La creencia popular asocia el hábito de fumar con un estado de relajación y tranquilidad (quizá un merecido momento de evasión en medio de una dura jornada), mientras que asocia el dejar de fumar con la ansiedad y agitación. Sin embargo, un estudio realizado en el Reino Unido acaba de mostrar exactamente lo contrario: las personas que dejan fumar padecen menos estrés que quienes lo intentan y no lo logran.
Según se desprende del citado estudio, publicado en la revista 'Addiction', la recaída en el tabaquismo no sólo es perjudicial para la salud por los perjuicios físicos que provoca, sino que aumenta los niveles de estrés a largo plazo. Los autores del trabajo, procedentes de la Universidad de Londres, el Instituto Wolfson de Medicina Preventiva y otras instituciones británicas, creen que estos resultados son importantes porque podrían servir a las personas que quieren dejar de fumar pero aún piensan que el tabaco les ayudará a combatir situaciones tensas. El estudio contó con la participación de 469 voluntarios. Todos ellos habían decidido dejar de fumar tras haber sido hospitalizados por dolencias cardiacas, concretamente por infarto de miocardio o una operación de 'bypass' coronario. Todos presentaron al principio niveles similares de estrés y una percepción parecida sobre cuánto les iba a costar abandonar el hábito.
Al cabo de un año, sólo el 41%, es decir, 194 pacientes, había logrado mantenerse alejado del tabaco de forma constante, y éstos "registraron un descenso significativamente mayor en el estrés percibido que los que continuaron fumando", según reflejan los investigadores.
El motivo de esta reducción del estrés, según aventuran los científicos, es que los fumadores atraviesan continuas situaciones de dependencia entre cigarrillos, mientras que los ex fumadores sólo tienen que enfrentarse al 'mono' durante un tiempo, y una vez superado se libran del constante estrés que genera la propia adicción.
Los resultados de este estudio, tal y como recuerda 'The New York Times', son consistentes con otra investigación realizada en 1999, también en el Reino Unido, que concluyó que los fumadores experimentan más estrés entre cigarro y cigarro, y éste se reduce cuando dejan de fumar. "Los niveles de estrés de fumadores adultos son ligeramente superiores a los de los no fumadores, los adolescentes que fuman reflejan crecientes niveles de estrés según van desarrollando un patrón regular de tabaquismo, y dejar de fumar conduce a una reducción de estrés", concluía dicho estudio.
elmundo.es
Según se desprende del citado estudio, publicado en la revista 'Addiction', la recaída en el tabaquismo no sólo es perjudicial para la salud por los perjuicios físicos que provoca, sino que aumenta los niveles de estrés a largo plazo. Los autores del trabajo, procedentes de la Universidad de Londres, el Instituto Wolfson de Medicina Preventiva y otras instituciones británicas, creen que estos resultados son importantes porque podrían servir a las personas que quieren dejar de fumar pero aún piensan que el tabaco les ayudará a combatir situaciones tensas. El estudio contó con la participación de 469 voluntarios. Todos ellos habían decidido dejar de fumar tras haber sido hospitalizados por dolencias cardiacas, concretamente por infarto de miocardio o una operación de 'bypass' coronario. Todos presentaron al principio niveles similares de estrés y una percepción parecida sobre cuánto les iba a costar abandonar el hábito.
Al cabo de un año, sólo el 41%, es decir, 194 pacientes, había logrado mantenerse alejado del tabaco de forma constante, y éstos "registraron un descenso significativamente mayor en el estrés percibido que los que continuaron fumando", según reflejan los investigadores.
El motivo de esta reducción del estrés, según aventuran los científicos, es que los fumadores atraviesan continuas situaciones de dependencia entre cigarrillos, mientras que los ex fumadores sólo tienen que enfrentarse al 'mono' durante un tiempo, y una vez superado se libran del constante estrés que genera la propia adicción.
Los resultados de este estudio, tal y como recuerda 'The New York Times', son consistentes con otra investigación realizada en 1999, también en el Reino Unido, que concluyó que los fumadores experimentan más estrés entre cigarro y cigarro, y éste se reduce cuando dejan de fumar. "Los niveles de estrés de fumadores adultos son ligeramente superiores a los de los no fumadores, los adolescentes que fuman reflejan crecientes niveles de estrés según van desarrollando un patrón regular de tabaquismo, y dejar de fumar conduce a una reducción de estrés", concluía dicho estudio.
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