miércoles, 7 de septiembre de 2011

SE DEBERIA DESCANSAR AL MENOS UN DIA A LA SEMANA

ESTRES. SIN UN DESCANSO ADECUADO, PUEDE VOLVERSE UN MAL CRONICO.
El cerebro es una máquina que necesita descanso. Los norteamericanos han desarrollado tal aversión a ser improductivos que a muchos les cuesta hacer cola, tomar un ascensor o detenerse en un semáforo sin leer, mandar un mensaje de texto o hablar mediante algún aparato al mismo tiempo.
No quieren perder ni un minuto. La tecnología encierra la promesa de una eficiencia y destreza ilimitados pero los especialistas sostienen que se trata de una falsa promesa que, en realidad, contribuye a enloquecernos .
Psicólogos, sacerdotes, científicos y hasta políticos instan a resucitar el antiguo concepto del Sabbat. Esto es: hacer una pausa en nuestras actividades. Y no sólo para las personas religiosas.
Wayne Muller, terapeuta y pastora, trabaja con gente que sufre de stress crónico que sabe que necesita aminorar su ritmo –gente del clero, médicos, docentes, trabajadores sociales, padres y demás–, pero les cuesta tanto hacer un alto en sus tareas que de forma ansiosa piden permiso para descansar.
Religiones al margen, tanto psicólogos como neurólogos saben que aún si el Sabbat no existiera, sería hoy más necesario que nunca inventarlo .
El flujo constante de información y un estado de ocupación permanente interfieren con nuestra capacidad para pensar y tomar decisiones, aseguran los científicos.
Angelika Dimoka, directora del Centro de Toma de Decisiones Neurológicas en la Universidad Temple, estudia la forma cómo el cerebro procesa la información. Sus investigaciones descubrieron que a medida que aumenta el flujo de información, se incrementa también la actividad en la región del cerebro responsable de las decisiones y el control de las emociones.
Pero sólo hasta un punto .
Si se inunda al cerebro con demasiada información, la actividad en esta región repentinamente decae . Esta suerte de centro para el pensamiento inteligente no sólo no aumenta su performance sino que la verifica.
La psicóloga Boulder y escritora Joan Borysenko trabaja con ejecutivos muy ocupados que temen que el hecho de tomarse un poco de tiempo libre cada día o semana afecte el ritmo de sus vidas de altos logros.
“Mucha gente no puede tomarse todo un día libre. Siente una gran ansiedad si lo hace. Sus mentes vuelan” dijo Borysenko. Los sábados y domingos se volvieron días para “hacer, hacer y hacer” todas las cosas que no tuvimos tiempo de hacer en la semana. Pero en su opinión si una actividad no nos permite recomponer nuestro espíritu ya no es descanso.
CLARIN.COM

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