sábado, 31 de mayo de 2008

El miedo al Compromiso-Algunos casos


Cada vez más, nos encontramos con personas de cierta edad que no tienen pareja. Este aspecto es importante, ya que desean tenerla pero les da miedo comprometerse de por vida con alguien. Por supuesto, el factor edad es menos relevante para este problema, ya que cada uno encuentra pareja en diferentes momentos y a diferentes edades...
Sin embargo, el hecho de querer vivir en pareja y no poder hacerlo por miedo, es un factor que nos descubre una personalidad peculiar que se puede tratar y mejorar con el fin de que el individuo consiga su objetivo.

Aparte de las personas que acuden a consulta con un propósito claro de mejoría, existen otras personas que parecen jóvenes eternos, los típicos amigos que no dejan de salir por la noche a discotecas y fiestas y que parece que mantienen la energía de los 15 años, cambiando a menudo de pareja, sin conseguir centrarse.

A pesar de que el grupo de referencia de estas personas avanza y forma familias, ellos siguen en la dinámica de hace años, sin existir un ápice de progreso en su dinámica habitual, como si estuvieran estancados.

Siempre poniendo trabas a las parejas

Estas personas suelen ser buenos conquistadores. Sin embargo, sus relaciones a menudo se rompen en poco tiempo por su miedo al compromiso. Este miedo se va a reflejar muy claramente en la retahíla de "peros" que van a encontrar en sus distintas parejas. Todas tendrán algún "pero" y no serán las ideales para ellos. También es muy común que el nivel de exigencia de estas personas sea muy elevado. Mantienen la lista muy alta, con lo que es difícil que alguien consiga alcanzarlo. Por otro lado tendrán dificultades en expresar sus emociones, precisamente por ese miedo al compromiso y a que la pareja se crea más de lo que el otro desea. Por ello, pocas veces demostrará sus sentimientos. La frase "te quiero" no estará en su repertorio y, por supuesto, las parejas se cansarán de no recibir nada y le abandonarán.

Normas rígidas

Como una característica de personalidad importante, estarán sus "normas rígidas" de cómo tiene que ser una pareja. Si las cosas no salen o no son como ellos esperan, se frustrarán y tirarán la toalla sin luchar, ya que considerarán que su punto de vista es el correcto y que ellos no son los que tienen que cambiar. Son personas muy controladoras y estando solos, consiguen controlar todo su entorno, pero cuando comparten su vida con otra persona, el control desaparece, ya que no pueden controlar al otro. Aparecerá un miedo a las posibles consecuencias de sus conductas que no conocen, ya que serán situaciones nuevas vividas en pareja. Este miedo les provocará angustia y por supuesto, un rechazo a esa situación que les resulta tan poco protectora. Romperán las relaciones una y otra vez por falta de estrategias para solucionar las cosas novedosas que se les planteen.

Jóvenes eternos


Su afán de diversión y de fiesta no es más que una coraza para disimular el malestar que les produce su situación, pues son conscientes de su pasividad y de su poco avance, sobre todo cuando tienen con quiénes compararse (amigos que se casan, que tienen familia, etc.).Su dificultad para expresar emociones y sus normas rígidas de cómo tienen que ser las cosas, les impiden buscar ayuda y seguirán manteniendo el papel de jóvenes eternos, hasta que la presión encubierta mantenida durante mucho tiempo les provoque problemas emocionales, como la depresión.

Dificultades para comunicarse

Otra característica es su dificultad a la hora de comunicarse, ya sea con las parejas o con los amigos. Rara vez expresan sus ideales o sus discrepancias, manteniendo siempre la perfección. No hablan de ellos ni profundizan, y sus conversaciones tratarán siempre de temas superfluos con el fin de dirigir la atención hacia otros temas y no hacia sus verdaderos miedos o dudas. Con las parejas mantendrán una comunicación activa y conquistadora, pero poco concluyente, con vacíos y lagunas, y no se darán a conocer tal y como son, cosa que hacen con casi todo el mundo. Tienen que mantener su rol de juerguistas por temor a ser criticados o minusvalorados por otros y así, no podrán expresar sus miedos con facilidad. Aquí también aparece un miedo a sentirse inferiores o a que alguien conozca sus verdaderas emociones, con lo que el no compromiso ayudará a mantener intacta esta parcela tabú.

Parecen ideales, pero no lo son

Parecen las parejas ideales a simple vista, entran mucho por los ojos y gustan a casi todos. Son atractivos, graciosos, comunicativos... Pero a la hora de la verdad, cuando aparecen problemas o cuando hay que hablar más en serio, no saben estar a la altura. Cambiarán de tema y se saldrán por la tangente, provocando en los demás sospechas o extrañeza. Quieren pasar inadvertidos, pero al final todos hablarán de su comportamiento. Probablemente, una vez alcanzada cierta edad, estas personas caen en un pozo sin fondo cambiando completamente su percepción de las cosas y dándose cuenta de sus debilidades.

martes, 27 de mayo de 2008

Diario de "una mujer"



Conocer los sentimientos y pensamientos mas profundos de una mujer es poder conocer la sabiduría en su forma mas simple y pura...El presente escrito esta tomado del diario de una mujer que ha logrado entender la esencia de la vida.


