PATRICIA MATEY
MADRID.- Con toda seguridad, si Sigmund Freud regresara hoy al mundo de los vivos se echaría las manos a la cabeza. La psiquiatría estadounidense está dejando de lado algunas 'viejas costumbres', como la de apoyarse en la psicoterapia para tratar las enfermedades mentales. Así lo acaba de poner de manifiesto un nuevo trabajo en el que se ha analizado la evolución de este tipo de tratamiento en un periodo de diez años.
La psicoterapia ha sido, hasta relativamente poco tiempo, protagonista indiscutible de la terapia de enfermedades como la depresión, el síndrome de estrés postraumático y los trastornos bipolar, de alimentación y de personalidad. Se trata, según la Sociedad Española de Integración de la Psicoterapia, "del tratamiento científico, de naturaleza psicológica que, a partir de manifestaciones psíquicas o físicas del malestar humano, promueve el logro de cambios o modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud física o psíquica, la integración de la identidad psicológica y el bienestar de las personas o grupos tales como la pareja o la familia".
Sin embargo, tal y como han podido comprobar Ramin Mojtabai, de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Heatlh en Baltimore, y Mark Olfson, del Instituto Psiquiátrico de Nueva York (ambos en EEUU), "pese a su tradicional importancia en la formación y en la práctica de los psiquiatras de EEUU, existe una disminución de su uso debido en parte tanto a las políticas de financiación de los tratamientos como a la llegada de nuevos fármacos con menos efectos secundarios", destacan en el último número del 'Archives of General Psychiatry'.
Los investigadores analizaron los datos de la Encuesta Nacional de Atención Ambulatoria de EEUU entre los años 1996 y 2005 e indagaron en el porcentaje de especialistas que proporcionaba psicoterapia, en sesiones de no más de 30 minutos, como parte del tratamiento de todos, algunos o ninguno de sus pacientes a lo largo de una semana. Los datos del trabajo revelan que ésta se dispensó en 5.597 de las 14.108 visitas realizadas al especialista durante los diez años de estudio.
Medicalización de la Psiquiatría
Además, y mientras que entre 1996 y 1997 el porcentaje de consultas al médico en las que se ofrecieron sesiones de psicoterapia fue de un 44,4%; entre 2004 y 2005 la cifra no sobrepasó el 28%. "Esta disminución coincide con un aumento en la prescripción de fármacos", señalan los investigadores que insisten en la importancia de los datos "ya que reflejan el hecho de que la atención al paciente mental ambulatorio esté cambiando en EEUU a favor una medicalización de la Psiquiatría".
Otro de los datos que evidencia un cambio en esta especialidad es que los galenos que obsequian con este tratamiento a todos sus enfermos es menor (un 40%) que los que realizan psicoterapia (un 59%) con tan sólo alguno de sus pacientes.
Pese a las conclusiones de esta investigación, Celso Arango, jefe la Unidad de Adolescentes del departamento de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), defiende que "en términos de políticas sanitarias no se pueden extrapolar las tendencias que se dan en EEUU con las europeas. Al otro lado del Atlántico, los médicos de atención pública de Medicaid y Medicare no ofrecen este tratamiento, que normalmente está en manos de psicólogos, terapeutas sociales y enfermeras".
Pero esta buena noticia contrasta con otros problemas nacionales "como la falta de formación en psicoterapia de los residentes [médicos en formación]. Ésta se ha delegado a la industria farmacéutica que, como es normal financia formación en aspectos relacionados con la psicofarmacología. Además, no existe una formación reglada ni obligatoria de este tratamiento en los estudiantes".
Una de las razones por las que también la psicoterapia "pierde espacio" en las consultas, es, según Belén Jiménez, del Instuto Galene de Madrid, que "cuesta también mucho trasmitir al paciente la necesidad de invertir tiempo en un tratamiento psicoterapéutico. La patología, los conflictos, los trastornos... no se resuelven en dos meses, y muchas veces son ellos mismos los que demandan medicación de efecto rápido, sin tener que enfrentarse así al trabajo personal que significa someterse a una terapia".
