Por: Jessica Dickler
NUEVA YORK — Para los cazadores de empleos, el primer renglón de sus currículos puede influir en los empleadores potenciales, como es el caso de Glenn Miller, de 56 años, quien estuvo sin trabajo algunos meses a principios de este año. En cada entrevista a la que asistía, el ingeniero en software tenía que aguantar bromas por su nombre, el cual comparte con el gran jazzista estadounidense.
"Me preguntan, ‘¿dónde está tu banda?' Y yo sólo les digo: ‘todos están muertos'".
Aunque Miller desarrolló una habilidad para responder de forma ingeniosa y breve, "ese diálogo introductorio cambia completamente el tono de la entrevista... creo que hace que la gente no me tome en serio", admitió.
Para otros buscadores de empleo, no hay nada risible al respecto.
Colleen Rzucidlo, de 27 años, ha estado buscando activamente un trabajo en relaciones públicas desde hace nueve meses, pero ella cree que su apellido tan difícil de pronunciar ha tenido un efecto negativo en sus oportunidades para quedarse con un puesto.
"En realidad no puedo probarlo, pero muchas veces me pregunto si mi apellido me obstaculiza el proceso de búsqueda de empleo", dijo. "Nadie sabe pronunciarlo y eso es decepcionante. Si ni siquiera pueden pronunciar mi nombre, nadie se va a tomar la molestia de leer mi currículo".
Claro que si consideran el nombre de alguien como factor determinante en el proceso de contratación, no sólo está mal sino que también es ilegal, dijo la profesora de Recursos Humanos de la Universidad de San Diego, Christine Probett. "Ese tipo de discriminación está bien regulado por la ley", dijo.
Pero eso no quiere decir que no suceda.
Por ejemplo, los currículos con nombres que suenan "blancos" tienen 50% más oportunidades de recibir una llamada si se compara con apellidos que suenan afroamericanos, según un estudio realizado por la Oficina de Nacional de Investigación Económica del Instituto de Tecnología Sendhil Mullaina de la Universidad de Chicago.
Muchos buscadores de empleo están de acuerdo. Nakores Saeita, de 26 años, cree que el sonido étnico su nombre es un factor negativo. La ex analista crediticia de Chrysler fue despedida en junio y decidió regresar a la escuela para obtener una maestría en finanzas porque su búsqueda de empleo no ha rendido frutos.
Los empleadores se preguntan muchas veces sobre su estado de migración, dijo Sameita. "He tenido un par de entrevistas y lo primero que me preguntan después de mi nombre es de dónde soy", dijo la residente de Kansas, originaria de Kenya. "Aunque soy ciudadana, eso me pone en desventaja", dijo.
Los reclutadores dicen que el nombre que los solicitantes no tienen nada que ver con sus posibilidades de ser contratados, y varios estados solicitan a los empleadores que establezcan políticas antidiscriminación.
"Como reclutador, el nombre es usualmente lo último en que me fijo", dijo Thad Schiele. "Mi trabajo es obtener al mejor candidato para cierto puesto".
Pero los cínicos sugieren que si de los currículos pueden extraerse términos apropiados o palabras clave, entonces el nombre de alguien también podría tener un papel importante en el proceso inicial, ya sea de forma conciente o inconciente.
Mientras que los empleadores no pretenden discriminar a algún candidato con base en su nombre u origen étnico, el nombre aún puede dar algún indicio sobre las habilidades o antecedentes del solicitante que puedan ser relevantes para el empleo.
Duram Gallegos, de 25 años, cree que los empleadores potenciales lo llaman creyendo que habla español de forma fluida por su apellido.
Gallegos ha estado buscando un trabajo cerca de su hogar en Elgin, Illinois, desde hace seis meses, y cree que su apellido le da a los empleadores una falsa impresión que no puede respaldar durante una entrevista.
Si un buscador de empleo siente que su nombre lleva consigo una imagen con la que no está cómodo, entonces deberían utilizar sólo su primer nombre en una solicitud de empleo o en un currículo, sugirió Probett, de la Universidad de San Diego. Pero quitarle énfasis a un nombre obviamente no es realista.
En vez de eso, los buscadores de empleo deben concentrarse más en los aspectos de su imagen que puedan controlar, dice Probett, como su presencia en línea o la dirección de correo electrónico que usan para recibir su correspondencia.
"Por ejemplo, ‘PartyDude@BeerU.Com' podría proyectar una imagen de alguien que no es muy apto para el negocio", dijo.
