CRISTINA G. LUCIO
MADRID.- En las articulaciones, los extremos de cada hueso están recubiertos por un cartílago que los protege de las continuas fricciones. Reparar estos cartílagos cuando se dañan resulta muy complicado ya que su capacidad de regeneración es muy limitada y, de momento, no existen tratamientos efectivos. Sin embargo, las tornas podrían cambiar en un futuro próximo gracias al trabajo de un equipo español.
Estos científicos del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC) han demostrado que la membrana amniótica (una parte de la placenta) puede utilizarse como herramienta para tratar las lesiones del cartílago articular.
"La membrana amniótica es la parte de la placenta que está contacto con el feto", explica a ELMUNDO.es el doctor Francisco Blanco, director del centro coruñés y autor del trabajo. Se trata de un material elástico y muy resistente, con unas características inmunológicas muy peculiares para que la madre no lo rechace. "Por eso se está estudiando su uso en diversos campos", añade Blanco.
Según sus datos, publicados en la revista 'Cell and Tissue Banking', este tejido es útil como soporte para cultivar las células que componen los cartílagos -denominadas condrocitos-. Según explican, sus características permiten obtener células nuevas que, aplicadas sobre la lesión, facilitan la reparación del tejido dañado.
Recubrir la membrana de células
El primer paso de la investigación consistió en adecuar y conservar varias membranas amnióticas (donadas por mujeres que dieron a luz en A Coruña) a través de un proceso denominado criopreservación. Acto seguido, a través de varias biopsias, obtuvieron muestras de condrocitos humanos.
La membrana se dividió entonces en parches que se utilizaron como soporte para cultivar y hacer crecer nuevas células cartilaginosas durante tres o cuatro semanas. Una vez obtenidas, éstas se aplicaron sobre varias muestras in vitro de lesiones osteoartríticas (una enfermedad que provoca el deterioro de los cartílagos). La evolución de los tejidos se observó en las cuatro, ocho y 16 semanas siguientes a la intervención.
"En la actualidad, para lesiones del cartílago localizadas, como las que puede ocasionar un traumatismo, se inyectan directamente condrocitos cultivados y expandidos del propio paciente [autotasplante]", explica el reumatólogo coruñés. Pero esta técnica no es útil cuando el daño afecta a todo el cartílago (por ejemplo, por la degeneración que sufren los pacientes con artritis). Por eso, explica, en su experimento probaron a utilizar la membrana como una especie de 'parche recubierto de células' para cubrir y regenerar completamente el cartílago.
Pendiente de confirmar en humanos
Los resultados fueron satisfactorios. Por un lado, los investigadores comprobaron que los condrocitos crecían de forma adecuada mientras estaban en el soporte de la membrana amniótica, pero dejaban de hacerlo una vez se aplicaban sobre la lesión. El sobrecrecimiento celular o la evolución de los condrocitos cultivados a otro tipo de células era una de las cuestiones que más preocupaban a los científicos, ya que esto puede provocar importantes problemas.
Además, los nuevos condrocitos parecían acoplarse perfectamente a su función reparadora. "Los nuevos tejidos mostraban una integración tan buena con el cartílago nativo que, en algunos de los trasplantes in vitro, fue imposible distinguir los límites entre el nuevo tejido y el ya existente", explican los autores en su trabajo.
De momento, sólo ha publicado sus resultados en el laboratorio, aunque han realizado ya con éxito las primeras pruebas en cerdos. El siguiente paso consistirña en comprobar si el 'parche' funciona también en pacientes.
elmundo.es
MADRID.- En las articulaciones, los extremos de cada hueso están recubiertos por un cartílago que los protege de las continuas fricciones. Reparar estos cartílagos cuando se dañan resulta muy complicado ya que su capacidad de regeneración es muy limitada y, de momento, no existen tratamientos efectivos. Sin embargo, las tornas podrían cambiar en un futuro próximo gracias al trabajo de un equipo español.
Estos científicos del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC) han demostrado que la membrana amniótica (una parte de la placenta) puede utilizarse como herramienta para tratar las lesiones del cartílago articular.
"La membrana amniótica es la parte de la placenta que está contacto con el feto", explica a ELMUNDO.es el doctor Francisco Blanco, director del centro coruñés y autor del trabajo. Se trata de un material elástico y muy resistente, con unas características inmunológicas muy peculiares para que la madre no lo rechace. "Por eso se está estudiando su uso en diversos campos", añade Blanco.
Según sus datos, publicados en la revista 'Cell and Tissue Banking', este tejido es útil como soporte para cultivar las células que componen los cartílagos -denominadas condrocitos-. Según explican, sus características permiten obtener células nuevas que, aplicadas sobre la lesión, facilitan la reparación del tejido dañado.
Recubrir la membrana de células
El primer paso de la investigación consistió en adecuar y conservar varias membranas amnióticas (donadas por mujeres que dieron a luz en A Coruña) a través de un proceso denominado criopreservación. Acto seguido, a través de varias biopsias, obtuvieron muestras de condrocitos humanos.
La membrana se dividió entonces en parches que se utilizaron como soporte para cultivar y hacer crecer nuevas células cartilaginosas durante tres o cuatro semanas. Una vez obtenidas, éstas se aplicaron sobre varias muestras in vitro de lesiones osteoartríticas (una enfermedad que provoca el deterioro de los cartílagos). La evolución de los tejidos se observó en las cuatro, ocho y 16 semanas siguientes a la intervención.
"En la actualidad, para lesiones del cartílago localizadas, como las que puede ocasionar un traumatismo, se inyectan directamente condrocitos cultivados y expandidos del propio paciente [autotasplante]", explica el reumatólogo coruñés. Pero esta técnica no es útil cuando el daño afecta a todo el cartílago (por ejemplo, por la degeneración que sufren los pacientes con artritis). Por eso, explica, en su experimento probaron a utilizar la membrana como una especie de 'parche recubierto de células' para cubrir y regenerar completamente el cartílago.
Pendiente de confirmar en humanos
Los resultados fueron satisfactorios. Por un lado, los investigadores comprobaron que los condrocitos crecían de forma adecuada mientras estaban en el soporte de la membrana amniótica, pero dejaban de hacerlo una vez se aplicaban sobre la lesión. El sobrecrecimiento celular o la evolución de los condrocitos cultivados a otro tipo de células era una de las cuestiones que más preocupaban a los científicos, ya que esto puede provocar importantes problemas.
Además, los nuevos condrocitos parecían acoplarse perfectamente a su función reparadora. "Los nuevos tejidos mostraban una integración tan buena con el cartílago nativo que, en algunos de los trasplantes in vitro, fue imposible distinguir los límites entre el nuevo tejido y el ya existente", explican los autores en su trabajo.
De momento, sólo ha publicado sus resultados en el laboratorio, aunque han realizado ya con éxito las primeras pruebas en cerdos. El siguiente paso consistirña en comprobar si el 'parche' funciona también en pacientes.
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