domingo, 15 de noviembre de 2009

Celulitis: las mujeres gastan plata en tratamientos inútiles

El verano se acerca, aligera la ropa y las mujeres se convierten en víctimas de una injusticia: la celulitis. Una enfermedad que provoca quejas y ansiedad, casi rozando la obsesión, tal vez por el recuerdo de aquellos tratamientos que se esquivaron durante el año. Desde la Sociedad Argentina de Dermatología y la Asociación Argentina de Dermatología, aseguran que la celulitis, en diferentes grados, afecta al 95% de las argentinas. Y advierten que "la mayoría gasta dinero y tiempo en tratamientos individuales anticelulíticos que no sirven cuando se los abandona antes del tiempo indicado". Pretenden, además, resultados mágicos aunque coman mal, no muevan ni un músculo y duerman sólo seis horas por día.

Los médicos dermatólogos, cirujanos, nutricionistas, y profesores de educación física consultados por Clarín coinciden: "Hay que hacer un tratamiento integral que incluya dieta sana, ejercicio físico, buen descanso y no usar ropa ajustada; y complementarlo con distintos tratamientos como mesoterapia, electrodos, radiofrecuencias, presoterapia, y (bajo control médico) medicación anticelulítica o venática". Para disminuirla, el "combo" debe mantenerse por lo menos durante tres meses; y no hacerlo por separado: no sirve.¿Por qué hay que atacarla de todos lados? "La celulitis es de origen multifactorial", explicó el médico dermatólogo Christian Sánchez Saizar, de la Sociedad Argentina de Dermatología y director de Concepto Estético. Según detalló, esos factores son hormonales, congénitos, alimentarios, de estilo de vida y psicológicos. "Por eso, el tipo y grado de celulitis es diferente en cada mujer, por lo que la combinación de tratamientos varía. Pero el tratamiento estándar es la dieta, la actividad física, medicación vía oral y mesoterapia, que puede complementarse con aparatología como los electrodos o la presoterapia", afirmó Sánchez Saizar. La mesoterapia cuesta $100 por sesión; y los médicos recomiendan un mínimo de 10. Y los electrodos salen $50 por cada aplicación.

La celulitis (del latín cellula, un diminutivo de hueco; y del griego itis, que significa inflamación) "es una alteración importante en la microcirculación que luego produce una alteración en el adiposito o célula grasa. Comienza con una fase edematosa y continúa con una fibrosa, que invade el tejido graso", explicó María del Carmen Arrastia, de la Asociación Argentina de Dermatología. Las localizaciones más comunes son las caderas, nalgas y muslos y también en cara interna de las rodillas, brazos y piernas. Y puede comenzar a a desarrollarse en la pubertad por los cambios hormonales del cuerpo. Los médicos la investigan como "PEFS": Paniculopatía edemato fibroesclerosa y reconocen cuatro grados y tres tipos de celulitis: la dura o compacta, la fláccida y la edematosa. Por lo general, las mujeres tienen "celulitis mixta". Según Sánchez Saizar, la más frecuente es la celulitis fláccida en la parte anterior del muslo y compacta en el sector posterior y externo. Y dijo que, en algunos casos, puede provocar problemas funcionales: "La primera alteración es morfológica sin consecuencias biológicas significativas, de implicancia sólo estética: piel de naranja. La segunda puede llevar a distintos grados de invalidez; son frecuentes los dolores, la pesadez de piernas, edema o retención de líquidos, disminución de vello en la región". Por eso, Guillermo Blugerman, presidente de la Asociación Argentina de Medicina y Cirugía Cosmética, habla de ella como "la punta de un iceberg". Y afirmó que, si se cumple el tratamiento integral al pie de la letra, se puede disminuir un grado de celulitis en tres meses.

Para Mónica Katz, directora de Nutricionar y del posgrado de Nutrición de la Fundación Favaloro, lo aconsejable es comer frutas, verduras y cereales y tomar jugos cítricos porque previenen la mala circulación. La carne de pescado también ayuda a degradar grasas. Alejandra Romero Barrios, profesora de Educación Física, recomienda caminar, nadar o patinar 30 minutos diarios. O ir tres veces por semana al gimnasio para hacer ejercicios localizados. Margarita Blanco, especialista en trastornos del sueño, aseguró que lo ideal es complementarlo con un descanso de al menos ocho horas diarias. Aún teniendo un control minucioso, los expertos dicen que no se cura. Sólo se puede prevenir o frenar su evolución, pero únicamente siguiendo un plan que sea múltiple. Eso sí, el plan no incluye un tratamiento para luchar contra la obsesión.

clarin.com

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