Suele ocurrir que lo que hace que una persona se enamore de otra se convierte luego en el principal punto de fricción. Si bien ocurre a las mujeres más que a los hombres, cuando pasa es porque alguien idealizó por de más a su pareja
"Si te fijaste en mí no fue por ser un santo; lo que te gustó de mí. Hoy te provoca llanto", dice una conocida canción. Y es precisamente eso lo que ocurre con el paso del tiempo y la convivencia en una pareja.
Son las mujeres quienes tienen mayor capacidad de idealización que los hombres y, en consecuencia, las que más se decepcionan cuando el "príncipe azul" se convierte en sapo.
La edición de abril de la revista Psicología Positiva publicó las cinco razones por las que el desgaste amoroso lleva a la decepción.
* El exceso de idealización: las virtudes que se le atribuyen a una pareja en la etapa del enamoramiento absoluto obedecen a la capacidad para "construir" el ideal.
Si bien suele decirse que el tiempo y la convivencia desgastan a la pareja, lo que ocurre en realidad es que comienza a verse a la persona tal como es y no como se la había idealizado. El modelo real y el ideal entran en colisión.
* Tomar la parte por el todo: cuando alguien se enamora de un rasgo o cualidad de la personalidad de una persona suele creer que esa parcialidad es muestra del todo.
* Imposibilidad de proyectar en tiempo y espacio la característica que deslumbró en el primer instante: cuando un rasgo o forma de ser de una persona impresiona, se lo suele juzgar superficialmente y pocos son los que intentan imaginar cómo sería la convivencia.
* No evolucionar de manera pareja: ocurre que lo que enamora tiene "fecha de vencimiento". Es por eso que es necesario saber que los motivos del enamoramiento pueden variar y es tarea de la pareja encontrar nuevas formas de atracción.
* Confiar en que el otro va a cambiar: con frecuencia hay quien se engaña y cree que aquel rasgo de su pareja que no "encaja" dentro del modelo ideal, lo hará con el tiempo.
Esas personas deberán saber que eso nunca ocurre; que es posible modificar pequeñas cosas, pero no cambiar la identidad del otro.
infobae.com
"Si te fijaste en mí no fue por ser un santo; lo que te gustó de mí. Hoy te provoca llanto", dice una conocida canción. Y es precisamente eso lo que ocurre con el paso del tiempo y la convivencia en una pareja.
Son las mujeres quienes tienen mayor capacidad de idealización que los hombres y, en consecuencia, las que más se decepcionan cuando el "príncipe azul" se convierte en sapo.
La edición de abril de la revista Psicología Positiva publicó las cinco razones por las que el desgaste amoroso lleva a la decepción.
* El exceso de idealización: las virtudes que se le atribuyen a una pareja en la etapa del enamoramiento absoluto obedecen a la capacidad para "construir" el ideal.
Si bien suele decirse que el tiempo y la convivencia desgastan a la pareja, lo que ocurre en realidad es que comienza a verse a la persona tal como es y no como se la había idealizado. El modelo real y el ideal entran en colisión.
* Tomar la parte por el todo: cuando alguien se enamora de un rasgo o cualidad de la personalidad de una persona suele creer que esa parcialidad es muestra del todo.
* Imposibilidad de proyectar en tiempo y espacio la característica que deslumbró en el primer instante: cuando un rasgo o forma de ser de una persona impresiona, se lo suele juzgar superficialmente y pocos son los que intentan imaginar cómo sería la convivencia.
* No evolucionar de manera pareja: ocurre que lo que enamora tiene "fecha de vencimiento". Es por eso que es necesario saber que los motivos del enamoramiento pueden variar y es tarea de la pareja encontrar nuevas formas de atracción.
* Confiar en que el otro va a cambiar: con frecuencia hay quien se engaña y cree que aquel rasgo de su pareja que no "encaja" dentro del modelo ideal, lo hará con el tiempo.
Esas personas deberán saber que eso nunca ocurre; que es posible modificar pequeñas cosas, pero no cambiar la identidad del otro.
infobae.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario