Por Víctor Ingrassia
lanacion.com
La pastilla anticonceptiva, conocida popularmente como "la píldora", que comenzó a venderse por primera vez un día como hoy hace 50 años, no sólo permitió cambiar la forma de relacionarse con una pareja estable u ocasional, sino que generó en la población una revolución en la conformación de la familia y particularmente en la mujer, ya que su uso le permitió planificar su vida, sus estudios y trabajos para poder ascender a puestos jerárquicos privados y públicos.
Justo a comienzo de la década del 60, en aquellos años convulsionados por los jóvenes con fuertes ideales, que buscaban romper los rígidos moldes de la sociedad, emergió la cuestionada píldora, aprobada por la Administración de Fármacos y Alimentos de EE.UU. (FDA) y luego popularizada en todo el mundo.
Actualmente este anticonceptivo oral hormonal es utilizado por el 19 por ciento de las mujeres entre 15 y 44 años en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, y más del 60 por ciento de las mujeres entre 15 y 44 años utilizan algún método anticonceptivo. En la Argentina consumen la píldora anticonceptiva el 18% de las mujeres en edad fértil (14 a 45 años). Si bien se prescriben unas 20 millones de recetas por año, se calcula que una de cada tres mujeres que la usan visita al médico para que se las recete.
"Los anticonceptivos orales hormonales tienen como enorme beneficio sobre el resto de los métodos contraceptivos, el hecho que producen la inhibición o anulación de la ovulación. Si una mujer quiere evitar los embarazos y utiliza otros métodos, el seguir ovulando podría estimular la aparición de quistes de ovario, o cáncer de ovario. Además, al no haber ovulación por la toma de pastillas, el efecto anticonceptivo es máximo, ya que los espermatozoides no lograrán encintrar un ovulo. De ahí que el anticonceptivo de máxima seguridad sea al anticonceptivo oral y hormonal", afirmó a lanacion.com el doctor Mario Sebastiani, especialista del Servicio de Obstetricia del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Sebastiani explicó que para lograr la eficacia superior al 99% de anticoncepción, se debe tomar una pastilla cada 24 horas con un rango de más o menos 3 horas. "Es bueno tener asociado una alarma o algún hábito que recuerde la toma de las pastillas. Así mismo, si hubiera diarreas o vómitos las mujeres deben seguir tomando los anticonceptivos pero deben usar preservativo u permanecer en abstinencia hasta 5 días después de estos episodios que puedan afectar la absorción de los compuestos hormonales", agregó el experto.
"La píldora anticonceptiva generó grandes cambios en la sociedad y particularmente en la mujer desde la década del 60. Hoy en día, las pastillas tienen poca concentración de estrógeno y progesterona (de 35 a 15 microgramos), a diferencia de lo que ocurría hace 50 años (150 microgramos), lo que generaba problemas de sangrado, aumento de peso y otros efectos adversos frecuentes", explicó Inés de la Parra, doctora en medicina de la UBA y ginecóloga del Hospital Italiano.
De la Parra afirmó que existen dos tipos de píldoras que se utilizan según su composición variada de estrógenos y/o progestágenos, y que la presentación viene en 28 unidades, donde 21 de ellas son activas con estrógeno y progesterona y 7 son inactivas. También existen presentaciones de 21 unidades que se consumen diariamente y que luego de la ovulación, se suspende su ingesta durante 7 días. "Además existen otros métodos como los anillos vaginales que tienen estrógeno y progesterona, los parches que duran tres semanas y los depósitos inyectables que se dan una vez por mes", indicó.
Sebastiani adelantó que existen anticonceptivos orales combinados en los que varían los compuestos derivados de los estrógenos y cuyas distintas cantidades dependerán de la edad de la mujer y de los efectos colaterales que pueda mostrar el anticonceptivo. Con respecto a los progestágenos, los mismos varían de acuerdo a su acción antiandrogénica y eficacia anovulatoria. También existen píldoras sólo progestágenos que se utilizan fundamentalmente en mujeres que amamantan u otras que muestran factores de riesgo y en las que se beneficiarían por la ausencia de los estrógenos.
Efectos secundarios. Respecto a los efectos secundarios que pueden manifestarse, Sebastiani indicó que las nauseas o una cefalea se dan en el 1 por ciento de las mujeres y los episodios de trombosis en cambio son absolutamente raros. Además, una de cada diez mujeres que toma anticonceptivos orales aumenta un kilo al año.
Por su parte, De la Parra puntualizó que además de ser un método con muy alta efectividad anticonceptiva, la píldora es recetada para problemas de acné uresto en adolescentes, ya que bloquea la enzima de testosterona, disminuye la presencia de pelo en la cara y es indicada para pacientes con endometriosis recientemente operadas. Además es recomendada a mujeres con anemia, ya que disminuye el sangrado y mejora las reservas de hierro, corrige dolores e irregularidades menstruales y disminuye la aparición de quistes ováricos.
Respecto al mito que las pastillas hacen retener líquido y suba de peso, De la Parra explicó que la aplicación inyectable es más cómoda (se aplica una vez por mes), pero puede aumentar el peso. Y que las pastillas que existen en el mercado se diferencian por el gestágeno que utilizan, siendo las recomendables aquellas con drospirenona.
La experta afirmó que no existen dificultades para quienes suspenden su ingesta y buscan un embarazo. "Las píldoras deben ser suprimidas dos meses antes, mientras se comienza a tomar ácido fólico", señaló y agregó que en el último congreso europeo de anticoncepción en Holanda, donde estuvo presente, ya se estudia el lanzamiento para 2011 o 2012 de una pastilla anticonceptiva que incluya ácido fólico para quienes luego de su uso, busquen quedar embarazadas, además de nuevos estrógenos asociados.
