La lucha contra el sida no se ganará sólo con los medicamentos. En la Argentina, debería popularizarse más el test", dijo a Clarín Françoise Barré-Sinoussi por teléfono. Ella es la co-descubridora del virus del sida que quedó opacada por la competencia feroz entre sus colegas varones Luc Montagnier y Robert Gallo en los años 80. Con un muy bajo perfil, sigue investigando, da clases y conferencias por todo el mundo y pone también su energía para combatir la negligencia política con las personas infectadas. Es una de las 35 mujeres que ganaron el premio Nobel: lo recibió en diciembre pasado compartido con otros dos investigadores varones.
¿Por qué enfatiza en que la gente debe hacerse el test del VIH?
Porque sigue habiendo muchas personas que están infectadas pero no lo saben. En la Argentina, como en Brasil o en Francia, hay acceso gratuito a medicamentos antirretrovirales que, desde 1996, hicieron que bajara la mortalidad por el VIH. Pero persiste el problema del test en quienes aún no saben que tiene el virus.
Se estima que, en la Argentina, 2 de cada 3 personas con el virus no saben que lo tienen. ¿Por qué cree que no se hacen la prueba?
La gente aún tiene miedo por desconocimiento. Tiene temor a ser estigmatizado y discriminado por su familia y su trabajo si le da positivo. Deben saber que el resultado del test es confidencial.
¿Por qué deben hacerse el test?
Cuanto más temprano una persona confirma que tiene el virus, más chances tiene de conseguir una mejor respuesta al tratamiento, desacelerar el avance de la infección y mantener una buena calidad de vida. Además, la persona debería estar atenta a cuidarse en las relaciones sexuales para evitar la transmisión a otros. Muchas mujeres descubren que tienen el virus recién cuando se embarazan. Por eso creo que se debería promover más la prueba.
¿Y por qué se discrimina todavía a las personas con el virus del sida?
Es extraño, porque el virus de la hepatitis B también se transmite por relaciones sexuales sin protección. Sin embargo, no se discrimina a los pacientes de la misma manera que se lo hace con los que viven con el VIH. Creo que se debe a que en el inicio de la epidemia, en los años 80, se dijo que la infección era sólo una cuestión de los grupos de riesgo, como los hombres que tienen sexo con hombres. Ahora todo el mundo puede tener la infección. Hoy, todo el mundo está en riesgo.
Usted co-descubrió el virus. ¿Qué más le gustaría saber sobre él?
Me encantaría tener una vacuna efectiva y segura. Esta búsqueda ha sido un poco decepcionante hasta el momento. Creo que los investigadores tenemos que volver a analizar los mecanismos básicos del virus para sobrevivir.
¿Por qué decidió impulsar programas de prevención y tratamiento en Francia y en países más pobres?
Desde que estuve en el descubrimiento del virus, trabajé con médicos clínicos y tuve la suerte de estar en contacto con pacientes. Siempre los escuché y por eso siento que debo ser una voz que informe y llame la atención sobre sus experiencias y sufrimientos.
¿Cambió su vida después del premio Nobel?
No mucho. Sólo tengo más llamadas de periodistas de todo el mundo e invitaciones a congresos. Sigo trabajando más de 14 horas por día.
¿Por qué enfatiza en que la gente debe hacerse el test del VIH?
Porque sigue habiendo muchas personas que están infectadas pero no lo saben. En la Argentina, como en Brasil o en Francia, hay acceso gratuito a medicamentos antirretrovirales que, desde 1996, hicieron que bajara la mortalidad por el VIH. Pero persiste el problema del test en quienes aún no saben que tiene el virus.
Se estima que, en la Argentina, 2 de cada 3 personas con el virus no saben que lo tienen. ¿Por qué cree que no se hacen la prueba?
La gente aún tiene miedo por desconocimiento. Tiene temor a ser estigmatizado y discriminado por su familia y su trabajo si le da positivo. Deben saber que el resultado del test es confidencial.
¿Por qué deben hacerse el test?
Cuanto más temprano una persona confirma que tiene el virus, más chances tiene de conseguir una mejor respuesta al tratamiento, desacelerar el avance de la infección y mantener una buena calidad de vida. Además, la persona debería estar atenta a cuidarse en las relaciones sexuales para evitar la transmisión a otros. Muchas mujeres descubren que tienen el virus recién cuando se embarazan. Por eso creo que se debería promover más la prueba.
¿Y por qué se discrimina todavía a las personas con el virus del sida?
Es extraño, porque el virus de la hepatitis B también se transmite por relaciones sexuales sin protección. Sin embargo, no se discrimina a los pacientes de la misma manera que se lo hace con los que viven con el VIH. Creo que se debe a que en el inicio de la epidemia, en los años 80, se dijo que la infección era sólo una cuestión de los grupos de riesgo, como los hombres que tienen sexo con hombres. Ahora todo el mundo puede tener la infección. Hoy, todo el mundo está en riesgo.
Usted co-descubrió el virus. ¿Qué más le gustaría saber sobre él?
Me encantaría tener una vacuna efectiva y segura. Esta búsqueda ha sido un poco decepcionante hasta el momento. Creo que los investigadores tenemos que volver a analizar los mecanismos básicos del virus para sobrevivir.
¿Por qué decidió impulsar programas de prevención y tratamiento en Francia y en países más pobres?
Desde que estuve en el descubrimiento del virus, trabajé con médicos clínicos y tuve la suerte de estar en contacto con pacientes. Siempre los escuché y por eso siento que debo ser una voz que informe y llame la atención sobre sus experiencias y sufrimientos.
¿Cambió su vida después del premio Nobel?
No mucho. Sólo tengo más llamadas de periodistas de todo el mundo e invitaciones a congresos. Sigo trabajando más de 14 horas por día.
Perfil
Françoise Barré-Sinoussi
Edad: 62 años
nacio: En París, Francia
Quedó viuda hace poco y no tuvo hijos. Dedica su vida a la investigación y a las clases en el Instituto Pasteur, de Francia.
Recibió el Premio Nobel de Medicina en 2008, con Luc Montaigner y Harald zur Hausen. Es autora de 220 publicaciones científicas.
clarin.com
Edad: 62 años
nacio: En París, Francia
Quedó viuda hace poco y no tuvo hijos. Dedica su vida a la investigación y a las clases en el Instituto Pasteur, de Francia.
Recibió el Premio Nobel de Medicina en 2008, con Luc Montaigner y Harald zur Hausen. Es autora de 220 publicaciones científicas.
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