Por Cicco
Podrán ganarse el paraíso en el más allá, pero en el más acá, las mujeres buenas van a tener un futuro, como mínimo, complicado Los estudios indican que ser buena e inocente suele significar un fracaso estrepitoso en el mundo laboral. Excepto, naturalmente, que haya escuchado alguna vez los consejos de Lois Frankel, una mujer que da coachings a lo largo y ancho del planeta, que es bestseller mundial y que, por primera vez en la Argentina, revela las herramientas necesarias para que las niñas buenas puedan ganar la batalla.
Frankel, doctora en Psicología de la Universidad de California del Sur, fue gerente de recursos humanos en una de las diez compañías petroleras más importantes del planeta. Hoy asesora a empresas como Warner Bros., MasterCard, Walt Disney, Microsoft, Goldman Sachs y Procter & Gamble. Sus charlas se emiten por circuito cerrado en 500.000 hoteles de todo el mundo. Su libro “Nice Girls Don’t Get Rich” (“Las mujeres buenas no se hacen ricas”) fue traducido a 25 idiomas y sus teorías fueron tema de debate en The New York Times, la CNN y la revista Time. Frankel habla de los “anticuerpos” que impiden que una mujer buena sea aplastada en la oficina por sus pares, de su propio ranking de celebridades exitosas y, claro, habla hasta de sus propios errores. Extractos:
¿Usted aprendió a sortear todos esos errores financieros y de comportamiento profesional gracias a sus propios “defectos”?
Afortunadamente no cometí todos los errores de los que hablo en mis libros. Aunque, claro, en verdad cometí algunos. Las equivocaciones que trato en mis estudios las conocí de primera mano mientras desarrollaba mi carrera como asistente ejecutiva.
¿Fue duro para usted ser una mujer exitosa en su carrera?
Me tocó enfrentar ciertos desafíos que los hombres nunca deben sobrellevar. Una razón por la cual volví a estudiar en la universidad para recibir mi doctorado fue que sabía que para una mujer es muy difícil ser percibida como una persona tan creíble e influyente como un hombre. Sentía que si aparecían las siglas Ph.D. (doctora) después de mi firma la gente me prestaría más atención y me tomaría con más seriedad. Y no me equivoqué: luego de mi graduación, vi que eso era verdad.
A decir verdad, ¿a una mujer sexy las cosas no le resultan más fáciles que a un hombre?
No creo que ser “sexy” sea fundamental para acceder a buenos trabajos. Sin embargo, existen estudios que demuestran que ser “atractivo” juega un rol importante, pero tanto para mujeres como para los hombres. Aún así, no es necesario haber nacido bonito y agraciado. Simplemente uno puede hacer lo mejor con lo que ya tiene. Por ejemplo, llevar siempre un buen perfume, vestir apropiadamente de acuerdo a la ocasión, y mantenerse en línea son cosas que suman al poder de atracción de cada uno, y cualquiera puede hacerlo para alcanzar sus objetivos.
Denos tres consejos importantes para mujeres que empiezan un nuevo trabajo.
Primero, tengan autoconfianza. Cuando una confía en sí misma y se muestra segura, la gente la va a tomar con más seriedad. Dos, hacer muchas buenas preguntas: no sólo vas a aprender las costumbres de la compañía, sino que además te permitirá detectar cuáles son las preguntas correctas a cada momento. Tres, construir relaciones fuertes de trabajo en cada nivel de la empresa. Cuando necesitás tener un amigo en la empresa, ya es muy tarde. Esto tiene beneficios que una jamás podría imaginar.
¿A qué líderes femeninos admira?
Algunas mujeres que rankean alto en mi lista son Angela Merkel, la Canciller de Alemania. La CEO de Pepsi, Indra Nooyi. Y la primera dama de México, Margarita Zavala. Cada mujer marca la diferencia de acuerdo a su estilo de liderazgo.
¿Y no pondría a Hillary Clinton o a Angelina Jolie en su lista?
Angelina no. Pero Hillary Clinton está en mi lista, claro. Ella aporta inteligencia, equilibrio y una forma muy femenina de llevar adelante su trabajo como Secretaria de Estado de Estados Unidos.
¿Existen diferencias culturales respecto a los errores que cometen las mujeres con el dinero?
En dos de sus libros, usted enumeró 176 equivocaciones. Pero ¿cree, por ejemplo, que las mujeres latinoamericanas son proclives a determinadas debilidades y por otra parte, cuentan con capacidades diferentes a las de otras culturas?
Es difícil decir que todas las mujeres latinoamericanas cometen determinados errores y tienen capacidades particulares que las diferencian de otras culturas, sin embargo noté que existen ciertos elementos que son propios de muchas mujeres latinas que conocí. Por ejemplo, tienen una tendencia a dudar más a la hora de hablar y decir lo que tienen en mente cuando están en presencia de hombres mayores o de un cargo más alto. Incluso, hay casos de mujeres que directamente evitan el hecho de provocar enojo en otras personas o que se sientan infelices con ellas. Esto sucede mucho.