Cuando tenia 14 años esperaba algún día tener novio...

Cuando cumplí 16 tuve un novio pero no había pasión....

...entonces decidí que necesitaba un hombre apasionado, con ganas de vivir...

y llego, salí con un hombre apasionado... pero era demasiado emocional...

... para el todo era terrible, era el rey de los dramas, lloraba todo el tiempo y amenazaba con suicidarse...

Entonces decidí que necesitaba un hombre estable... y lo encontré a los 18 años...

... pero era aburrido, totalmente predecible, nunca lo excitaba nada... la vida se hizo tan plomiza, que decidí que necesitaba un hombre mas emocionante...

A los 23 encontré en la universidad un hombre excitante... pero no pude seguir su ritmo, iba de un lado al otro sin detenerse en nada... hacia cosas impetuosas y coqueteba con cualquiera que se le cruzaba... me hizo tan miserable como feliz... de entrada fue energizante y divertido, pero sin futuro...

Entonces decidí buscar un hombre con alguna ambición... cuando legue a los 30 años encontré un chico inteligente, ambicioso y con los pies en la tierra... decidí casarme...

... era tan ambicioso que me pidió el divorcio y se quedo con todo lo que tenia...


...ahora a los 40 ya me deje de pendejadas y simplemente....






...me gustan los hombres con muy buen culo...!!!!!!

Madonna duerme sola........



Alguna vez Madonna dijo que se había casado con Guy Ritchie por razones equivocadas. Y él, lord inglés, se aguantó la confidencia con sonrisa estoica y la ayuda de un scotch. Lo mismo hizo cuando la reina del pop decidió que el matrimonio tenía que adoptar un niño del tercer mundo. Y así, capricho tras capricho, la pareja resistió siete años. Hasta esta semana, en la que los medios ingleses anunciaron la separación.
El desfile por la alfombra roja de Cannes, con ella como estrella y él como acompañante, fue bastante elocuente: Ritchie no disimuló su cara de fastidio y Madonna, no bien pudo, le soltó la mano y corrió a los brazos de su muy buena amiga Sharon Stone. Ah, antes le había advertido que ni se le ocurriera hablar de la película que él está por estrenar en octubre porque el centro de atención, en este caso, debía ser ella como productora del documental I am because we are, acerca de los niños de Malawi. Cinta que en un principio iba a dirigir Ritchie pero que finalmente quedó en manos de otro director. Tan incompatibles en el trabajo como en el matrimonio.
Amigos de la pareja confirmaron que desde hace varios meses dormían en camas separadas. Incluso, habían dividido la casa en dos porciones para no tener que encontrarse y se comunicaban por mensaje de texto a través de sus blackberrys.
Al parecer, fue Madonna quien finalmente tomó la decisión de terminar con siete años de matrimonio, cansada de que Ritchie la tratara con indiferencia en público, de que pasara tan poco tiempo con sus tres hijos (Lourdes, Rocco y David Banda, recientemente adoptado) y que, por sobre todo, se la pasara en el bar bebiendo con sus amigos borrachines.
Madonna y Richie se casaron a fines del 2000 en un castillo en Escocia y los primeros rumores de separación aparecieron cuando Lourdes y Rocco empezaron a cambiar de colegio constantemente para poder acompañar a su madre a las giras. Y eso, a Ritchie, no le gustaba.
Otro punto de conflicto fue el fanatismo de Madonna por la Kabbala, devoción que el director de Juegos, trampas y dos armas humeantes no comparte.
Por último, la adopción de David de Malawi y un intento frustrado de adopción de una niña de India, que Ritchie no permitió, completaron el mapa del conflicto.
Pero tampoco faltan los chismes que hollywoodizan aún más estas historias de Holywood: se dice que unos meses antes de adoptar a David, Madonna se acercó demasiado a su productor Stuart Prince, de 30 años.
“Sin embargo, ella siempre trataba de controlar a Ritchie: lo llamaba seis veces por día, quería saber dónde estaba”, contó una fuente cercana a la familia.

A pesar de todo esto, la pareja intentó darse una última oportunidad. Ya fuera por amor o por necesidad, se entrevistaron con la famosa terapeuta Tricia Barnes y hasta aceptaron los consejos del gurú Elton John. Pero, se ve, nada dio resultado.



“Soy muy complicada para convivir”, reconoció, por fin, la tumultosa diosa del pop.

lunes, 26 de mayo de 2008

¿Por qué las mujeres están tanto rato en el baño público?

El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que de niña tu mamá te llevaba al baño, te enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel, cuidadosamente, en el perímetro de la taza.


Finalmente te instruía: 'Nunca, nunca te sientes en un baño publico' Y luego te mostraba 'la posición' que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza.


