, fue anunciada a la Agencia Judía de Noticias (AJN) esta semana. Guillermo Borger, presidente de la AMIA, que administra el cementerio, sostuvo que en veinte días comenzarán las obras y la nueva franja sería inaugurada antes de que Borger termine su mandato, en mayo de 2011.
En junio de 2008, este diario advirtió sobre tres casos concretos, también señalados por la comunidad Bet El. El primero era el de una persona convertida al judaísmo en 1948, en el gran templo de la calle Paso. Falleció en 2008, es decir que llevaba sesenta años de vida judía. El segundo caso era un integrante de la comunidad Bnei Tikva y el tercero era un rosarino, hijo de madre judía, pero “con apellido dudoso”. El reclamo fue hecho por las familias y lo encabezaron dos socios de la AMIA, José Scher y Juan Segal, junto con el rabino Goldman.
Los casos fueron graves porque uno de los cuerpos debió ser enterrado en la Chacarita, el otro fue derivado a Lomas de Zamora, a un sitio para “dudosos”, y se dice que el tercero insistió e insistió hasta que le permitieron el entierro en La Tablada. El punto es que, en general, se trata de familias que sostienen –con todo derecho– que su papá o su mamá querían yacer en el mismo lugar que su pareja de toda la vida, pero no lo permiten porque no hicieron la conversión con un rabino ortodoxo. La AMIA tiene un rabinato que es algo así como la voz oficial y entonces se sostiene que son inválidas las conversiones realizadas por los rabinos llamados conservadores y reformistas, que son las corrientes no ortodoxas.
La historia de las conversiones en la Argentina es curiosa y única. En las primeras décadas del siglo XX existió una organización mafiosa de judíos polacos, la Tzvi Migdal, que traía chicas muy jóvenes de Polonia para prostituirlas en la Argentina. Para evitar que los mafiosos no judíos se convirtieran al judaísmo, directamente se prohibieron las conversiones en la Argentina. La medida está avalada desde entonces por rabinos argentinos e israelíes. Ello derivó en un hecho asombroso: se acepta enterrar en cementerios judíos a los convertidos en Uruguay o Chile, pero no a los convertidos por rabinos no ortodoxos en la Argentina.
El rabino Goldman manifestó ayer ante este diario su rechazo a la construcción del nuevo cementerio para conversos. “Esta es una solución que no es una solución, sino que, por el contrario, consolida la discriminación. Un judío convertido es un judío y debe ser enterrado con todos los demás judíos. En lugar de existir un cementerio manejado por los ortodoxos, tiene que haber un cementerio donde puedan ser enterrados todos los judíos. Las familias tienen todo el derecho a estar en el mismo lugar que sus miembros que se convirtieron al judaísmo. Y yo también tengo derecho a estar enterrado en el mismo lugar que mis hermanos convertidos”, sostuvo Goldman. El rabino de la comunidad Bet El insistió también en reclamar que la AMIA no tenga un rabinato oficial, lo que excluye a las demás corrientes del judaísmo.
El vicepresidente de la AMIA, José Scaliter, de la corriente AMIA es de Todos, le dijo a la AJN que “si bien esta obra se votó en la mesa directiva, desde nuestro sector tenemos algunas reservas sobre cómo se va a reglamentar esta ampliación del cementerio. La construcción resuelve algunos problemas que son complicados, como el de dar sepultura a los conversos de cualquier corriente, que hoy no tienen lugar. Veremos en los próximos meses cómo consensuamos la reglamentación, para cuando llegue el momento de la inauguración”. Originalmente, durante la campaña electoral, AMIA es de Todos, agrupación fundada por el rabino Sergio Bergman, sostuvo que era inaceptable la construcción de un cementerio distinto para personas convertidas por rabinos de las corrientes no ortodoxas. Es más: Bergman –quien cobró notoriedad por su protagonismo en las marchas de Juan Carlos Blumberg– amenazó en su momento con iniciar una demanda contra la propia AMIA, acompañado por el constitucionalista Daniel Sabsay. Ahora parece que la agrupación admitirá el nuevo cementerio, pero consensuando la reglamentación. No será fácil. Quienes conocen el proyecto sostienen que en ese nuevo cementerio sólo podrán ser enterrados los cónyuges de una persona convertida, pero no los hijos. En cualquier caso, con una división de por medio, habrá un cementerio para judíos de primera y judíos de segunda.

pagina12.com.ar

viernes, 30 de abril de 2010

Imágenes del espanto en un cementerio

CORDOBA.- Uno de los dos grandes cementerios que tiene la ciudad de Córdoba presenta un espectáculo espantoso, con 7000 cadáveres acumulados sin recibir sepultura ni cremación; de ellos, un millar se encuentra en un depósito a cielo abierto en cajones consumidos por el tiempo, las inclemencias meteorológicas y los roedores.
El tétrico panorama se registra en el cementerio San Vicente, situado en los suburbios de la capital, como consecuencia de la falta de inversiones para que funcionen a pleno los dos hornos crematorios y de consecutivos y prolongados conflictos gremiales entre el personal y las autoridades municipales.
El caso alcanzó en estos días mayor dramatismo por la denuncia que formuló el concejal radical Mario Rey, que difundió fotos de escenas aterradoras sobre el estado de la necrópolis y los féretros apilados o esparcidos a cielo abierto.
El concejal expuso el grave problema en una nota que le remitió al intendente Daniel Giacomino, en la que solicita que "se garanticen mínimamente las condiciones de seguridad y sanidad del personal que trabaja en el cementerio San Vicente, en humillantes condiciones de trabajo y exponencial riesgo de vulnerabilidad".
Tras una recorrida con su equipo técnico de salud, Rey reveló que "el cementerio tiene 50.000 tumbas y 7000 cadáveres en lista de espera para ser cremados".
El municipio atribuyó la situación de abandono a un conflicto gremial, en razón de que el personal se encuentra en estado deliberativo, con suspensión de actividades, en reclamo de mejores condiciones laborales y provisión de insumos.
Como consecuencia de ello no se realizan exhumaciones, ni traslado de cadáveres para su cremación, mientras que los sepelios se cumplen en forma restringida.
El secretario de Ambiente, Fernando Cámara, rechazó los argumentos del personal y negó la falta de insumos. El director de Cementerios, Miguel Reyes Quejeles, admitió que un crematorio está desactivado y rechazó que falten elementos para trabajar, como denunció el gremialista Gaspar Ramallo.

