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martes, 7 de agosto de 2012

Los 10 mandamientos de la pareja estable


Lo que nosotras buscamos
1. No irás por ahí rompiendo corazones
El 85% de las mujeres cree que poder confiar en su pareja es muy importante. 


2. No querrás tener siempre la razón
El 60% busca un hombre capaz de resolver conflictos.


3. No serás aburrido
Al 55% de las mujeres las enamora el humor y la alegría.


4. Cuidarás hasta tu ropa interior
El 53% de las mujeres busca que ellos mantengan su sex appeal.


5. Dejarás de holgazanear 
El 52% prioriza la energía y la vitalidad de los hombres.


6. No beberás
El consumo habitual de alcohol es rechazado por el 39% de las mujeres.


7. No fumarás
El 38% de las damas descartaría a un adicto al cigarrillo.


8. Serás cariñoso y cercano 
La proximidad es fundamental para el 24% de las mujeres.


9. Te esforzarás en el trabajo
El 21% de las encuestadas menciona a los ingresos como una prioridad. 


10. Te cultivarás
Hombres con alto nivel de educación; eso busca el 20% de las mujeres.



Lo que ellos quieren
1. No irás por ahí rompiendo corazones
El 76% de los hombres cree que poder confiar en su pareja es muy importante.


2. Serás cariñosa y cercana 
El contacto corporal es lo que prioriza el 76% de ellos.  


3. Te comunicarás con el prójimo
El 61% cree que la interacción de la pareja es fundamental.


4. Dirás siempre lo que realmente sientes
La cercanía emocional es valorada por el 53% de la platea masculina.


5. Cuidarás hasta tu ropa interior
El 51% de los participantes quiere que el sex-appeal femenino se mantenga intacto.


6. No serás aburrida
El humor y la alegría son dos cualidades valoradas por el 49% de los hombres.


7. Dejarás de holgazanear 
El 40% se siente atraído por las chicas con energía y la vitalidad.


8. No querrás tener siempre la razón 
El 37% de los caballeros valoriza nuestra capacidad de resolver conflictos.
9. Te arreglarás todos los días de tu vida
El 29% de los hombres cree que el atractivo físico de su pareja es muy importante.


10. No te obsesionarás con tu carrera o el dinero
Solo el 6% de ellos cree que la formación o el nivel de ingresos de la mujer son importantes.



Fuente: muestra a partir de 20.000 usuarios españoles (47% hombres, 53% mujeres) registrados en eDarling entre octubre de 2010 y enero de 2011.

En el puesto número uno, para ellos y para nosotras, está la exclusividad: no nos bancamos que compartan su amor (o su cama). Recién al final, en las últimas posiciones, aparece el interés por el trabajo y el dinero...
¿Estás de acuerdo con estos “mandamientos”? ¿Los cumplís o pretendés que tu pareja los cumpla?
entremujeres.com

sábado, 12 de mayo de 2012

DINK: el placer de no tener hijos

Hoy en día existe una franja del universo poblacional de jóvenes de entre 25 y 39 años que elige formar una familia.Y de ellos, el 75% tiene hijos de entre 3 y 8 años. Pero existe otra porción de esta población, los DINK, que se caracterizan por ser parejas jóvenes que priorizan su crecimiento profesional por sobre el proyecto de convertirse en padres.
Un nuevo análisis, publicado por la Agencia IGNIS, los diagnostica como una tendencia en crecimiento, como un nuevo modelo de familia. Se realizó entre octubre y noviembre de 2011 y se buscó explicar cuáles son las áreas de consumo preferidas y los medios de comunicación utilizados con mayor frecuencia por esta nueva conformación social.
Tal como su denominación lo indica, "Double Income No Kids", ambos trabajan y no tienen hijos. Son un total de 492.000 personas en el país y representan el 9% del universo poblacional de este grupo etáreo, de los cuales el 47% reside en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.
¿Qué hacen de sus vidas?
Las principales características que los definen son: ser poco apegados a la tradición, no prestar relevancia al casamiento, ser sofisticados y amar la tecnología. Pertenecen a segmentos socioeconómicos medio-altos, y el 59% de ellos tiene estudios universitarios o terciarios. Por otro lado, el 28% lee diarios y libros en Inglés, ya que éste es su segundo idioma. El 45% lo aprendió en el colegio o universidad, y el 18% en institutos específicos.
Además, dedican su tiempo libre a invertir sus ingresos en ellos mismos, una cualidad hedonista característica de este nuevo modelo familiar. Este comportamiento tiene base en sus perspectivas económicas futuras, el 33% declara estar mejor que hace un año y el 38% se siente seguro de afirmar que estará muchísimo mejor.
¿En qué gastan su dinero?
Las salidas frecuentes incluyen cenar en restaurantes (33%), tomar algo a bares (32%), concurrir a centros comerciales (22%) y asistir a eventos culturales (15%). Los shoppings lideran el ranking de lugares de compra favoritos, con un 66%.
Si de la actividad física se trata, el 31% de esta nueva conformación social realiza caminatas, el 16% va al gimnasio y al 8% le gusta jugar al fútbol. Otro marcado interés es el turismo: el 13% viajó en avión en el último año, de los cuales, el 41% lo hizo por vacaciones y el 2% por negocios.
El elevado porcentaje que representa el uso de Internet en este grupo es del 77%. Y está asociado a ser una herramienta de trabajo, y también un espacio de esparcimiento, consulta y medio de lectura. El 95% declara leer noticias por la Web, el 72% se comunica vía e-mail y el 53% accede a sitios de comunidades virtuales como Facebook y My Space.
Además, son aficionados a la tecnología y se muestran interesados en conocer las innovaciones de este campo. Les agrada estar actualizados en lo que respecta a sus teléfonos celulares. El 34% utiliza la cámara digital de su smarthphone, y el 27% utiliza Bluetooth.
Comparaciones generales
Las parejas jóvenes que tienen hijos se diferencian de los DINK en sus hábitos de consumo. Cuando tienen chicos, prefieren (en un 70%) los negocios y tiendas que se encuentran a la calle, no pertenecientes a cadenas. Compran, en primer lugar, ropa de niños y bebés. Recién después hay lugar para la indumentaria femenina.
Pero no todas son diferencias. Existe un punto en el cual esta nueva conformación social y las familias tradiciones coinciden. Y es en la educación: en ambos modelos, el 50% sostiene estar totalmente de acuerdo en que el estudio es el mejor camino para garantizar un buen futuro.
entremujeres.com

