domingo, 11 de septiembre de 2011

Vino y sexualidad, un dúo que excede la lógica de la ciencia


Si beber vino en cantidades moderadas ayuda a prevenir las afecciones cardiovasculares, ¿no puede también ser útil para la prevención de las disfunciones sexuales? La pregunta cobra vigencia a medida que se multiplican los estudios que sugieren que la disfunción eréctil es muchas veces un signo temprano de enfermedad cardiovascular.
"Es verdad que la aterosclerosis es una de las principales causas vasculares de la disfunción eréctil, pero es muy temprano como para decir que beber vino puede brinda protección contra la aterosclerosis", afirma el doctor Gerson Lopes.
Lopes posee una opinión autorizada al respecto: no sólo es un destacado especialista en medicina sexual -con más de 100 artículos científicos publicados, coordina el Area de Sexualidad del Hospital Mater Dei de Belo Horizonte, Brasil-, sino que además es un experto en enología. Por eso fue elegido para abrir el XI Congreso de la Sociedad Latinoamericana de Medicina Sexual (Slams), que finaliza hoy en Buenos Aires, con su conferencia "El vino y la sexualidad".
Allí, Lopes pasó revista a una serie de estudios recientes que han tratado de determinar cómo influye el consumo habitual de vino sobre la sexualidad humana. Quizás el más publicitado de ellos sea uno realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oporto, Portugal.
"El estudio fue realizado por una investigadora muy seria, la doctora Delminda Neves, que trabaja en investigación básica -relata Lopes-. Ella hizo que un grupo de ratas macho beban vino, que otro beba alcohol en cantidades similares a las presentes en el vino, y que un tercer grupo bebiera agua. Tras estudiar la presencia de sustancias precursoras de la aterosclerosis en las arterias peneanas de las ratas, mostró que habría una prevención de la aterosclerosis asociada al consumo de vino.
-¿Existen evidencias científicas sólidas sobre los efectos del vino sobre la sexualidad humana?
-No, y probablemente no las habrá nunca, ya que la sexualidad humana es muy diversa, muy compleja. Desde hace muchos años se habla del valor del vino sobre la sexualidad. A través de la historia, el vino fue utilizado como remedio, y se vio que puede ser bueno, pero también puede ser malo. Pero es muy difícil tener un trabajo con un criterio verdaderamente científico sobre el valor del vino en la salud.
-Aún así, existen numerosos experimentos realizados sobre los efectos del vino sobre la sexualidad.
-Es interesante. Investigadores suecos, por ejemplo, vieron que aquellas personas que se dedicaban a la cata de vino en forma profesional, como los sommeliers o los enólogos, tienen una actividad cerebal más acentuada, más intensa, de la amígdala. Y la amígdala es un área que tiene que ver con el placer. Un sommelier y un catador de vino tendrían según este estudio una mayor sensibilidad ante el placer.
También hay relatos de investigadores portugueses que evaluaron la función sexual femenina, en mujeres a las que dividieron en tres grupos: mujeres abstemias, mujeres que tomaban de una a dos copas de vino al día y mujeres que tomaban mucho vino, 3 o más copas al día. Las mujeres que tomaban de una a dos copas al día tenían una mejor función sexual -evaluada según escalas- que las de los otros dos grupos. Ese fue un estudio que tuvo mucha repercusión. Pero, nuevamente, lo que sucede con el vino y la sexualidad es difícil de probar, porque es algo multifactorial.
-Se habla mucho sobre la capacidad de desinhibir del alcohol, ¿pero eso tiene un impacto positivo sobre el sexo?
-Si uno lo habla desde el punto de vista de la capacidad de liberar el deseo, particularmente en mujeres que tienen mucho frenos sociales, el beber vino puede hacer que se suelten más y que el deseo fluya más. Pero, infelizmente, algunos jóvenes utilizan el alcohol para sentir más valor y caen en una adicción, ya que en ese sentido el alcohol es como cualquier otra droga.
El alcohol, además, puede retardar el orgasmo, y existen personas que beben antes de tener sexo para obtener ese efecto. Pero el problema es que no saben cuál es la dosis óptima. Y así como en cierta medida puede desinhibir o retardar el orgasmo, en dosis más elevadas puede causar disfunción eréctil, o dar sueño, todo lo que no es para nada compatible con el sexo.
-¿Cuál es una medida saludable para el consumo de vino?
-La medida sería no más de dos copas al día para el hombre y una para la mujer. Y siempre acompañando las comidas.
-Como médico especialista en medicina sexual, ¿aconsejaría beber vino por alguno de sus potenciales efectos benéficos?
-Yo nunca podría indicar el vino para la prevención de una trastorno sexual ni para su tratamiento, porque no sé si la persona podrá desarrollar una adicción. Pero cuando los integrantes de una pareja tienen la costumbre de beber, es interesante que los dos compartan el degustar vino, porque el vino está ligado al amor y debe ser compartido. El vino es una bebida que no se debe beber solo.
lanacion.com

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