Mostrando entradas con la etiqueta epilepsia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta epilepsia. Mostrar todas las entradas

sábado, 30 de abril de 2011

Le sacaron parte del cerebro por su epilepsia y hoy gana ultramaratones


Hasta cumplir 27 años, la vida de Diane Van Deren era completamente normal: vivía en un pequeño pueblo al pie de las montañas Rocallosas, en los EE.UU., donde cuidaba a sus dos hijos pequeños, atendía a su marido, entrenaba y practicaba con pasión múltiples deportes, algo que hacía desde que fue tenista profesional en su juventud. La felicidad parecía completa cuando supo que estaba embarazada de Matt, otro varón. Y entonces, a los pocos días de la noticia, tuvo una fuerte convulsión que cambió rápidamente su existencia.
El diagnóstico fue epilepsia y su cotidianeidad se arruinó en forma drástica: las crisis de la enfermedad se repitieron cada vez con mayor frecuencia y al cabo de unos años llegó a sufrir entre tres y cinco episodios por semana, que los medicamentos usuales no lograban atemperar.
Cualquier actividad banal se convirtió –además de compleja y peligrosa– en algo que requería planificación: “Cuidar a mis tres chicos, manejar el auto, darme un baño de inmersión, andar a caballo... todo podía complicarse mucho, y mal si tenía un episodio convulsivo en un momento clave”, le contó a PERFIL vía correo electrónico, pocos días antes de su llegada a la Argentina (ver recuadro).
Así, casi por casualidad, descubrió un particular antídoto personal que le servía para frenar la llegada de las convulsiones: salir a correr por horas. “Siempre fui muy deportista; jugué tenis profesionalmente y entrenaba con constancia desde la adolescencia. Cuando las convulsiones comenzaron a darse con mayor frecuencia, descubrí que si salía a trotar rápidamente cuando estaba por tener una crisis ¡podía evitarla! Y, casi mágicamente, el miedo a tener un episodio me hizo aprender a disfrutar de correr a campo traviesa, por senderos naturales, donde además encontraba paz y belleza. Era una manera de sentirme segura y reconfortada en medio de las crisis”, cuenta Van Deren, hoy de 52 años.
El correr para evadir la enfermedad y la sensación de bienestar que esto le aportaba se volvería, con el tiempo, parte central de su vida futura.
—¿Entonces tomaba medicamentos anticonvulsivos?
—Los tomé durante diez años. Y debo haber probado todos, pero ninguno funcionaba correctamente; o me generaban efectos secundarios insoportables, como un cansancio extremo, pérdida de apetito, mala visión y problemas cognitivos.
Finalmente, su médico le ofreció una opción drástica, pero que resultó eficaz: una lobectomía. Se trata de una cirugía neurológica que consiste en extraer la parte del tejido cerebral que origina la descarga neuronal anormal, excesiva, sincrónica y responsable final de las convulsiones. En 1997 Diane se operó y le extirparon de su lóbulo temporal derecho una cantidad de tejido equivalente al tamaño de un kiwi.
Tras la recuperación y el alta, su vida volvió a cambiar radicalmente. Dejó de tener episodios epilépticos, pero perdió parte de su memoria y habilidades organizativas. Y su antigua técnica para evitar las crisis le despertó el gusto por las carreras de aventura.
A tal punto que en 2009 se convirtió en la primera mujer en completar la Yukon Artic Ultra Race, una de las carreras más duras del mundo, donde corrió casi 700 kilómetros –en varios días– a temperaturas extremas (-40ºC).
—¿Considera que se curó?
—Desde que me operé, dejé de tener crisis epilépticas, tras diez años de padecerlas. La última la tuve la noche anterior a la intervención. Pero claro que es una operación con ciertas consecuencias. Extirpar mi tejido cerebral dañado también se llevó parte del sistema de procesamiento de mi memoria; tengo dificultades con el manejo del tiempo y con mis habilidades de organización espacial y de orientación. Por ejemplo, ¡nunca me acuerdo donde dejé el auto estacionado! También perdí algo de visión periférica. Y me canso mucho mentalmente, algo que me es muy difícil de manejar. Me fatiga más dar una charla o hacer una entrevista que correr. Eso fue, y todavía es, para mí el resultado más complejo de aceptar de todo este tratamiento.
Los preparativos antes de las carreras son complejos; es que, entre otras cosas, Diane ya no sabe interpretar mapas. Tampoco tiene noción del tiempo que pasa corriendo y es incapaz de recordar dónde está yendo o cómo regresar. A pesar de estos “inconvenientes”, está satisfecha con su decisión. Confrontada nuevamente con el mismo dilema, dice que volvería a hacerlo sin dudarlo.
—¿Se lo recomendaría a otros pacientes?
—Por supuesto, se lo recomendaría a cualquier persona que sea candidata a la cirugía, más allá de su edad. Si la medicación no le funciona, le diría que vaya para adelante, definitivamente.