“Al elegir pareja, vence la mejor cama”

¿Quién no se enamora después de tener buen sexo? Esta consideración no implica género: tanto mujeres como hombres se enamoran cuando han tenido un sexo espectacular y han conseguido un placer intenso en la intimidad.
Desde todos los tiempos, una buena cama nos hace sentir jóvenes, deseados y con autoestima. Esto no diferencia entre sexos, es absolutamente equitativo.
Las mujeres esperan, entre otras cosas, encontrar un buen amante y conseguir en el terreno sexual el añorado orgasmo. Si este llega de la mano de un artesano, tendrá el amor eterno.
En el terreno sexual se juegan tantos aditivos que cuando llega el momento la mayoría de los seres humanos suelen sentirse frustrados. Aún cuando todo hasta el momento ha sido perfecto, una cama que no gusta puede llegar a tirar abajo todos los sueños y fantasías futuras.
"Es perfecto en todos los ámbitos, pero no me llevo bien en la cama", dicen y llega el peor de todos los males posibles: empezar a pensar cómo será el futuro con alguien con quien no existe compatibilidad ni entiende cuáles son esos requerimientos mínimos para el goce de la pareja.
Más allá del Viagra y de las emociones, existe un factor de común denominador y es la apatía que se siente cuando el sexo no es lo que pensábamos que sería, ni da resultado.
Los hombres suelen tener el mismo deseo. Una buena amante los enamora, los intensifica, y pueden llegar a hacer lo que jamás hubieran pensado hacer, dejar esposas de años, poner fecha de casamiento, convivir, viajar, y un gran etcétera, solo por unas cuantas noches de placer intenso.
Es que a pesar de la creencia popular, de que la cama solo dura unos minutos, es uno de los elementos principales para crear una historia de amor y fanatismo. Por lo general, las mujeres que suelen ser fantaseosas, que incentivan la líbido masculina, que pueden evitar la rutina sexual, son las que vencen a la hora de tener un proyecto.
Y es que la cama en la actualidad no es un terreno fácil. Los condicionantes son muchos para pocos resultados. Por lo tanto, poner énfasis en este aspecto de las relaciones de pareja es llegar a resultados óptimos. Frente a la decisión a futuro de una elección de pareja siempre vence la mejor cama, tener piel o química.
Los hombres quieren variedad, quieren pasión, quieren seducción. Y esa tarea femenina debe ser tomada en cuenta para clavar la flecha de cupido. Cambiaron las épocas donde la mujer más modocita, más ignorante en el terreno sexual, pasiva o inocente triunfaba frente a la elección de matrimonio. Hoy en día la seducción está primera en la lista, los hombres quieren movimiento, y buscan de por sí una mujer que los estimule para sentirse viriles y expertos en este terreno.
Es una cuestión de ego. Así que debemos aprovechar la revolución del sexo para cumplir con los objetivos principales, animarnos a la evolución y crecer en todos los aspectos para alcanzar el amor sin límites.
Por Sandra Lustgarten, psicóloga, sexóloga
entremujeres.com

domingo, 29 de abril de 2012

Redes sociales, conflictos de pareja

NUEVA YORK.- Los más de 43.000 seguidores en Twitter de Rosanne Cash, la cantante e hija de Johnny Cash, esperan sus ácidos comentarios sobre la vida conyugal con su esposo, John Leventhal, músico ganador de un Grammy. Pero Leventhal, conocido por los seguidores de Cash como Mr. L, no comparte el entusiasmo de su mujer por participar online.
Las relaciones de pareja son de por sí bastante difíciles, pero el auge de las redes sociales , en las que se alienta a compartir los momentos privados, los mensajes provocativos y las confesiones personales, ha creado una nueva fuente de fricción para las parejas : ¿qué parte de lo íntimo se puede compartir con el mundo? Si un integrante de la pareja no está interesado en revelar detalles de una cena fracasada o un fin de semana romántico, los mensajes en Facebook o los tweets pueden crear Irritación, vergüenza, mala comunicación y egos heridos. Rosanne Cash contó en una entrevista que una vez escribió en Twitter que su marido estaba durmiendo la siesta. Cuando él apareció en el estudio, el ingeniero de sonido estaba asombrado, ya que había leído el mensaje de Cash online . "Pensé que estabas durmiendo la siesta", le dijo el ingeniero.
"John me llamó y estaba realmente molesto -recordó ella-. ¡No le digas a la gente que estoy durmiendo la siesta!"
Luego de unos pocos episodios de prueba en la relación, algunos cónyuges han comenzado a insistir en que sus parejas pidan la aprobación antes de "postear" comentarios y fotografías que los incluyen. Las parejas también están hablando de reglas ya desde la primera cita (una especie de acuerdo prenupcial sobre medios sociales) sobre lo que está bien compartir. Incluso los mensajes por Twitter sobre algo aparentemente inocente como la reparación de una casa puede convertirse en una lección sobre dónde poner los límites.
"Hay una negociación estándar que tiene lugar en muchas relaciones, pero hoy hay muchas audiencias que observan", afirmó Lee Rainie, director del Pew Research Center's Internet and American Life Project, que explora la tecnología y la conducta humana. "Habrá momentos incómodos, incluso más, si la negociación se lleva a cabo en público."

Un error imperdonable

Entrevistas con más de una docena de parejas sugieren que los desacuerdos sobre cuánto hay que compartir en las redes sociales son comunes.
Rebecca Gray, estudiante de doctorado en la Universidad Estatal de Michigan, vive con su novio, Ernest Whiting. El pasado mes de mayo, Whiting le tomó una foto de su cara con los ojos cerrados y la boca bien abierta, embadurnada con una máscara de belleza de barro volcánico que ella había comprado en Costa Rica.
En el mes de agosto, Gray recibió una notificación en Facebook que decía que había sido etiquetada en una foto. Cuando la buscó, encontró que Whiting había tomado la foto de su computadora y la había "posteado" en su muro de Facebook. "Se me cayó la mandíbula -aseguró-. Traté de removerla, pero no pude."
Gray le envió un mail a su novio pidiéndole que la sacara. Pero para ese entonces sus amigos y conocidos ya la habían visto. "Estaba en mi muro de Facebook", dijo Gray. "La gente preguntó: «¿Qué es esto? ¡Es cómico!»"
Como último recurso, entró a su muro y la sacó ella misma. Esa noche, cuando Whiting llegó a su casa, Gray lo estaba esperando. "Le dije: «Has perdido el privilegio de utilizar mi computadora. ¿Qué estabas pensando?»", recordó Gray. Whiting, por su lado, dijo que sólo quiso divertirse.
"Supongo que si lo hubiera pensado dentro de un contexto, no lo hubiera hecho", agregó. Y es poco probable que lo vuelva a hacer. "Ella me pidió aprobar las fotos antes de subirlas, y le dije que sí", agregó tímidamente.