' La Posición' es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años adultos, 'la posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar. Cuando 'tienes que ir' a un baño público, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt. Así que esperas paciente, sonriendo amablemente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando piernas y brazos. Es la posición oficial de 'me estoy meando'.


Finalmente te toca tu turno, pero siempre llega la típica mamá con 'la niña pequeña que no se puede aguantar más' y aprovechan para saltarse ambas la cola. Entonces verificas cada cubículo por debajo para versi no hay piernas. Todos están ocupados.


Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa... Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), inspeccionas la zona, el suelo esta lleno de líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa, porque el bolso está lleno de porquerías que fuiste metiendo dentro - la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso - ...


Pero volviendo a la puerta... como no tenía picaporte, solo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas la bombacha, tanga o culote y tomas 'la posición'...


Alivio...... AAhhhhhh.... por fin... Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar.... porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, la cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kgs. colgando de tu cuello. Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubriste con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza 'jamás te sientes en un baño público!', así que te quedas en 'la posición' con el tembleque de piernas, entonces por un fallo de cálculo en las distancias una salpicadura finíiiiiisima del chorro te salpica en tu propio culo y ¡¡¡te moja hasta las medias!!!


Tienes suerte si no te mojas tus propios zapatos, y es que adoptar 'la posición' requiere una gran concentración.


Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peroooo, ¡la puta...! el rollo esta vacío...! (siempre). Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kgs. de bartulos que llevas en el bolso haya un miserable kleenex, pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio. Y en cuanto sueltas la puerta, alguien la empuja y recibes un portazo que tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, sin miramientos ... o todo el mundo te vera semi sentada en el aire con la bombacha, tanga o culote por la rodilla ¡¡NO!!. Entonces gritas ¡¡¡O-CU-PA-DOOOO !!!', mientras continúas empujando la puerta con tu mano libre, das por hecho que todas las que esperan en el exterior han oído tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo, (en eso las mujeres nos respetamos mucho) y te dispones a buscar tu kleenex sin agobios, te gustaría usar más de uno pero sabes lo valiosos que son en casos similares y te apañas con uno por si acaso.


En ese preciso instante se apaga la luz automática del baño, en un cubículo tan reducido no puede ser tan difícil encontrar el interruptor! das la luz de nuevo con la mano del kleenex por que la otra sigue sujetando tu bombacha, tanga o culote, vas contando los segundos que te quedan para salir de allí, sudando porque llevas el abrigo puesto ya que no hay perchero, y es que, hay que ver el calor que hace en esos sitios tan pequeños y en esa posición de fuerza en la que sigues, con los gemelos a punto de estallar.


Sin contar el mal humor que tenes por el portazo, el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicadura del chorro en las piernas y en las medias, que todavía están mojadas... el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima si te viera así; porque su culo nunca tocó el asiento de un baño público, porque francamente, 'tu no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrar ahí'.


Pero la debacle no termina... estás exhausta, cuando te pones de pie ya no sientes las piernas, te recolocas la ropa rápidamente y tiras de la cadena. Si no funciona preferirías no salir jamás de ese baño ¡qué vergüenza! entonces sales al lavamanos. Todo esta lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, lo cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona el grifo con los sensores automáticos así que tocas hasta que sale un chorrito de agua fresca, y consigues jabón, te lavas en una posición de jorobado de Notre Dame para que no se resbale el bolso desde tu hombro y acabe en el lavabo bajo el chorro automático, el secador de aire es un trasto inútil así que acabas secándote las manos en tu ropa, porque no piensas gastar otro kleenex para eso! y sales pasando junto a la línea de mujeres que aún están esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortesmente, consciente de que has pasado ahí una eternidad.


Tendrás suerte si no sales arrastrando un trozo de papel higiénico pegado a tu zapato tan largo como el río Paraná, o peor aún, con la pollera arremangada enganchada por tus medias que te subiste a la velocidad de la luz y enseñando el culo!


Y sales. En este momento ves a tu chico que ha entrado, usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer el diario completo mientras te esperaba. '¿Por qué tardas tanto?' te pregunta irritado. ' Había mucha cola' te limitas a decir.


Y esta es la razón por la que las mujeres van en grupo al baño, por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa el kleenex por debajo de la puerta y así es mucho más sencillo y rápido ya que tú solo tienes que concentrarte en mantener 'la posición', y la dignidad.


Esto está dedicado a las mujeres de todas partes que han tenido que usar un baño público. Y finalmente explica a los hombres, por qué ellas tardan tanto.

