Aparecieron muertas y sus cuerpos eran como momias. Después se supo: hacía cinco meses que estaban allí, con sus pulóveres de invierno. Más allá de las muertes en sí, lo que provoca escozor en el caso de las mellizas de la Recoleta es que nadie haya reparado en sus ausencias. Este ostracismo es una elección frecuente en algunos mayores que ejercen el retiro voluntario hasta que llegue el final. El caso obliga a pensar qué hace la comunidad con sus mayores. En Capital hay 627 mil personas que tienen más de 60 años. Una de cada cuatro (160 mil) vive sola, según la última Encuesta Anual de Hogares de la Ciudad.
La sociedad envejece. Un siglo atrás, la expectativa de vida de un porteño era de 48 años, hoy es de 76. Muchos superan esa media: hay 150 mil mayores de 80. Este fenómeno plantea nuevas responsabilidades a las familias y al Estado. En paralelo ocurren otras cuestiones, como el achicamiento de los departamentos, y el hecho de que tanto hombres como mujeres trabajen todo el día a la par. Resultado: no hay lugar ni quien se ocupe de los abuelos . No se trata de denostar la autonomía, pero los especialistas en gerontología dicen que debe estar acompañada.
Graciela Zarebski, directora de la Maestría en Psicogerontología y Licenciatura en Gerontología de la Universidad Maimónides, habla de la familia como vagones de un mismo tren, cerca pero no amontonados. “Así como los abuelos no están disponibles a tiempo completo para ocuparse de sus nietos, del mismo modo los hijos tampoco lo están para atender a sus padres. Hoy hay más libertad para todas las edades.
El tema es no desentenderse del otro ”, dice.
A veces ocurre que no hay otros. De la mano del Mutualismo Argentino Confederado, Silvia Kanje creó el programa de “Reducción de la soledad y el aislamiento”. Se trata de ir por los barrios detectando solos a los que se convoca para ir al centro de jubilados a ver juntos una película y tomar una merienda. “Reflexionamos sobre las emociones que se disparan. La solidaridad horizontal siempre logra sacarlos adelante”, asegura.
Juan Hitzig, médico especialista en Biogerontología, aconseja generar una red social que estimule las redes neuronales: “No aislarse es importantísimo para la salud neurológica. Hay que insertarse en un circuito de dar y recibir. La gente se siente mal cuando no recibe, pero se muere cuando no da”.
“Hoy la mayoría de los mayores elige vivir solo, y eso es positivo, pero tiene que haber un contacto con el exterior”, dice el psicólogo Ricardo Iacub, especialista en Tercera Edad y Vejez. “No salir suele tener como consecuencia dejar de mantener contactos, y esta pérdida de relaciones puede provocar dormir poco y mal, mayor presión, tendencia a la depresión y a la ansiedad, desconfianza hacia los otros y pérdida de recursos intelectuales como la memoria y hasta una mayor tendencia al suicidio”.
Envejecer bien es un derecho. ¿Qué hace la Comuna? Claudio Romero, subsecretario de la Tercera Edad, dice que hay centros de día donde se ofrece comida, talleres y paseos, además de auxiliares a domicilio y subsidios para alquileres o servicios. “Trabajamos para que sean autónomos la mayor parte del tiempo”, asegura. Quien necesite ayuda: 0800-222-4567.
La soledad compartida
La mitad de los porteños no tiene pareja y el 25% de los hogares de Capital es unipersonal. Los solos de hoy, sin embargo, nada se parecen a los Aurelianos imaginados por García Márquez, que heredaban la soledad y la sufrían como una maldición. Hoy, muchos la eligen. ¿De dónde viene la soledad? Se dice que se habría desarrollado en los comienzos de la evolución humana y que apareció como una respuesta de los cazadores que enfrentaban situaciones de hambruna: para no morir, decidieron no compartir sus alimentos con otros familiares. Y al sobrevivir estuvieron en mejores condiciones para reproducirse durante períodos de abundancia. Es decir, desarrollaron la soledad como una adaptación a la supervivencia. Como sea, la mejor soledad es la que se puede compartir. Becquer ya lo dijo: “La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo”.
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