"Te busco en Facebook". Esta es una frase que comenzó a imponerse al momento de conocer a alguien y empezó a reemplazar al clásico "pasame tu número". Todos y todo pareciera estar en Facebook: los amigos y amigas, las invitaciones a eventos y cumpleaños, la difusión de causas sociales y hasta los recuerdos y cierta memoria colectiva de la mano de fotos de los encuentros y los registros que convierten el "asistirá" en "asistió". Para quienes "están" en la red, a veces resulta impensado el hecho de vivir sin una cuenta en Facebook. Pero, justamente, ¿qué hace que algunas personas se abstengan de ingresar?
Aquellos que no tienen una cuenta en esta red social aluden, por un lado, a cuestiones vinculadas a su privacidad. Mientras Facebook creció de forma impensada y alcanzó alrededor de 500 millones de usuarios en todo el mundo, siempre se escuchó un rumor acerca del supuesto manejo inadecuado de los datos personales que se suben a la red. Tal es así que, recientemente, se generó "Quit Facebook Day", una iniciativa que incitaba a abandonar Facebook y cultivó más de 2.400 adeptos.
En la página principal de este grupo expresan que "Facebook es atractivo, divertido y, con toda franqueza, adictivo" e, incluso, lo comparan con lo dificultoso que es dejar de fumar. Dicen, además, que esta red da opciones acerca de cómo administrar los datos, pero no son claras para los usuarios comunes y agregan que "los efectos acumulados de lo que Facebook hace ahora no se pueden reproducir bien a futuro".
Las redes sociales constituyen nuevos modos masivos de comunicación. "Hoy es Facebook y mañana será otro modo. Es estar 'en la onda', mostrar fotos, subir videos, hacer y mostrar la vida de uno y, a veces, la intimidad sin velo, lo cual no es bueno", reflexiona la psicoanalista Stella Maris Gulián. Así, algunas personas desechan las invitaciones de sus conocidos para formar parte de esta enorme red por cierta "irrealidad" de las relaciones que se construyen a través de Facebook, que estimula a coleccionar decenas o cientos de amigos, casi como trofeos.
En este sentido, Pablo Aristizábal, presidente y CEO de Competir (una empresa dedicada a la creación de nuevas herramientas web interactivas) expuso recientemente -en una charla organizada por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico- una idea provocadora en relación a las nuevas formas de conexión que trae la web. Aristizábal dijo que la participación (en redes sociales) le da a las personas la posibilidad de "existir" y le da cierta "dignidad de lo humano" porque la persona, en este contexto, es -de alguna manera- siempre protagonista y se encuentra todo el tiempo en el centro de "su red".
En este sentido, el doctor Gustavo Bustamante, director general de la Fundación Fobia Club, reflexiona que "hoy se 'googlea' todo y a todos, de ahí es que, para que me encuentren, si me buscan debo 'estar'" y dice, además, que "lo 'light' de los encuentros a través de la red no conlleva a una 'existencia plena'".
Precisamente, Stella Maris Gulián dice que "no sé si las relaciones o amores podrían ser considerados como 'verdaderos', ya que lo virtual permite mantener la distancia con el otro, decir lo que frente a frente no se atreverían y hacer cosas que en el verdadero encuentro no se da. Por eso, no siempre es 'real' lo que se vincula en estos encuentros. Los amigos, como el amor, necesitan de la presencia física del otro, ¿un amigo virtual es un amigo?".
En este sentido, la psicoanalista María Cristina Castillo, docente y supervisora en Centro Dos, enfatiza que "las redes virtuales son eso, redes virtuales. Cada sujeto construye sus vínculos como puede, ¿qué es lo real en una amistad? ¿Qué es lo real en el enamoramiento? Los vínculos son una representación y, como tal, aunque tengan al otro en frente, son absolutamente subjetivos".
En la web, casi como en la vida real, hay espacio para todos. Para aquellos que quieren compartir sus experiencias a través de la pantalla y para aquellos que prefieren otros modos de comunicación. ¿Vos qué preferís?
entremujeres.com
Aquellos que no tienen una cuenta en esta red social aluden, por un lado, a cuestiones vinculadas a su privacidad. Mientras Facebook creció de forma impensada y alcanzó alrededor de 500 millones de usuarios en todo el mundo, siempre se escuchó un rumor acerca del supuesto manejo inadecuado de los datos personales que se suben a la red. Tal es así que, recientemente, se generó "Quit Facebook Day", una iniciativa que incitaba a abandonar Facebook y cultivó más de 2.400 adeptos.
En la página principal de este grupo expresan que "Facebook es atractivo, divertido y, con toda franqueza, adictivo" e, incluso, lo comparan con lo dificultoso que es dejar de fumar. Dicen, además, que esta red da opciones acerca de cómo administrar los datos, pero no son claras para los usuarios comunes y agregan que "los efectos acumulados de lo que Facebook hace ahora no se pueden reproducir bien a futuro".
Las redes sociales constituyen nuevos modos masivos de comunicación. "Hoy es Facebook y mañana será otro modo. Es estar 'en la onda', mostrar fotos, subir videos, hacer y mostrar la vida de uno y, a veces, la intimidad sin velo, lo cual no es bueno", reflexiona la psicoanalista Stella Maris Gulián. Así, algunas personas desechan las invitaciones de sus conocidos para formar parte de esta enorme red por cierta "irrealidad" de las relaciones que se construyen a través de Facebook, que estimula a coleccionar decenas o cientos de amigos, casi como trofeos.
En este sentido, Pablo Aristizábal, presidente y CEO de Competir (una empresa dedicada a la creación de nuevas herramientas web interactivas) expuso recientemente -en una charla organizada por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico- una idea provocadora en relación a las nuevas formas de conexión que trae la web. Aristizábal dijo que la participación (en redes sociales) le da a las personas la posibilidad de "existir" y le da cierta "dignidad de lo humano" porque la persona, en este contexto, es -de alguna manera- siempre protagonista y se encuentra todo el tiempo en el centro de "su red".
En este sentido, el doctor Gustavo Bustamante, director general de la Fundación Fobia Club, reflexiona que "hoy se 'googlea' todo y a todos, de ahí es que, para que me encuentren, si me buscan debo 'estar'" y dice, además, que "lo 'light' de los encuentros a través de la red no conlleva a una 'existencia plena'".
Precisamente, Stella Maris Gulián dice que "no sé si las relaciones o amores podrían ser considerados como 'verdaderos', ya que lo virtual permite mantener la distancia con el otro, decir lo que frente a frente no se atreverían y hacer cosas que en el verdadero encuentro no se da. Por eso, no siempre es 'real' lo que se vincula en estos encuentros. Los amigos, como el amor, necesitan de la presencia física del otro, ¿un amigo virtual es un amigo?".
En este sentido, la psicoanalista María Cristina Castillo, docente y supervisora en Centro Dos, enfatiza que "las redes virtuales son eso, redes virtuales. Cada sujeto construye sus vínculos como puede, ¿qué es lo real en una amistad? ¿Qué es lo real en el enamoramiento? Los vínculos son una representación y, como tal, aunque tengan al otro en frente, son absolutamente subjetivos".
En la web, casi como en la vida real, hay espacio para todos. Para aquellos que quieren compartir sus experiencias a través de la pantalla y para aquellos que prefieren otros modos de comunicación. ¿Vos qué preferís?
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