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El rol de la música quizás sea más importante de lo que parece a simple vista. Aprender a tocar un instrumento mejora las habilidades relacionadas al lenguaje, el habla, la memoria y la atención.
A dichas conclusiones llegaron una serie de estudios analizados en conjunto por la Universidad de Northwestern (Estados Unidos). Las conclusiones fueron publicadas en la revista Nature Reviews Neuroscience.
Nina Kraus, la autora principal, explicó que en los últimos años hubo un gran aumento en el número de investigaciones que revisaron la relación entre la música y el sistema nervioso. Los resultados de estos estudios deberían tener "una fuerte incidencia en la educación", sostuvo.
Algunos de los trabajos realizados encontraron que los músicos son más hábiles para aprender los sonidos de un nuevo idioma. A su vez, los niños que tocan algún instrumento tienen un mejor vocabulario, leen mejor y muestran una mayor activación neuronal frente a los cambios de tono en el lenguaje oral.
LA NEUROPLASTICIDAD
Gran parte de los estudios realizados se centraron en la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para modificar las conexiones entre las neuronas con el objetivo de adaptarse a los cambios o a nuevas situaciones. Esta plasticidad es el resultado de la educación o de la experiencia que una persona tiene a lo largo de su vida.
Kraus dijo que estudiar música parece generar nuevas conexiones cerebrales que permiten grandes logros en el área de la comunicación. A su vez, las investigaciones sugieren que este buen hábito facilita la creación de patrones muy importante para el aprendizaje.
La autora explicó que el cerebro no puede procesar toda la información sensorial que llega, por lo cual selecciona lo que considera más importante. Tocar un instrumento ayuda a que las neuronas puedan elegir más eficientemente qué es más relevante dentro una amplia gama de estímulos.
"El cerebro de un músico selecciona los elementos con información vital de un sonido. En una hermosa interrelación entre procesos sensoriales y cognitivos, el sistema nervioso hace asociaciones entre sonidos complejos y qué significan", detalló. Este entrenamiento es ideal para tocar una canción pero también para muchos aspectos de la comunicación.
Kraus concluyó que se debería fomentar la educación musical en los colegios e investigar más a fondo los efectos que tiene este entrenamiento en el aprendizaje, la memoria, la atención y las habilidades literarias.
El rol de la música quizás sea más importante de lo que parece a simple vista. Aprender a tocar un instrumento mejora las habilidades relacionadas al lenguaje, el habla, la memoria y la atención.
A dichas conclusiones llegaron una serie de estudios analizados en conjunto por la Universidad de Northwestern (Estados Unidos). Las conclusiones fueron publicadas en la revista Nature Reviews Neuroscience.
Nina Kraus, la autora principal, explicó que en los últimos años hubo un gran aumento en el número de investigaciones que revisaron la relación entre la música y el sistema nervioso. Los resultados de estos estudios deberían tener "una fuerte incidencia en la educación", sostuvo.
Algunos de los trabajos realizados encontraron que los músicos son más hábiles para aprender los sonidos de un nuevo idioma. A su vez, los niños que tocan algún instrumento tienen un mejor vocabulario, leen mejor y muestran una mayor activación neuronal frente a los cambios de tono en el lenguaje oral.
LA NEUROPLASTICIDAD
Gran parte de los estudios realizados se centraron en la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para modificar las conexiones entre las neuronas con el objetivo de adaptarse a los cambios o a nuevas situaciones. Esta plasticidad es el resultado de la educación o de la experiencia que una persona tiene a lo largo de su vida.
Kraus dijo que estudiar música parece generar nuevas conexiones cerebrales que permiten grandes logros en el área de la comunicación. A su vez, las investigaciones sugieren que este buen hábito facilita la creación de patrones muy importante para el aprendizaje.
La autora explicó que el cerebro no puede procesar toda la información sensorial que llega, por lo cual selecciona lo que considera más importante. Tocar un instrumento ayuda a que las neuronas puedan elegir más eficientemente qué es más relevante dentro una amplia gama de estímulos.
"El cerebro de un músico selecciona los elementos con información vital de un sonido. En una hermosa interrelación entre procesos sensoriales y cognitivos, el sistema nervioso hace asociaciones entre sonidos complejos y qué significan", detalló. Este entrenamiento es ideal para tocar una canción pero también para muchos aspectos de la comunicación.
Kraus concluyó que se debería fomentar la educación musical en los colegios e investigar más a fondo los efectos que tiene este entrenamiento en el aprendizaje, la memoria, la atención y las habilidades literarias.
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