lanacion.com

miércoles, 16 de julio de 2008

NUEVA FORMA DE DESPEDIR A LOS MUERTOS

En el cementerio de Chacarita ya hay más cremaciones que entierros
Dicen que se debe a un "cambio cultural".
La tendencia se da en otros cementerios.
El cambio en los ritos de despedida, en las costumbres religiosas y las fuertes subas en los costos de sepultura y sepelios acompañaron en la última década un fuerte vuelco de los porteños a cremar sus muertos.
En el cementerio de la Chacarita, donde se encuentra el único crematorio de la Ciudad, las cremaciones aumentaron casi un 40%. Y en el mismo período bajó la cantidad de sepulturas que se realizan en los cementerios públicos de Capital.
Además, la mayoría de ellas ya no se renuevan, incluso se abandonan o se cancela el servicio de mantenimiento que ofrecen los cuidadores. "Actualmente el número de cremaciones en la Chacarita es ampliamente superior al de entierros", explica el Director General de Cementerios, Néstor Julio Pan.
Hoy se realizan alrededor de 35 cremaciones por día, contra 32 solicitudes totales para sepulturas y nichos. El orden de la demanda está invertido con relación a 10 años atrás , dice.
La inclinación de la gente a cremar a sus seres queridos obligó a realizar reformas en Chacarita: se agregaron más hornos, con mayor capacidad: ahora se pueden hacer 12 cremaciones por hora, mientras antes se realizaban 8.
La tendencia obedece a varios factores, entre ellos el económico: las cremaciones tienen un costo por única vez de $ 205, mientras que la sepultura en tierra cuesta $ 91 el día del entierro y hay que pagar duante cuatro años el mismo importe, además de $ 37 mensuales por el mantenimiento que realizan los cuidadores (es optativo).
Sin embargo, los especialistas coinciden en que la razón más importante que hace crecer la tendencia está en el cambio cultural . Hay otra mirada, otra forma de vivir y procesar el dolor de la pérdida de un familiar , asegura Ricardo Fernández, coordinador de la Dirección General de Cementerios.
Con las cremaciones se busca cierta practicidad. La costumbre de ir al cementerio a visitar a un familiar se está perdiendo. Los pocos que vienen son personas mayores, los jóvenes no se ven por aquí , afirman los cuidadores del cementerio de la Chacarita. Y cuentan las fechas de visita clave, como el día de la madre o el padre, ya no son como las de antes: Apenas se ven pequeños grupos familiares , coinciden.
Además, la cantidad de sepulturas que los cuidadores tienen a su cargo para el mantenimiento se redujo un 50% desde la crisis de 2001. A esto se suma un alto nivel de morosidad en los arrendamientos, y casi el 20% de las 10.000 bóvedas de Chacarita están abandonadas.
La mayoría de la gente que crema a sus seres queridos guarda sus cenizas en su casas.
Y algunos casos las esparcen en algún sitio que haya sido especial para el difunto: un cancha de fútbol, el lugar de nacimiento, el mar...
Los cinerarios son otra opción cada vez más utilizada. Se trata de urnas comunitarias instaladas en parroquias, donde los familiares pueden dejar las cenizas.
En la Ciudad, el Arzobispado porteño impulsó ese servicio en 2003 y actualmente hay varias parroquias que brindan esa posibilidad. La gente se preocupa por la falta de continuidad en el cuidado de los restos, por eso elige la cremación , cuenta el cura Osvaldo Gloverdans, de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, de Palermo, que abrió su cinerario hace un año. También hay una búsqueda de un lugar sagrado porque muchos de los que se acercan tenían las cenizas de sus familiares en sus casas y no sabían que hacer con ellas .
Otro factor que revela el cambio de hábito a la hora de despedir los restos de un ser querido es la caída de los velatorios. Se estima que bajó un 40 % la contratación de los servicios de sepelios. El cuerpo simplemente queda alojado en un depósito de la funeraria hasta el día siguiente cuando se traslada , explica Omar Colazo de la Federación Argentina de Asociaciones Funerarias. (FADAF). Además, las extensas despedidas en lo velorios están en extinción. Ahora se busca acelerar la hora de llegada al cementerio o crematorio. Muchos eligen el denominado servicio directo que consiste en el traslado del cuerpo al cementerio dos o tres horas después de la muerte , dice Colazo. Tampoco circulan ya fastuosas peregrinaciones de remises lujosos o pomposos cortejos fúnebres hacia el destino final.
INFORME: MAESTRIA DE CLARIN