ESTRES-UNA NUEVA MODA GLOBAL

Para esta generación, sentirse estresado es un sinónimo de éxito
En vez de tener una connotación negativa, el estrés los hace verse importantes.
Pantalones oxford, anteojos como los de Bono, Topper blancas. Escuchar "El amor después del amor", estar conectado en el Messenger. Pasan los años y las modas mutan en sentido y consistencia. Pero son siempre un reflejo de los tiempos. Sin embargo, ¿alguien hubiera imaginado que estar estresado es una moda cool?Según el mismo relevamiento que describe las preocupaciones sexuales de los jóvenes, el estrés, para los que tienen entre 20 y 24, está relacionado con el éxito y por eso todos quieren padecerlo. "Es un rasgo súper cool", remarca desde su oficina en Miami Carlos García, director del Departamento de Investigación de Mercado de MTV Networks Latinoamérica. Según el estudio, estar estresado es una moda homogénea, que se da en la juventud en casi todo el planeta. Pero atención, no se habla de autoflagelo. "No hay una connotación negativa para ellos. Es un estrés aparente, en realidad no están estresados", explica García. "Es decir, para los chicos, estrés significa tristeza, depresión, cansancio, angustia, pero eso no quiere decir que estén estresados clínicamente", dice García y pone un ejemplo: "Un chico al que lo llama por teléfono su jefe mientras está con amigos se siente más importante que el resto, porque eso supone responsabilidad."Según el estudio, el 65% de los jóvenes de entre 20 y 24 años dice que vive más estresado que su padre a su edad. García agrega que además de la apariencia, en la Argentina hay cosas que realmente preocupan a los jóvenes y que les generan estrés. "Qué hacer de su futuro les ocupa la cabeza mucho rato", comenta. De hecho, el relevamiento muestra que los jóvenes argentinos están preocupados por ser exitosos (68%), por ser felices (66%), por tener un trabajo que les guste aunque ganen menos plata (56%) y por tener reconocimiento (48%). El 39% está pendiente de la competencia: temen tener el trabajo que otros quieren. Para relajarse, dice el estudio, en cada país reaccionan de acuerdo con su idiosincrasia: en Inglaterra beben alcohol y consumen drogas; en Japón, rezan; en Holanda, se masturban; en EE.UU., lloran y comen. En Argentina, los chicos combaten el estrés de manera simple: el 90% escucha música, el 85% mira TV, el 73% chatea o manda mensajes de texto y el 70% duerme. "¿Leer libros? No, nadie", admite García.

domingo, 25 de mayo de 2008

QUÉ DICEN LAS MUJERES DESPUÉS DEL SEXO

LA BRASILERA: Eu quiero muito mais… mais... mais... maisLA CUBANA: Cosa más grande en la vida, papito sabroso…
LA GRINGA: Sorry... tell me your name please...
LA ITALIANA: Mama mía... ¡Bravo...! ¡Bravissssimo!
LA FRANCESA
: C'est la vie... au revoir
LA VENEZOLANA: Chale vale... esto estuvo de novela...
LA MEXICANA: Órale... Tú sí que chingas padrísimo...
LA ESPAÑOLA: Joder, Tío... veo que lo tuyo es follar majo…
LA ARGENTINA: Ay... ¿pero qué hicimoooos?. No vayas a pensar mal de mí, es la primera vez que me pasa; no sé por qué pasé esto tan rápido; juráme que no creerás que soy una mina fácil y no me vas a dejar de ver o de llamar. Ayyy… si mi mamá se entera o si se enteran en el trabajo o si mis amigas se enteran... no quiero ni imaginar lo que pensaran de mi.. Por favor, ¡qué angustia! Te juro que me siento rara, estoy muy sensible, además tenés que entender que esto uno no lo hace con cualquier tipo por ahí­... Hacerlo con vos fue súper importante… No le cuentes a naaaaadie... ¡Prometémelo!

sábado, 24 de mayo de 2008

El camino del amor - Los 11 pasos



1. Primero, contigo mismo.
Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás

2. Manejar la soledad.
Sólo cuando manejas tu soledad puedes manejar una relación.

3. Sólo se da lo que se tiene.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, porque nadie puede dar lo que no tiene.


4. Paz interior.
Ninguna relación te dará la paz que tú mismo no crees en tu interior.

5. Fantasía que genera frustración.
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía que sólo trae frustraciones.

6. Autonomía.
Ninguna relación te brindará felicidad que tú mismo no construyas.


7. Autosuficiencia.
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando, bien convencido, seas capaz de decirle: 'No te necesito para ser feliz'.

8. Independencia
Sólo podrás amar siendo independiente hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer.

9. Requerimientos.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, autoestima, y la práctica de una libertad responsable.


10. Autoestima y madurez.
Ámate a ti mismo, madura, y el día que puedas decirle a esa otra persona 'Sin ti me la paso bien', ese día estarás preparado para vivir en pareja.

11. Compartir.
Dos personas que vivan en pareja podrán ser felices sólo cuando se hayan unido para compartir su felicidad, no para hacerse felices la una a la otra.