En Argentina
La reconocida ultramaratonista Diane Van Deren viene a la Argentina para correr la segunda edición de The North Face Endurance Challenge, una ultamaratón que se realizará en Salta el próximo 7 de mayo, con un recorrido de 80 kilómetros por la montaña. Se trata de uno de los circuitos de Trail Run más importantes de Sudamérica.
Como parte de su visita, la atleta ofrecerá, además, dos charlas al público. Una será en Salta antes de la carrera, y la otra tendrá lugar en el local que The North Face (marca especializada en productos para exploradores y deportistas de elite) posee en el shopping Alto Palermo. La cita es el próximo martes a las 19, con entrada libre.
diarioperfil.com.ar

jueves, 5 de agosto de 2010

Un estudio descarta que los antiepilépticos eleven el riesgo de suicidio

Desde que la agencia estadounidense del medicamento (FDA) advirtiese en 2008 del aumento de suicidios asociado con el uso de antiepilépticos, el debate en torno a la veracidad de este fenómeno no ha cesado. Una investigación española se suma ahora a las voces que defienden la seguridad de estos fármacos. Sus conclusiones señalan que se pueden usar sin riesgo en pacientes epilépticos.
A raíz de un ensayo clínico que indicaba que los antiepilépticos aumentaban las ideas y acciones suicidas, la FDA decidió incluir una advertencia (denominada 'black box' en inglés) en el prospecto de estos fármacos. Sin embargo, "se consideraba una medida no del todo probada, que necesitaba ser refrendada en una población de usuarios de estos medicamentos", explica a ELMUNDO.es uno de los autores, Alejandro Arana, del gabinete Risk MR Pharmacovigilance Services (con sede en Zaragoza).
"Eso es lo que hemos hecho en este estudio", añade José Luis Ayuso, del departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, que también firma el trabajo. Los ensayos clínicos, explican ambos, tienen la desventaja de que la población analizada cumple determinados criterios y que el periodo de seguimiento es corto.
Para salvar estos obstáculos, los investigadores extrajeron la información de una base de datos de pacientes británicos y analizaron la correlación entre los intentos de suicidio –consumados o no- y el uso de antiepilépticos en personas con epilepsia, depresión, trastorno bipolar o ninguna de estas tres enfermedades.
Aunque las cifras absolutas indicaban una mayor incidencia de estos episodios entre aquellos que tomaban antiepilépticos, cuando los autores eliminaron los posibles factores de confusión, el riesgo era superior en los pacientes epilépticos que no tomaban esta medicación, según recogen en la revista 'The New England Journal of Medicine'.
En cuanto a las personas con depresión o trastorno bipolar, "observamos un aumento del riesgo de suicidio, pero no podemos saber si es por los antiepilépticos o por la enfermedad de base", explica Arana. Sus análisis "sugieren que la patología es más importante que los fármacos", explican en las páginas de la revista.
"En general –señalan los autores-, nuestros resultados no confirman los hallazgos difundidos por la FDA y reafirman la seguridad de los antiepilépticos, que se llevan usando más de 100 años", añaden.

elmundo.es

martes, 27 de abril de 2010

¿Un nuevo responsable de la epilepsia?