NUEVA YORK — Para los cazadores de empleos, el primer renglón de sus currículos puede influir en los empleadores potenciales, como es el caso de Glenn Miller, de 56 años, quien estuvo sin trabajo algunos meses a principios de este año. En cada entrevista a la que asistía, el ingeniero en software tenía que aguantar bromas por su nombre, el cual comparte con el gran jazzista estadounidense.
"Me preguntan, ‘¿dónde está tu banda?' Y yo sólo les digo: ‘todos están muertos'".
Aunque Miller desarrolló una habilidad para responder de forma ingeniosa y breve, "ese diálogo introductorio cambia completamente el tono de la entrevista... creo que hace que la gente no me tome en serio", admitió.
Para otros buscadores de empleo, no hay nada risible al respecto.
Colleen Rzucidlo, de 27 años, ha estado buscando activamente un trabajo en relaciones públicas desde hace nueve meses, pero ella cree que su apellido tan difícil de pronunciar ha tenido un efecto negativo en sus oportunidades para quedarse con un puesto.
"En realidad no puedo probarlo, pero muchas veces me pregunto si mi apellido me obstaculiza el proceso de búsqueda de empleo", dijo. "Nadie sabe pronunciarlo y eso es decepcionante. Si ni siquiera pueden pronunciar mi nombre, nadie se va a tomar la molestia de leer mi currículo".
Claro que si consideran el nombre de alguien como factor determinante en el proceso de contratación, no sólo está mal sino que también es ilegal, dijo la profesora de Recursos Humanos de la Universidad de San Diego, Christine Probett. "Ese tipo de discriminación está bien regulado por la ley", dijo.
Pero eso no quiere decir que no suceda.
Por ejemplo, los currículos con nombres que suenan "blancos" tienen 50% más oportunidades de recibir una llamada si se compara con apellidos que suenan afroamericanos, según un estudio realizado por la Oficina de Nacional de Investigación Económica del Instituto de Tecnología Sendhil Mullaina de la Universidad de Chicago.
Muchos buscadores de empleo están de acuerdo. Nakores Saeita, de 26 años, cree que el sonido étnico su nombre es un factor negativo. La ex analista crediticia de Chrysler fue despedida en junio y decidió regresar a la escuela para obtener una maestría en finanzas porque su búsqueda de empleo no ha rendido frutos.
Los empleadores se preguntan muchas veces sobre su estado de migración, dijo Sameita. "He tenido un par de entrevistas y lo primero que me preguntan después de mi nombre es de dónde soy", dijo la residente de Kansas, originaria de Kenya. "Aunque soy ciudadana, eso me pone en desventaja", dijo.
Los reclutadores dicen que el nombre que los solicitantes no tienen nada que ver con sus posibilidades de ser contratados, y varios estados solicitan a los empleadores que establezcan políticas antidiscriminación.
"Como reclutador, el nombre es usualmente lo último en que me fijo", dijo Thad Schiele. "Mi trabajo es obtener al mejor candidato para cierto puesto".
Pero los cínicos sugieren que si de los currículos pueden extraerse términos apropiados o palabras clave, entonces el nombre de alguien también podría tener un papel importante en el proceso inicial, ya sea de forma conciente o inconciente.
Mientras que los empleadores no pretenden discriminar a algún candidato con base en su nombre u origen étnico, el nombre aún puede dar algún indicio sobre las habilidades o antecedentes del solicitante que puedan ser relevantes para el empleo.
Duram Gallegos, de 25 años, cree que los empleadores potenciales lo llaman creyendo que habla español de forma fluida por su apellido.
Gallegos ha estado buscando un trabajo cerca de su hogar en Elgin, Illinois, desde hace seis meses, y cree que su apellido le da a los empleadores una falsa impresión que no puede respaldar durante una entrevista.
Si un buscador de empleo siente que su nombre lleva consigo una imagen con la que no está cómodo, entonces deberían utilizar sólo su primer nombre en una solicitud de empleo o en un currículo, sugirió Probett, de la Universidad de San Diego. Pero quitarle énfasis a un nombre obviamente no es realista.
En vez de eso, los buscadores de empleo deben concentrarse más en los aspectos de su imagen que puedan controlar, dice Probett, como su presencia en línea o la dirección de correo electrónico que usan para recibir su correspondencia.
"Por ejemplo, ‘PartyDude@BeerU.Com' podría proyectar una imagen de alguien que no es muy apto para el negocio", dijo.
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