Laura Casanovas
LA NACION
"Arte para descolocarte", expresó a través de un megáfono la original artista Marta Minujin y, acto seguido, descubrió el Obelisco Plateado Multidireccional, un monumento de siete metros de altura que durante 40 días estará en la plazoleta Isidoro Ruiz Moreno, de Cerrito y Posadas, para que los porteños y turistas reflexionen sobre los cambios, los distintos puntos de vista y el país.
"Este tema nos hace ver cómo estamos los argentinos, que vamos para arriba y para abajo", dijo la artista durante el acto, que incluyó música de fondo de un saxofonista.
No es la primera vez que Minujin toma el Obelisco como motivo para provocar distintas reflexiones y experiencias estéticas. En 1964 recubrió con helado la base del monumento porteño para que la gente lo saboreara. Y en 1978, al regresar al país luego de un tiempo en el exterior, el Obelisco le pareció muy rígido y decidió acostarlo, en una obra de 74 metros que presentó en la Primera Bienal Latinoamericana de Arte de San Pablo.
Un año más tarde hizo en Buenos Aires el Obelisco de Pan Dulce, de 30 metros de alto y 30.000 panes dulces que el público pudo llevarse. Minujin siempre trabajó sobre mitos y monumentos icónicos de distintas culturas, como cuando hizo el Partenón de libros, con el que celebró la vuelta a la democracia en nuestro país. "Tomo esos lugares porque son de referencia y en ellos nos igualamos todos."
¿En qué posición del obelisco multidireccional está hoy la Argentina?, preguntó LA NACION a la artista "Estamos en el punto más bajo, porque no veo ideas", respondió. El nuevo obelisco, hecho de tela, es una idea de hace diez años que pudo concretar ahora con el apoyo de la galería Zurbarán, donde se exponen tres réplicas de bronce en pequeña escala del monumento. El deseo de Minujin es cubrir de acero el gran monumento de tela y que alguien lo compre para la ciudad.
Entre otros, se acercaron ayer a conocer la obra el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri; la directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Laura Buccellato, y Facundo Gómez Minujin, presidente de la Fundación arteBA.
La artista tiene otro proyecto en mente: un obelisco de acero inoxidable de 30 metros de alto emplazado en el Río de la Plata, para que la gente pueda ver la ciudad desde el río. Si Buenos Aires no tuviera un obelisco, seguro que Minujin lo crearía.
"Arte para descolocarte", expresó a través de un megáfono la original artista Marta Minujin y, acto seguido, descubrió el Obelisco Plateado Multidireccional, un monumento de siete metros de altura que durante 40 días estará en la plazoleta Isidoro Ruiz Moreno, de Cerrito y Posadas, para que los porteños y turistas reflexionen sobre los cambios, los distintos puntos de vista y el país.
"Este tema nos hace ver cómo estamos los argentinos, que vamos para arriba y para abajo", dijo la artista durante el acto, que incluyó música de fondo de un saxofonista.
No es la primera vez que Minujin toma el Obelisco como motivo para provocar distintas reflexiones y experiencias estéticas. En 1964 recubrió con helado la base del monumento porteño para que la gente lo saboreara. Y en 1978, al regresar al país luego de un tiempo en el exterior, el Obelisco le pareció muy rígido y decidió acostarlo, en una obra de 74 metros que presentó en la Primera Bienal Latinoamericana de Arte de San Pablo.
Un año más tarde hizo en Buenos Aires el Obelisco de Pan Dulce, de 30 metros de alto y 30.000 panes dulces que el público pudo llevarse. Minujin siempre trabajó sobre mitos y monumentos icónicos de distintas culturas, como cuando hizo el Partenón de libros, con el que celebró la vuelta a la democracia en nuestro país. "Tomo esos lugares porque son de referencia y en ellos nos igualamos todos."
¿En qué posición del obelisco multidireccional está hoy la Argentina?, preguntó LA NACION a la artista "Estamos en el punto más bajo, porque no veo ideas", respondió. El nuevo obelisco, hecho de tela, es una idea de hace diez años que pudo concretar ahora con el apoyo de la galería Zurbarán, donde se exponen tres réplicas de bronce en pequeña escala del monumento. El deseo de Minujin es cubrir de acero el gran monumento de tela y que alguien lo compre para la ciudad.
Entre otros, se acercaron ayer a conocer la obra el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri; la directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, Laura Buccellato, y Facundo Gómez Minujin, presidente de la Fundación arteBA.
La artista tiene otro proyecto en mente: un obelisco de acero inoxidable de 30 metros de alto emplazado en el Río de la Plata, para que la gente pueda ver la ciudad desde el río. Si Buenos Aires no tuviera un obelisco, seguro que Minujin lo crearía.
lanacion.com
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