Cuando se piensa una rutina de entrenamiento rápidamente se la asocia con la realización de ejercicios musculares. Correr, nadar, caminar, hacer deporte, son prácticas tendientes a mejorar el estado físico en general. ¿Pero qué pasa con el cerebro? ¿Es posible ejercitarlo para que aumente su capacidad y vuelva a sentirse joven?
Desde hace algunos años, la neurociencia estudia el funcionamiento y comportamiento del cerebro en vivo. Esto posibilitó el desarrollo de técnicas específicas para fortalecer las conexiones neuronales y, más aún, de aumentar el potencial de las personas.
Según la doctora Silvia Moos, directora de Klik Mental Fitness, "hasta los 20 años aproximadamente se produce una gran expansión de las conexiones neuronales. Luego empieza un proceso de poda de neuronas determinada por la elección que realiza cada individuo". A partir de esta edad el despertar de la vocación, unido a una elección de especialización que determina una manera de pensar, las neuronas que no son requeridas dejan de conectarse y cesan su actividad.
Todas las personas tienen experiencias de diferentes ámbitos que se guardan en el cerebro, tal como si fueran los archivos del disco rígido de una computadora. Al mismo tiempo estos recuerdos se modifican a medida que se está expuesto a nuevos desafíos. De esta forma se consolidan y se fortalecen. Así se adquiere el conocimiento. Con el paso de los años las conexiones neuronales, llamadas sinapsis, se van debilitando y es posible perder algunas de estas experiencias. El avance de la neurología reside, justamente, en que es posible entrenar el cerebro para activarlas nuevamente y, es más, generar nuevas.
Al respecto, las licenciadas María Roca y Teresa Torralva, del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, aseguran que "la estimulación mental facilita la plasticidad neural aumentando la reserva cognitiva y mejorando el rendimiento intelectual". A este concepto se lo denomina neuroplasticidad.
Algunos de los ejercicios recomendados, para favorecer la neuroplasticidad, desde Ineco y la Fundación Favaloro, son:
Nunca hay tiempo, el tráfico no permite llegar a tiempo, demoras en el subte y tantos otros ejemplos que rodean y atacan la vida diaria de las personas producen un clima tenso y desagradable. Situaciones que generan estrés.
Este es un mecanismo de defensa del cuerpo que lo pone en alerta ante algún peligro. Por eso se producen contracturas musculares, palpitaciones y hasta puede llegar a ataques de pánico. "Hay un impacto directo sobre la capacidad de realizar nuevos aprendizajes dado que los mensajeros químicos que se liberan en nuestro cerebro bajo una situación de estrés actúan directamente sobre el hipocampo, área del cerebro relacionada con la capacidad de realizar nuevos aprendizajes", aseguran Roca y Torralva.
Pero la buena noticia es que la memoria puede entrenarse. Uno de los caminos que Horacio Krell, director de Ilvem, recomienda es la mnemotecnia, conjunto de técnicas de memorización que mejoran su rendimiento. En los ejercicios de mnemotecnia se busca que las personas trabajen sincrónicamente conceptos e imágenes para poner en funcionamiento los dos hemisferios del cerebro- el izquierdo trabaja con los conceptos y el derecho, con las imágenes-. "Hacemos relatos verbales y las personas tienen que ir convirtiéndolos en imágenes mentales. Como se ponen a trabajar los dos hemisferios, la potencia del recuerdo va aumentando -explica Krell-. Otro ejercicio que se suele hacer consiste en que la persona lea un texto y al mismo tiempo vaya extrayendo los conceptos, que después deberá convertir en imágenes."
El cerebro posee dos hemisferios. El izquierdo, asociado con el saber lógico, detallista, racional, y el derecho, asociado con lo holístico, lo global, lo artístico. Si bien, por una cuestión de formación los individuos priorizan uno sobre el otro, hoy en día se sostiene que en el proceso de pensar intervienen ambos hemisferios cerebrales.
Para la doctora Silvia Moos, directora de Klik Mental Fitness, "se interactúa con mundos diferentes, por eso hoy se busca trabajar con el cerebro entero, es decir, con los dos hemisferios".
Los avances que la ciencia ha realizado en el estudio del cerebro también iluminan caminos en la forma de hacer negocios y en la posibilidad de mejorar la performance de los individuos para combatir los olvidos de la memoria.
El doctor Néstor Braidot, director del Grupo Braidot y autor del libro Neuromanagement (Granica 2008), sostiene que "los avances están encontrando las razones por las cuales implementar procesos de cambio es tan difícil".
Asegura Moos que a partir de diversos estudios se llegó a la conclusión de que las personas que ocupan una alta posición en la empresa poseen una alta performance. Pero solamente un tercio de esa población posee un alto potencial. "Cuando se los promueve solamente a una de cada tres les va a ir bien. Las otras dos son promovidas a un nivel de ineficiencia. Pero cuando se trabaja sobre el potencial de las personas se pueden modificar estas estadísticas. Para esto se debe trabajar sobre la capacidad de aprendizaje y la flexibilidad del individuo". Flexibles y abiertos al aprendizaje: dos claves para mantenerse joven en el mundo del trabajo.