Conclusión:
'Dos personas se aman únicamente cuando son capaces de vivir la una sin
la otra, pero deciden vivir juntas'


Autor de Inspiración El Camino Al Amor: Los 11 pasos. M. Scott Peck

viernes, 23 de mayo de 2008

EL CHAT TELEFONICO ATRAE A LOS "SOLOS"




A pesar del auge de Internet, hay quienes siguen optando por esta modalidad. Los especialistas analizan que es más atractivo escuchar una voz que escribirse por la web. Los usuarios buscan divertirse y hasta conseguir pareja.
A mediados de 2003 eran furor en el país diferentes alternativas para conocerse. La mayoría de la gente que se encontraba sola, empezó a comunicarse a través del chat por Internet, de radios que transmitían programas de "solos y solas" y encuentros rápidos en bares. Sin embargo en los últimos tres años tomó auge otro sistema: el fonochat. En la actualidad hay dos chat telefónicos que son los más usados por la gente de la mayoría del país: uno se llama "Enganchate" y el otro es simplemente "Fonochat". Ambos tienen números locales para cada lugar donde existe el sistema y permiten que los usuarios hablen con personas que se encuentran en otras provincias a un precio de llamada local. La diferencia es que la segunda opción tiene diferentes números para heterosexuales y gays. Las zonas en las que se puede acceder a este sistema son: Buenos Aires (Capital y zonas de la provincia), Córdoba, Santa Fe (Rosario tiene número propio), Mendoza, San Luis y San Juan. La persona que se conecta tiene que ser mayor de 18 años y puede chatear con el rótulo de "invitado" o crear una casilla para recibir mensajes en cualquier momento. Tener casilla implica contar con ciertos beneficios que no tiene el que ingresa como invitado.
Además cada usuario que se registre, sea invitado o no, tiene que grabar una presentación de 30 segundos de duración y luego empieza a escuchar una ronda de otras grabaciones, de personas de hasta 70 años. Conseguir pareja y "pasarla bien" Hoy en día miles de personas se conectan por teléfono a un chat en el que las búsquedas son más que variadas. "Soy alto, morocho, con buen cuerpo y busco sólo señoritas para sexo", "busco gente con buena onda para amistad", "me gustaría conocer algún señor para fines serios; indispensable que sea profesional", "busco alguna chica que quiera masturbarse ahora conmigo", son algunas de las muchas presentaciones que pueden escucharse. Pero también hay gente que denuncia malas experiencias que tuvo en algunas citas. Cuando se les consulta a los usuarios el porqué del uso de este sistema para conocer personas, las respuestas sorprenden en algunos casos: "Sólo quiero divertirme un poco, tengo novia pero si encuentro alguna chica que tenga ganas de pasarla bien, buenísimo", comenta Darío (19) que vive en Godoy Cruz. En tanto, Joaquín (23) sostiene de una forma muy segura que entra al Fonochat para "tener sexo telefónico y cumplir algunas fantasías". Sin embargo también hay muchos que sueñan con encontrar el amor de su vida. "Esto es diferente al chat de Internet ya que acá por lo menos escuchás una voz, que te puede decir muchas cosas", confía Sofía (33). El encanto de la voz Con respecto a este tema, el psiquiatra y vicedecano de la facultad de Ciencia Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) Benigno Gutiérrez, explicó las causas principales de por qué la gente cambió el chat de Internet por el del teléfono. En la lista de las claves para entender el fenómeno, según el especialista, "la voz tiene la palabra. Y ésta cumple cinco funciones que, por razones obvias, no las tiene la palabra escrita" "La primera función es el llamado -describe-, es decir, alguien le pide a otra persona ser escuchado; la segunda es el esclarecimiento de la palabra que a la vez que se le comunica al otro se le va esclareciendo cosas; la tercera es la catártica; la cuarta es la función seductora que tiene que ver con el tono de la voz y la última función es la de compañía", concluye.
El profesional también confesó que sabe de muchas personas que se han conocido por este sistema y han formado pareja e inclusive se han casado. "Definitivamente funciona y bastante bien. Lo que pasa es que se puede manejar una mejor expresión sin que aparezca la parte represiva con este tipo de chat. Al no tener a la otra persona presente, uno se maneja mejor y cuenta cosas que, estando en vivo con la gente, no lo haría", finaliza. Entre tanto, la socióloga Graciela Cousinet contó acerca de los factores que pueden llevar a alguien a pasarse horas chateando por el teléfono: "El factor más importante es la 'trampa', es decir cuando se está de novio o casado y se busca aventuras. Pero también está el tema de las sociedades actuales en donde hay dificultades para los encuentros. Hay que tener en cuenta que el impacto emocional de la palabra oral es más grande que el de la palabra escrita", sostiene

Solos & solas, pero contentos




Los censos de población indican que, en la Argentina, cada vez son más las personas sin pareja. Pero detrás de este auge de los singles hay algo más que números.


Como lo explican los expertos y los propios implicados, la multiplicación de los solos y solas no habría sido posible sin el desarrollo de una serie de cambios culturales que reivindican la autonomía y el espacio personal de los individuos. Cambios que han propiciado, a su vez, que la soltería haya dejado de ser un estigma social para convertirse en una alternativa más.