Mejor no saber

Muy a menudo uno de los dos integrantes de la pareja está más ansioso de compartir que el otro. Hace dos años, Jenny Luu, especialista en el cuidado de la piel, de Washington, D.C., dijo que le pidió a su marido, Jason Hamacher, músico y fotógrafo, dejar de publicar en Facebook cuando está de viaje por trabajo, porque no quería que gente extraña supiera que estaba en su casa sola.
La pareja también posee una casa de 100 años en un barrio histórico. Hace dos meses, Luu se erizó cuando su marido escribió en Facebook sobre una nueva serie de reparaciones en su techo.
Durante tres años, Hamacher había "posteado" comentarios y fotografías sobre la renovación de su casa. La acumulación de comentarios incomodó a Luu, preocupada porque sus amigos pensaran que ellos estaban alardeando. "No quiero que la gente piense que tenemos tanto dinero, que estamos llenos de plata -dijo Luu-. No quiero que la gente se sienta mal."
Para algunos cónyuges, sin embargo, la mejor defensa es la ignorancia.
George Stephanopoulos, un ex miembro del personal de la Casa Blanca en la época de Clinton que hoy es presentador de Good Morning America, dijo que fue nombrado "el presentador que es más factible que esté ansioso por los tweets de su esposa" en la fiesta del 50 aniversario de ABC News. Está casado con la comediante Alexandra Wentworth, que tiene más de 42.000 seguidores. "Yo tengo una regla simple -dijo Stephanopoulos riéndose-. No preguntes, no leas."
Wentworth habitualmente se contiene de enviar bromas sobre los políticos por Twitter, a pesar de que le resultó difícil de resistir durante el debate de los republicanos en New Hampshire, en enero, que Stephanopoulos ayudó a moderar. "Dulce, ¡deja de enviarme mensajes eróticos y presta atención al debate! Escribió.
"Creo que no lo vio", dijo más tarde Wentworth. No lo había visto (Stephanopoulos tiene más de 1,7 millones de seguidores en Twitter; sus mensajes están mayormente relacionados con su trabajo). Tampoco había leído los chistes subidos de tono de su esposa sobre una mancha sospechosa en la corbata de cierto candidato. Cuando se le preguntó sobre el tema, se detuvo riendo, y dijo: "Estoy muy contento de no haber sabido sobre ello".
lanacion.com

martes, 27 de marzo de 2012

Los 10 mandamientos de la pareja estable

Pareja











Lo que nosotras buscamos
1. No irás por ahí rompiendo corazones
El 85% de las mujeres cree que poder confiar en su pareja es muy importante.
2. No querrás tener siempre la razón
El 60% busca un hombre capaz de resolver conflictos.
3. No serás aburrido
Al 55% de las mujeres las enamora el humor y la alegría.
4. Cuidarás hasta tu ropa interior
El 53% de las mujeres busca que ellos mantengan su sex appeal.
5. Dejarás de holgazanear
El 52% prioriza la energía y la vitalidad de los hombres.
6. No beberás
El consumo habitual de alcohol es rechazado por el 39% de las mujeres.
7. No fumarás
El 38% de las damas descartaría a un adicto al cigarrillo.
8. Serás cariñoso y cercano
La proximidad es fundamental para el 24% de las mujeres.
9. Te esforzarás en el trabajo
El 21% de las encuestadas menciona a los ingresos como una prioridad.
10. Te cultivarás
Hombres con alto nivel de educación; eso busca el 20% de las mujeres.


Lo que ellos quieren
1. No irás por ahí rompiendo corazones
El 76% de los hombres cree que poder confiar en su pareja es muy importante.
2. Serás cariñosa y cercana
El contacto corporal es lo que prioriza el 76% de ellos.
3. Te comunicarás con el prójimo
El 61% cree que la interacción de la pareja es fundamental.
4. Dirás siempre lo que realmente sientes
La cercanía emocional es valorada por el 53% de la platea masculina.
5. Cuidarás hasta tu ropa interior
El 51% de los participantes quiere que el sex-appeal femenino se mantenga intacto.
6. No serás aburrida
El humor y la alegría son dos cualidades valoradas por el 49% de los hombres.
7. Dejarás de holgazanear
El 40% se siente atraído por las chicas con energía y la vitalidad.
8. No querrás tener siempre la razón
El 37% de los caballeros valoriza nuestra capacidad de resolver conflictos.
9. Te arreglarás todos los días de tu vida
El 29% de los hombres cree que el atractivo físico de su pareja es muy importante.
10. No te obsesionarás con tu carrera o el dinero
Solo el 6% de ellos cree que la formación o el nivel de ingresos de la mujer son importantes.


Fuente: muestra a partir de 20.000 usuarios españoles (47% hombres, 53% mujeres) registrados en eDarling entre octubre de 2010 y enero de 2011.
En el puesto número uno, para ellos y para nosotras, está la exclusividad: no nos bancamos que compartan su amor (o su cama). Recién al final, en las últimas posiciones, aparece el interés por el trabajo y el dinero...
¿Estás de acuerdo con estos “mandamientos”? ¿Los cumplís o pretendés que tu pareja los cumpla?
entremujeres.com

viernes, 23 de marzo de 2012

¿Qué es el "síndrome Sarkozy"?


Parejas en las que se aprecia una evidente diferencia de edad ha habido (y habrá) siempre, aunque nunca se había 'diagnosticado' un síndrome relacionado con ellas, y menos con un nombre tan curioso: los hombres que entran en la madurez, o al menos en la franja de edad que comprende de los 40 a los 55 años, y se emparejan con mujeres mas jóvenes, son a su vez los que, cada vez más, pasan por quirófano, precisamente para 'remediar' esta diferencia de edad respecto a su pareja.