Javier Blanco Toledo
Para LA NACION
Jóvenes de edad avanzada
Aquí, algunos ejemplos de personas para las cuales la edad no es una barrera.
Direcciones
Klik Mental Fitness : 5278-3418; www.klik.com.ar ; Ilvem : 4821-5411; www.ilvem.com ; Nestor Braidot : 4771-6777; www.braidot.com ; Fundación Favaloro : 4378-1200; www.fundacionfavaloro.org ; Fleni : 5777-3200; www.fleni.org.ar
Claves para mantener un cerebro joven
El interés por el rendimiento intelectual se ha ido arraigando en la población ya no sólo de edad avanzada, sino en la joven y laboralmente activa durante las últimas décadas. La preocupación por las proyecciones estadísticas para los años venideros en relación con la enfermedad de Alzheimer, por ejemplo, hace que se reciban diariamente numerosas consultas por olvidos frecuentes.... "llevo perdidos varios pares de anteojos, no recuerdo nombres, ¿qué venía yo a buscar?" Con la edad, el cerebro sufre cambios que determinan que la agilidad mental merme y la memoria sufra una leve declinación; se dificulta mucho la realización de tareas en simultáneo y aparecen algunos problemas en la planificación y organización. Estos cambios son propios del envejecimiento normal, y no significan el inicio de un proceso de deterioro cognitivo necesariamente.
El cerebro puede cultivarse a través del sostén de una actividad mental intensa durante toda la vida. Las conexiones y redes neuronales se estimulan con la actividad mental, no sólo académica universitaria; los tipos de trabajos realizados, los hobbies (fundamentalmente aquellos que implican creatividad, estrategias, imaginación, como por ejemplo en el juego de ajedrez), la lectura, el fomento de vínculos y hasta el amor recibido cambian físicamente nuestro cerebro.
La mente es sabia, cuando ya no puede echar mano de alguna estructura lesionada, busca rutas o caminos alternativos para conseguir la información o resolver el problema planteado. Esa es nuestra reserva cognitiva, la cantidad de "caminos alternativos" creados. En exámenes post mortem, se descubrió que cuanto más estudios había tenido una persona, mayor complejidad y cantidad de ramificaciones había en las neuronas de las áreas del lenguaje. A mayor educación, mayor cantidad de sinapsis (conexiones entre neuronas). Nuevas conexiones brotan y se desarrollan en las neuronas que trabajan más como consecuencia de esas actividades. Este fenómeno se llama "neuroplasticidad" y, pese a que es máximo en los primeros años, nos acompaña toda la vida.
Varios estudios refuerzan esta evidencia: un estudio realizado con 678 monjas de la Escuela de las Hermanas de Notre Dame, en EE.UU., el primero en asociar menor deterioro a mayor educación; otro estudio de la Universidad de Columbia realizado en 2001, y un trabajo más reciente de la Universidad de Barcelona y del Hospital Clínic, de la misma ciudad.
¿Cómo entrenarnos? Incorporando nuevas actividades a nuestras rutinas, no evitando las situaciones nuevas o innovaciones técnicas, nutriéndonos diariamente del pensamiento de otros, planteándonos nuevas exigencias mentales. Para los jóvenes, la educación y la curiosidad se transforman en esenciales; a medida que uno envejece, no "dejar de exigirle al cerebro" es la clave. La jubilación puede implicar explorar nuevos territorios y nuevos desafíos. Evitemos la rutina y facilismo de lo ya aprehendido. Puede ser un buen momento para estudiar un nuevo idioma, intercambiar experiencias con otros, aprender a tocar algún instrumento. Muchos adultos al retirarse de sus empleos pierden un lugar de pertenencia, aislándose progresivamente y limitando actividades que podrían resultar estimuladoras cognitivamente.
En Fleni Escobar, y coordinado por la licenciada Sabe, se está desarrollando un Programa de Estimulación Cognitiva destinado a este grupo etario con un abordaje multidisciplinario (estimulación cognitiva y del lenguaje, musicoterapia, entre otras). Se desarrolla de manera grupal para facilitar nuevas redes sociales.
El estímulo no es la única variable. El control de los factores de riesgo vascular es indispensable. Obviamente, los genes heredados también influyen en esta "reserva", pero lo que nosotros hacemos con nuestro cerebro es fundamental; "úsalo o piérdelo" es el mensaje de Ian Robertson. A esto agregamos. ¡Cuídalo!
Griselda Russo y Jorge Campos
Para LA NACION
Los autores son médicos del Servicio de Neurología Cognitiva, Neuropsiquiatría y Neuropsicología del Instituto Fleni
lanacion.com
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