corresponsal en Francia
PARIS.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, propuso a la comunidad internacional crear una nueva forma de medir el crecimiento económico, que incluya variables como la felicidad, el bienestar y el capital ecológico sustentable.
"Es necesario terminar con la religión de las cifras", dijo al recibir un original informe preparado por dos Premio Nobel de Economía, el norteamericano Joseph Stiglitz y el indio Amartya Sen, y un grupo de expertos internacionales.
En un detallado documento, ese panel afirma que el producto bruto interno (PBI), instrumento utilizado para medir el crecimiento nacional durante casi 80 años, es obsoleto e insuficiente.
El informe propone desarrollar nuevas herramientas para medir la riqueza de las naciones, poniendo el acento en la medición del bienestar de la población y la sustentabilidad de la economía de un país y de sus recursos naturales, en vez de la producción económica.
Para ello, en vez de hablar de producto bruto interno (PBI), el panel recomienda una nueva medida, el producto nacional neto (PNN), que toma en cuenta los efectos de la depreciación del capital en todas sus dimensiones: natural, humano, ecológico, etcétera. En otras palabras, los expertos intentan poner término a ciertas aberraciones del PBI que, por ejemplo, aumenta en caso de catástrofe natural gracias a los gastos en reconstrucción, mientras que no se contabiliza el costo social, ecológico y natural de la tragedia.
El PBI es la medida que expresa el valor de mercado de todos los bienes y servicios producidos en una economía determinada. Ese instrumento fue desarrollado en los años 30, cuando el gobierno estadounidense buscaba nuevas formas para medir con más precisión el comportamiento de la economía, y desde entonces ha sido considerada como uno de los avances más importantes en macroeconomía. Desde hace años, sin embargo, el PBI es muy criticado cuando se trata de medir la salud social.
En 12 puntos, la comisión propone examinar con más detenimiento el ingreso de los hogares por categoría social y no por promedio, como hasta ahora, a fin de comprender mejor el impacto de la inflación. Incita a tomar más en cuenta las actividades no mercantiles, como el trabajo doméstico, el voluntariado, el bricolaje y el esparcimiento, pero también el acceso a la educación, la salud y el nivel de seguridad. Sugiere solicitar mediante encuestas la opinión de los individuos sobre su nivel de vida, su medio ambiente, sus experiencias y sus prioridades.
El informe responde exactamente a la idea que tenía Sarkozy hace un año, cuando creó esa comisión y le encargó la difícil tarea de crear un nuevo instrumento de medición de la economía. La formación de esa comisión respondía a tres objetivos: reconciliar a los franceses, e incluso a los ciudadanos del mundo, con las estadísticas, que reflejan mal la realidad cotidiana, según la gran mayoría; hacer frente a la urgencia ecológica, y dar a los políticos instrumentos de medición que les permitan actuar.
"Durante años, las estadísticas presentaron al crecimiento económico cada vez mayor como una victoria sobre la penuria. Hasta que un día vimos que ese crecimiento destruía mucho más de lo que construía", dijo el presidente, que ya ordenó al instituto francés de estadísticas (Insee), incorporar algunas de las variables propuestas en sus estudios.
Otro de los objetivos de Sarkozy era hallar la forma de obtener un ascenso inmediato de su país en la lista de las naciones con mejores resultados económicos. Con el nuevo PNN, los economistas incluirían en los cálculos el excelente y carísimo sistema público de seguro social y médico, las largas vacaciones y hasta las 35 horas laborales de los franceses, mientras que Estados Unidos se vería automáticamente degradado.
Según el economista Jean-Paul Fitoussi, coautor del informe, la adopción del nuevo sistema reduciría a la mitad la diferencia de 14% de PBI per cápita que existe a favor de Estados Unidos. En su calidad de primera economía mundial, Estados Unidos ocupa el primer puesto en el PBI. Sin embargo, según el índice del Programa de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, que incorpora otra serie de criterios, Islandia y Canadá se ubicaron en 2008 en los primeros puestos, mientras Estados Unidos llegó en la 15a posición.
La fecha de la entrega del informe encargado por Sarkozy en febrero de 2008 tampoco fue escogida al azar. Se produjo un año después de la caída de Lehman Brothers y pocos días antes de la cumbre del G-20 en Pittsburgh, donde los mandatarios intentarán llegar a un acuerdo sobre nuevas reglas económicas y financieras. Como uno de los principales defensores de una mayor regulación, Sarkozy utilizará sin duda los argumentos de la comisión para tratar de pesar sobre sus socios internacionales.
lanacion.com
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