lunes, 7 de junio de 2010

Fuertes peleas detrás de best sellers

Juana Libedinsky
Para LA NACION
LONDRES.- Algunos lo llaman coincidencia macabra. Otros explican que los editores están buscando de manera más agresiva textos de autores famosos muertos porque estos tienen un público asegurado en una industria, la editorial, en la que hoy es muy raro que algo pueda considerarse asegurado. Pero lo concreto es que recientemente las librerías se han visto inundadas de textos póstumos de vacas sagradas.
Obras de Vladimir Nabokov, Graham Greene, Karl Jung, Kurt Vonnegut, Mark Twain, David Foster Wallace y Ralph Waldo Ellison, entre otros, han salido a la venta en los últimos meses, lo que prueba que los trabajos póstumos pueden despertar tanta controversia como entusiasmo.
Debates, conflictos y peleas más o menos abiertas entre herederos, editores, medios y fans han estado a la orden del día, ya que todos tienen ideas muy distintas respecto a qué se debería hacer con la literatura inédita que dejan atrás los grandes.
Ha habido casos extremadamente sonados. El hijo de Vladimir Nabokov, por ejemplo, dijo que su padre se le apareció en sueños autorizándolo a publicar el manuscrito lleno de sexo Laura, que, en vida, había dejado órdenes escritas de quemar. Pero nada se compara -ni en cuanto al factor culebrón ni en cuanto a los millones en juego- con lo que está ocurriendo con los borradores que dejó Stieg Larsson, el escritor sueco detrás de la saga Millennium .
Cuando Stieg Larsson murió inesperadamente, en 2004, dejó detrás tres manuscritos sobre Lisbeth Salander, la hacker tatuada que resuelve crímenes. Los primeros dos tomos fueron publicados en todo el mundo en los últimos años; el tercero ya salió en Gran Bretaña.
El conjunto es considerado la sensación literaria de la década. Pero podría haber más: el autor trabajaba en un cuarto libro cuando murió.
El borrador está en una laptop que pertenece a Eva Gabrielsson, quien fue pareja de Larsson durante 32 años. Pero como nunca se casaron, conforme a las leyes suecas los herederos de los derechos de autor que se estiman en unos 20 millones de libras -y eso sin contar los 50 millones en derechos para el cine- son el padre y el hermano de Larsson, con quienes el autor, que fue criado por su abuela, aparentemente no se hablaba.
Los dos Larsson también tienen los derechos sobre el cuarto libro, que se supone de 320 páginas, pero Gabrielsson se niega a entregárselos. Ella ha rehusado siquiera adelantar cualquier detalle del argumento, a menos que se le den los derechos totales de la serie Millennium .
Muchos fans , que la consideran la heredera "moral" de Larsson, están de su lado. Algunos, por ejemplo, desarrollaron el sitio web supporteva.com, en el que se piden contribuciones para que ella pueda pagar a sus abogados y corregir la injusticia de haber quedado fuera de la herencia. Piden a cada persona que done US$ 3 por cada libro de Larsson que hayan leído si se sienten molestos con los que ocurrió; US$ 9, si se sienten enojados, y más de US$ 15, si se sienten "realmente furiosos" con el asunto de la herencia.
Gabrielsson declaró que ella y Larsson nunca se casaron porque, por las investigaciones periodísticas que Larsson había desarrollado antes de las novelas, había organizaciones neonazis que estaban detrás de él; con una boda de por medio, según aseguró a la prensa británica, hubiera sido más fácil obtener su dirección y ponerlo en peligro.
Su padre y su hermano, sin embargo, subrayan que Larsson era tremendamente mujeriego y que, si no se casó con Gabrielsson ni hizo testamento para protegerla cuando no estuviera, era por algo.
Gabrielsson, que estudió arquitectura, pero trabajó como traductora, en un principio pensaba dar batalla legal al sistema sueco para cambiar las leyes de herencia, que no incluyen a concubinas. Luego cambió de estrategia y comenzó a dejar entrever en algunas entrevistas que ella había escrito junto con Larsson los libros, y no solamente que los había corregido y editado como hasta entonces se había sobrentendido. Además, ya se rumorea que ella tendría borradores con argumentos para un quinto y sexto libro.
Los Larsson le ofrecieron ya US$ 3.000.000 y dicen estar dispuestos a compartir más beneficios económicos, pero dejan entrever que Gabrielsson no está del todo mentalmente estable y que los requerimientos que hace a través de su abogado en términos de control del legado, y no sólo de dinero, son excesivos.
Por ahora, no hay señales de que el caso avance, sino que, por el contrario, hay una escalada en las acusaciones en los medios europeos de parte de los dos bandos. Cualquier cualquier fan de las novelas dark de Larsson puede concluir, sin mayor esfuerzo, que un final feliz va a resultar bastante difícil.
EXPECTATIVA EDITORIAL EN LA ARGENTINA
En Argentina, la editorial Destino -que pertenece al Grupo Planeta- publicó con increíble éxito la trilogía Millennium, compuesta por Los hombres que no amaban a las mujeres -con 59 semanas en la lista local de best sellers-, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire. Según fuentes de la editorial, no hay todavía fecha precisa para el lanzamiento de un cuarto libro pero, a tono con el éxito planetario de los libros, Argentina no quedaría afuera de un lanzamiento mundial.

lanacion.com

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