A las mujeres, desde que somos pequeñas, nos inculcan que lo mejor es estar en pareja, tener una familia, estar acompañadas. Aunque consideres que esto es lo que más deseás en tu vida, si le tenés miedo a la soledad, podés llegar a tomar decisiones francamente contraproducentes para tu bienestar emocional.
Hay mujeres que, en vez de aprovechar los momentos en los que no tienen pareja (para reencontrarse con ellas mismas, para darse cuenta de lo que quieren y de lo que no quieren, para abrirse a conocer gente y a fortalecer las amistades que ya tienen, ¡para hacer una buena elección amorosa!) o, ante la certeza de que el vínculo en el que están no tiene futuro, sienten una angustia tan grande que les hace tomar malas decisiones (por ejemplo, intentar volver con alguien del pasado con quien la relación no funcionó, aceptar a cualquier persona con tal de estar "acompañadas", esforzarse por salvar la pareja aunque sea conflictiva o dañina, defender lo indefendible del otro para buscar excusas y seguir con esa mala relación, etc.).
Buscar sólo lo positivo de estar acompañada por una persona es apenas una visión parcial de lo que está sucediendo. Hay que poner todo en la balanza para tomar una decisión madura, aunque ésta implique quedarnos "solas"... por algún tiempo.
Pensá serenamente: ni en los peores momentos de tu vida estuviste completamente sola. Mirá a tu alrededor. Hay más de una persona en quién podés confiar ciegamente, que es incondicional y estará allí para apoyarte, cuando la necesites. Tal vez es alguien que ya estuvo a tu lado en muchas ocasiones, o alguien que desea que le des la oportunidad (familiar, amiga, vecina, compañera de trabajo...).
El miedo a la soledad es un pésimo consejero en la búsqueda de un compañero. Siempre contás con la posibilidad de elegir con quién compartir tu vida, y también de decidir si la relación en la que estás te hace feliz y te permite crecer o está agotada, y no hay vuelta atrás. Continuar con un vínculo roto o que te hace infeliz por no estar sin pareja sólo ahondará tu sensación interna de soledad.
Enfrentar este "fantasma" es más sencillo de lo que te imaginás. La mejor opción que te presenta el estar sola es la gran oportunidad de tener un espacio en tu vida para que, a su momento, aparezca la persona que sí te permitirá a acceder a la felicidad que tanto te merecés.
Merlina Meiler, coaching emocional y autora del blog Mejora emocional.
entremujeres.com
Hay mujeres que, en vez de aprovechar los momentos en los que no tienen pareja (para reencontrarse con ellas mismas, para darse cuenta de lo que quieren y de lo que no quieren, para abrirse a conocer gente y a fortalecer las amistades que ya tienen, ¡para hacer una buena elección amorosa!) o, ante la certeza de que el vínculo en el que están no tiene futuro, sienten una angustia tan grande que les hace tomar malas decisiones (por ejemplo, intentar volver con alguien del pasado con quien la relación no funcionó, aceptar a cualquier persona con tal de estar "acompañadas", esforzarse por salvar la pareja aunque sea conflictiva o dañina, defender lo indefendible del otro para buscar excusas y seguir con esa mala relación, etc.).
Buscar sólo lo positivo de estar acompañada por una persona es apenas una visión parcial de lo que está sucediendo. Hay que poner todo en la balanza para tomar una decisión madura, aunque ésta implique quedarnos "solas"... por algún tiempo.
Pensá serenamente: ni en los peores momentos de tu vida estuviste completamente sola. Mirá a tu alrededor. Hay más de una persona en quién podés confiar ciegamente, que es incondicional y estará allí para apoyarte, cuando la necesites. Tal vez es alguien que ya estuvo a tu lado en muchas ocasiones, o alguien que desea que le des la oportunidad (familiar, amiga, vecina, compañera de trabajo...).
El miedo a la soledad es un pésimo consejero en la búsqueda de un compañero. Siempre contás con la posibilidad de elegir con quién compartir tu vida, y también de decidir si la relación en la que estás te hace feliz y te permite crecer o está agotada, y no hay vuelta atrás. Continuar con un vínculo roto o que te hace infeliz por no estar sin pareja sólo ahondará tu sensación interna de soledad.
Enfrentar este "fantasma" es más sencillo de lo que te imaginás. La mejor opción que te presenta el estar sola es la gran oportunidad de tener un espacio en tu vida para que, a su momento, aparezca la persona que sí te permitirá a acceder a la felicidad que tanto te merecés.
Merlina Meiler, coaching emocional y autora del blog Mejora emocional.
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