El Gobierno, a través del ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur, aseguró que “se estudia y sigue con atención” el potencial peligro de los celulares, luego de que una agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtiera el martes que su uso sería “posiblemente cancerígeno”. Por eso ayer un grupo de especialistas se reunió en la sede del Instituto Nacional del Cáncer (INC) para analizar el tema. Allí se sumaron a la advertencia mundial, pero pidieron no entrar en pánico .
El dictamen al que llegó el panel de expertos de la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), con sede en Lyon, Francia, significa que hoy existen algunas pruebas para relacionar el uso del celular con el cáncer. Un estudio científico que llegó hasta el año 2004 sugirió un incremento del 40% en la probabilidad de que se desarrolle un tipo de cáncer de cerebro en la categoría más alta de los usuarios que hablan por el móvil un promedio de 30 minutos por día, durante una década.
“Todavía no hay evidencia suficiente para asegurarlo, pero sí para sospechar que las radiaciones que emiten los teléfonos celulares puedan provocar cáncer”, dijo a Clarín , Roberto Pradier, director del INC. El especialista encabezó la reunión que se llevó a cabo ayer en la institución para abordar el tema y, finalmente, suscribir a las recomendaciones que dio la OMS: evitar el uso excesivo del celular, utilizar la opción de manos libres y enviar mensajes de texto en vez de mantener conversaciones prolongadas.
De la reunión participaron Daniel Gómez, director del laboratorio de oncología molecular de la Universidad de Quilmes; Ricardo Kirchuk, del Instituto de Oncología Angel Roffo; Javier Osatnik, representante de la cartera de Salud; dos miembros de la Sociedad Argentina de Pediatría y María Viniegra, coordinadora del equipo técnico del INC.
“La OMS está diciendo que podría haber un efecto cancerígeno. No está diciendo que lo haya ni que no lo haya. No debe caerse en pánico y sí atender temas vinculados, por ejemplo, al consumo de tabaco, cuyo efecto sí está comprobado”, señaló Gómez.
¿Se está realizando en el país algún estudio para comprobar el riesgo?, quiso saber Clarín . “No. Un buen estudio espistemiológico requiere muchos años de seguimiento, una gran organización y un grado numeroso de población para ser vigilada”, apuntó Pradier.
En el encuentro, los expertos del INC dejaron en claro su posición. No hay razón para no seguir las indicaciones de la OMS, y sus ideas y propuestas se suman a las del IARC, con lo cual no habrá comunicados oficiales sobre el tema.
En Argentina hay más celulares que habitantes. Según las compañías, 56,7 millones de líneas están activas, lo que les genera una ganancia de 7 mil millones de dólares anuales. Los argentinos, en promedio, mandan unos 270 SMS por mes. “Pero el cáncer de colon, de mama, de pulmón y de cuello uterino tienen una mayor prevalencia. Lo seguimos con atención pero la posibilidad de que el celular genere cáncer no es un tema prioritario en el país”, cierra Pradier.
Qué dijo la OMS
- Posiblemente cancerígeno. Así definió el martes la Agencia Internacional de Investigación de Cáncer de la OMS a las radiaciones que emiten los celulares. Esto significa que existen algunas pruebas, pero no son concluyentes.
- 2B. Es la categoría en la que se los ubicó. Es la misma en la que están el café, el pesticida DDT y las exposiciones por trabajar en lavanderías e imprentas.
- Glioma. Es el tipo de cáncer de cerebro que podrían llegar a provocar. Es poco frecuente.
La potencia del equipo es lo que podría elevar el riesgo
Desde que la OMS clasificó el uso de celulares como “posiblemente cancerígeno”, sus campos electromagnéticos de radiofrecuencia se convirtieron en un (presunto) factor de peligro tan invisible como desconocido. Ante la consulta de Clarín , desde el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) explicaron que el riesgo mayor de la radiación se da sólo al usar el teléfono pegado a la oreja y que no incide cuántas ondas emite, sino a qué potencia lo hace: eso determina cuánto absorbe el cuerpo .
El ingeniero Claudio Muñoz, director del Centro Argentino de Estudios en Radiocomunicaciones y Compatibilidad Electromagnética (CAERCEM), del ITBA, explica que no hay un peligro específico en el tipo de radiación de los celulares, sino en que se los utilice pegados a la cabeza . “La señal es similar a las de las emisoras de TV o de FM. Todas generan ondas electromagnéticas. Pero el celular lo usás apoyado en la cabeza, y la cercanía con la fuente del campo electromagnético lo vuelve más peligroso”, señala.
Las ondas son el canal por el que viajan la voz o el paquete de datos de los SMS. Los celulares las emiten sólo cuando están encendidos y el pico de radiación se registra antes de iniciar una llamada. Es fácil de percibir: es lo que provoca, por ejemplo, la típica interferencia en un parlante segundos antes de que suene el teléfono. “Un celular necesita comunicarse con una radio base. Como no está determinado qué base lo atenderá, transmite a máxima potencia. La base receptora le indica a qué distancia está y así el equipo reduce la potencia durante el resto de la llamada”, detalla.
La recomendación de usar manos libres o de enviar SMS es porque el riesgo está en la proximidad, pero no en el contacto directo. Los campos electromagnéticos no “decaen” linealmente: la potencia se reduce en forma abrupta. “Basta alejar un poco el celular de la cabeza, aunque sean centímetros. Ya es un cambio significativo”, dice Muñoz. Refiere a la cabeza porque la OMS aclaró que la evidencia se circunscribe al cáncer de cerebro.
“Desde el punto de vista de la salud, no es tan importante cuánto irradia el celular, sino cuánto absorbemos nosotros. Eso depende de la potencia y la eficiencia del equipo, y no del volumen de ondas”, explica.
En Estados Unidos, los celulares son calificados por un SAR (sigla en inglés de “tasa de absorción específica”), que mide cuánta energía de la emisión de radiofrecuencia absorbe el cuerpo. “En Argentina no se hace esta medición, y se toma como referencia la que se hizo para cada modelo en el exterior. Desde el ITBA impulsamos una iniciativa para que los equipos tengan que especificar el SAR en sus cajas de un modo visible. Así el usuario podría no sólo elegir el modelo en base a la estética o sus prestaciones, sino también evaluarlo en función del SAR”, concluye Muñoz.
clarin.com
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