La frase la lleva tatuada en sus recuerdos: "Ma, éste es mi último viaje como Juan. Me opero". Por su aspecto andrógino, que se acentuaba en su cara y los brazos y piernas estilizadas, jugaba a una doble vida: Juan de día, Sol de noche. Clara, su madre, que sabía que era gay, no imaginaba que el único hijo varón de la familia Donato pensaba convertirse en mujer.
Nunca se sintió una travesti sino "un flaquito carilindo, con mechones rubios, bala, bala " que frecuentaba boliches para homosexuales y que ganaba "miradas licenciosas de hombres y mujeres de todas las orientaciones". Un XXY, o intersex, que aceptó y disfrutó su cuerpo masculino, pero que no dudó cuando a través de un programa de televisión tuvo la posibilidad de cambiar de género.
Esa primera transformación fue el impulso para presentarse ante la Justicia y lograr, con la intervención del juez Pedro Federico Hooft del Juzgado Correccional Nº 4 de Mar del Plata, una autorización para realizarse la operación de reasignación de sexo -la primera de un XXY en la Argentina-, que incluye también un nuevo DNI y los datos actualizados en el padrón electoral. La sentencia está firme hace dos años, pero recién a fin de julio Sol Donato podrá sentirse una mujer completa.
Aires de diva. Sol lleva el pelo lacio hasta los hombros. Usa jeans, botas y remera negras, tapado gris y pañuelo al tono. "Ahora tengo un look más discreto, más de señora, y por eso despierto el morbo en gays, lesbianas y heterosexuales", dice con seguridad. Se siente cómoda en el estudio de lanacion.com , mueve la cabeza y mira las luces, las cámaras y el decorado. "Me gusta estar acá", suelta. Es que para ella el ambiente le es familiar.
Cuando todavía no era Sol aprovechó su apariencia física para dar los primeros pasos en el modelaje. "Hola, me llamo Juan y soy de Bahía Blanca", recuerda que dijo en la presentación de un casting para una campaña de los fotógrafos Roca y Cherniasvky. En la producción, que se llamó Fantasías, posó como varón lookeado muy femenino. "Pegó mi aspecto, la carita flaquita de putito divino. Todo el tiempo me preguntaban: '¿sos hombre o mujer?'. Yo respondía de acuerdo a lo que tenía adelante", vocifera sin tapujos.
Después de esa polémica participación causó un impacto mediático en 2004 cuando fue una de las protagonistas del programa Transformaciones que le permitió comenzar a cambiar de género. "Me operé las lolas y me sacaron la nuez", dice mientras se pone de perfil y recorre su cuello con el dedo índice. Aclara, con énfasis, que la cara no se la tocaron: "Es mía, todo el mundo me dice: 'Qué bien que te quedó', ¡pero es mía!"
De Juan a Sol. Casi 660 kilómetros separan Capital Federal de Bahía Blanca donde nació Sol hace 35 años. Su infancia en el sur bonaerense, cuenta, no fue fácil, aunque contó con el apoyo de su mamá y pudo rodearse de gente "acomodada" que la contuvo. "Es una ciudad con mucho prejuicio, mis amigos me dejaron de lado porque era amanerado, dejé de ir a bailar y prefería pasar mucho tiempo en la casa de mi abuela", susurra.
Cuando habla de la infancia y la adolescencia de Juan se pone seria, hace un silencio incómodo. Esquiva las respuestas y cae en anécdotas que nada tienen que ver con esa etapa de su vida: "Trabajé en la peluquería de [Roberto] Giordano en Punta del Este. ¡No sabés el levante que tenía! Estaba lleno de putitos ". Como distraída vuelve sobre la pregunta inicial. "¿Mi infancia? Fue muy monótona. En los grupos de la escuela era la líder, la que más cagadas se mandaba. Siempre «bendito tú eres entre todas las mujeres», pero sufría".
A los 20 años, cuando llegó a Buenos Aires, se dio cuenta que su homosexualidad estaba acompañada por algo más y a partir de estudios médicos supo que era XXY, con menor cantidad de hormonas masculinas que cualquier hombre. Desde aquel último viaje como hijo varón hasta hoy su familia fue testigo y apoyó la transformación corporal que permitió que Juan quedara atrás. Salvo su padre, Roberto, devoto del Opus Dei, que murió cuando tenía 11 años; Sol confiesa que su presencia "hubiera sido un problema" para su definición sexual. "Si abro un cajón y veo fotos viejas aparece Juan, pero lo veo como una etapa que viví con gusto y orgullo", cuenta a pocos días de la reasignación de sexo. "La decisión está firme, la cirugía es un camino sin retorno".
La operación. El doctor César Fidalgo es el jefe de Urología del Hospital Gutiérrez de La Plata y el responsable de la operación a la que Sol se someterá en un establecimiento privado. En diálogo con lanacion.com , el especialista explicó que en este caso puntual la paciente presenta, además, "una disfunción de género" que le permitió adaptarse al femenino. "Se identificó desde muy temprana edad con el sexo femenino y armonizó su cuerpo y su psiquis en esa dirección", resumió. Dicha característica no es habitual en todos los hombres XXY. "No todos se sienten una mujer, incluso hay quienes pueden tener hijos", agregó.
Según Fidalgo la intervención dura entre cinco y seis horas, es similar a las que se realizan en otros países y se efectúa en diferentes pasos ya pautados con el equipo médico. En la misma se recrea el órgano genital femenino y se adapta el sistema urinario al de una mujer. La recuperación demanda alrededor de dos meses y luego la paciente puede comenzar a realizar su vida normal.
"Después de la operación me cambian el DNI y el registro en el padrón electoral. ¡Y a disfrutar de la virginidad a los 35 años!", suelta Sol. Su novio, Rodrigo, es abogado y la conoció hace siete años. "Es heterosexual y me aceptó tal cual soy. ¿Si pensamos en tener hijos? Es una pregunta tan difícil. No te la podría responder, no me veo en el rol de madre. Por ahora sólo pienso en completar un ciclo que todavía no terminó".
lanacion.com
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