Justo cuando se cumplen tres meses de la entrada en vigor de la nueva ley del aborto en España y en medio de la polémica vivida estos días sobre su implantación desigual en las distintas comunidades autónomas (tal y como denuncia La Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del embarazo, ACAI) sale a la luz un nuevo estudio que, seguramente, enfrente de nuevo a los destractores y a los defensores de la interrupción voluntaria del embarazo.
Porque, al parecer, las adolescentes que deciden abortan no se deprimen más ni tienen la autoestima más baja que sus iguales que eligen seguir adelante con su embarazo.
"Los supuestos riesgos psicológicos de la interrupción voluntaria del embarazo han sido y son utilizados en un intento por justificar la restricción en el acceso al aborto entre la población femenina. Sin embargo, la realidad parece ser otra a tenor de los datos de nuestro nuevo ensayo científico llevado a cabo con adolescentes", confirma Jocelyn Warren, del departamento de Salud Pública del estado de Oregón y autora principal del nuevo estudio.
En 2008, la Academia Americana de Psicología (APA, sus siglas en inglés) sacaba a la luz un trabajo en el que "se constataba que no se habían encontrado evidencias de que el aborto inducido causara problemas de salud mental en las mujeres adultas, pero debido a la escasez de datos en el caso de las adolescentes, no se extrajeron conclusiones en ese momento", agrega la doctora Warren.
Su estudio "es el primero en observar en un grupo representativo nacional si las chicas que deciden interrumpir su embarazo sufren más depresión o baja autoestima que las que siguen adelante con su gestación", insiste la doctora Warren.
El trabajo, publicado en el último 'Perspectives on Sexual and Reproductive Health' ha sido llevado a cabo con datos del Estudio Nacional Longitudinal de Salud en la Adolescencia.
En total, 289 mujeres reconocieron en dos periodos de estudio, 1994-1995 y 1996, haber tenido un embarazo. Y, de ellas, 69 decidieron someterse a un aborto; todas con una media de edad de entre 13 y 18 años.
Los investigadores llevaron a cabo varios test (depresión y autoestima) entre ambos grupos de participantes (las 220 que finalmente fueron madres y las 69 que abortaron). Asimismo se tuvieron en cuenta otros factores que pueden alterar los resultados como los sociodemográficos y los económicos, además de la educación de los padres, entre otros.
"Las mujeres jóvenes de nuestro ensayo que han tenido un aborto no estaban más deprimidas ni sufrían niveles más bajos de autoestima que sus congéneres que decidieron seguir con la gestación, al año o a los cinco años después de producirse el embarazo.
De acuerdo con estudios previos sobre aborto e impacto psicológico, el factor predictivo más relevantes de sufrir la enfermedad mental o baja autoestima es haber padecido ambas condiciones antes de la gestación... Además, y a diferencia de otros trabajos, la depresión se midió también el año anterior al embarazo, por lo que nuestros resultados son aún más precisos", comentan los investigadores.
María Luz Rubí, psicóloga clínica especializada en temas de planificación familiar, reconoce a ELMUNDO.es que "el estudio es importante porque recuerda que el aborto no es en sí un factor de riesgo de depresión. No obstante, es muy importante la personalidad de la adolescente a la hora de evaluar un posible impacto psicológico de la interrupción el embarazo, así como también lo es el hecho de que las acompañe la familia".
Pros del estudio
Pese a los datos, los investigadores reconocen que "el estudio puede tener algunas limitaciones, como el número reducido de participantes o no haber incluido factores como los antecedentes familiares de enfermedad mental o los motivos que han conducido a las jóvenes a abortar y que pueden tener efectos adversos en su salud mental", reza el estudio.
"Quienes se oponen a la legalización del aborto han sugerido que se trata de un evento traumático con consecuencias graves para la salud mental de la mujer. Sin embargo, los resultados de este estudio indican que la interrupción voluntaria del embarazo no causa depresión ni baja la autoestima en estas mujeres, incluidas las adolescentes. Sin embargo, y pese al consenso entre los profesionales, las mujeres en algunas zonas de EEUU y en otros países reciben asesoramiento antes del aborto que incluye la advertencia de que en caso de llevarlo a cabo están poniendo en peligro su salud mental", agregan los científicos.
