El rol de los padres. No hay influencia externa más fuerte que la de los padres. En temas tan importantes como la sexualidad, es fundamental asumir un rol protagónico en la comunicación. Vivimos en un mundo donde el sexo está presente en todos lados. La educación sexual debe ser un capítulo más de los contenidos que los padres les enseñan a sus hijos.
Romper prejuicios. A los padres les puede resultar vergonzoso hablar de un tema que es tan natural para sus hijos adolescentes. Como ellos reciben contenidos de diversas fuentes, es imprescindible romper los prejuicios internos y promover el diálogo, para estar seguros de que la información que los chicos manejan es la adecuada.
Diálogo, no monólogo. Antes de dar consejos, es necesario generar una verdadera comunicación: que el hijo pueda formular sus preguntas y temores. Los padres tendrán que hablar sobre este tema a medida que vayan surgiendo las dudas. No se recomienda sentarlos a conversar como si se tratara de una clase magistral porque los puede cohibir.
Generar confianza. Lo importante es que se haya fundado un ámbito de confianza. El diálogo puede comenzar con comentarios acerca de los cambios corporales que conducen a excitaciones de algunos órganos. Es fundamental que los hijos se sientan acompañados por sus padres, a través de un sostén mantenido en el tiempo.
Enseñarles a cuidarse. No se trata sólo de vencer prejuicios, sino de prevenir un mal manejo de la información. Sobre todo con respecto al embarazo y a las enfermedades de transmisión sexual. Es conveniente consultar a un médico especialista en estos temas, para poder transmitir a sus hijos el conocimiento de manera correcta y evitar confundirlos más.
Fuentes:Ana Rozenbaum. Especialista en Psicoanálisis de Niños y Adolescentes
Arturo Clariá. Psicólogo especialista en adolescencia
Diana Resnicoff. Psicóloga y sexóloga clínica
lanacion.com
Romper prejuicios. A los padres les puede resultar vergonzoso hablar de un tema que es tan natural para sus hijos adolescentes. Como ellos reciben contenidos de diversas fuentes, es imprescindible romper los prejuicios internos y promover el diálogo, para estar seguros de que la información que los chicos manejan es la adecuada.
Diálogo, no monólogo. Antes de dar consejos, es necesario generar una verdadera comunicación: que el hijo pueda formular sus preguntas y temores. Los padres tendrán que hablar sobre este tema a medida que vayan surgiendo las dudas. No se recomienda sentarlos a conversar como si se tratara de una clase magistral porque los puede cohibir.
Generar confianza. Lo importante es que se haya fundado un ámbito de confianza. El diálogo puede comenzar con comentarios acerca de los cambios corporales que conducen a excitaciones de algunos órganos. Es fundamental que los hijos se sientan acompañados por sus padres, a través de un sostén mantenido en el tiempo.
Enseñarles a cuidarse. No se trata sólo de vencer prejuicios, sino de prevenir un mal manejo de la información. Sobre todo con respecto al embarazo y a las enfermedades de transmisión sexual. Es conveniente consultar a un médico especialista en estos temas, para poder transmitir a sus hijos el conocimiento de manera correcta y evitar confundirlos más.
Fuentes:Ana Rozenbaum. Especialista en Psicoanálisis de Niños y Adolescentes
Arturo Clariá. Psicólogo especialista en adolescencia
Diana Resnicoff. Psicóloga y sexóloga clínica
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