No se trata sólo de una cuestión de derechos, sino de evidencia científica. Los matrimonios homosexuales no sólo contribuyen a la igualdad y normalización de este colectivo dentro de la sociedad sino que también mejoran su salud. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio estadounidense que, tras analizar el efecto que esta medida ha tenido sobre la población homosexual de Massachusetts, concluye que la legislación que permite estas bodas disminuye de forma significativa las consultas médicas y mentales y reduce por tanto los costes sanitarios que generan gais y bisexuales.
En julio de 2005 se legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en España. Desde entonces han sido muchas las parejas que han decidido oficializar su relación pasando por el juzgado. "Esta medida ha servido para reducir las preocupaciones en tu vida cotidiana tanto en el ámbito familiar como social, por ejemplo a la hora de pedir un crédito ya no tienes que justificar por qué hay otra persona contigo. El matrimonio introduce un factor de normalización social y puede actuar como un mecanismo de descarga en la presión de este colectivo", explica Rubén Sancho, coordinador del área de Salud Integral y VIH/sida de la Federación estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (FELGTB).
Si esta normalización se traduce en una mejora de la salud era algo que no se conocía porque no existían estudios que hubieran medido el impacto de la legislación en la salud del colectivo gay y bisexual. Ese vacío es precisamente lo que han querido solventar investigadores de la Universidad de Columbia, del Hospital General de Massachusetts y del Instituto Fenway, en Boston (Massachusetts, EEUU) y para ello han entrevistado a 1.211 personas (hombres gais y bisexuales, las lesbianas no fueron incluidas en la encuesta debido al insuficiente tamaño de la muestra entre las pacientes que visitaron las clínicas estudiadas) de este estado.
Además de los cuestionarios, se analizaron las facturas generadas en las consultas a las que acudieron durante los 12 meses anteriores a la ley que permitió los matrimonios entre homosexuales, aprobada en 2003, y los 12 meses posteriores a la norma. Tras examinar los datos, se observó que se había producido una reducción en las consultas médicas (un 13% menos), concretamente se registraron menos casos de hipertensión y de depresión, trastornos relacionados con el estrés, y en el gasto sanitario (una disminución del 14%).
"Estos resultados sugieren que la igualdad en el matrimonio puede producir amplios beneficios sobre la salud pública al reducir los problemas relacionados con el estrés en los hombres gais y bisexuales", ha declarado Mark L. Hatzenbuehler, principal autor del estudio, publicado en 'American Journal of Public Health', y profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia.
Otro dato a destacar del estudio es que no se observó ninguna diferencia entre los hombres con VIH. En este caso no se produjo ninguna reducción en las visitas relacionadas con su infección, lo que sugiere que aquellas personas con este problema continuaron buscando atención médica sin variación con respecto a lo que hacían antes de aprobarse la ley.
"Esta investigación ofrece una importante contribución a la evidencia sobre los beneficios económicos, sociales y sanitarios que genera la equidad matrimonial", afirma Hatzenbuehler.
Sometidos a estrés crónico
En cuanto a si una situación similar puede darse en nuestro país, Rubén Sancho considera que es más complicado de medir que en Estados Unidos. "Allí hay clínicas orientadas a este colectivo y seguros médicos privados que analizan sus gastos, con lo que es más fácil de estudiar qué ocurre en esta población. Aquí usamos los servicios públicos de salud, por lo que es más complicado tener datos en este sentido", señala. No obstante, afirma que sí ha visto, a partir de la ley, "repercursiones en el bienestar. El acceso al matrimonio ha significado alegría entre las parejas, aunque ahora el recurso que el Partido Popular interpuso [y que está pendiente su resolución] está generando de nuevo inquietud en este colectivo".
Para Sancho, el estudio de Hatzenbuehler es muy interesante porque ha analizado la relación entre una modificación legislativa y la salud. "El colectivo de gais, lesbianas y bisexuales está sometido a un estrés crónico que tiene que ver con el rechazo a nuestra orientación sexual. La discriminación fuerza unos mecanismos de evasión, ocultamiento y miedo a ser reconocido como tal en el ámbito laboral, por ejemplo. Este estrés constante tiene un efecto negativo en la salud. En los países donde la legislación avanza, las personas se sienten más protegidas y pueden vivir con más naturalidad al respecto, y por tanto con menos estrés".
Por último, el portavoz de FELGTB insiste en la importancia de conocer las necesidades específicas del colectivo de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales. "Deberíamos conocer científicamente las particularidades que presentan ya que hay una serie de estresores que hacen vulnerable su salud, pero si no hay estudios sobre ello, no se pondrán medidas para atenderlas".
elmundo.es
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