“Caso 1” es una joven porteña especialmente celosa de su autonomía. Está sin pareja desde hace tres años; no por gusto, sino porque no termina de encontrar a su media naranja. Cuando habla de su situación, y por si al interlocutor no le queda claro, esta profesora de educación física de 35 años insiste en que su soltería no es ni mucho menos una cuestión de principios. Lo hace de manera enfática, casi con el mismo convencimiento con el que afirma que, hasta que encuentre al compañero idóneo, piensa disfrutar de la vida como si estuviera junto a la mejor de las compañías.


A la historia de “Caso 1” le da réplica la de “Caso 2”, una mujer de 62 años que, con tres matrimonios a sus espaldas, declara muy segura que para ella se han terminado las parejas –al menos bajo techo compartido–. Según cuenta, no se arrepiente de nada de lo que ha hecho antes de llegar a su "recuperada" soltería; todo lo contrario. No obstante, sostiene que en la vida hay una ocasión y un tiempo para cada cosa. Y es fácil de imaginar: a su edad, esta mujer de optimismo difusivo –desde hace varios años, organiza encuentros para gente sola– entiende que ya le ha llegado la hora de vivir a su manera. Aunque diversas en sus circunstancias y expectativas, la condición de solas de ambas tienen bastante en común. En parte porque ambas dan cuerpo a las estadísticas que indican que cada vez son más las personas desparejadas y las que viven solas en la Argentina, y, sobre todo, porque ambas prueban con su actitud desacomplejada y su espíritu positivo que, frente a prejuicios de distinto pelaje, el hecho de estar soltero –o single o desemparejado o como quiera llamársele a ese estado– hace tiempo que está dejando de ser un motivo para sentirse menos que el vecino. O, como dice la sociólogía, "está dejando de ser un estigma social para convertirse en una alternativa más".


Antes que nada: ¿cuáles son esas estadísticas?


De acuerdo con las cifras aportadas por la cátedra de Demografía Social de la UBA, en los datos referidos a los censos de población se puede observar un significativo descenso entre la proporción de hombres y mujeres que en la Capital Federal convivían en pareja en 1980 y los que lo hacían veintiún años más tarde. Es un indicio que avala la existencia de un auge de la soltería "en sentido amplio" –esto es, la situación en la que se encuentran las personas no casadas, separadas o divorciadas–, pero no es el único. También cotejando los números de los censos –en este caso, los de 2001 con los de 1991– se puede comprobar que entre los porteños, tanto en el grupo de mujeres como en el de hombres, las proporciones de personas que viven solas van creciendo con los años.


En el nivel nacional, se ve que, entre 1991 y 2001, el porcentaje de personas solteras, divorciadas/separadas y viudas pasó del 42 al 45,3 por ciento.


Habrá quien repare, con toda la razón del mundo, que del hecho de que la gente se divorcie o el que viva sola no se puede deducir directamente que esa gente no esté compartiendo su vida en alguna otra versión distinta del matrimonio: a través de un noviazgo convencional, por ejemplo, o en esa modalidad que se conoce como relación con "cama afuera".


Lo que sucede es que, en un país tan falto de cifras como la Argentina, el acercamiento a un fenómeno como el de los solos y solas –soltería en sentido laxo: la circunstancia de estar solo, o más o menos solo; descartando en cualquier caso un compromiso de pareja formal– debe hacerse por aproximación y con riesgo de inexactitud. O para que se entienda mejor: cruzando algunas de las cifras que ofrecen las estadísticas con la percepción que comparten tanto los expertos como los ciudadanos de a pie de que, "poco a poco la gente está pasando más tiempo de su vida adulta sola".


Nuevas trayectorias biográficas


Como en cualquier otro hecho social, detrás de este fenómeno hay un rosario de causas y razones que tiene que ver, como en otros tantos fenómenos contemporáneos, la "complejización de la vida social y el desarrollo de trayectorias biográficas en las que cada vez más se privilegian la libertad individual, la autonomía y la preservación del espacio propio".


Sin embargo, el fenómeno de los singletons –que es como se denomina a los solos y solas en el Reino Unido, un país en el que, en 2003, según el diario The Guardian, un 30% de los hogares eran unipersonales– se explica, en primera instancia, en una serie de hechos muy concretos.


Inventariando algunos de ellos:


1) la extensión de la etapa educativa de los jóvenes, circunstancia que en muchos casos retrasa la formación de parejas;


2) la paulatina postergación de las uniones entre personas, que opta por priorizar el afianzamiento de las carreras profesionales antes que la asunción de las cargas que se derivan de una relación;


3) el aumento en la esperanza de vida, algo que, a la larga y forzosamente, deja a buen número de personas sin su par;


4) el incremento de los divorcios, que es un lance después del cual la posibilidad de nuevas parejas siempre es afrontada con mayor recelo…


Si se toma buena nota de este contexto, un factor con un peso decisivo en la multiplicación del número de hombres y mujeres que, al margen de sus edades, decide vivir por cuenta propia, lo constituyen los cambios que en las últimas décadas se han producido en el concepto tradicional de familia y en el valor que en el imaginario colectivo se les da hoy a las relaciones de pareja.


"La seguridad personal en lo económico y en lo afectivo ya no pasa exclusivamente por la pertenencia a una familia".