Este 'síndrome Sarkozy' (que hace referencia al presidente la República Francesa, Nicolás Sarkozy, y su mujer, la 13 años más joven Carla Bruni), está, pues, relacionado con una de las precupaciones ancestrales más populares, y que tradicionalmente se asociaba a las mujeres (y su interminable colección de cremas y lociones anti-aging): la búsqueda del secreto de la eterna juventud es ahora también cosa de ellos, por la simple razón de no 'desmerecer'. A la elección del vestuario o el cuidado corporal diario, se suman novedosos tratamientos médicos de estética masculina, casi siempre facial, que sirvan para eludir los primeros signos del envejecimiento, sustituyendo a las 'perezosas' cremas por pinchazos o rayos láser. Los más demandados: principalmente los realizados con ácido hialurónico, spcultra, botox y mesoterapia, así como lamejora de la sonrisa, para lucir una hilera de dientes impecable.

Se trata en su mayoría de tratamientos no agresivos, y que se realizan en varias sesiones cortas y discretas, para mantener y mejorar el aspecto del rostros, sin que afecte a la vida diaria o se produzcan cambios demasiado evidentes.
lanacion.com

lunes, 12 de marzo de 2012

Cuatro claves para una pareja duradera

Muy por el contrario de lo que se cree en la actualidad, al parecer, las parejas estables son más que las que se separan. Un psiquiatra argentino que vive en Francia aseguró a Radio 10 que “una pareja sin sexo es posible que dure largo tiempo, pero es muy vulnerable” y dio “las cuatro patas” del éxito en el amor 
Ni más ni menos que más de 40 años de experiencia psicoanalítica le valieron al doctor Juan David Nasio para asegurar que “las parejas estables son mayoritarias respecto de las que se separan”.  
El hombre es un médico psiquiatra argentino que vive en Francia desde hace 43 años y en diálogo con Radio 10 dijo saber cómo lograr que “un hombre y una mujer puedan envejecer juntos y haciendo siempre el amor”.
“Como yo tengo muchas parejas que vienen al consultorio a pedirme ayuda para orientarse, eso hizo que apareciera en mí más claro cómo son las condiciones para que la pareja tenga una larga vida”, destacó Nasio.
Tras asegurar que la sexualidad es un factor de vital importancia para la larga vida de la pareja, el especialista remarcó que “una pareja sin sexo es posible que dure largo tiempo pero es muy vulnerable”. En la vereda opuesta ubicó a las parejas que no están muy bien, pero que tiene sexo. “Esas parejas de las que suele decirse que arreglan siempre los problemas en la cama son parejasque están más sólidas”, analizó.
Nasio contó que un banquito que tiene en su consultorio le sirvió de ejemplo en una oportunidad para explicar a una pareja “las cuatro patas que hacen falta para que el banquito esté estable y no se caiga”.
Y ahora repite esa teoría a todo el que la quiera escuchar.
A saber, según él, la “pata” número uno y elemental es “que en la pareja haya relación sexual con regularidad, mínimo una vez por semana, y relativamente satisfactoria”.
En segundo lugar, subrayó la “admiración mutua” que debe existir entre el hombre y la mujer. “Que se admire algo de la persona que eligieron para pasar su vida resulta esencial”, dijo.
Luego, destacó la importancia del diálogo en la pareja. Y aconsejó “que haya conversaciones, momentos en los que la pareja hable a solas, sin los hijos”.
Nasio analizó que “el hombre debe poder quejarse y la mujer lo debe escuchar y sostener sin reproches”, al mismo tiempo que “él debe saber escuchar a la mujer, que tiene un lado más soñador”.
La cuarta pata, pero no por eso la menos importante, pata tiene que ver con que “la pareja tenga una actividad semanal común, compartida, que tiene que tener un carácter de ritual”. Y ejemplificó alguna actividad deportiva, como ir a correr, o cultural, como asistir a una obra de teatro.
Cuando no todo es color de rosa
Acerca de las “ayudas” externas con que los hombres cuentan para mejorar su sexualidad, Nasio consideró que “es preferible que un hombre tenga una erección menos extraordinaria pero que no tome Viagra, ya que es un fármaco específico para quienes tienen problema de erección recurrente, no si la impotencia es casual”.
En ese sentido, remarcó que si una relación sexual no llegara a ser satisfactoria porque el hombre no logra tener una erección, “la mujer no se tiene que enojar”. “Lo mejor que puede hacer no es maltratarlo ni criticarlo, tampoco ignorar lo ocurrido como si nada hubiera pasado. Debe relativizarlo y hasta reírse de la situación y pasar a otra cosa”, aconsejó.
infobae.com

