miércoles, 7 de septiembre de 2011

El embarazo se nota en la piel


Llega el embarazo y comienza una gran revolución de hormonas. En el transcurso de nueve meses, la futura mamá experimenta importantes cambios en su cuerpo y muchos de ellos remiten tras el parto. La piel es un fiel testigo. Por ella pasan las estrías, las varices y a veces aparecen nuevos lunares. Aunque no hay muchos estudios al respecto, todos coinciden en sus conclusiones. Por ejemplo, que el 90% de las gestantes experimenta cambios de pigmentación que consisten en el oscurecimiento de la piel.
"Empieza a notarse en el primer trimestre del embarazo y afecta sobre todo a los alrededores del ombligo, los genitales, las areolas del pecho, las axilas y la cara interna de los muslos", explica Elia Roo, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). "No hay que preocuparse. Disminuyen tras el parto".
En el embarazo, argumenta, "aumentan los estrógenos, la progesterona y también la hormona estimulante de los melanocitos y los glucocorticoides. Todo esto induce la alteración de la pigmentación de la piel". Por este mismo motivo, se pueden oscurecer las cicatrices de los últimos meses, algunos lunares y pecas.
A partir del tercer mes de gestación, alrededor de un 50% de las mujeres descubre lo que es el melasma/cloasma, también conocido como 'la máscara del embarazo'. "Se presenta una especie de mancha marrón difusa en la cara, especialmente en las mejillas, el labio superior o la frente", señala la especialista. Se trata de un trastorno que empeora con la exposición solar, por lo que "es muy importante protegerse con filtros contra los rayos UVB y UVA". Generalmente desaparece por sí solo después del parto, pero si no fuera así "se puede tratar con cremas despigmentantes recetadas por el dermatólogo".
En el 13% de las embarazadas pueden aparecer nuevos lunares y en el 15% modificarán su tamaño o color. "Son cambios normales y normalmente sin importancia, aunque conviene consultar con un especialista", apunta la doctora Roo.

Estrías y varices

Entre un 50% y un 90% de las gestantes tiene estrías en torno a la semana 25 (es más habitual en mujeres de piel oscura). Se localizan en el ombligo, en el pecho, las caderas y los muslos. Como señala la dermatóloga, "además de la predisposición genética, influyen los cambios hormonales, el rápido aumento de peso y el consiguiente estiramiento de la piel". Para ayudar a prevenirlas, agrega, "son muy útiles las cremas antiestrías (que tienen colágeno y elastina). Mantener bien hidratada la piel (con cualquier crema hidratante) hace que ésta sea más elástica".
Según la 'Revista Argentina de Dermatología', durante el embarazo, el 60% de las mujeres experimenta cambios vasculares, entre ellos, las varices en las piernas y las hemorroides. "Debido a la compresión que ejerce el útero crecido, el volumen y el riego sanguíneo aumenta y las venas se dilatan", señala Roo. Hay otros factores que también influyen, como permanecer mucho tiempo de pie o sentada, el uso de ropa apretada y una dieta inadecuada.
A veces aparecen pequeños vasos sanguíneos dilatados en la cara, el pecho, brazos y hombros. Al igual que las varices, suelen remitir tras el parto y si no es así, lo mejor es consultar con un especialista.

El pelo se cae menos

A diferencia de los anteriores, la mujer embarazada nota otros cambios más agradables. Generalmente, el aspecto del pelo mejora, salvo que haya una anemia importante. Por motivos hormonales, según la dermatóloga, "se prolonga la fase de crecimiento del pelo y se cae menos. Después del parto, el ciclo del cabello se normaliza y a muchas mujeres se les cae el pelo de forma temporal. Si no hay antecedentes, entre tres y 12 meses la zona se repuebla de nuevo sin necesidad de tratamiento", relata la doctora.
Los cambios hormonales son los responsables de que, a partir de la semana 20, algunas mujeres se noten más vello en la cara, las piernas, la espalda y la zona del ombligo, pero también es temporal.
El 80% de las gestantes, tal y como define el estudio de la 'Revista Argentina de Dermatología', sufre alteraciones en las encías, que se inflaman y sangran. "Es importante mantener un buen hábito de higiene bucodental para ayudar a prevenir la gingivitis", señala Elia Roo.
En muchos casos, aparece una especie de pequeñas verrugas en los pliegues del cuello y las axilas, aumenta la sudoración y se producen brotes de acné, pero todas estas alteraciones suelen desaparecer tras el parto sin necesidad de tratamiento. Y lo más importante: ni entrañan riesgo para el feto ni para la madre.
elmundo.es

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