“Quiero morderte y dormir sobre tu panza”, susurra un oyente a Pochito, el conductor estrella y galán de Doble ancho, el programa de radio oficial del Club de Osos de Buenos Aires. Desde hace un año y cinco meses, el ciclo se emite todos los sábados de 20 a 22 por internet, en www.agradio.com.ar, Argentina Gay Radio. Doble ancho es el programa con mayor audiencia de la emisora, la única radio online con temática LGTB. “No somos un gueto somos un grupo abierto. Buscamos mostrar la cultura de los osos. Internet brinda una comunicación mucho más fluida en la comunidad LGBT”, dicen los conductores.
El nombre del programa remite a la característica de los osos: varones homosexuales que rompen con el estereotipo gay: robustos, panzones, doble ancho.
Pochito está desde el comienzo. Antes se encargaba exclusivamente de musicalizar el programa “Cuando quería hablar se me trababa la lengua y tartamudeaba. Me ponía muy nervioso”, recuerda. Un día se animó y dio una gran noticia: leyó al aire que en Italia iban a prohibir que los hombres se acomodaran las bolas en la calle porque era un acto obsceno. “Ahí nos dimos cuenta de que el programa iba a ser informal. El público delineó la estética”, dice Pochito.
Wildfox, Pochito, Pablo y Foca son los conductores. El quinto oso, Franco, está viviendo en Brasil y, cuando la tecnología se lo permite, participa vía Skype.
“Desde que me fui a vivir a Río de Janeiro con mi pareja de hace ya tres años, sigo formando parte del programa. La experiencia es muy interesante porque me permite seguir en contacto con el club del que soy parte hace 8 años y volcar mis nuevas experiencias en otro país, donde por supuesto hay grupos de osos”, dice Franco.
“La radio es un lugar muy importante. Es un espacio que permite que la gente llegue al club, es una conexión muy directa. No sólo para la gente de Buenos Aires sino para el interior del país, incluso el exterior. Es una reunión de amigos que se extiende por el chat. Nos escriben y respondemos al aire. Es muy loco que te escuche alguien de Venezuela o España”, dice Pablo.
Mientras están al aire, el público puede ver el programa y chatear por msn. “La gente nos pide que nos paremos de la silla, nos saquemos la camisa y mostremos nuestros pechos a la cámara web; obvio que nosotros accedemos. Los oyentes vienen pidiendo un Full Monty, en cualquier momento les vamos a dar el gusto”, dice Wildfox.
Los temas que tratan son variados: serios como la problemática del sida, o distendidos como el mundo de las telenovelas y el runrún de los chimentos.
“Hasta los peores temas los podemos tratar con humor. Repudiamos un hecho pero le damos la vuelta para el lado del humor”, dice Pablo, un oso de un metro ochenta y 130 kilos.
El programa está dividido en segmentos musicales: covers, de película, dance, rock, volvieron los lentos y música para camaleones, una sección donde los conductores buscan ensambles raros.
Una de las secciones intermitentes es “El Doctor Amor”, consulta sobre mascotas. El encargado de dar las respuestas a los mensajes es Wildfox, un oso veterinario. “Dejé a mi perro dos semanas porque me fui de viaje y ahora no me obedece”. El Doctor Amor lee el mensaje y aconseja al oyente qué hacer para que la mascota vuelva a prestarle atención.
Pablo es actor. Trabaja en una obra que se llama Una comedia bareback sobre el sida, en el teatro Payró. Es el encargado de coordinar un segmento de improvisación pura. “Hacemos un teatro improvisado, por ejemplo un levante o un chamuyo en un boliche. Nos reímos mucho y disfrutamos de lo que hacemos”, explica.
También está el NoticiOSO, donde se trata el tema de la semana y el repaso de la agenda cultural y de la movida nocturna. “Somos récord en cantidad de oyentes. Muchos sábados colapsa el sitio. Tenemos gente que nos escucha desde España, Venezuela y Brasil”, dice Pochito, el grandote de 138 kilos que es delirio de los “cazadores”, hombres flacos, con menos cantidad de pelos, que mueren por la robustez de los osos y van en busca de ellos.
“Como se escucha por internet, el programa nos permite estar en contacto con oyentes de todo el mundo. En varias oportunidades sacamos al aire oyentes de distintos puntos del planeta que se comunican con nosotros”, explica Franco.
Una noche, después de terminar el programa, el elenco estable fue a comer a un tenedor libre. En la mesa de al lado, cuenta Pochito, había un grupo de hombres con todas las características osunas. “Cuando se levantaron a buscar un plato de comida le dejamos una tarjeta del programa Doble ancho. Al volver con el plato lleno agarraron la tarjeta, nos miraron y nos felicitaron. Eran fieles seguidores”, dice Pochito.
Durante este fin de semana se realizó en la provincia de Córdoba el encuentro Nacional de Osos donde se elige al Rey Cazador y al Rey Oso. En una emisión especial del programa, después de la media noche, Doble ancho trasmitió el evento en directo desde por Argentina Gay Radio.
