El mundo primero lo conoció por su obra. Fue quien pensó el proyecto del Nido del Pájaro , el Estadio Olímpico de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, que se destacaba por sus tiras de acero alrededor de la estructura similares al lugar donde las aves ponen sus huevos. Hace tres años era el orgullo estético de un país que se mostraba al mundo con el deporte. Pero desde entonces la vida de Ai Weiwei (53) cambió drásticamente. Sus críticas al Gobierno de China lo sacaron del pedestal y lo pusieron en la mira junto a centenas de disidentes.
El 3 de abril fue secuestrado en el aeropuerto de Pekín por agentes de policía y lo mantuvieron cautivo hasta finales de junio. “En China no hay ley. Nunca podré ganar este caso en los tribunales. Todos son lo mismo”, explicó Weiwei en una entrevista al diario El País de España, en su casa, vigilada por dos cámaras de seguridad.
En la denuncia que hizo tras su liberación, relató que dos hombres lo capturaron en el aeropuerto, le vendaron los ojos y lo llevaron a un búnker. Ante los pedidos de paradero, fuentes oficiales respondieron acusando a Weiwei de colocar pornografía en Internet, de copiar el trabajo de otros artistas y de irregularidades tributarias.
“ Me ataron con las esposas a una silla y comenzaron los interrogatorios.
Me arrestaron por mis críticas al Gobierno. Solo puedo utilizar sus palabras, me dijeron que querían hacerme parecer malo ante la gente. Me sometieron a 50 interrogatorios y a otros 20, a gente vinculada a mí”, detalla quien fue catalogado este año por la prestigiosa revista británica Art Review como “la figura artística más poderosa del mundo” .
El comienzo de su enfrentamiento al Partido Comunista chino fue luego de las muertes de 5.000 chicos en el terremoto de Sichuan, también en 2008. El derrumbe de decenas escuelas, según activistas críticos, fue por la construcción de baja calidad debido a la corrupción. Su campaña para conocer los nombres de todos los chicos provocó la reacción de las autoridades, que temían una reacción social por la sensibilidad que había provocado el caso.
“No busco hacer política, nunca fue mi intención. Pero la vida no permite evitar gestos políticos en una sociedad muy politizada. Yo soy artista.
Todo mi arte gira en torno a la libertad de expresión y el derecho a comunicar mis ideas . No es sólo sobre un lienzo o una escultura”, afirma Weiwei.
Por último remarca: “Yo no digo que todo lo que dice el Gobierno es erróneo. Pienso que hubo gran cantidad de mejoras.
Pero, ¿por qué no dejar hablar a otras voces cuando son distintas? No tienes por qué creerme, no tengo por qué gustarte, pero no puedes simplemente aplastarme, basándote en acusaciones falsas.
clarin.com
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