domingo, 4 de marzo de 2012

“No soy yo, sos vos”: desenredate de los vínculos tormentosos


Lo ves, lo escuchás y a veces te cuesta encontrar a ese hombre que elegiste años atrás, cuando se sentaban y hablaban horas. Ahora son apenas unos minutos, el resto se lleva el fútbol, las noticias, el trabajo… Crecimos creyendo que todo es para siempre, en el “si hay amor, todo es posible”. Lo cierto es que evolucionamos permanentemente y nuestras emociones nos “mensajean” todo el tiempo. Inevitablemente, las parejas se ven influenciadas por las crisis individuales. En sí, esto no significada nada, pero el conflicto aparece cuando no reconocemos la crisis: no entendemos qué pasa y nos enredamos entre miedos y pensamientos.
Elegimos pareja a partir de lo que vemos, sentimos y creemos en el momento de conocernos. Esto se hace en forma consciente y a puro corazón, pero hay otra parte de la elección que tiene que ver con la historia que cada uno vivió, con sus creencias y valores. Esa es la parte que te enrosca, te confunde y te hace idealizarlo, porque necesitás que el otro se adapte a lo que soñaste y a lo que aprendiste porque creés que de alguna manera esto te “garantiza” una feliz vida en pareja.
Ese es el momento en el que caés en la trampa: esperás que él piense, sienta y reaccione de la misma manera que lo hubieras hecho vos. Sin darte cuenta, trasmitís mensajes como: “si realmente me querés, dejá de ser vos” o “sé como yo quiero que seas, porque sino voy a sentir tristeza, bronca o frustración”. Así, entrás en un círculo interminable de peleas, cuyo único objetivo es tener “la razón” como si fuese un trofeo.
Somos la suma de nuestros genes, de experiencias infantiles, de modelos de comunicación y expectativas familiares y sociales de lo que es ser buena hija, buena madre, buena mujer. Por eso, cuando surge algo que pone en cuestión lo aprendido puede producirnos ansiedad o miedo a no sentirnos queridas. Si logramos animarnos a atravesar ese miedo, podremos crecer, recuperar nuestra confianza y libertad. Si no lo hacemos, dependeremos del miedo que, a la hora del vínculo de pareja, no permite aceptar las diferencias de pensamiento como algo natural.
El amor no es ni puro romanticismo ni puro sufrimiento. No es tragedia. Es compartir logros y alegrías, es acompañar más allá de estar o no de acuerdo, es sentirnos queridos más allá de los desencuentros, es crear un espacio de libertad mientras respetamos las elecciones de vida individuales. Ese es el amor que desenreda los vínculos tormentosos basados en exigencias e intolerancia, lo que crea un vínculo contaminado que se convierte en una “lucha por el poder”, tras la imposición de creencias y valores.
Tomar conciencia del conflicto los convierte en propios observadores. Esto les dará la posibilidad de conectarte con otras emociones y, de alguna manera, dejar de naturalizar el vínculo tormentoso. Esto hará que puedan armar juntos otra forma de comunicarse para resolver los conflictos dentro de la pareja.
Para esto es importante que se tomen un tiempo en un lugar neutro elegido por los dos. Allí podrán exponer, en principio, lo que cada uno vivencia como un conflicto dentro de la pareja. Es recomendable que eviten en esa conversación frases como: “no te lo digo porque te conozco y ya sé la respuesta”, “siempre lo mismo, no vas a cambiar”, “no te lo comenté porque sabía que no ibas a estar de acuerdo”. Estas afirmaciones no creen en el cambio y apuestan a que el otro va a pensar y sentir siempre de la misma manera. Entonces, ¿para qué preguntarle? Es importante no dar nada por sentado. Pedir lo que necesitás más allá de la respuesta del otro es marcar posición y no dejar de ser vos. También es importante reconocer lo positivo de tu pareja, esto hace que se sienta reconocido, valorado y, desde ese lugar, hay muchas más posibilidades que pueda escucharte lo que necesitás que cambie.
Existen vínculos tormentosos donde hay roles fijos, donde se lucha por el poder permanentemente. Esto lleva a los reproches constantes y a la desvalorización mutua, lo que genera que el dolor quede asociado con el amor. Éste solo queda “libre” en los momentos de reconciliación… Hasta que el círculo vuelve a empezar.
Aceptarnos, animarnos a vivir desde un lugar elegido nos facilita el camino para reconocer al otro desde la diferencia sin intentar cambiarlo, con el objetivo de construir así una pareja creativa, en la cual no sea necesario que cada uno renuncie a sus espacios, sino que ambos respeten los del otro. Esto les permitirá compartir y disfrutar los espacios que construyan en común. Como dice Marcel Achard: “Para ser feliz en el amor, uno debe, sin cegarse, saber hasta donde cerrar los ojos”.
Lic. Adriana Waisman, psicóloga especialista en conductas adictivas y trastornos de ansiedad
entremujeres.com

sábado, 3 de marzo de 2012

Cuando la cocina es un campo de batalla