MADRID.- Con toda seguridad, si Sigmund Freud regresara hoy al mundo de los vivos se echaría las manos a la cabeza. La psiquiatría estadounidense está dejando de lado algunas 'viejas costumbres', como la de apoyarse en la psicoterapia para tratar las enfermedades mentales. Así lo acaba de poner de manifiesto un nuevo trabajo en el que se ha analizado la evolución de este tipo de tratamiento en un periodo de diez años.
La psicoterapia ha sido, hasta relativamente poco tiempo, protagonista indiscutible de la terapia de enfermedades como la depresión, el síndrome de estrés postraumático y los trastornos bipolar, de alimentación y de personalidad. Se trata, según la Sociedad Española de Integración de la Psicoterapia, "del tratamiento científico, de naturaleza psicológica que, a partir de manifestaciones psíquicas o físicas del malestar humano, promueve el logro de cambios o modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno, la salud física o psíquica, la integración de la identidad psicológica y el bienestar de las personas o grupos tales como la pareja o la familia".
Sin embargo, tal y como han podido comprobar Ramin Mojtabai, de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Heatlh en Baltimore, y Mark Olfson, del Instituto Psiquiátrico de Nueva York (ambos en EEUU), "pese a su tradicional importancia en la formación y en la práctica de los psiquiatras de EEUU, existe una disminución de su uso debido en parte tanto a las políticas de financiación de los tratamientos como a la llegada de nuevos fármacos con menos efectos secundarios", destacan en el último número del 'Archives of General Psychiatry'.
Los investigadores analizaron los datos de la Encuesta Nacional de Atención Ambulatoria de EEUU entre los años 1996 y 2005 e indagaron en el porcentaje de especialistas que proporcionaba psicoterapia, en sesiones de no más de 30 minutos, como parte del tratamiento de todos, algunos o ninguno de sus pacientes a lo largo de una semana. Los datos del trabajo revelan que ésta se dispensó en 5.597 de las 14.108 visitas realizadas al especialista durante los diez años de estudio.
Medicalización de la Psiquiatría
Además, y mientras que entre 1996 y 1997 el porcentaje de consultas al médico en las que se ofrecieron sesiones de psicoterapia fue de un 44,4%; entre 2004 y 2005 la cifra no sobrepasó el 28%. "Esta disminución coincide con un aumento en la prescripción de fármacos", señalan los investigadores que insisten en la importancia de los datos "ya que reflejan el hecho de que la atención al paciente mental ambulatorio esté cambiando en EEUU a favor una medicalización de la Psiquiatría".
Otro de los datos que evidencia un cambio en esta especialidad es que los galenos que obsequian con este tratamiento a todos sus enfermos es menor (un 40%) que los que realizan psicoterapia (un 59%) con tan sólo alguno de sus pacientes.
Pese a las conclusiones de esta investigación, Celso Arango, jefe la Unidad de Adolescentes del departamento de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), defiende que "en términos de políticas sanitarias no se pueden extrapolar las tendencias que se dan en EEUU con las europeas. Al otro lado del Atlántico, los médicos de atención pública de Medicaid y Medicare no ofrecen este tratamiento, que normalmente está en manos de psicólogos, terapeutas sociales y enfermeras".
Pero esta buena noticia contrasta con otros problemas nacionales "como la falta de formación en psicoterapia de los residentes [médicos en formación]. Ésta se ha delegado a la industria farmacéutica que, como es normal financia formación en aspectos relacionados con la psicofarmacología. Además, no existe una formación reglada ni obligatoria de este tratamiento en los estudiantes".
Una de las razones por las que también la psicoterapia "pierde espacio" en las consultas, es, según Belén Jiménez, del Instuto Galene de Madrid, que "cuesta también mucho trasmitir al paciente la necesidad de invertir tiempo en un tratamiento psicoterapéutico. La patología, los conflictos, los trastornos... no se resuelven en dos meses, y muchas veces son ellos mismos los que demandan medicación de efecto rápido, sin tener que enfrentarse así al trabajo personal que significa someterse a una terapia".
elmundo.es
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