Se trata de un sentimiento común entre las personas mayores. Buena parte de los que han cumplido los 65 años comparte el temor a tropezarse, desplomarse o caerse en casa o en la calle. Y, precisamente, la experiencia de este miedo es un factor que contribuye realmente a que se produzca esta clase de incidentes, tal y como acaba de poner de manifiesto un nuevo estudio llevado a cabo por grupo de investigadores belgas y australianos.
"El temor a caerse en las personas de edad avanzada ha sido reconocido como un factor psicológico importante asociado a los desvanecimientos. Se han llevado a cabo muchas investigaciones para determinar cómo dicho miedo puede desempeñar un papel en la transición a la fragilidad física y la incidencia de caídas... Tanto los tropezones como el temor a sufrirlos reducen sustancialmente la calidad de vida y la independencia de estas personas, además de contribuir a su ingreso en residencias...Sin embargo, la naturaleza compleja de los factores de riesgo psicológicos en las caídas y la limitada información de antecedentes de este fenómeno obstaculizan su inclusión en programas de prevención", reconoce Stephen Lord, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), y autor principal del ensayo.
Opina, además, que "el problema del miedo irracional se ha descuidado mucho... Por eso, el objetivo de este estudio fue aumentar nuestra comprensión del fenómeno y explorar su existencia en una muestra representativa de personas mayores".
Un total de 500 personas de entre 70 y 90 años han participado en la investigación, que ha visto la luz en el último 'British Medical Journal'. Durante su ejecución, los participantes, a los que se les realizó un seguimiento de un año, fueron sometidos a una amplia evaluación médica y neuropsicológica. Se llevaron a cabo dos grupos en función de si tenían un bajo o un alto riesgo fisiológico (por la propia inmovilidad, problemas de coordinación, demasiada medicación, pérdida de visión, osteoporosis o vértigos y mareos) de sufrir caídas. Asimismo, "y tras esta primera división, realizamos subgrupos en función de su temor (alto o bajo) a tropezarse", agregan los autores.
Los datos revelan que, aproximadamente, una tercera parte de la población estudiada bien subestima o sobreestima su riesgo de caerse. Además, "el 10% mostró excesivos niveles de percepción de riesgo de desmoronarse y fueron clasificados como ansiosos. A pesar de contar con un bajo riesgo fisiológico, el 40% de los que experimentaron ansiedad por desvanecerse experimentó múltiples y perjudiciales caídas a lo largo de los 12 meses de investigación".
Los autores defienden que aquéllos con más inseguridad son más susceptibles de caerse en el futuro, independientemente del riesgo físico real de sufrir este incidente.
"La disparidad entre lo que perciben estos mayores y el peligro real contribuye aumentar sus posibilidades de tropiezos a través de mecanismos psicológicos", afirman los investigadores.
Por todo ello defienden que tanto el riesgo fisiológico como el percibido por los adultos se incluyan en las evaluaciones médicas destinadas a conocer las posibilidades que tiene una persona mayor de desmoronarse con el fin "de poder realizar intervenciones específicas de prevención".
elmundo.es
"El temor a caerse en las personas de edad avanzada ha sido reconocido como un factor psicológico importante asociado a los desvanecimientos. Se han llevado a cabo muchas investigaciones para determinar cómo dicho miedo puede desempeñar un papel en la transición a la fragilidad física y la incidencia de caídas... Tanto los tropezones como el temor a sufrirlos reducen sustancialmente la calidad de vida y la independencia de estas personas, además de contribuir a su ingreso en residencias...Sin embargo, la naturaleza compleja de los factores de riesgo psicológicos en las caídas y la limitada información de antecedentes de este fenómeno obstaculizan su inclusión en programas de prevención", reconoce Stephen Lord, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), y autor principal del ensayo.
Opina, además, que "el problema del miedo irracional se ha descuidado mucho... Por eso, el objetivo de este estudio fue aumentar nuestra comprensión del fenómeno y explorar su existencia en una muestra representativa de personas mayores".
Un total de 500 personas de entre 70 y 90 años han participado en la investigación, que ha visto la luz en el último 'British Medical Journal'. Durante su ejecución, los participantes, a los que se les realizó un seguimiento de un año, fueron sometidos a una amplia evaluación médica y neuropsicológica. Se llevaron a cabo dos grupos en función de si tenían un bajo o un alto riesgo fisiológico (por la propia inmovilidad, problemas de coordinación, demasiada medicación, pérdida de visión, osteoporosis o vértigos y mareos) de sufrir caídas. Asimismo, "y tras esta primera división, realizamos subgrupos en función de su temor (alto o bajo) a tropezarse", agregan los autores.
Los datos revelan que, aproximadamente, una tercera parte de la población estudiada bien subestima o sobreestima su riesgo de caerse. Además, "el 10% mostró excesivos niveles de percepción de riesgo de desmoronarse y fueron clasificados como ansiosos. A pesar de contar con un bajo riesgo fisiológico, el 40% de los que experimentaron ansiedad por desvanecerse experimentó múltiples y perjudiciales caídas a lo largo de los 12 meses de investigación".
Los autores defienden que aquéllos con más inseguridad son más susceptibles de caerse en el futuro, independientemente del riesgo físico real de sufrir este incidente.
"La disparidad entre lo que perciben estos mayores y el peligro real contribuye aumentar sus posibilidades de tropiezos a través de mecanismos psicológicos", afirman los investigadores.
Por todo ello defienden que tanto el riesgo fisiológico como el percibido por los adultos se incluyan en las evaluaciones médicas destinadas a conocer las posibilidades que tiene una persona mayor de desmoronarse con el fin "de poder realizar intervenciones específicas de prevención".
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