En la medida en que la mujer y el hombre pueden acceder en pie de igualdad al mercado de trabajo, la familia deja de cumplir su sentido fundamental de dar protección y seguridad." Según la sociólogía, estos cambios están propiciando, además, que tanto los matrimonios como las relaciones de pareja de distinto signo (uniones consensuales o cohabitacionales) se empiecen a vivir con criterios de exigencia distintos de como se habrían vivido hasta hace poco los matrimonios.


"Ahora el individuo busca cosas nuevas dentro de la familia o de la pareja, más allá de cumplir roles. Se buscan satisfacciones que, en caso de no cumplirse, pueden dar lugar a la ruptura". ¿Qué tipo de satisfacciones?


"Se busca un par y un compañero con el cual compartir cosas, y que a la vez respete la intimidad del otro.


Conscientemente, se negocia con el otro qué cosas forman el espacio común y qué cosas el ámbito individual. Ya no se busca en la pareja sólo protección y resguardo, como se hacía en el pasado."


De todo esto tiene noticia de primera mano Caso 3, que además de llevar con alegría su condición de sola se dedica desde hace casi una década a organizar cenas de vinculación para gente sin compañía. Una situación que le ha permitido desarrollar una psicología muy afinada para detectar cómo piensan muchas de las personas que acaban de dejar atrás una pareja. "La gente ha cambiado en los últimos diez años –afirma –. Y ha variado también la idea de la convivencia. Ahora las exigencias son mayores, y la gente piensa más en sí misma. Y al hacerlo, se valora mucho más como individuo. Esto hace que sea muy difícil que uno aguante a alguien con quien no está bien." En este proceso de emancipación también ha resultado importante el que, conforme cambian los valores, los argentinos nos hayamos ido sacudiendo algunos prejuicios acerca de la soltería.


"Hasta no hace mucho, quedarse solo era visto como un estigma; se veía a los solteros como personas que no habían podido cumplir la pauta dominante, que era formar una familia".


Con todo, y tal como lo cuentan algunos de los implicados, muchos solteros reconocen sin complejos que para mucha gente la soltería sigue siendo una rareza.


A “Caso 1”no es esto último lo que le preocupa de los juicios ajenos. Lo que verdaderamente le molesta es que la gente la prejuzgue y piense, por ejemplo, que no sabe lo que le conviene. Sobre todo cuando declara muy ufana que le gustaría vivir en pareja, pero en ningún caso tener hijos. "Parecería que no tengo capacidad de decidir por mí misma lo que quiero y lo que elijo para mí", dice.


Realización personal


Otro componente que ha influido en el surgimiento de un repertorio de estados civiles que no se agota en tener pareja o en la simple soltería, ha venido propiciado por los nuevos patrones de comportamiento social derivados de la tan mentada liberación sexual.


En primer lugar, porque esa liberación ha permitido a las personas de talante más liberal resolver su vida sexual sin necesidad de contar con una pareja estable. "En todo esto hay algo importante que se relaciona con el hecho de que ya no hay una unión entre la actividad sexual y la vida en pareja".


Antes, había una especie de mandato, que hacía que el inicio de tu vida sexual coincidiera con la formación de la familia. Ahora eso ya se separó, con lo cual uno ya no necesita estar en pareja…".


En un sentido más amplio, los cambios culturales han introducido también nuevas maneras de entender el modo en que los individuos se quieren insertar dentro de la vida familiar. "Antes, la familia estaba por sobre el individuo, pero eso ha cambiado. Y lo que revelan estos cambios es una ampliación en las esferas de autorrealización personal, que hoy en día pueden no pasar por armar una familia o estar en pareja. Estas pueden ser etapas en la vida de la gente, pero no definen el rol principal de las mujeres y de los hombres."


De lo anterior puede dar fe “Caso 3”, que tras un matrimonio de catorce años se separó de su mujer hace cinco. No es que él, escritor y traductor de profesión, haya recuperado cotas de libertad de las que no podía disfrutar de casado, ya que este porteño, nacido en 1954, asegura que su matrimonio siempre le permitió disponer de su tiempo y de su espacio.


Lo llamativo de su caso es que su nueva condición de solo le ha permitido ahondar en aspectos de su vida, como la paternidad, que –cabría suponer– son más fácil de ser cultivados en el seno de una pareja. "Ahora, de alguna manera, tengo una relación más intensa con mis hijas. El matrimonio te ofrece una comodidad un poco falsa, que en mi circunstancia estaba favorecida por el hecho de que mi mujer se ocupara de muchas cosas que obviamente ahora debo hacer yo…


Desde que estoy solo, además, estoy más pendiente de mis hijas y les brindo una atención mucho mayor de la que le brindaba antes", dice , que participa activamente en la formación de sus chicas porque convive con ellas la misma cantidad de tiempo que la madre.


Como no podía ser de otro modo, los especialistas » también asocian la paulatina proliferación de los solos y solas con la promoción de una mentalidad que privilegia lo individual.