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La pastilla anticonceptiva, conocida popularmente como "la píldora", que comenzó a venderse por primera vez un día como hoy hace 50 años, no sólo permitió cambiar la forma de relacionarse con una pareja estable u ocasional, sino que generó en la población una revolución en la conformación de la familia y particularmente en la mujer, ya que su uso le permitió planificar su vida, sus estudios y trabajos para poder ascender a puestos jerárquicos privados y públicos.
Justo a comienzo de la década del 60, en aquellos años convulsionados por los jóvenes con fuertes ideales, que buscaban romper los rígidos moldes de la sociedad, emergió la cuestionada píldora, aprobada por la Administración de Fármacos y Alimentos de EE.UU. (FDA) y luego popularizada en todo el mundo.
Actualmente este anticonceptivo oral hormonal es utilizado por el 19 por ciento de las mujeres entre 15 y 44 años en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud, y más del 60 por ciento de las mujeres entre 15 y 44 años utilizan algún método anticonceptivo. En la Argentina consumen la píldora anticonceptiva el 18% de las mujeres en edad fértil (14 a 45 años). Si bien se prescriben unas 20 millones de recetas por año, se calcula que una de cada tres mujeres que la usan visita al médico para que se las recete.
"Los anticonceptivos orales hormonales tienen como enorme beneficio sobre el resto de los métodos contraceptivos, el hecho que producen la inhibición o anulación de la ovulación. Si una mujer quiere evitar los embarazos y utiliza otros métodos, el seguir ovulando podría estimular la aparición de quistes de ovario, o cáncer de ovario. Además, al no haber ovulación por la toma de pastillas, el efecto anticonceptivo es máximo, ya que los espermatozoides no lograrán encintrar un ovulo. De ahí que el anticonceptivo de máxima seguridad sea al anticonceptivo oral y hormonal", afirmó a lanacion.com el doctor Mario Sebastiani, especialista del Servicio de Obstetricia del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Sebastiani explicó que para lograr la eficacia superior al 99% de anticoncepción, se debe tomar una pastilla cada 24 horas con un rango de más o menos 3 horas. "Es bueno tener asociado una alarma o algún hábito que recuerde la toma de las pastillas. Así mismo, si hubiera diarreas o vómitos las mujeres deben seguir tomando los anticonceptivos pero deben usar preservativo u permanecer en abstinencia hasta 5 días después de estos episodios que puedan afectar la absorción de los compuestos hormonales", agregó el experto.
"La píldora anticonceptiva generó grandes cambios en la sociedad y particularmente en la mujer desde la década del 60. Hoy en día, las pastillas tienen poca concentración de estrógeno y progesterona (de 35 a 15 microgramos), a diferencia de lo que ocurría hace 50 años (150 microgramos), lo que generaba problemas de sangrado, aumento de peso y otros efectos adversos frecuentes", explicó Inés de la Parra, doctora en medicina de la UBA y ginecóloga del Hospital Italiano.
De la Parra afirmó que existen dos tipos de píldoras que se utilizan según su composición variada de estrógenos y/o progestágenos, y que la presentación viene en 28 unidades, donde 21 de ellas son activas con estrógeno y progesterona y 7 son inactivas. También existen presentaciones de 21 unidades que se consumen diariamente y que luego de la ovulación, se suspende su ingesta durante 7 días. "Además existen otros métodos como los anillos vaginales que tienen estrógeno y progesterona, los parches que duran tres semanas y los depósitos inyectables que se dan una vez por mes", indicó.
Sebastiani adelantó que existen anticonceptivos orales combinados en los que varían los compuestos derivados de los estrógenos y cuyas distintas cantidades dependerán de la edad de la mujer y de los efectos colaterales que pueda mostrar el anticonceptivo. Con respecto a los progestágenos, los mismos varían de acuerdo a su acción antiandrogénica y eficacia anovulatoria. También existen píldoras sólo progestágenos que se utilizan fundamentalmente en mujeres que amamantan u otras que muestran factores de riesgo y en las que se beneficiarían por la ausencia de los estrógenos.
Efectos secundarios. Respecto a los efectos secundarios que pueden manifestarse, Sebastiani indicó que las nauseas o una cefalea se dan en el 1 por ciento de las mujeres y los episodios de trombosis en cambio son absolutamente raros. Además, una de cada diez mujeres que toma anticonceptivos orales aumenta un kilo al año.
Por su parte, De la Parra puntualizó que además de ser un método con muy alta efectividad anticonceptiva, la píldora es recetada para problemas de acné uresto en adolescentes, ya que bloquea la enzima de testosterona, disminuye la presencia de pelo en la cara y es indicada para pacientes con endometriosis recientemente operadas. Además es recomendada a mujeres con anemia, ya que disminuye el sangrado y mejora las reservas de hierro, corrige dolores e irregularidades menstruales y disminuye la aparición de quistes ováricos.
Respecto al mito que las pastillas hacen retener líquido y suba de peso, De la Parra explicó que la aplicación inyectable es más cómoda (se aplica una vez por mes), pero puede aumentar el peso. Y que las pastillas que existen en el mercado se diferencian por el gestágeno que utilizan, siendo las recomendables aquellas con drospirenona.
La experta afirmó que no existen dificultades para quienes suspenden su ingesta y buscan un embarazo. "Las píldoras deben ser suprimidas dos meses antes, mientras se comienza a tomar ácido fólico", señaló y agregó que en el último congreso europeo de anticoncepción en Holanda, donde estuvo presente, ya se estudia el lanzamiento para 2011 o 2012 de una pastilla anticonceptiva que incluya ácido fólico para quienes luego de su uso, busquen quedar embarazadas, además de nuevos estrógenos asociados.
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