martes, 13 de abril de 2010

La intimidad de Marilyn, a subasta

Pasan los años y el fabuloso "Mercado Marilyn Monroe" jamás cierra. Cada tanto, como ahora, vuelve a colgar el cartel de "volvimos" y exhibe alguna pieza para regocijo de su lista de clientes obsesionados, capaces de cometer la obscenidad de cambiar un maletín repleto de dinero por, quien sabe, la basura de abajo de la cama de la diva. Todavía no se ha llegado a tal extremo, pero incluso después de subastar hasta la tumba que está encima de donde se deshacen los huesos de la rubia, las casas de subasta vuelven al ruedo.
Esta vez, los días 26 y 27 de junio, en el hotel Planet Hollywood de Las Vegas (qué mejor lugar que ese), la Casa Julien ofrecerá varias novedades al mejor postor: fotos personales, cheques firmados, estados bancarios, una silla, un perfume, y más "perlas". Uno de los objetos más interesantes que saldrán a tentar a los millonarios fanáticos es un bonito diván marrón (con sus almohadones incluidos), donde la blonda se entregaba a su psiquiatra Ralph Greenson. Allí, se erotizarán los compradores, habrá confesado sus miedos, sus obsesiones, relatado sus aventuras y fantasías. Ahí, tal vez, todavía quede la estampa de una lágrima derramada o, quien sabe, algún rastro del misterioso perfume de su piel.
Para seguir con los aromas, la Casa Julien -que esos mismos días también subastará objetos de otras estrellas de la industria del cine estadounidense bajo el cartel "Subasta Leyendas de Hollywood"- tentará a los compradores con el frasquito del legendario perfume Chanel N° 5, el cual, tal como cuentan las biografías, Monroe dosificaba en gotas sobre su cuello antes de irse a dormir.
Otro de los objetos que será parte de la pelea entre los participantes del remate es la silla amarilla donde Marilyn se sentó en la última sesión de fotos de su vida, que hizo para la revista Life. Una típica silla de director de cine que, según se ve en el Sitio Web de Julien, se parece a las que las marcas de cerveza prestan aquí a los bares.
En la lista de la Casa Julien hay más: una radiografía del torso desnudo de la actriz (pero claro, sólo se ven sus huesos), una tarjeta nominal de la 20th Century Fox fechada el 11 de mayo de 1953 donde se ordena un aumento de su paga semanal y una fotografía vintage en blanco y negro tomada en Corea.
Aunque por ahora Julien no ha adelantado cuánto piensa recaudar con esta movida, se sabe que cuando está Marilyn en el medio todo puede ocurrir. Se han rematado muchísimos objetos de la diva, pero la subasta que más se recuerda fue la que hizo la galería Christie's de Nueva York: recaudó en 1999 más de 13 millones de dólares, por unas 1.500 pertenencias Monroe, propiedad de Anna Strasberg, viuda del director Lee Strasberg, a quien Marilyn le dejó esos bienes.
Aquella vez, por ejemplo, la cantante Mariah Carey, pagó 662.500 dólares por un piano laqueado blanco. Ese día, Marilyn logró establecer el récord jamás pagado por una pertenencia personal de un personaje célebre, con la venta en 1.267.500 dólares de su vestido color piel, decorado con piedritas brillantes, que usó para cantarle el memorable "Feliz cumpleaños" al entonces presidente John F. Kennedy. Habrá que ver en junio, entonces, si algún loco se anima a más.

Una rubia debilidad que mueve dinero más allá de la muerte
La tumba ubicada sobre la de Marilyn en Los Angeles, un objeto de deseo para los fanáticos.
1,2
millón de dólares pagaron dos jóvenes de Nueva York en 1999 por el vestido que lucía Marilyn cuando le cantó "Happy Birthday" al presidente John F. Kennedy.
90
mil dólares pagó un fanático de la diva por una agenda de teléfonos suya, donde figuraban los números de Frank Sinatra y Arthur Miller.
4,5
millones de dólares fue el precio que la dueña, necesitada de dinero, le puso a la tumba que está encima de la de Monroe en una subasta hecha por eBay el año pasado.

clarin.com

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