Ahora bien, ¿cuáles son los pros y las contras de tener a una mujer como jefa?
Hay muchas que son maravillosas, mientras que otras resultan muy difíciles para trabajar con ellas. Pero diría lo mismo de los jefes hombres: depende de cada jefe.
¿En qué aspectos usted diría que el machismo es el principal obstáculo para la carrera laboral de una mujer?
Le diría que el obstáculo principal que imponen los hombres sobre las mujeres es cuando no las incluyen en las discusiones más importantes de la empresa, en las reuniones o en los eventos sociales. Cuando no se incluye a la mujer, ella no tiene acceso a cierta información que los hombres manejan, y como resultado, tiene un campo de acción mucho más limitado que ellos para ascender en la firma.
Hablando de hombres, todos sus trabajos y sus seminarios se concentran en el rol de la mujer. Sin embargo, ¿cuáles diría que son los errores más importantes que cometemos los hombres en relación con nuestro dinero?
Los estudios demuestran que las mujeres son mejores inversoras que los hombres. Es que ustedes los varones no suelen estudiar todas las alternativas con anticipación. En cambio, toman decisiones con menos información y, de ese modo, contraen más riesgos que nosotras. Además, las mujeres solemos permanecer más tiempo en una misma inversión. Así contraemos menos riesgos de ir saltando de una apuesta a la otra.
Muchos hombres juran que las mujeres suelen ser más competitivas que ellos. ¿Usted qué opina?
No creo que las mujeres sean más competitivas que los hombres. Pero resulta que ellos y nosotras competimos de diferentes formas. Una mujer no puede competir en el mismo plano en el que lo suele hacer el hombre porque así resultaría muy agresiva y llamaría la atención. Así que las mujeres deben encontrar otras formas más sutiles y socialmente aceptadas dentro de nuestra cultura para poder competir exitosamente.
Y después de todos sus estudios, ¿por qué cree que a nivel mundial los hombres siguen teniendo mejores puestos que las mujeres?
Es verdad. Los hombres tienen mejores posiciones dentro de las compañías que las mujeres. Sin embargo, las mujeres lograron grandes avances para ocupar posiciones en niveles intermedios dentro de las organizaciones. Aún así, aún no hay suficientes mujeres como CEO o dentro de los directorios de las empresas.
Por último, ¿usted sigue cometiendo errores con el dinero?
Claro. Como muchas mujeres, me voy más de shopping de lo que debería. Y para serle franco, no siempre presto toda la atención que necesitan mis inversiones. Yo suelo decirle a la gente que soy una “niña buena” en recuperación.
elargentino.com
Podrán ganarse el paraíso en el más allá, pero en el más acá, las mujeres buenas van a tener un futuro, como mínimo, complicado Los estudios indican que ser buena e inocente suele significar un fracaso estrepitoso en el mundo laboral. Excepto, naturalmente, que haya escuchado alguna vez los consejos de Lois Frankel, una mujer que da coachings a lo largo y ancho del planeta, que es bestseller mundial y que, por primera vez en la Argentina, revela las herramientas necesarias para que las niñas buenas puedan ganar la batalla.
Frankel, doctora en Psicología de la Universidad de California del Sur, fue gerente de recursos humanos en una de las diez compañías petroleras más importantes del planeta. Hoy asesora a empresas como Warner Bros., MasterCard, Walt Disney, Microsoft, Goldman Sachs y Procter & Gamble. Sus charlas se emiten por circuito cerrado en 500.000 hoteles de todo el mundo. Su libro “Nice Girls Don’t Get Rich” (“Las mujeres buenas no se hacen ricas”) fue traducido a 25 idiomas y sus teorías fueron tema de debate en The New York Times, la CNN y la revista Time. Frankel habla de los “anticuerpos” que impiden que una mujer buena sea aplastada en la oficina por sus pares, de su propio ranking de celebridades exitosas y, claro, habla hasta de sus propios errores. Extractos:
¿Usted aprendió a sortear todos esos errores financieros y de comportamiento profesional gracias a sus propios “defectos”?
Afortunadamente no cometí todos los errores de los que hablo en mis libros. Aunque, claro, en verdad cometí algunos. Las equivocaciones que trato en mis estudios las conocí de primera mano mientras desarrollaba mi carrera como asistente ejecutiva.
¿Fue duro para usted ser una mujer exitosa en su carrera?
Me tocó enfrentar ciertos desafíos que los hombres nunca deben sobrellevar. Una razón por la cual volví a estudiar en la universidad para recibir mi doctorado fue que sabía que para una mujer es muy difícil ser percibida como una persona tan creíble e influyente como un hombre. Sentía que si aparecían las siglas Ph.D. (doctora) después de mi firma la gente me prestaría más atención y me tomaría con más seriedad. Y no me equivoqué: luego de mi graduación, vi que eso era verdad.
A decir verdad, ¿a una mujer sexy las cosas no le resultan más fáciles que a un hombre?