Uno de los auspiciantes de Doble ancho es un pai que se llama Eduardo, socio del Club de Osos Buenos Aires. Antes de pasar la grabación del anuncio, los conductores bromean con una introducción: “Entro al chat y todos los osos dicen que son flacos. Que tienen 40 años y me mandan una foto de los años setenta cuando tenían 40 años. Todos los versátiles son pasivos”, dice Wildfox. “No te hagas problema. A vos te hicieron un trabajo vení que te llevo al pai”, contesta Pablo. “¿Qué pai?”, pregunta asombrado Wildfox. Al pai Eduardo.
criticadigital.com
El nombre del programa remite a la característica de los osos: varones homosexuales que rompen con el estereotipo gay: robustos, panzones, doble ancho.
Pochito está desde el comienzo. Antes se encargaba exclusivamente de musicalizar el programa “Cuando quería hablar se me trababa la lengua y tartamudeaba. Me ponía muy nervioso”, recuerda. Un día se animó y dio una gran noticia: leyó al aire que en Italia iban a prohibir que los hombres se acomodaran las bolas en la calle porque era un acto obsceno. “Ahí nos dimos cuenta de que el programa iba a ser informal. El público delineó la estética”, dice Pochito.
Wildfox, Pochito, Pablo y Foca son los conductores. El quinto oso, Franco, está viviendo en Brasil y, cuando la tecnología se lo permite, participa vía Skype.
“Desde que me fui a vivir a Río de Janeiro con mi pareja de hace ya tres años, sigo formando parte del programa. La experiencia es muy interesante porque me permite seguir en contacto con el club del que soy parte hace 8 años y volcar mis nuevas experiencias en otro país, donde por supuesto hay grupos de osos”, dice Franco.
“La radio es un lugar muy importante. Es un espacio que permite que la gente llegue al club, es una conexión muy directa. No sólo para la gente de Buenos Aires sino para el interior del país, incluso el exterior. Es una reunión de amigos que se extiende por el chat. Nos escriben y respondemos al aire. Es muy loco que te escuche alguien de Venezuela o España”, dice Pablo.
Mientras están al aire, el público puede ver el programa y chatear por msn. “La gente nos pide que nos paremos de la silla, nos saquemos la camisa y mostremos nuestros pechos a la cámara web; obvio que nosotros accedemos. Los oyentes vienen pidiendo un Full Monty, en cualquier momento les vamos a dar el gusto”, dice Wildfox.
Los temas que tratan son variados: serios como la problemática del sida, o distendidos como el mundo de las telenovelas y el runrún de los chimentos.
“Hasta los peores temas los podemos tratar con humor. Repudiamos un hecho pero le damos la vuelta para el lado del humor”, dice Pablo, un oso de un metro ochenta y 130 kilos.
El programa está dividido en segmentos musicales: covers, de película, dance, rock, volvieron los lentos y música para camaleones, una sección donde los conductores buscan ensambles raros.
Una de las secciones intermitentes es “El Doctor Amor”, consulta sobre mascotas. El encargado de dar las respuestas a los mensajes es Wildfox, un oso veterinario. “Dejé a mi perro dos semanas porque me fui de viaje y ahora no me obedece”. El Doctor Amor lee el mensaje y aconseja al oyente qué hacer para que la mascota vuelva a prestarle atención.
Pablo es actor. Trabaja en una obra que se llama Una comedia bareback sobre el sida, en el teatro Payró. Es el encargado de coordinar un segmento de improvisación pura. “Hacemos un teatro improvisado, por ejemplo un levante o un chamuyo en un boliche. Nos reímos mucho y disfrutamos de lo que hacemos”, explica.
También está el NoticiOSO, donde se trata el tema de la semana y el repaso de la agenda cultural y de la movida nocturna. “Somos récord en cantidad de oyentes. Muchos sábados colapsa el sitio. Tenemos gente que nos escucha desde España, Venezuela y Brasil”, dice Pochito, el grandote de 138 kilos que es delirio de los “cazadores”, hombres flacos, con menos cantidad de pelos, que mueren por la robustez de los osos y van en busca de ellos.
“Como se escucha por internet, el programa nos permite estar en contacto con oyentes de todo el mundo. En varias oportunidades sacamos al aire oyentes de distintos puntos del planeta que se comunican con nosotros”, explica Franco.
Una noche, después de terminar el programa, el elenco estable fue a comer a un tenedor libre. En la mesa de al lado, cuenta Pochito, había un grupo de hombres con todas las características osunas. “Cuando se levantaron a buscar un plato de comida le dejamos una tarjeta del programa Doble ancho. Al volver con el plato lleno agarraron la tarjeta, nos miraron y nos felicitaron. Eran fieles seguidores”, dice Pochito.
Durante este fin de semana se realizó en la provincia de Córdoba el encuentro Nacional de Osos donde se elige al Rey Cazador y al Rey Oso. En una emisión especial del programa, después de la media noche, Doble ancho trasmitió el evento en directo desde por Argentina Gay Radio.
Uno de los auspiciantes de Doble ancho es un pai que se llama Eduardo, socio del Club de Osos Buenos Aires. Antes de pasar la grabación del anuncio, los conductores bromean con una introducción: “Entro al chat y todos los osos dicen que son flacos. Que tienen 40 años y me mandan una foto de los años setenta cuando tenían 40 años. Todos los versátiles son pasivos”, dice Wildfox. “No te hagas problema. A vos te hicieron un trabajo vení que te llevo al pai”, contesta Pablo. “¿Qué pai?”, pregunta asombrado Wildfox. Al pai Eduardo.
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