lunes, 7 de febrero de 2011

Problemas comunes a la hora de amamantar

 
Con demasiada frecuencia, las madres encuentran problemas para iniciar o para continuar con la lactancia materna cuando ésta ya ha comenzado, por ello los niños reciben poco o durante poco tiempo la leche de su madre. La mayoría de las veces esto se debe a la ignorancia o a una mala información en la técnica de amamantar. Desgraciadamente, existe mucho desconocimiento y demasiados bulos que contribuyen a privar a los niños del alimento óptimo para su crecimiento; el único que, además, le vacuna y previene contra múltiples enfermedades.
Los hijos tienen todo el derecho a ser alimentado por sus madres, porque su leche le protege. Se puede afirmar con seguridad que la retirada de la lactancia materna no está indicada en casi ninguna situación, a pesar de ello, se retira innecesariamente por las siguientes causas:
 Dolor
Amamantar siempre es placentero, sin embargo, los primeros días puede sentirse dolor o  molestias cuando el bebé se engancha al pecho. La causa mas frecuente del dolor de pezones es la mala colocación del bebé, succionando sólo el pezón, no toda la mamila. Este dolor es transitorio, suele desaparecer en una semana.
Grietas
Las grietas suelen estar producidas por la mala postura del bebé con respecto al pecho, comprimiendo fuertemente con sus encías el pezón de su madre. Además del dolor puede aparecer sangrado o vómito con sangre. Las grietas sólo precisan limpieza del pezón después de cada toma y corregir la posición para que la boca del niño abarque una gran parte de la areola y no sólo el pezón. Las pezoneras de silicona blanda pueden ser útiles en algunos casos.
Ingurgitación de las mamas
La congestión o ingurgitación de las mamas es normal a partir del tercer día del parto, porque en esos días la producción de leche aumenta rápidamente y el bebé puede ser incapaz de extraerla toda. La ingurgitación es molesta pero disminuye o desaparece hacia el final de la primera semana después del parto. A veces, la tensión de los pechos es tan dura que el bebé no se puede agarrar, en esos casos se debe apretar con los dedos de ambas manos sobre la areola, en la base el pezón,  intentando hundir la mano durante unos minutos. De esta manera aparecerán algunas gotas de leche que estimularan la succión del bebé, a la vez que le permita disponer y agarrar mejor el pezón.
Pezones planos
Algunas mujeres tienen pezones pequeños, tan aplanados, que el bebé puede tener dificultad para atrapar, sujetar y mantener el pezón dentro de su boca. Se le puede ayudar apretándose con los dedos índice y pulgar, la areola mamaria con fuerza. Esto permite que el pezón salga del pecho, facilitando así que el bebé se pueda agarrar al pezón.
Mastitis
 La mastitis es la inflamación de una parte de la mama. Se origina, generalmente por la acumulación de leche producida por la obstrucción de un conducto de los que transportan la leche al pezón, también por la ausencia de vaciado de toda la leche producida; más tarde puede infectarse. En ambos casos, con infección o sin ella, existe dolor que mejorará al finalizar la toma y aumentará al empezar la siguiente. También puede existir enrojecimiento y aumento de calor en la zona dolorosa, a veces fiebre.
En ningún caso la mastitis justifica la retirada de la lactancia materna, tampoco cuando ésta cursa con fiebre alta o la madre recibe antibióticos para la curación.
 No tener suficiente leche
Ésta es, seguramente, la causa más frecuente de fracaso de la lactancia materna, la creencia errónea de no tener suficiente leche o que la composición de la leche no es la adecuada, está aguada o es incompleta. Se sabe que la composición de la leche materna se mantiene incluso en caso de malnutrición materna porque es el seguro del mantenimiento de la especie.
En resumen, cada día se descubren más ventajas de la lactancia materna, tanto para el bebé como para su madre, estos beneficios no sólo son evidentes durante los meses de lactancia, sino que persisten a lo largo de toda la infancia y después. A pesar de ello, la retirada prematura de la lactancia materna es demasiado frecuente y generalmente se justifica por motivos erróneos o falsos.
elmundo.es

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