Cuando la cocina es un campo de batalla
(CNN) – La comida reúne a la gente. Una olla de sopa puede unificar a las almas de una familia; pero cuando una persona quiere sopa de fideos con pollo y otra quiere de verduras, eso se puede convertir en una guerra culinaria.
Cuando dos personas se juntan, esperan encontrarse con los problemas típicos, esperan los problemas normales de una relación: sexo, dinero, respeto, pero con las crecientes restricciones en la dieta y los casamientos interreligiosos, la cocina se ha convertido en una trinchera.
La psicoterapeuta Karen Koenig dice que esto no debería ser una sorpresa. “La comida no es un tema simple”, y agrega que “cómo nos alimentamos y alimentamos a nuestros seres queridos dice mucho acerca de cómo nos sentimos y cómo cuidamos a quienes queremos” explica la también autora de cuatro libros sobre el tema.
Dean Thompson, de 41 años, de Austin, Texas, y su novia Amanda Abbott, de 39, conocen de primera mano el tema de la comida: él es vegetariano estricto, ella no.
"La primera vez que llevé a Dean a casa de mi familia, para comer, y vi que él sólo se servía ensalada, descartando la gran comida gourmet que había cocinado mi papá, pensé 'esto puede ser un problema'”. dice Abbott.
"Al principio, yo supe que podría ser un problema, pero no le presté demasiada atención”, dice Thompson. "La mayoría de la gente a mi alrededor no come como yo, así que no me pareció tan ‘extraño’ ser diferente en ese sentido”.
Mientras que la pareja dice que siempre hubo momentos de discusión, Abbot y Thompson admiten que el punto de ebullición llegó junto con el nacimiento de su hija, que ahora tiene dos años. Desde entonces, han comenzado terapia.
En ese momento, Abbott estaba luchando para producir suficiente leche materna para la beba y Thompson sugirió que se alimentara a su hija con leche de almendras.
"Dean hizo su tarea, al mostrarme algunos estudios, y después de una larga discusión con nuestro pediatra, me rendí", dijo Abbott, quien admite que es una amante del queso y que se crió con leche de vaca. "Esto fue muy difícil para mí ya que la mayoría de nuestros amigos y familiares opinaban constantemente sobre lo loco que era darle a un niño leche de almendras".
Si bien ambos dicen que no cambiarán sus dietas, Abbott reconoce que cocina más sano y come más verduras.
Lindsey Rosenberg, de 27 años, y Daniel Weisinger, de 31 años, una pareja de novios que viven en Berkeley, California, dicen que también discuten sobre cómo va a comer su hijo; a pesar de que el niño aún no existe.
Ambos son judíos –se conocieron en el sitio Web de citas JDate.com- y Weisinger mantiene su dieta kosher, evitándole cerdo y los mariscos. Cuando comenzaron a salir, Rosenberg confiesa que pensaba que era exigente y que su comida casera iba a cambiar la forma de pensar de su novio.
“Que equivocada que estaba”, dice ella.
“Si alguna vez traigo panceta o mariscos a casa para mí es como si hubiese traído pescado podrido” y explica que su novio reacciona abriendo todas las ventanas y prendiendo el extractor de olores de la cocina “es una reacción muy graciosa,” dice.
Como todo en la vida, es una cuestión de acuerdos.
Rosenberg se abstiene de cocinar carne de cerdo o mariscos y Weisinger hace un esfuerzo para comer lo que Rosenberg cocina siempre que esté dentro de su dieta.
"En nuestros primeros meses juntos, hice un plato de quinua con salchicha de pavo (en lugar de salchicha de cerdo) y col rizada. La quinua y la col rizada eran totalmente ajenos su paladar, pero él no dijo ni pío y se lo comió”.
El psicólogo y profesor de psicología Ramani Durvasula ofrece unas sugerencias para que las parejas aprendan a llevar sus diferencias:
Respete: sin importar la razón de la elección – religión, convicciones éticas, médicas – es fundamental que una persona no ponga en ridículo las elecciones de la otra parte. Y este es un camino de dos vías. Busque la manera de expresar las preferencias sin que se falte el respeto.
Comuníquese: estas diferentes opciones sólo funcionan si existe una comunicación clara acerca de las compras en el supermercado; la planificación de las comidas, u opciones de restaurantes.
Negocie: si la persona con más restricciones en la dieta, también es la persona que más cocina, habrá que negociar para que existan opciones para que la otra parte no se sienta postergada.
Busque un punto de encuentro: cocinen juntos o sorprendan a la otra parte con una selección de restaurantes que se adapte a las preferencias de la otra parte.
Busque la oportunidad: si su marido es vegetariano y Ud. no puede vivir sin carne, aproveche para darle rienda suelta a su costado carnívoro durante una salida con sus amigas.
Cree el espacio: en algunas dietas (como la kashrut), no debe haber contacto entre los alimentos y los utensilios. Trate de crear zonas de la cocina que respeten esas diferencias.
cnn.com