Hasta ahora las investigaciones de la epilepsia -un trastorno cerebral que provoca una predisposición a las convulsiones- se han centrado en las neuronas.
Pero investigadores en Estados Unidos afirman que un tipo de célula totalmente distinta está involucrada.
Estas células, llamadas astrocitos, podrían tener la clave de la actividad cerebral descontrolada que causa el trastorno, expresan los científicos en la revista Nature Neuroscience.
Las crisis epilépticas -que en algunas personas se manifiestan como convulsiones y en otras como "ausencias"- son provocadas por la descarga excesiva de señales eléctricas en las neuronas.
Hasta ahora, sin embargo, no se había logrado entender con claridad cuáles son las causas de esta "hiperactividad" neuronal.
Astrocitos
Los científicos creen que, aunque en algunos casos el problema ocurre en las neuronas, la causa subyacente podría estar en que las células que las rodean no ayudan a controlar esa actividad neuronal.
La nueva investigación, llevada a cabo en la Escuela de Medicina de la Universidad de Tuft y el Hospital Infantil de Filadelfia, ofrece la evidencia más clara hasta ahora de que estas células, los astrocitos, son los responsables.
"Este estudio demuestra que los cambios en los astrocitos son la clave de esta disfunción cerebral y ofrece el potencial de encontrar nuevas estrategias terapéuticas para la epilepsia", dice el doctor Philip Haydon, uno de los autores del estudio.
Se sabe que los astrocitos tienen varias funciones, incluido el abastecimiento de nutrientes a otras células cerebrales, y también ayudan al cerebro a seguir funcionando cuando ocurren daños en las células nerviosas.
Los científicos se centraron en una condición anormal de estas células llamada astrocitosis reactiva, que se sabe ocurre en varias enfermedades neurológicas.
Con ésta los astrocitos se inflaman y se comportan de forma diferente y los científicos creen que esta condición está vinculada a la epilepsia.
Los científicos indujeron esta inflamación en el laboratorio con muestras de tejido cerebral de ratones y analizaron si esto provocaba alguna diferencia en la capacidad de las células nerviosas para inhibir o "apagar", las señales eléctricas de neuronas específicas.
Inhibición
La epilepsia es causada por la descarga excesiva de señales neuronales.
Descubrieron que los astrocitos inflamados provocaban una reducción en los niveles de un compuesto químico que se sabe inhibe las señales que envían las neuronas.
Tal como explica otro de los autores del estudio, el doctor Douglas Coulter, quien asegura que ya sabían "que la inhibición es una función poderosa en el cerebro".
"Con la epilepsia la inhibición no funciona adecuadamente y el envío descontrolado de señales conduce a las crisis epilépticas".
"Debido a que tanto la alteración en la inhibición como la astrocitosis reactiva ocurren en otros trastornos neurológicos -incluidas muchas enfermedades psiquiátricas, lesiones cerebrales traumáticas y trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Parkinson- nuestro estudio puede tener amplias implicaciones", expresa el investigador.
El doctor Coulter agrega que "al entender mejor los eventos detallados que ocurren en la epilepsia, estamos adquiriendo conocimientos que podrían eventualmente conducir a mejores tratamientos para la epilepsia y posiblemente para otras enfermedades neurológicas".
Por su parte, el profesor Vincenzo Crunelli, neurocientífico de la Universidad de Cardiff que también ha investigado el papel de los astrocitos en la epilepsia, afirma que este estudio podría ser particularmente relevante en una forma de la enfermedad llamada epilepsia del lóbulo temporal, que puede ser resistente a los tratamientos.
"Este estudio ciertamente sugiere que los astrocitos podrían estar involucrados en el mantenimiento de la hiperactividad de la neuronas", dice el científico.
"Si es así, esto podría ofrecernos la posibilidad de un nuevo blanco terapéutico", agrega.

bbc.co.uk