Para la doctora Rubí es importante, no obstante, "tanto el acompañamiento como el apoyo psicológico durante el proceso tanto a la afectada como a su familia para minimizar riesgos. Además, se debe tener en cuenta el tiempo en estos casos. "No es lo mismo abortar en los inicios de la gestación que cuando ya ha pasado tiempo y se roza el máximo que permite la Ley".
Porque, al parecer, las adolescentes que deciden abortan no se deprimen más ni tienen la autoestima más baja que sus iguales que eligen seguir adelante con su embarazo.
"Los supuestos riesgos psicológicos de la interrupción voluntaria del embarazo han sido y son utilizados en un intento por justificar la restricción en el acceso al aborto entre la población femenina. Sin embargo, la realidad parece ser otra a tenor de los datos de nuestro nuevo ensayo científico llevado a cabo con adolescentes", confirma Jocelyn Warren, del departamento de Salud Pública del estado de Oregón y autora principal del nuevo estudio.
En 2008, la Academia Americana de Psicología (APA, sus siglas en inglés) sacaba a la luz un trabajo en el que "se constataba que no se habían encontrado evidencias de que el aborto inducido causara problemas de salud mental en las mujeres adultas, pero debido a la escasez de datos en el caso de las adolescentes, no se extrajeron conclusiones en ese momento", agrega la doctora Warren.
Su estudio "es el primero en observar en un grupo representativo nacional si las chicas que deciden interrumpir su embarazo sufren más depresión o baja autoestima que las que siguen adelante con su gestación", insiste la doctora Warren.
El trabajo, publicado en el último 'Perspectives on Sexual and Reproductive Health' ha sido llevado a cabo con datos del Estudio Nacional Longitudinal de Salud en la Adolescencia.
En total, 289 mujeres reconocieron en dos periodos de estudio, 1994-1995 y 1996, haber tenido un embarazo. Y, de ellas, 69 decidieron someterse a un aborto; todas con una media de edad de entre 13 y 18 años.
Los investigadores llevaron a cabo varios test (depresión y autoestima) entre ambos grupos de participantes (las 220 que finalmente fueron madres y las 69 que abortaron). Asimismo se tuvieron en cuenta otros factores que pueden alterar los resultados como los sociodemográficos y los económicos, además de la educación de los padres, entre otros.
"Las mujeres jóvenes de nuestro ensayo que han tenido un aborto no estaban más deprimidas ni sufrían niveles más bajos de autoestima que sus congéneres que decidieron seguir con la gestación, al año o a los cinco años después de producirse el embarazo.
De acuerdo con estudios previos sobre aborto e impacto psicológico, el factor predictivo más relevantes de sufrir la enfermedad mental o baja autoestima es haber padecido ambas condiciones antes de la gestación... Además, y a diferencia de otros trabajos, la depresión se midió también el año anterior al embarazo, por lo que nuestros resultados son aún más precisos", comentan los investigadores.
María Luz Rubí, psicóloga clínica especializada en temas de planificación familiar, reconoce a ELMUNDO.es que "el estudio es importante porque recuerda que el aborto no es en sí un factor de riesgo de depresión. No obstante, es muy importante la personalidad de la adolescente a la hora de evaluar un posible impacto psicológico de la interrupción el embarazo, así como también lo es el hecho de que las acompañe la familia".
Pros del estudio
Pese a los datos, los investigadores reconocen que "el estudio puede tener algunas limitaciones, como el número reducido de participantes o no haber incluido factores como los antecedentes familiares de enfermedad mental o los motivos que han conducido a las jóvenes a abortar y que pueden tener efectos adversos en su salud mental", reza el estudio.
"Quienes se oponen a la legalización del aborto han sugerido que se trata de un evento traumático con consecuencias graves para la salud mental de la mujer. Sin embargo, los resultados de este estudio indican que la interrupción voluntaria del embarazo no causa depresión ni baja la autoestima en estas mujeres, incluidas las adolescentes. Sin embargo, y pese al consenso entre los profesionales, las mujeres en algunas zonas de EEUU y en otros países reciben asesoramiento antes del aborto que incluye la advertencia de que en caso de llevarlo a cabo están poniendo en peligro su salud mental", agregan los científicos.
Para la doctora Rubí es importante, no obstante, "tanto el acompañamiento como el apoyo psicológico durante el proceso tanto a la afectada como a su familia para minimizar riesgos. Además, se debe tener en cuenta el tiempo en estos casos. "No es lo mismo abortar en los inicios de la gestación que cuando ya ha pasado tiempo y se roza el máximo que permite la Ley".
elmundo.es
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