jueves, 2 de febrero de 2012

Cuando la tecnología interfiere en la pareja

Hay un intruso en mi lecho matrimonial. Brillante, colorido, seductor y fácil de acunar; está captando la atención de mi esposo por las noches. Y ya no lo soporto.
El intruso es el iPad de mi esposo, una adquisición que objeté enfáticamente. Luego de un largo día de mirar con los ojos entrecerrados la computadora de mi trabajo, la de mi casa, mi computadora portátil y mi teléfono celular, estoy feliz de liberar mis globos oculares y retirarme a leer las tranquilas y silenciosas páginas de un libro pasado de moda. El iPad, con sus alegres íconos y su insistente resplandor, siempre hace que aleje mi mirada de lo que estoy leyendo; es una distracción de la que no se puede escapar. No puedo leer si lo tengo a mi lado. Mi esposo lo adora.
Nuestra pelea sobre los lectores electrónicos versus la "madera muerta" (como dirían cruelmente los amantes de la tecnología) no constituye el único desacuerdo relacionado con los dispositivos que se entromete en las relaciones que, de otro modo, serían armoniosas. Recientemente, en un esfuerzo por solucionar un problema técnico en mi iPhone, pedí ayuda a una colega. "He pensado en comprar un iPhone", dijo ella con nostalgia. "Pero mi esposo se opone duramente a todo lo que sea de Apple. Él no quiere que haya ningún producto de esa marca en la casa".
Al lado de estas clases de disputas, los desacuerdos políticos al estilo Mary Matalin - James Carville parecen muy de 1994.
En una relación, el hombre puede insistir con un Kindle mientras su esposa quizás desee utilizar un Nook. Para otras parejas, se trata de la división continua entre BlackBerry o iPhone o el debate sobre la vieja PC versus la Mac. Uno de los integrantes de la pareja usa un Zune en lugar del casi omnipresente iPod. Otros debaten sobre la relativa atracción de las tablets respecto de las laptops.
La tecnología puede acercar a las parejas. ¡Cuán adorable podría verse una pareja maravillándose con los artículos de la tienda de Apple! ¡Qué lindo comprar libros en el Kindle! ¿No es agradable la manera en que intercambian videos de los niños en sus smartphones? Es tan lindo (o insufrible) cuando las parejas envían mensajes por Twitter o coquetean en el muro de Facebook de su pareja.
Pero no todas las parejas se llevan bien tecnológicamente hablando. "Mi novio, Bill, considera que mi teléfono celular es ridículo", dijo Amy Robinson, de 28 años, quien todavía usa un Nokia de los años '90. "Él me carga todo el tiempo: '¿Por qué todavía tienes ese teléfono? ¿Qué te sucede?'" Bill Rice, de 30 años, quien trabaja en una empresa de tecnología recientemente inaugurada, fue una de las primeras personas en adquirir un Motorola Xoom. Cuando se anunció el Android 4G, él contaba los días que faltaban para su lanzamiento.
A pesar de que los integrantes de una pareja puedan ser compatibles como amigos, amantes y compañeros domésticos, la incompatibilidad tecnológica puede llegar a ser exasperante. Esto se debe a que, aunque las personas se amen, también adoran sus aparatos. Algunos estudios han demostrado que la gente desarrolla algo parecido al amor por sus celulares, por ejemplo. Un estudio reveló que los australianos jóvenes creían que "sus teléfonos celulares eran parte de ellos". En otro estudio, únicamente el 1 por ciento de los estudiantes de universidades estadounidenses dijo que si perdiera su teléfono celular "trataría de vivir sin él". La presentación de Siri probablemente exacerbará la ya documentada tendencia a antropomorfizar a nuestros pequeños e inteligentes compañeros electrónicos.
Melody Chalaban, de 35 años, quien utiliza un iPhone y se desempeña como gerente de relaciones públicas en una compañía de software, y Michael Swain, de 35 años, quien es propietario de un Android y es arquitecto, ilustraron las invitaciones para su boda, a celebrarse en el mes de octubre, con una imagen de un robot Android lanzando un logotipo de Apple al aire. (Quién fue el ganador, si es que lo hubo, queda abierto a la interpretación.)
Incluso aquellos que no pueden distinguir una Birkin de una Bottega Veneta pueden tornarse fervorosos respecto de la marca de dispositivos que eligen y feroces cuando se objetan sus méritos. Para muchos, su porción personal de material sintético transparente y de policarbonato se vuelve simbólica, una especie de personaje de banderín que identifica al propietario como un iconoclasta, un ludita, un técnico o un esteta mecánicamente diferente.
Y las identidades electrónicas de una pareja no siempre concuerdan. "Odio sus iPads y su Kindle Fire", dijo sobre la colección de tablets que tiene su esposa, Naomi Novik, de 38 años, Charles Ardai, de 42 años, quien se desempeña como director administrativo de D. E. Shaw Group y también como editor de libros en Hard Case Crime. "Siento un odio atávico por los libros que no están hechos de papel y tinta".
Estas diferencias, expresó Ardai, son más profundas que la opinión superficial de "me gusta este aparato más que el otro". "Naomi es de las primeras compradoras por excelencia porque es fundamentalmente optimista", expresó. "Y yo soy fundamentalmente pesimista, lo cual es la razón por la que escribo ficción negra, de meditación melancólica y tengo curiosas nociones tecnológicas". (La señora Novik, por su parte, se especializa en ciencia ficción y fantasía.)
Resulta interesante destacar que las disparidades de género en la elección de aparatos no son significativas. Algunos estudios, llevados a cabo a mediados de la década de 2000, revelaron que las mujeres están más apegadas a sus teléfonos celulares que los hombres, aunque esa tendencia podría cambiar ahora que los teléfonos inteligentes (con su capacidad para jugar, consultar el precio de las acciones y pasar el tiempo en Internet) se están imponiendo.
Según una encuesta en Internet, llevada a cabo en noviembre de 2011 por InsightExpress, una firma de investigación sobre marketing digital, ubicada en Stamford, Connecticut, de 1300 estadounidenses en línea, es más la cantidad de hombres que poseen un iPad (el 11 por ciento de los hombres en línea tiene uno, en comparación con el 5 por ciento de las mujeres en línea). Asimismo, es un poco más probable que los hombres tengan un teléfono inteligente (42 por ciento y 37 por ciento, respectivamente). Respecto de las marcas, sin embargo, mientras que algunas investigaciones indican que los hombres tienden a comprar Androids y las mujeres iPhones, otros datos demuestran que las variedades de teléfonos inteligentes son igualmente populares entre hombres y mujeres.
Esta armonía demográfica conjunta no hace que un caso particular de disyuntiva tecnológica duela menos. Bill Douglass, de 39 años, un consultor en medios sociales, se sintió traicionado cuando su esposa, Bis Misra, una médica de 37 años, se cambió al iPhone. "Compramos nuestros primeros aparatos juntos", expresó.
¿Pesar? ¿O agravio? Rich Hemlich, de 47 años, quien trabaja como director de marketing en un sitio de subastas en Internet, dijo que lo enloquece la afinidad que tiene su novia con el iPhone. "Ella continuamente jura y perjura que no es una elitista de Apple pero se enciende cada vez que alguien le pregunta qué clase de teléfono tiene", contó Hemlich, un comprometido dueño de un Droid Razr.
Él trató de persuadirla para que se "actualizara", pero dijo: "Es ahí donde comenzamos la batalla. Ella sigue diciendo que cambiará al Android cuando expire su contrato, pero luego lo renueva". Con todo lo demás, "ella es completamente honesta conmigo".
Independientemente de lo que digan sobre respetar las preferencias de cada uno, para muchas parejas, la conversión es el verdadero objetivo. Deborah Sweeney, de 37 años, quien es propietaria de un pequeño negocio en Calabasas, California, fue partidaria del BlackBerry durante mucho tiempo. "Durante los últimos siete años, mi esposo trató de hacerme cambiar al iPhone", relató. "Él constantemente me decía que estaba loca". Cuando BlackBerry tuvo una falla en el servicio , él se regodeó: '¿Ves?'". Finalmente, la persuadió para cambiar los teléfonos en noviembre.
"Honestamente, tuve remordimiento", dijo Sweeney sobre el cambio. "Es como si fuera tu bebé".
Idealmente, quienes se convierten reconocen el error en sus elecciones anteriores. Jenna Chavez-Laszakovits, de 25 años, una consultora técnica de San Antonio, es el tipo de mujer que usa PC, Nook o LG. Su esposo, Eric Laszakovits, de 31 años, es el tipo de hombre que prefieren Mac, Kindle o iPhone. Para la Navidad del año último, él le regaló un iPod. "Para ser honesta, fue un poco abrumador", dijo ella. "Pero él es un gran propulsor de esto y quería compartir su amor por los productos de Apple. Creo que la Navidad fue la mejor salida".
Eric Laszakovits expresó: "Una vez que lo tuvo, lo disfrutó. La batería se agota todos los días porque lo usa demasiado"; esto algo en lo que ella coincide.
Pero para muchas parejas, los esfuerzos por ganarse electrónicamente al otro terminan en frustración. Emma Moore, de 36 años, quien es dueña de una compañía de software, compró un Nook para su novio, Jim, al poco tiempo de haber comenzado a salir con él. Pero su novio todavía tiene que encenderlo. "Le facilitaría mucho la vida", dijo ella. "En cambio, todas las mañanas, carga cuatro diarios hasta el café Peets. Ha sido todo un desafío para ambos".
"Un día, creo que él entenderá lo que estoy tratando de hacer por él", dijo Emma Moore.
¡Ah, sí! Un día, algún día. él cambiará, momento para el cual la tecnología (si no la relación) habrá progresado.
© NYT Traducción de Angela Atadía de Borghetti
lanacion.com