No creo que ser “sexy” sea fundamental para acceder a buenos trabajos. Sin embargo, existen estudios que demuestran que ser “atractivo” juega un rol importante, pero tanto para mujeres como para los hombres. Aún así, no es necesario haber nacido bonito y agraciado. Simplemente uno puede hacer lo mejor con lo que ya tiene. Por ejemplo, llevar siempre un buen perfume, vestir apropiadamente de acuerdo a la ocasión, y mantenerse en línea son cosas que suman al poder de atracción de cada uno, y cualquiera puede hacerlo para alcanzar sus objetivos.
Denos tres consejos importantes para mujeres que empiezan un nuevo trabajo.
Primero, tengan autoconfianza. Cuando una confía en sí misma y se muestra segura, la gente la va a tomar con más seriedad. Dos, hacer muchas buenas preguntas: no sólo vas a aprender las costumbres de la compañía, sino que además te permitirá detectar cuáles son las preguntas correctas a cada momento. Tres, construir relaciones fuertes de trabajo en cada nivel de la empresa. Cuando necesitás tener un amigo en la empresa, ya es muy tarde. Esto tiene beneficios que una jamás podría imaginar.
¿A qué líderes femeninos admira?
Algunas mujeres que rankean alto en mi lista son Angela Merkel, la Canciller de Alemania. La CEO de Pepsi, Indra Nooyi. Y la primera dama de México, Margarita Zavala. Cada mujer marca la diferencia de acuerdo a su estilo de liderazgo.
¿Y no pondría a Hillary Clinton o a Angelina Jolie en su lista?
Angelina no. Pero Hillary Clinton está en mi lista, claro. Ella aporta inteligencia, equilibrio y una forma muy femenina de llevar adelante su trabajo como Secretaria de Estado de Estados Unidos.
¿Existen diferencias culturales respecto a los errores que cometen las mujeres con el dinero?
En dos de sus libros, usted enumeró 176 equivocaciones. Pero ¿cree, por ejemplo, que las mujeres latinoamericanas son proclives a determinadas debilidades y por otra parte, cuentan con capacidades diferentes a las de otras culturas?
Es difícil decir que todas las mujeres latinoamericanas cometen determinados errores y tienen capacidades particulares que las diferencian de otras culturas, sin embargo noté que existen ciertos elementos que son propios de muchas mujeres latinas que conocí. Por ejemplo, tienen una tendencia a dudar más a la hora de hablar y decir lo que tienen en mente cuando están en presencia de hombres mayores o de un cargo más alto. Incluso, hay casos de mujeres que directamente evitan el hecho de provocar enojo en otras personas o que se sientan infelices con ellas. Esto sucede mucho.
Ahora bien, ¿cuáles son los pros y las contras de tener a una mujer como jefa?
Hay muchas que son maravillosas, mientras que otras resultan muy difíciles para trabajar con ellas. Pero diría lo mismo de los jefes hombres: depende de cada jefe.
¿En qué aspectos usted diría que el machismo es el principal obstáculo para la carrera laboral de una mujer?
Le diría que el obstáculo principal que imponen los hombres sobre las mujeres es cuando no las incluyen en las discusiones más importantes de la empresa, en las reuniones o en los eventos sociales. Cuando no se incluye a la mujer, ella no tiene acceso a cierta información que los hombres manejan, y como resultado, tiene un campo de acción mucho más limitado que ellos para ascender en la firma.
Hablando de hombres, todos sus trabajos y sus seminarios se concentran en el rol de la mujer. Sin embargo, ¿cuáles diría que son los errores más importantes que cometemos los hombres en relación con nuestro dinero?
Los estudios demuestran que las mujeres son mejores inversoras que los hombres. Es que ustedes los varones no suelen estudiar todas las alternativas con anticipación. En cambio, toman decisiones con menos información y, de ese modo, contraen más riesgos que nosotras. Además, las mujeres solemos permanecer más tiempo en una misma inversión. Así contraemos menos riesgos de ir saltando de una apuesta a la otra.
Muchos hombres juran que las mujeres suelen ser más competitivas que ellos. ¿Usted qué opina?
No creo que las mujeres sean más competitivas que los hombres. Pero resulta que ellos y nosotras competimos de diferentes formas. Una mujer no puede competir en el mismo plano en el que lo suele hacer el hombre porque así resultaría muy agresiva y llamaría la atención. Así que las mujeres deben encontrar otras formas más sutiles y socialmente aceptadas dentro de nuestra cultura para poder competir exitosamente.
Y después de todos sus estudios, ¿por qué cree que a nivel mundial los hombres siguen teniendo mejores puestos que las mujeres?
Es verdad. Los hombres tienen mejores posiciones dentro de las compañías que las mujeres. Sin embargo, las mujeres lograron grandes avances para ocupar posiciones en niveles intermedios dentro de las organizaciones. Aún así, aún no hay suficientes mujeres como CEO o dentro de los directorios de las empresas.
Por último, ¿usted sigue cometiendo errores con el dinero?
Claro. Como muchas mujeres, me voy más de shopping de lo que debería. Y para serle franco, no siempre presto toda la atención que necesitan mis inversiones. Yo suelo decirle a la gente que soy una “niña buena” en recuperación.
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