Es posible que, en un futuro no muy lejano, a un extranjero se le deniegue el permiso para trabajar en Alemania estampando un sello en su solicitud en el que conste el motivo de la no admisión: "demasiado tonto".
El autor de la propuesta es el portavoz de política interior de la CDU en Berlín, Peter Trapp, que considera que Alemania debe explotar al máximo el potencial intelectual de los países de los que recibe inmigrantes, por lo que quiere establecer, entre los requisitos de admisión de inmigrantes, un test de coeficiente intelectual.
"Tenemos que determinar criterios verdaderamente útiles en la admisión de inmigrantes en nuestro país, más allá por supuesto de una buena formación profesional y de la competencia. La inteligencia debe formar parte de esos criterios, y yo estoy a favor de los tests de inteligencia para los inmigrantes. Esta cuestión debería dejar de ser un tabú", ha declarado Trapp.
De momento, parece contar con el apoyo de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), el ala bávara del partido de Merkel, y complace a los grandes sindicatos alemanes, que insisten en que Alemania debe optimizar los beneficios que la admisión de inmigrantes tengan sobre la economía germana.
Se trata de una propuesta tan provocadora que posiblemente sirva para calentar las elecciones regionales que en 2011 celebra el 'Land' o Estado federado de Berlín, pero quizá vaya más allá del ámbito local e incluso se extienda por Europa.
Canadá como ejemplo
El jefe del grupo de la CSU en el Parlamento Europeo, Markus Ferber, se ha pronunciado a favor de unos criterios únicos europeos en política de admisión de inmigración y, en este contexto, se ha referido a la inteligencia de los inmigrantes, poniendo como ejemplo la política que sigue: "Canadá realiza estos test y además exige a los niños inmigrantes un cociente intelectual más alto que en los niños nativos".
Alemania tiene como objetivo equilibrar su balanza migratoria. En 2009, 734 000 alemanes emigraron a otros países, en especial personal altamente cualificado que emigra a países de tecnología punta, mientras que recibió 721.000 inmigrantes, sobre todo personal de escasa cualificación que acude a Alemania por motivos de reagrupación familiar, humanitarios o de exilio político.
elmundo.es
El autor de la propuesta es el portavoz de política interior de la CDU en Berlín, Peter Trapp, que considera que Alemania debe explotar al máximo el potencial intelectual de los países de los que recibe inmigrantes, por lo que quiere establecer, entre los requisitos de admisión de inmigrantes, un test de coeficiente intelectual.
"Tenemos que determinar criterios verdaderamente útiles en la admisión de inmigrantes en nuestro país, más allá por supuesto de una buena formación profesional y de la competencia. La inteligencia debe formar parte de esos criterios, y yo estoy a favor de los tests de inteligencia para los inmigrantes. Esta cuestión debería dejar de ser un tabú", ha declarado Trapp.
De momento, parece contar con el apoyo de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU), el ala bávara del partido de Merkel, y complace a los grandes sindicatos alemanes, que insisten en que Alemania debe optimizar los beneficios que la admisión de inmigrantes tengan sobre la economía germana.
Se trata de una propuesta tan provocadora que posiblemente sirva para calentar las elecciones regionales que en 2011 celebra el 'Land' o Estado federado de Berlín, pero quizá vaya más allá del ámbito local e incluso se extienda por Europa.
Canadá como ejemplo
El jefe del grupo de la CSU en el Parlamento Europeo, Markus Ferber, se ha pronunciado a favor de unos criterios únicos europeos en política de admisión de inmigración y, en este contexto, se ha referido a la inteligencia de los inmigrantes, poniendo como ejemplo la política que sigue: "Canadá realiza estos test y además exige a los niños inmigrantes un cociente intelectual más alto que en los niños nativos".
Alemania tiene como objetivo equilibrar su balanza migratoria. En 2009, 734 000 alemanes emigraron a otros países, en especial personal altamente cualificado que emigra a países de tecnología punta, mientras que recibió 721.000 inmigrantes, sobre todo personal de escasa cualificación que acude a Alemania por motivos de reagrupación familiar, humanitarios o de exilio político.
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