miércoles, 11 de enero de 2012

Las mujeres fingen en la cama para 'retener' a sus parejas

Lo que todo varón sospecha se confirma, lo que todas las mujeres comentan entre sí es cierto. Hasta un 60% de las mujeres finge el orgasmo para 'retener' a sus parejas. No es ningún mito que muchas mujeres exageran en la cama, aunque los motivos de esta actitud son menos conocidos. Tal vez por ello, científicos de la Universidad de Columbia y de la Oakland (ambas en EEUU) han llevado a cabo la primera investigación que indaga en las razones de este fenómeno.
Sus datos, publicados en 'Archives of Sexual Behavior', confirman que aquéllas que creen que tienen más riesgo de que sus parejas les sean infieles son las que más reconocen fingir sus orgasmos.
El científico Weeks-Shackelford, de la Universidad de Oakland, es el director del nuevo ensayo en el que han participado 453 mujeres con una media de edad de 21 años y con relaciones de al menos 32 meses de duración.
"Varios estudios han profundizado con anterioridad en la hipótesis del engaño femenino durante el encuentro sexual, pero este es el primero realizado con un número mayor de mujeres", insiste en su ensayo.

La mayoría exagera

Porque a la hora de fingir durante el coito, ellas son más propensas que ellos. "Se estima que entre el 50% al 60% de las mujeres confiesa haber mentido durante el encuentro. Por el contrario, en el único estudio llevado a cabo en el sexo masculino (con 180 varones) y publicado en 'The Journal of Sexual Research' se encontró que sólo el 18% fingió tener un orgasmo".
Cuando se les pregunta por qué lo hacen "ellas argumentan que por cumplir las expectativas de sus parejas para aumentar su ego, elevar la emoción sexual y prevenir que busquen otras relaciones", detallan los investigadores. Se trata, en definitiva, de "mantener a la pareja interesada y excitada", agregan.
Aclaran los autores en su introducción que dada la "hipótesis de que alcanzar el orgasmo se pretende como una forma de 'retener' a la pareja y como una forma de manipulación de la misma, hemos llevado a cabo la investigación generando distintas predicciones. Si las mujeres que perciben mayor riesgo de infidelidad son las que más mienten, si las que más mienten son las que más probabilidades tienen de llevar a cabo otras estrategias para prevenir que sus parejas las abandonen o si después de controlar el riesgo de infidelidad, ellas siguen o no fingiendo".
Para comprobar estas aseveraciones, los investigadores llevaron a cabo varios cuestionarios. "Los resultados apoyan la hipótesis de que aquéllas que exageran en la cama lo hacen como una forma de evitar el abandono y prevenir la infidelidad", detallan los científicos. Asimismo, las "féminas con más tendencia a fingir eran las que más utilizaban otras estrategias para 'retener' a sus parejas".

Los resultados

Confiesan los investigadores que en ocasiones ellas caen en este tipo de "actitud para enfatizar el amor y el cuidado que sienten por su pareja y para hacerla feliz".
Fingir tiene un precio, porque cerca del 51% de las que lo hacen reconoce "sentirse culpable, pero mienten porque creen que es importante para la satisfacción del otro", reza la investigación.
Pese a que los autores reconocen que su investigación tiene algunas limitaciones, "este es el primer estudio que evalúa un vínculo entre el orgasmo fingido y la necesidad femenina de mantener cerca a su pareja. Este tipo de actitud se emplea como forma de manipulación del hombre. En un futuro se deberían llevar a cabo más investigaciones sobre la rentabilidad del orgasmo femenino real o simulado. Y este trabajo puede ser un punto de partida".
elmundo.es

martes, 27 de diciembre de 2011

Vacaciones en pareja: cómo disfrutar (y sobrevivir)


Salir de vacaciones en pareja implica, ante todo, no olvidar de poner en la valija tres "factores de protección" importantes: diálogo, flexibilidad y actitud positiva. Sin ánimo de generalidades (cada pareja es un mundo especial y particular), hay una serie de cuestiones que, inevitablemente, se juegan a la hora de vacacionar "de a dos".
Los que ya llevan un tiempo de relación, algo de experiencia tienen en esto de aprender a "disfrutar estando juntos". Pero las parejas que están por reincidir o, mucho más aún, los que van a salir de viaje por primera vez, pueden llegar a encontrarse con una serie de "chubascos", que siempre es propicio tratar de prevenir.
La rutina habitual de la pareja sufre un cambio importante. 
Ante todo, habrá que considerar que, más allá del pronóstico del tiempo, en las vacaciones en pareja se juega "otro tiempo". Esto de convivir una semana, 15 días (o lo que dure el viaje), implica compartir un "tiempo y espacio" muy distinto al convencional. Inclusive para los que ya conviven a lo largo de todo el año, la rutina habitual sufre un cambio importante.
Nos vamos a ver de principio al fin del viaje. Vamos a estar las 24 horas del día juntos. Nos vamos a conocer a fondo, con todo lo bueno y lo malo que eso implica. No es que por temor al fracaso debamos postergar el plan, por el contrario. Aunque por momentos pueda aparecer la bandera de "mar dudoso" (o "peligroso"), deberíamos tratar de ir en busca de las aguas más cálidas y serenas posibles. Al mismo tiempo, sería bueno bajar los niveles de ansiedad, exigencia y perfección, que tanto nos hace practicar esta vida moderna.
Sería bueno bajar los niveles de ansiedad, exigencia y perfección, que tanto nos hace practicar esta vida moderna.
Se trata todo el tiempo de apostar a la pareja o, por lo menos, para los del "aquí y ahora", tratar de que estas vacaciones sean un verano para recordar.
Lo ideal es haber elegido o negociado juntos el destino y las condiciones de viaje: ¿a dónde vamos?, ¿dónde vamos a dormir?, ¿cuánto dinero llevamos?, ¿cuánto ponemos cada uno?, ¿quién paga qué? (el dinero no es un tema menor en la pareja).
Así como es mejor ser conscientes de la realidad y posibilidades de nuestras vacaciones, es fundamental tener en claro cuáles son las características del lugar al que estamos yendo. No vaya a ser que, como en tantas cosas en la vida, pretendamos algo más de lo que el destino puede darnos. Y si, inevitablemente, algo sufre modificaciones en la marcha, tratar de sobrellevar la situación juntos.
La negociación es clave para las vacaciones en pareja. 
Ya que vamos a compartir todo este tiempo, sería bueno que, antes de partir, también charlemos acerca de lo que esperamos de este viaje, qué nos gustaría hacer, qué rutinas personales queremos sostener. Que estar juntos no implique estar revueltos o pegoteados (por supuesto que están quienes así lo desean, cada quien con su elección y preferencias). Es interesante saber conservar los tiempos a solas para leer, escuchar música, caminar, salir a correr. o, simplemente, aprender a estar juntos y en silencio.
Es interesante saber conservar los tiempos a solas, aprender a estar juntos y en silencio.
Como siempre, lo mejor es ser flexibles entre lo que uno y el otro desean, así como tratar de regular la armonía de los tiempos. Hay que tener presente el riesgo de quedar atrapados "a toda hora" por el libro, revista, crucigramas, MP3, BB, la PC. mientras que el otro mastica abandono y bronca.
A propósito, que las vacaciones no sean motivo para replanteos o saldar temas pendientes del año. Inevitablemente, al detenerse la rutina, habrá más tiempo para pensar y darle lugar a las cuestiones que la vorágine del año postergó. Y a los celos infundados, tratar de remojarlos en el mar (o en la ducha). El agua suele ser buen aliado para exorcizar emociones negativas.
Que las vacaciones no sean motivo para replanteos o saldar temas pendientes del año.
Recordar: diálogo, flexibilidad, actitud positiva para disfrutar y evitar malos tragos.
Cuando el viento apremie, antes de que llegue el temporal, tratar de respirar, negociar y ponerle "onda". Como en la película Alguien tiene que ceder, que no sea siempre el mismo.
Sólo algunas sencillas y humildes sugerencias para tener en cuenta a la hora de armar la valija. Cada quien es dueño de su plan. Buena experiencia. Buenas vacaciones. Se puede.
Eduardo Chaktoura es psicólogo y periodista
lanacion.com