"Es evidente que las personas hoy priorizan más su satisfacción personal . Por eso, en tanto una persona no está satisfecha con su matrimonio, socialmente está muchísimo más permitido romper esa relación poniendo por encima el bienestar propio. Incluso en familias con hijos…


Si la cosa no funciona, es mucho más aceptado que se resguarde la felicidad individual. "Es bastante claro que mucha gente prioriza la autorrealización personal y su autonomía. Y se ha producido, además, una desacralización evidente de la institución del matrimonio".


“Caso 1” es hasta cierto punto un ejemplo de lo anterior. En situación de "soltería" desde hace tres años, ella explica que, a pesar de que la idea de compartir su vida con otra persona forma parte de lo que sería su imagen de la felicidad, no se va a confiar a ninguna relación en la que no se cumplan algunos mínimos que ella estima imprescindibles. Para empezar, esta porteña dice haber descartado la posibilidad de la maternidad –"(…) no quiero tener a alguien que dependa enteramente de mí", explica–. Y ésa es una condición con la cual debería contar su eventual compañero. Además, ella querría que, en cualquier relación que ella emprendiera, se respetara parte de la libertad de movimientos de la que goza estando sola. "Mi libertad y mi independencia son prioritarias: son las cosas que más disfruto", comenta.


Previendo la opinión de quien pueda considerar que es una persona difícil –"(…) vos debés ser rejodida", dice que le censuran a menudo, más o menos en broma–, una expresión que resume muy bien cómo concibe la vida de a dos: "Una pareja son dos personas que quieren compartir sus libertades".


Al hablar del fenómeno single, los especialistas advierten de que no se trata ni de magnificar el hecho ni de hacer pronósticos sociales, pero sí de dejar en claro que vivir solo constituye una alternativa que, al menos durante períodos acotados de su vida, eligen cada vez más individuos. "Todo esto refleja cómo las trayectorias biográficas se han vuelto con el tiempo más complejas. Ya no hay destinos tan fuertemente marcados. Antes los roles eran más rígidos, mientras que hoy en día existe mayor flexibilidad y mayor capacidad de elección."


"El fenómeno también está asociado al contexto de incertidumbre de la vida moderna. Ahora ya no está tan claro lo que va a ser la vida de una persona. Se ve en lo profesional, donde la vida laboral se ha vuelto incierta; no como antes, cuando una persona accedía a un empleo y era para toda la vida. Todo esto plantea inseguridades en lo personal."


Un perfil


No todas las personas que están solas en la Argentina pueden ser caracterizadas en un único retrato. Para entender el fenómeno y poder colocar a cada cual en su sitio, resulta muy útil atender a una especie de tipología muy básica.


De un lado, estarían aquellas personas que posponen, por distintas razones, la llegada del matrimonio o la convivencia: gente entre los 25 y los 35 años.


Y, luego, los solteros de "segunda vuelta": hombres y mujeres con edades diversas, muchas veces con experiencias de pareja truncadas en su haber.


Según los expertos, los primeros se caracterizarían por privilegiar su desarrollo personal, con un apego muy fuerte al individualismo.


Los segundos serían aquellos que, después de haber quemado distintas etapas de su vida (juventud, matrimonio, paternidad…), se esfuerzan por recuperar un proyecto de vida personal.


En la mira de las empresas En Estados Unidos y Europa, la multiplicación de los solos y solas ha convertido a este grupo social, sobre todo en determinados niveles socioeconómicos, en un target especialmente buscado por empresas y anunciantes. Por dos razones: se presume que los singles tienen muchas veces una capacidad de consumo por encima de la media –debido a sus menores cargas familiares–, y también una cierta tendencia a darse, con la soledad como fácil coartada, más caprichos que la gente con pareja.


Según una empresa especializada en la detección de tendencias y en el estudio de nuevos grupos sociales a partir del análisis de los hábitos de consumo, algo de eso podría decirse de los "solteros argentinos" . Eso sí, para no magnificar la entidad de ese grupo de consumo habría que limitar su búsqueda a lo que constituye el 30% de la población con un alto poder adquisitivo.


Los solteros buscados por las empresas son personas que "viven la soledad como un valor", y con características muy particulares: "Tienen rasgos egocéntricos y responden a las premisas centradas en el placer y el goce inmediato. También valoran los bienes materiales. Tienen dinero para gastar y menos responsabilidades familiares. En muchas ocasiones buscan la conveniencia y el lujo. Lo primero porque, por lo general, es gente bastante ocupada, que dispone de poco tiempo, y que por eso busca cosas prácticas. Por ejemplo, valoran mucho los servicios como el delivery… Los nuevos solteros son los que más gastan en entretenimiento, moda, belleza… y en todas las categorías de cuidado personal. Tienen predilección por las cosas que ayudan a nutrirse a uno mismo: los viajes, el arte, la tecnología… Y una obsesión por la juventud, por la vida sana y por la salud.


Se puede decir que son los más apegados a los productos que permiten construir personalidad. A productos que hablen de ellos mismos".